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Aoitori (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Kawachi había intentado morir hace apenas unos meses. No quería tener sexo con un hombre ni quedar embarazado. El nacimiento de un bebé no debería ser un evento bienvenido y estaba completamente preparado para notar los pequeños cambios en él antes de que se volviera en una tragedia. Sin embargo, justo ahora, parecía estar aceptando todo de buena manera. Al bebé, al nuevo bebé, incluso un poco a Inukai...

Pero, este no era el final de todo el problema.

Después de dar a luz, el período de celo regresaría y todavía no estaban tan seguros de la intensidad. Además, el de Kawachi era tan particularmente severo, que no desaparecía a menos que recibiera semen. No podía usar anticonceptivos debido a su constitución y por eso, el tratamiento le ofrecía una alta probabilidad de volver a quedar embarazado. Y si no quedaba en ese estado, entonces daba exactamente igual porque el celo vendría todos los meses y sería igual de aterrador. ¿Cuándo volvería el ciclo? ¿Qué día? ¿Qué tan fuerte? No habían pasado ni dos meses antes así que se preguntaba si sería el mismo tiempo ahora.

Y su instinto Alfa, esa parte dominante y cruel que todavía estaba allí... Solo pensaba en el momento en el que finalmente pudiera tomar a su pareja.  No le importaba cuánto le molestara el hecho de que sembrara su semen en su útero mientras sintiera la manera en la que solo él podía amarlo. En pocas palabras, era como un demonio que esperaba el momento de comer.

La fiesta conmemorativa fue en un salón de un hotel bastante importante por la zona. Conscientes de la temporada de octubre, las flores frescas con hojas de otoño y las castañas de color café intenso, se mostraban suavemente en las decoraciones de aquí y de allá e incluso, pegadas en cada una de las lámparas para crear una sensación como de un bosque. Muchos de los invitados vestían marcas de lujo o joyas bastante pesadas en las muñecas y en los dedos así que Inukai, quien se sentía un poco fuera de lugar por estar metido en medio de esta atmósfera por primera vez en mucho tiempo, suspiró y se rascó la cabeza. Komaki, a su lado, subía y bajaba los hombros. 

"Tampoco estoy acostumbrado a este tipo de cosas."

Parecía que estaba nervioso. 

"Es que ni siquiera podemos aparentar."

"Jajaja parece que así es."

Y tampoco se veía bien que estuvieran en la pared, justo en la esquina del lugar y como si fueran muebles.

Anteayer, Katori, el director, se cayó en la estación del metro y terminó con la pierna destrozada. Aunque su vida no corrió peligro alguno, necesitó una cirugía de urgencia y estuvo hospitalizado alrededor de dos semanas. El jefe de sección estaba en un viaje de negocios en el extranjero así que durante ese tiempo, el subjefe de sección, o sea Komaki, iba a ser el encargado principal. Y por supuesto que el primer trabajo que iba a aceptar como jefe era el de participar en la inauguración del "Hospital General Aomachi".

"Aomachi" era un hospital universitario dedicado a las enfermedades que tenían que ver con los riñones. Un lugar que fue abierto por un médico que era considerado un pionero en este campo y que, por supuesto, era lo suficientemente influyente como para utilizar parte de su capital e influencias para construirlo en tiempo récord. Y como eran clientes primordiales de "Kawai" Komaki tardó más vistiéndose que diciendo que SÍ a la invitación. Inukai no pudo negarse porque ese hombre se ocupaba de autorizarle las vacaciones.

"Bueno, ya no queda de otra."

Komaki ajustó su corbata y saludó al director, pero el hombre solo parecía saber sobre la existencia de Inukai:

"Pensé que un Alfa tan distinguido como tú no tenía la necesidad de trabajar".

"Bueno, ya sabe como son las cosas por aquí."

"Toca poner buena cara ¿Verdad?"

Y así, no tuvo más remedio que hacerse cargo de toda la presentación.

Inukai era hijo de una de las familias más influyentes de la ciudad así que, desde una edad relativamente temprana, tuvo muchas oportunidades de asistir a las fiestas más importantes del mundo. Sus padres a menudo lo llevaban a eventos y galas así que estaba familiarizado con ver a celebridades y políticos y probablemente, era tan bueno en la etiqueta como un rey. Era popular, guapo, y muy bueno para hacer amigos por lo que no fue extraño que hablara con cada uno de los médicos y doctoras en la fiesta. Entregó tarjetas para promocionar sus productos y agendó cinco citas importante y además, varios encuentros para ir a beber.

"¡Inukai!"

De repente alguien gritó su nombre desde la puerta principal por lo que miró hacia atrás sin darse cuenta. Y como se encontró a su hermano, Takaaki, en su misma línea de visión, pareció no tener más alternativa que ponerle mala cara. Después de todo, si hubiera sabido que iba a estar allí, habría regresado temprano a casa o lo que es más, ni siquiera hubiera venido. 

"Hermano..."

"Ha pasado mucho tiempo, Takaaki-san."

No había tenido noticias de su hermano desde el intercambio de mensajes hace aproximadamente unos dos meses. 

"Dios, es la primera vez en un año que me ves a la cara y de todas maneras te pones a actuar así. Además, ni siquiera fuiste al cumpleaños de mamá."

"Estoy ocupado con el trabajo". 

Sin responder a eso, el hombre miró a su alrededor,

"¿Por qué estás aquí? Creí que le habías dicho a papá que todo este mundo ya no era asunto tuyo." 

Debido al color de su cabello, claro, rubio, y a sus hermosos ojos de pigmentación clara que había sacado de su abuelo noruego, a veces las personas en la universidad se le acercaban y preguntaban: "¿Son hermanos o medio hermanos?" "¿Son adoptados?" "¿Son parientes?" Y como era de esperar, tenían que aclarar los malentendidos cada vez.

"Es por trabajo. Mi pareja no está aquí."

Su hermano respiró profundo.

"Mala suerte." 

Después de todo, si estaba buscando a Kawachi.

"Me duele que estés dispuesto a juzgarlo tan rápido."

"... Hermano, todos cometemos errores cuando somos jóvenes".

Tuvo un mal presentimiento con el principio de sus palabras, casi como si estuviera escuchando a su papá. 

"Es mejor admitir el error y corregir la trayectoria de tu camino antes de que se vuelva muy tarde".

Podía ver lo que eso significa... Y lo estaba haciendo sentir furioso. Al parecer, la relación entre Kawachi e Inukai se estaba clasificando como un "error" en su familia solo por el simple hecho de que era un O. 

"No sé de qué estás hablando."

"Tú y tu pareja... Ambos deberían buscar a alguien que se adapte a sus propios atributos."

Inukai respiró hondo.

"Parece que hay un malentendido, así que voy a corregirte. Esto no es un error, lo elegí YO mismo."

"Ja, justo elegiste al Omega."

"Sí, justo al Omega."

"¡Si tienes tanta confianza en tu pareja llévalo a la casa de tus padres, hombre! Enséñaselo a tu familia a ver si eres tan valiente."

Inukai se rió.

"No, no se trata de eso. Mi compañero no es un espectáculo y no lo voy a llevar a la casa solo para que todos giren la cabeza en su dirección y comiencen a juzgarlo. Si quieren verlo, perfecto, vengan a mi casa y hablen como personas decentes. A ver si tan valientes."

Intentaba comportarse con calma, pero el hilo de la razón se le rompió en un segundo e Inukai terminó por estrellar el contenido de la copa de vino que tenía en la mano contra el pecho de su hermano. Lo mismo ocurrió con Takaaki, quien lo empujó hacia atrás. 

"No comiences una pelea que vas a perder."

"Ja. Créeme que si pudiera ya te hubiera golpeado, solo lo estoy aguantando por mi jefe."

"Por un Omega."

"¡Mi pareja es un buen hombre! Solo porque entró en celo no significa que sea una persona loca que seduciría a todo el mundo. Y si lo insultas otra vez, cortaré los lazos con ustedes definitivamente. ¡Al demonio con todos!"

Dejando el vaso vacío sobre la mesa, Inukai se acercó a Komaki, quien realmente se había convertido en un cuadro en la pared, y le comunicó: 

"Lo siento. Me siento mal, así que necesito irme a casa primero".

"Bueno pero, ¿Estás bien?"

"No es nada, no te preocupes."

Se subió a un taxi y dio la dirección de su casa. La frustración no había disminuido para nada y fue todavía peor cuando su hermano comenzó a mandarle mensajes. ¡Maldita sea! Quería ver la cara de Kawachi pronto. Deseaba abrazar a Yu, ver a Hirota y quedarse en cama toda la noche.

Entonces, escuchó el tono de llamada de su teléfono celular. No quería verlo por temor a que fuera su hermano otra vez pero, como ya era costumbre en él tras volverse padre, también comenzó a preguntarse si acaso se trataba de algún asunto relacionado con su casa.

Lo revisó:

[Kawachi.]

Pero colgó tan pronto como contestó el teléfono e incluso si volvía a marcar, no conectaba. Trató de mandar un mensaje, pero no hubo respuesta incluso aunque lo marcaba como "leído". Al final, cuando llegó a casa, eran alrededor de las 10 de la noche y Kawachi aún no había regresado. Es más, Sawako todavía tenía cargando a los bebés: 

"El señor Kawachi me habló por la tarde. Dijo que era posible que no pudiera regresar temprano y que por eso cuidara de los niños hasta que usted viniera."

Sawako estaba inusualmente preocupada. 

"Pero cuando le pedí una razón, no me dijo nada."

Inukai también estaba con los nervios hasta el tope así que contactó a la jefa de Kawachi, la señorita Nonaka. La única personas en la empresa que sabía que estaba casado. 

[... Sí, buenas noches. Soy Inukai. Kawachi no ha regresado a casa así que me preguntaba si estaba tomando turnos extra o algo así]

Nonaka respondió: [No. Se fue temprano porque no se sentía bien.]

Inukai se puso blanco.

[Dios...]

[Tal vez está en un hospital.]

Le agradeció a Nonaka y colgó para inmediatamente comunicarse con el hospital de especialidades O donde estaba el médico de Kawachi. Sin embargo, tampoco fue visto ni hospitalizado. El empleado contacto al especialista que lo atendía pero según él, la consulta de Kawachi fue hace tres días y en ese momento, solo alcanzó a recetarle un supresor bastante fuerte para el celo. La última vez que Kawachi entró en este estado, fue dos meses después de dar a luz a Yu así que si calculaba las cosas en base a eso, esta vez vendría de nuevo la próxima semana.

[¿Qué tan efectivo es ese supresor?]

Preguntó Inukai. 

[La duración es corta. Pero una vez que tome el medicamento, puede ganar tanto tiempo como para tomar un taxi y venir al hospital.]

Inukai le dijo al médico que lo notificara tan pronto como Kawachi apareciera y le pidió a Sawako que cuidara a los niños por unas horas más.

"El ciclo de celo tal vez le llegó y es posible que se haya caído en algún lugar. Tengo que buscarlo".

Después de darle un beso muy rápido a sus bebés, Inukai tomó su billetera y su teléfono celular y se fue directo a la calle. Sin embargo, no sabía dónde buscar o a quién preguntarle. Después de todo, todo se reducía al supermercado o al parque al que siempre iban con sus niños. Pero no. No olía a él. Lo buscó y lo buscó y llamó a Kawachi sin parar en cada sitio al que entraba. El ciclo de celo de Kawachi era tan peligroso y fuerte que solo comenzó a pensar en el peor escenario posible. ¿Estaba encerrado en algún lugar? ¿Sería violado por un extraño? ¿Estaba tirado? ¿Estaba en otro hospital? Incluso comenzó a jalarse el cabello sin darse cuenta.

Quería ayudarlo, pero no podía. 

Quería encontrarlo, pero no sabía dónde buscar.

No sabía a quién recurrir porque solo tenía un billete, un boleto para el tren, un presentimiento desagradable en su pecho y un horrible latido justo en la cabeza.

Quizá Kawachi quería morir otra vez. Posiblemente era lo mismo de antes. Había elegido la muerte sobre el sexo y en lugar de otro embarazo con él. ¿Pero por qué? ¿Por qué quería hacerlo? ¿Por qué seguía pensando en morir cuando había hecho todo lo posible para evitarlo? Amaba a su hijo, estaba contento de que naciera su bebé. Le había conseguido un psicólogo, iba a terapia cada semana y Kawachi se estaba recuperando tanto que pensó que ya lo aceptaba. Pensó que ellos se había vuelto su motor para vivir. Pensó que viviría por ellos...

"¡Por favor, Kawachi! Por favor, sal. Sal. ¡Kawachi! Kawachi, por favor".

Los transeúntes lo miraban gritar, pero no le importaba tener los ojos de todos encima. ¿Dónde estaba? ¿Dónde se estaba escondiendo? Por favor, por favor, por favor.

"Dios, por favor..."

Llegó un mensaje.

Solo ver la palabra "Ya no puedo" de Kawachi hizo que sus manos temblaran. No estaba respirando. 

[¿Dónde estás ahora?]

Lo leyó, pero no había respuesta.

[¿Dónde estás? ¿Qué estás haciendo?]
[Voy a llegar allí de inmediato. Por favor, dímelo.]
[Por favor, dime. Dime dónde estás.]

Cuando estaba enviando estos mensajes, uno tras otro, recibió una dirección y un número de habitación similar a los de un hotel. Inukai se subió a un taxi y le mostró al conductor la dirección que se mostraba en la pantalla de su celular. Después de eso, envío un mensaje a Kawachi muchas veces, diciendo que "todo estaría bien", que respirara y que esperara por él, pero ya no lo leía.

El taxi se estacionó al lado de un motel que estaba a unos 15 minutos en coche del parque donde estaba Inukai. Saltó a la recepción, le dijo el número de la habitación y le pidió al encargado que le dejara entrar porque su pareja estaba en problemas. De vez en cuando, los O que estaban en celo, se escapaban a un hotel para protegerse de los agresores por lo que incluso le dijeron que podían llamar a una ambulancia solamente para él en caso de que hiciera falta. Y cuando llegó al tercer piso, donde estaba Kawachi, supo de inmediato la dirección sin necesidad de mirar el número de la habitación. Después de todo, un olor tan terrible como para marear a todos los huéspedes del motel se estaba filtrando hasta el pasillo por lo que hasta el recepcionista, que era B, se puso rojo en un segundo.

"Voy a ver... Voy a ver así que, por favor, que nadie se acerque". 

Abrió la habitación y la cerró de inmediato. De lo contrario, pensaba que el personal de recepción podría volverse loco

Como esperaba, la habitación estaba llena de las feromonas de Kawachi. Una sobre otra y tan increíblemente potentes que lo estaban asfixiando. Y en una esquina, el hombre que había estado buscando todo este tiempo permanecía acostado, con un traje y sobre la cama. Su teléfono celular y un boleto de tren estaba en el suelo.

Y luego, como si notara su presencia, lentamente comenzó a voltear la cara. No dejaba de llorar. 

"Estoy... Tan asustado". Sus labios estaban temblando. "Tengo tanto miedo, tengo tanto miedo de todo."

Al lado del teléfono, había una bolsa vacía con una receta médica y un supresor abierto. Al parecer, Kawachi, que estaba en celo, tomó el medicamento y huyó a un motel en lugar de a un hospital. ¿Pero por qué hizo eso?

"Estoy harto. Estoy harto de estar aquí. ¡No... No quiero tener sexo!" Gritó "¡No quiero quedar embarazado otra vez! ¡No quiero tener a tus hijos! No quiero... Ser un Omega y pensar en esto y no quiero... No quiero ser yo. No quiero seguir. Ya no puedo seguir."

Y gritó.

"¡Pero quiero ir a casa! Quiero ir a casa, quiero ir a casa, quiero ir a casa. Por favor, por favor llévame a casa." Estaba sacudiendo los hombros de una forma terrible. "Quiero irme a casa y quiero... Quiero ver a mis hijos así que... Ayúdame. ¡Ayúdame, por favor! Si me quedo solo, voy a morir. ¡Sácame de aquí antes de que termine por matarme de verdad! ¡Tengo miedo!"

Había elegido vivir antes que morir, por eso lo había contactado. Sin embargo, Kawachi dijo "ayúdame", pero "negaba" su existencia como pareja.

Lo odiaba.

"¿Pero cómo puedo ayudarte...? Si te acuestas conmigo, quedarás embarazado."

Fue una voz sorprendentemente fría. Después de todo, si esta persona se acostaba con un hombre al que no amaba, quedaba embarazado y daba a luz, todo esto iba a repetirse. Era un bucle. Y él era el único que intentaría detener a esta persona que quería morir con varios medios. Conexiones de sangre, emociones, hijos... ¿Y para qué? Solo... Terminaba siendo más doloroso.

"... Está bien". Kawachi seguía temblando con mucha fuerza "No me importa."

"No entiendo lo que..."

"¡Puedes hacer lo que quieras conmigo! Puedes ser violento, puedes lastimarme... Solo, haz que pare para que pueda ver a mi bebé. Aah, ah.. ¡Buaaa! Solo quiero estar con mis bebés."

Entonces eso le hizo pensar que además, siempre pensó en él como una persona cruel. Una persona realmente malvada. Un dispositivo de tratamiento, una máquina, el Alfa que lo violó... Pero nunca algo más.

Aún así, no podía ir en contra de su instinto. No podía dejar de sentir sus feromonas o ignorar un destino que parecía seguir derecho. Así que no tuvo más remedio que responder:

"Ok". 


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