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Amor Fati [ChanChang] por erickkbaj

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Capítulo II: Desconocidos.

“Simplemente no sé la razón

A menudo miro abajo estos días

Todo pasa tan lento

Dime cuando te detendrás.”

—DPR IAN ft. CL, DPR LIVE; No blueberries.

 

Habían pasado algunos días desde aquel peculiar encuentro en que se quedó sin dinero para la semana, pero finalmente se encontró con aquel chico en el mismo vagón se siempre, esta vez no estaba haciendo ninguna presentación, iba con ropa casual y no con la habitual chamarra verde con que lo conoció.

—Hola. —Llamó la atención del chico, no sabía por qué le estaba hablando. BangChan se consideraba un chico tímido, pero en esos momentos se sentía un tanto diferente. —¿Por qué no estás rapeando? Disfruto mucho de lo que haces. —Fue sincero, siempre que le veía iniciar sus presentaciones en los vagones ponía pausa a la música de sus audifonos para prestarle atención, lo consideraba alguien bueno, a veces fantaseaba con iniciar una conversación para conseguir un CD autografiado, pero ese no era su destino.

—Oh, muchas gracias…también por haberme dado el dinero…que se me cayó. —Hizo una leve reverencia haciendo que los hoyuelos del más alto se marcaran en una sonrisa. —Prácticamente me prohibieron hacer esas cosas en los vagones, hubo muchas quejas así que fui advertido. —Frunció un poco su nariz con molestia.

—Es una lástima. —Dijo haciendo un leve mohín.

—No tanto, no siempre hay buenas personas. —Suspira un poco mientras se voltea a verle. —Pero afortunadamente logré una presentación en un club, podrías ir, me estaré presentando y habrán más raperos, si te gusta el género deberías asistir es gratis la entrada, pero debes consumir algo. —

—Sería extraño ir en traje a esos lugares. —Se avergonzó un poco mientras el chico negaba.

—Las personas son extrañas, no serás el unico que llame la atención. —BangChan rió mientras se lo pensaba. —El tren esta por detenerse, es en esta estación, ¿Bajamos? —Y ahí estaba la oportunidad para salir de la rutina, de su zona de confort junto a un chico del que ni siquiera sabía su nombre.

No podía dejar de pensar demasiadas cosas, en ese momento la pantalla de su celular brillo, una llamada estaba entrando y por el nombre sabía que era del trabajo, incluso si su horario ya había acabado seguramente le estaría pidiendo que regresara para seguir con el trabajo, seguir siendo torturado por ese lugar que empezaba a odiar y que le estaba enfermando no solo el cuerpo, también la mente. Solo por inercia estaba por responder, la brillante sonrisa de aquel chico comenzó a borrarse, no sabía qué era lo que parecía atarle a él, existían muros y kilómetros que los separaban, pero estaba la incógnita y esa sensación que le daba aquel ser que, si sabía adentrarse bien, encontraría un paraíso.

El chico no podía esperar más, así que bajo un poco decepcionado pues la presencia de ese hombre le había inspirado una buena confianza, se sintió un poco tonto de nuevo, nadie en su sano juicio, nadie con la imagen de ese hombre trajeado va a dejar de lado su trabajo para ir a pasar un agradable rato con un desconocido, menos con la música de por medio, pues nadie en ese país le podía tomar enserio. Mientras avanzaba fuera de los vagones su piel se erizó, sintió un leve peso encima de sus hombros, haciendo que elevara la cabeza y girara a su izquierda, viendo esos hoyuelos marcarse al borde de la sonrisa de ese hombre.

—Me llamó BangChan, por cierto. —Ahí estaba, caminando detrás de él guardando su saco en su mochila, quitándose su corbata y remangando su camisa mientras apagaba su celular.

—Seo ChangBin. —

***

Estaba totalmente sudado, había perdido la mochila donde estaba su saco y poco le importaba, recordaba los viejos momentos en donde compartía sus creaciones básicas de canciones con sus amigos, todos saltando al mismo tiempo, así como ahora, ChangBin tenía razón, había más personas sobresaliendo, pero poco importaban cuando la pasión por la música los unía para disfrutar del espectáculo que estaban teniendo.

Dejó de contar cuantas botellas de cerveza había consumido, sus ojos no se despegaban de los de ChangBin, mucho menos cuando este subió al escenario, cada gesto y palabra parecía estar dirigidas a él, quizá todo estaba en su mente o simplemente recorriendo sus venas y pulmones pues podía reconocer el olor en el aire de marihuana quemada.

Sus pies le estaban matando, había olvidado lo que podía decirse vivir, sentir de todo menos preocupaciones, era un lado completamente en el que en se bar ocurría, pues sabía que todos eran diferentes bajo la luz del día. Sus labios estaban sobre los de aquel chico que apenas había conocido, pero se sentía como un viejo amigo. Centrados contra la pared mientras sus lenguas luchaban la una con la otra, mientras el resto del publico disfrutaban del show del siguiente artista, ensimismados en su mundo y dejándoles vivir pues a nadie le importa si dos hombres se besaban en ese momento.

BangChan tenía contra la pared al menor de los dos, dominando el ritmo del beso mientras le inmovilizaba sus muñecas, pero aquel hombre no se iba a quedar quieto, viendo como quería llevar las cosas, además, estaban siendo embriagados por el ritmo adictivo de la música, el menor subió su pierna para rodear la cintura de BangChan, le atrajo con fuerza, tomándolo desprevenido para zafarse de ese agarre y así disfrutar del tacto con ese cuerpo, en un momento el más alto tenía al contrario recargado contra la pared, con sus piernas rodeando su cintura y meciendo sus pelvis en movimientos erráticos, encontrándose para robarse jadeos, jalando sus cabellos para exponer el cuello blanco, dejando marcas de sus labios, metiendo mano debajo de sus atuendos opuestos compartiendo el momento mientras disfrutaban de sus bocas conociéndose mejor que con cualquiera antes hubieran imaginado.

—¿A dónde se supone que vamos? —Cuestiona mientras BangChan abraza al menor de ambos, caminando en medio de la calle a las cuatro y media de la mañana

—Tu turno inicia en unas cuantas horas y estas borracho y oloroso. —El mayor se separó un poco mientras veía aquella tienda de conveniencia, no estaba tan lejos de casa, solo debería de doblar en la siguiente cuadra.

—¿Y qué tiene? —

—HyunJin, abre un paquete de fideos. —El chico de cabellos largos asiente con un bostezo, en caminándose a colocar el agua para hervir y preparar todo.

—Pensé que llegarías tarde. —HyunJin habla viendo a la pareja, extrañado de ver a ChangBin acompañado por alguien distinto a sus usuales amigos.

—Estan por ser las cinco de la mañana, ya iniciará mi turno, soy responsable. —BangChan escuchó aquello, seguramente eran de esas tiendas abiertas las 24 horas.

—¿Me prestas tu baño? —Todos voltearon a ver al recién llegado, BangChan lo reconoció como el chico que se subió al escenario después que ChangBin, J. One recordaba era su nombre artístico.

El chico cargaba a otro, caminando con prisa mientras todos se quejaban de su aroma, por su estado y los sonidos del baño seguramente estaría vomitando.

—Ya me estaba preguntando en qué momento JiSung y MinHo llegarían a usar el baño. —HyunJin acercó el bowl de fideos a BangChan mientras tomaba asiento con ellos.

Era algo extraño para él, pues esas actitudes nunca las hizo siquiera cuando fue universitario, iba a pequeñas reuniones y llegó a emborracharse, pero nunca a ese grado, estaba un poco contento, y preocupado pero satisfecho. ChangBin y su amigo le ayudaron a verse más presentable y a bañarse en perfume para ir a la oficina en esa mañana, ChangBin se quedó cubriendo su turno mientras HyunJin regresaba a casa a descansar mientras JiSung llamaba un taxi para él y MinHo.

—Hasta que por fin te besas con alguien. —Murmuraba JiSung saliendo del baño.

—Es la primera vez que lo hago, no me beso con desconocidos. —Responde.

—¿Y dejarás que sea un desconocido? —ChangBin solo sonrió amplio mientras el primer cliente de su turno llegaba.

Notas finales:

Gracias por leer


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