Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Clockwork Absolution por hana midori

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola, hola! Uy, ya casi terminamos esta historia :D cinco capítulos más y es todo. Pero bueno, por ahora les dejo el siguiente episodio, que aunque no es de mis favoritos, sí tiene un detalle que me encanta y espero que a ustedes también ;) Si ven un error de ortografía o de redacción, una disculpa <3

 

Day 10: Bubbles.

 

Cuando Jack fue consciente de sí mismo, lo primero que hizo fue mirar hacia abajo. No esperaba encontrar sus piernas, ni tampoco le sorprendió ver el metal que había en lugar de éstas. Por primera vez, miró sabiendo lo que iba a encontrar, y la vista le resultó tan surrealista que no pudo evitar extender una mano para comprobar que era verdadera: la pesada y horrible cola de Pitchiner se había ido. Ya no estaba conectada a él, ya no se descomponía y oxidaba ante sus ojos. Ahora había una cola plateada, con diseños de escamas tan delicados que, por un segundo, temió que se caerían ante el roce de sus dedos. Pero no lo hicieron, sino que se mantuvieron en su lugar, abrazándole y abrazando los espacios donde el agua color turquesa emitía brillos como los de sus medusas. Era una visión irreal. Era una visión bellísima.

 

Poco a poco, Jack fue dejando de centrar su atención en la cola y empezó a hacerse consciente de sus alrededores. Jackson estaba a su lado, sosteniendo la mano que no tenía sobre su prótesis. Detrás de su hermano, estaba Hiccup, quien dividía su atención entre él y los aparatos que le monitoreaban. Fue en ese momento que se percató de que no todo él estaba sumergido en agua, algo que le resultó tan extraño como perturbador.

 

—Voy a volver a dormirte, Jack, —le dijo Hiccup, con una voz que se oía lejana. —Sólo quería que tu hermano viera que estabas bien.

 

Jack ladeó un poco la cabeza. Podía ver en los ojos de Jackson que algo había pasado, algo no fatal pero sí importante. Tendría que preguntarle después, cuando se sintiera mejor. Entonces desvió su mirada de su hermano y la posó sobre Hiccup, mientras sonreía.

 

“Me encanta” murmuró. La expresión en el rostro de Hiccup se suavizó en extremo. Jack ensanchó su sonrisa, concentrándose en la dulzura que podía ver en él mientras todo lo demás comenzaba a ponerse negro a causa de la anestesia.

 

—Te veo pronto, —le dijo Hiccup. Jack asintió, dejándose llevar.

 

Así fue en unas cuantas ocasiones más. Hiccup le despertaba unos minutos, ya fuera para revisar sus avances o porque Jackson quería ver que seguía ahí con ellos. Luego se enteraría que eso fue gracias a que la segunda fase, es decir, la instalación de su nueva prótesis, le llevó a Hiccup mucho más tiempo del que había planeado originalmente. Ello, a su vez, derivó en que no sólo tuviera que dormirlo sino prácticamente inducirlo en un coma temporal. Jackson no había estado tranquilo por esto, y no dejó a Hiccup en paz hasta después de que lo despertó por primera vez.

 

Claro que de eso no tenía idea por el momento, y los despertares temporales le resultaron como un pasar de días sin movimiento, un transcurrir del tiempo sin marcado de segundos, minutos y horas. Porque durante los mismos era consciente de que las cosas estaban avanzando, pero no era consciente de que tanto. Así que estaba en ese limbo, que aunque extraño, era agradable, porque no sentía dolor y siempre había caras familiares cuando abría los ojos.

 

Luego, un día, se despertó en su bañera, cubierto por el agua tibia. Supo mucho antes de que Hiccup se lo dijera que ya no habría drogas para dormirlo, y el tiempo comenzó a volver a él igual que el crecimiento de la luna en el cielo: gradual y suavemente. Fue durante este periodo de reincorporación que se enteró del asunto de su coma inducido, de las dificultades que representó no poder tenerlo tan cerca del agua cuando su cuerpo ya estaba prácticamente adaptado a ésta, y de las dos semanas extra que todo el asunto tomó. Así, en lugar de dos semanas, estuvo dormido casi cuatro. 

 

—Sí, dio miedo, —admitió Eros, mientras se recargaba más en el borde de la bañera, —pero ves, al final todo se resolvió. Hiccup siempre nos dijo que te ibas a recuperar, porque eres más fuerte de lo que aparentas.

 

¿Lo era? No lo creía realmente. Si hasta ahora había podido mantenerse en una pieza, era porque Hiccup siempre cuidaba no someterlo a cosas que no iba a poder soportar. Y cuando tenía que abrirlo o curarlo, lo hacía con mucha delicadeza para no manipularle de más.

 

“¿Cómo estuviste tú?” le preguntó Jack, imaginándose que no le habían considerado demasiado a él.

 

—¿La verdad? También preocupado, —admitió, buscando su mano y apretando sus dedos con firmeza, —pero intenté que no se me notara demasiado. Tu hermano estaba ya demasiado sensible como para que además de tener que consolarse a él mismo, tuviera que consolarme a mí.

 

Jack entendía eso perfectamente, en especial porque, aunque ellos dos habían sido quienes sufrieron las modificaciones y las pérdidas, existían tiempos donde pasaban de ser los protegidos a los protectores, infundiendo confianza y cariño a Jackson y Hiccup cuando se extraviaban dentro de sus preocupaciones.

 

“Gracias por estar al pendiente de Jackson”

 

Eros bajó la mirada no bien terminó de armar esa oración con sus manos. Jack pensó que no le había entendido, sin embargo, antes de que pudiera repetirla, Eros apresó sus dedos entre los suyos, sin elevar su rostro.

 

—Hay algo que tengo que decirte, —le anunció, en voz baja, —pero lo haré cuando te sientas mejor, ¿de acuerdo?

 

Jack no tenía idea de que podía tratarse, pues aunque entendía que era lo suficientemente importante como para que Eros se lo adelantara de esa forma, no era capaz de imaginar algo de ese calibre. Todo lo que se le ocurría, o era demasiado grave y no podía esperar, o era una tontería y no merecía ese preámbulo. Al final, sin tener la más remota idea, asintió, regresándole el apretón.

 

“De acuerdo”

 

El asunto quedó zanjado. Jack, poco a poco, fue mostrando mejoría, hasta que una buena noche Hiccup le dijo que era momento de que volviera al tanque. Jack aceptó emocionado, pues desde hace tiempo deseaba probar si realmente su cola era tan ligera como le parecía. Y es que, aunque el agua no le cubría en su totalidad dentro de la bañera, si le permitía moverla un poco en ciertos ángulos, y la flexibilidad y ligereza con la que podía hacerlo era sobrenatural.

 

Así pues, todos se reunieron para la prueba, y en cuanto Jack estuvo en contacto con el agua del tanque, se lanzó fuera del columpio. Su violenta zambullida causó un espiral de burbujas que le obstaculizaron la vista, pero eso no le importó en lo más mínimo. De inmediato se puso a nadar, notando la firmeza con la que su cola le respondía, la velocidad, la suavidad. Era como si en verdad formara parte de él. Era como si en verdad estuviera hecha de escamas y piel y no de metal.  

 

Jack siguió moviéndose, haciendo piruetas, subiendo a la superficie y bajando con gran rapidez. Conocía tan bien el tanque que, aunque las burbujas de sus trucos no le dejaban ver, en ningún momento chocó contra los cristales o las piedras que estaban distribuidas en su interior. Aunque eso sí, le dio dos golpes con la cola a un pobre pez que, para cuando Jack se detuvo por fin, nadaba completamente de lado.

 

Jack lo tomó entre sus manos. Después miró hacia afuera y encontró las sonrisas de su hermano, de su mejor amigo y de Hiccup. Parecían tan satisfechos como él, y, aunque Jack no había dicho con palabras como se sentía, resultaba obvio. Tan obvio que Hiccup se adelantó sin decir nada para recibir el pececito luego de que Jack subió a la superficie y lo dejó caer fuera del tanque.

 

—Me vas a tener que enseñar a nadar si quieres que te siga en esas vueltas, —exclamó entonces Eros. Jack soltó una carcajada que llenó sus labios de burbujas cristalinas.

 

“No es tan difícil. Lo más complicado es la respiración”

 

—Aja, claro. Sólo tengo que poder respirar bajo el agua, ¿no? Muy sencillo, —lo último lo dijo haciendo largo el sonido de la “u”, algo que, por alguna razón, le causó más gracia a Jack de la que debería.

 

—Mañana pueden seguir hablando de eso, —interrumpió Hiccup, dándole un toquecito en la cabeza a Eros. —Jack, necesito que hagas algunos de tus ejercicios antes de dormir. Vendré a media noche para ver como estás, ¿De acuerdo?

 

Jack asintió. Eros fue el primero en despedirse. Lo hizo de una forma muy curiosa, llevándose dos dedos a los labios para después dibujar en el aire un arco con ellos. Tanto Jackson como Hiccup le miraron extrañados, pero no Jack. Jack sabía bien por qué lo hizo y no pudo evitar poner los ojos en blanco. En cualquier caso, detrás de Eros fue Jackson, obviamente luego de decirle buenas noches.

 

Hiccup se quedó un poco más. Y es que, después de revisar rápido al pez, se dio cuenta de que sólo necesitaba que volviera a poner bien el mecanismo que le permitía girar. Lo hizo bastante rápido, apenas en cinco minutos, y luego de devolverlo al tanque y comprobar que todo estaba bien, empezó a decir adiós.

 

Jack, sin embargo, le hizo una seña para que no se diera media vuelta. Hiccup se quedó cerca del cristal, esperando para ver qué quería decirle. Entonces Jack, tomando valor, se llevó dos dedos de cada mano a los labios. A continuación, lanzó una bocanada de aire, al mismo tiempo que se quitó los dedos de la boca para dibujar con ellos la figura de un corazón. Hizo tan rápido esas dos cosas que las burbujas, en lugar de salir sin orden, le siguieron y mantuvieron el corazón unos segundos en el agua.

 

Jack no esperó a ver la cara de Hiccup. Inmediatamente se alejó del cristal, escondiéndose entre las rocas más alejadas que había en el tanque. Ahí se quedó, quieto, incapaz de controlar sus propios nervios, recordando lo que esa tarde había descubierto con Eros en unos libros sobre sirenas:

 

—Hey, aparentemente hay algo que llaman “besos de sirena”. Dicen que los hacen con burbujas, —Eros hizo unos cuantos movimientos, entre los que se repetían llevarse los dedos a la boca y dibujar formas en el aire. —Deberías intentarlo.

 

“¿Y a quién le voy a mandar besos?”

 

—Jack, aunque te quiero con todo el corazón, no te veo de esa manera, lo siento, —Jack puso los ojos en blanco, pues eso no era lo que había preguntado, —pero podrías darle uno a Hiccup.

 

La sola mención del nombre hizo que Jack se pusiera completamente rojo. Eros, quien le dedicó una mirada pícara no bien lo dijo, soltó una risa encantada y empezó a pedirle, no, a exigirle, que lo hiciera, que iba a encantarle… y ahora Jack se arrepentía de creerle. Bueno, no… no realmente. Sólo…

 

Hiccup seguía ahí, de pie frente al tanque. Jack permaneció escondido detrás de las rocas. Pasaron unos cuantos segundos más, segundos que se sintieron como horas, hasta que Hiccup acercó su rostro al cristal y… para cuando Jack fue consciente de lo que hizo, Hiccup ya se había ido. Pero todavía podía ver el resultado gracias a la luz de las medusas y al poco vaho que todavía no se disipaba del vidrio: un pequeño corazón hecho de círculos que, seguramente, eran en realidad burbujas.

 

Notas finales:

¡Y eso es todo! Ahora saben que es un "beso de sirena", jajaja. Pueden buscar videos, realmente son bonitos. Quisiera aprender a hacerlos :,c pero bueno, ¡espero les haya gustado el capítulo! Por fin Jack va avanzando emocionalmente <3 ¡Nos vemos el sábado!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).