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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Siguiendo a Hyewon como un cachorrito, Dohan se aclaró la garganta muy ruidosamente mientras se dedicaba a ver para todos lados. Había mucha gente en el hospital, así que pensó que lo iba a sacar de allí para acusarlo de violación y darle un buen puñetazo en el estómago. No. ¿Qué carajo estaba pensando? No importaba lo que hubiera pasado entre los dos en la noche, Kang Hye-won no era del tipo de persona que se iba a los puños primero cuando podía arreglar todo muy racionalmente. Sin embargo, estaba tan preocupado que todo tipo de pensamientos extraños comenzaron a pasar por la mente de Dohan sin ningún tipo de filtro.

El jardín abierto, en el piso medio del edificio del hospital, era un espacio común en el que nunca había estado antes. Y como ni siquiera era fumador, no se atravesaba ni por casualidad. Por supuesto, pensó que era lo mismo para Hyewon. 

Los dos se sentaron en un banco del jardín, con una taza de café entre las manos, y se quedaron sin decir una sola palabra por un tiempo que se sintió como una eternidad.

Ya era pasada la 1:00 de la mañana, no había nadie en el jardín y los pasillos estaban completamente deshabitados. Dohan luchó por reprimir la incomodidad que estaba trepando por todo su cuerpo y sin voltear a verlo, jugueteó con el vaso de papel que tenía en la mano mientras que rasgaba las correas de una bolsa de compras con la otra. Fue un acto natural de ansiedad, así que Hyewon, que lo notó a la perfección, bebió un sorbo de café y luego dijo:

"Im Dohan..."

"..."

Lo que tanto estaba temiendo finalmente había llegado. Dohan tensó todo su cuerpo.

"Dime."

"¿Por qué tienes los tobillos tan hinchados?"

Ante las palabras de Hyewon, Dohan miró de inmediato hacía sus piernas y se buscó los pies. Sus tobillos, que se podían ver bajos sus Crocs y bajo el dobladillo de sus pantalones, ciertamente estaban terriblemente hinchados. Y la verdad era que tampoco sabía lo que había pasado para que se vieran así de mal. Tan pronto como comenzó el día, tuvo una operación de dos horas y desde entonces, estuvo caminando de aquí para allá para no dejar ningún punto sin cubrir. No fue un horario difícil en comparación con lo habitual, pero, pensó que sus tobillos se hincharon porque no se puso sus medias de compresión como de costumbre.

El incómodo flujo de aire desapareció por un momento cuando las dos personas enfocaron sus ojos en la hinchazón de sus pies.

"¿Por qué no te pusiste tus medias?"

"Oh, creo que estuve muy distraído como para darme cuenta de eso."

"Ya..."

Y después de las palabras de Hyewon, el silencio volvió a caer entre los dos

Como si estuviera descalzo sobre el asfalto en pleno verano, Dohan sintió el aire cálido arremolinándose a su alrededor hasta un punto en que todo comenzó a sentirse muy incómodo. Estaba sudando profusamente y tenía la cara muy caliente, así que pensó en si levantarse del asiento y correr o solo intentar hablar de cualquier otra cosa. Pero, contrariamente a su corazón tan escandaloso, su boca no podía abrirse bien ante él y las palabras que no podía pronunciar, ni siquiera después de pensarlo todo el día, siguieron resonando en su garganta hasta un punto en que sintió que se iba a ahogar con ellas. Dohan se lamió los labios y pensó: "Vamos. Tú puedes. Simplemente confiesa, se golpeado y acaba con esto." Así que volvió la cabeza y miró a Hyewon. Le había llamado mucho la atención su puente nasal afilado y esa línea de su mandíbula, delgada, pero no demasiado frágil. Kang Hye-won, el hombre más guapo del universo entero, estaba tan cerca que no podía apartar los ojos de su cara incluso aunque él siguiera atento en las piernas hinchadas de Dohan. Y ya que tenía la cabeza ligeramente inclinada, podía ver incluso cada una de esas bonitas y largas pestañas en su cara y sus diminutos lunares. Además, cada vez que soplaba el viento, algunos mechones de cabello volaban y rozaban suavemente sus ojos hasta el punto en que parecieron unas cortinas. ¿Le hizo el amor con una cara así de hermosa? Dohan pintó su rostro, de la noche que no podía recordar, en su cabeza, y tan pronto como obtuvo una reacción en su vientre, rápidamente carraspeó e intentó concentrarse en algo más. Tal vez estaba actuando como si alguien le hubiera puesto pegamento en los labios, pero eso no era un impedimento para que sus pensamientos siguieran filtrándose de una manera bastante explícita.

Dohan finalmente sacó la bolsa de compras para intentar bloquear la mirada de Hyewon.

"Toma."

"¿Es para mí?"

"Ajá. Es para que puedas cambiar esos zapatos tan feos que tienes."

Dohan le entregó a Hyewon la bolsa de compras que había estado cargando desde ayer en la noche.

"¿En serio?

Hyewon miró alternativamente dos pares de Crocs y a Dohan. Las cejas rectas no se le movieron ni un poco, pero era evidente que tenía dudas al respecto.

"Es que uno es mío."

"¿Los jibitz también?"

"Sí. Velos y dime si te gustan."

Hyewon seguía sin expresión. Sus labios, sus ojos y sus cejas estaban increíblemente rectos, pero Dohan igual sintió que le gustaba muchísimo su regalo. Y cuando mostró signos de querer decirle "gracias", él simplemente giró la cabeza y miró hacia el oscuro cielo nocturno como si este fuera un intento desesperado por no enfrentarlo más. Este siempre había sido su problema. Do-han, que solo coqueteaba, tenía sexo casual y nunca hablaba de sus sentimientos, tenía un problema realmente serio en cuanto a dejar la vergüenza y organizar sus ideas apropiadamente. ¡Ni siquiera sabía cómo sacar tema de conversación!

"Yo..."

Pero entonces, un par de dedos fríos tocaron el tobillo de Dohan, que estaba perdido en su mente complicada, y lo hizo saltar de su asiento debido a lo inesperado que fue sentirlo. No era una exageración decir que había perdido completamente la consciencia cuando su pierna se levantó de repente para quedar bien recargada contra su pecho.

"Es bueno mantener las piernas en alto cuando las tienes hinchadas."

"De... Déjame en paz. No puedo beber mi café en esta posición."

Pero no era por el café. El café era solo una excusa para que lo soltara antes de que viera su rostro tan terriblemente encendido. Do-han trató de que Hye-won dejara que se pusiera de pie, pero Hye-won le dio fuerza a sus movimientos y ​​no pareció querer soltarle el tobillo por nada del mundo. Más bien, ahora le estaba quitando los crocs, verificando el grado de edema y comenzando a frotarle los dedos de los pies y a girar lentamente su tobillo en pequeños circulitos. 

"Detente, Hye-won..."

Cuando estaban en la universidad y Dohan regresaba del entrenamiento y tenía las piernas o los pies terriblemente hinchados, Hyewon le daba masajes cada una de las veces hasta que se sentía considerablemente mejor. En ese momento, no era nada importante para él, y más bien, le gustaba bromear y hasta decirle que frotara más fuerte. Pero ahora no podía actuar así. Como alguien que había hecho algo muy malo, Dohan se cubrió la cara con el brazo y se mordió el labio inferior para intentar no hablar. Fue vergonzoso que tocara sus pies, pero estaba más preocupado en concentrarse en no soltar un gemido o hablar de más.

"Dohan..."

"..."

Hyewon presionó suavemente su pantorrilla con la punta de sus dedos. Y a diferencia de Dohan, que sentía que todo su cuerpo estaba hirviendo en lava, la mano de Hyewon pareció inmensamente helada. En realidad, hasta estaba demasiado tranquilo.

"Si es difícil, no tienes que esforzarte. Solo relájate..."

"… Kang Hye-won..."

Los dos intercambiaron sus nombres. 

Hye-won estaba demasiado cerca, pero igual Do-han no podía alejarlo, quitarle los pies de encima o sacar las palabras que había guardado en su interior todo el bendito día. Nada de eso. Fue lo mismo con Hyewon. Lo había pensado innumerables veces durante toda la noche mientras Dohan dormía, pero ahora pensó que no podía llegar a una conclusión tan fácilmente. ¡Había demasiado que perder! Además, cada uno de los pensamientos de Hyewon eran negativos porque las acciones y comentarios de Dohan en el pasado no fueron precisamente agradables. Decía "¿Yo? ¿Tener novio? ¿Por qué haría eso?" y "Nunca me involucro con mis compañeros de trabajo." Por supuesto que cada una de estas palabras siempre hicieron que se rindiera incluso antes de que pudiera comenzar.

Hye-won, un amigo y compañero de trabajo, probablemente era el más alejado de poder tener una oportunidad con Do-han.

Para Hye-won, pareció que todo estaría perdido si se confesaba solo para estar cómodo consigo mismo. Tal vez le rociaría el café que tenía en la mano y luego de eso, el vínculo de la relación se rompería como lo hizo en la preparatoria.

Hye-won miró a Do-han, con los mismos ojos tranquilos de siempre. Su mejor amigo tenía las puntas de las orejas rojas y las mejillas ardiendo igual a si tuviera muchísima fiebre, pero estaba tan confundido que pensó que solo era algo creado por su propio deseo y sus ganas de ver algo en donde no había nada. Tal vez estaba avergonzado porque se acostó con alguien como él, o debió estar maldiciendo la escena por dentro. Y mientras Hye-won tenía curiosidad por los pensamientos de Do-han, la cabeza de Do-han también estaba muy ocupada por lo que estaría dentro de la mente de Hye-won.

"Voy a confesarme", pensó. "¡Sí! Es tu oportunidad. ¡Hazlo ahora!" Y si gracias a eso no volvía a ver a Hyewon a la cara, aunque sería doloroso, de alguna manera se sentiría mejor que tener este dolor tan constante en el pecho.

Dohan decidió ser valiente:

"Kang Hye-won, quiero decirte algo importante..."

Al contrario de lo decidido que estaba, su boca no podía dejar de temblar. Incluso sintió como si de repente estuviera cayendo al suelo sin cesar, arrojado desde el techo del hospital rumbo al vacío. Fue vergonzoso y tan aterrador, que su corazón latió y latió igual a si fuera a explotar. "Boom, bang, bang, bang" una y otra vez y otra vez en sus oídos. Fue la primera confesión que estaba haciendo en toda su vida y descubrió que requería más paciencia que coraje. Era la paciencia para renunciar a estos sentimientos y sensaciones desagradables y no huir, enfrentar su mirada y quedarse quieto sin importar todos los pensamientos desagradables que tuviera en su cabeza.

"Do-han, sé lo que estás pensando".

"¿En serio?"

"Sí. Estabas borracho y cometiste un error. Fue como siempre. Es como un hábito tuyo."

El rostro de Dohan estaba extrañamente arrugado. No importaba cuánto tiempo hubiera vivido una vida de libertinaje, esto que había pasado con él no era ningún hábito. Por supuesto, se acostaba con casi todo lo que se moviera, pero no era una basura tan promiscua como para atacar habitualmente a su mejor amigo así.

"Hyewon-ah, no es eso. Quiero decirte que tú me..."

"Solo me ves como una más de tus parejas sexuales."

Las dos personas, que tenían prisa, se enredaron en el aire y mezclaron sus palabras al mismo tiempo. Dohan detuvo lo que estaba diciendo y dudó de lo que acababa de escuchar, por lo que se golpeó la oreja una vez con la mano.

"¿Qué dijiste?"

"Que está bien. Solo fue un desliz que tuviste conmigo y, yo lo entiendo a la perfección así que no tienes que preocuparte tanto por esto ¿Bueno? No tienes que ponerte nervioso ni pensar que me debes nada. No debes pensar tanto en alguna excusa que darme".

"No entiendo..."

"Has estado pensando en cómo explicarme que fue un error. Piensas en como hacerme entender desde el momento en que despertaste. Está por toda tu cara."

"No, espera, Kang Hye-won. Eso no..."

"Entonces yo quería decirte que no te preocuparas. Da igual lo que pasó. Vamos a olvidarlo."

Las palabras que habían subido a su garganta hace un rato bajaron a la parte más profunda de su cuerpo de una vez. Ante las oraciones de Hyewon, Dohan perdió el corazón para confesarse.

"Claro. Sí." 

Dohan se levantó de su asiento, levantando la pierna tan bruscamente como si fuera a patear la cara de Hyewon. Durante todo el día, había estado pensando en Kang Hye-won hasta el punto en que era lo único que quedaba en su mente. No quería perderlo, era verdad, así que no deseaba confesarse ni duro ni imprudentemente... Pero las palabras de Hye-Won lo desmoronaron como una galletita. Y como Hyewon tampoco quería perder a Dohan, había hablado de una forma en la que pensó que haría que no se sintiera tan agobiado.

Obviamente le salió mal.

Dohan saltó de su asiento, agarró su bolsa de compras y miró a Hyewon.
 
"Tengo algo que hacer. Disfruta tu café."

Hye-won se levantó para seguir a Do-han antes de que se fuera, pero él no miró hacia atrás y en su lugar, salió casi corriendo del jardín.


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