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Agur a la Era Heian por MoonSpiky

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Notas del fanfic:

Holaaaaaa

Este fanfic en realidad nació hace ya varios años (cuando tenía 15), pero cuando la estaba subiendo, mi primito borró mi cuenta por los loles, encima mi laptop se dañó, y como no tenía guardados mis adelantos (que eran muchos), me desanimé y lo olvidé por años. En todo caso ya nadie conocerá esta historia XD Pero hace poco encontré en mi cuenta anterior de gmail, los caps que ya tenía subidos, así que me animé a continuarla. Obviamente he cambiado mi forma de pensar en estos años, así que de todos modos tengo que adaptar un poco los caps que tengo aquí, aunque trataré de ser lo más fiel posible a mi idea original (según lo que recuerde) incluso si eso significa un poco de cringe por mí misma UwU.

Muchas gracias a todas las personitas que se tomen el tiempo de leerme :D Espero de verdad que les guste.

Notas del capitulo:

Los dos primeros caps son más bien una introducción, espero que no sean demasiado aburridos :'c

El Incidente de Honnoji, discurso de un rey autoproclamado

Edward Newgate se dirigía a visitar a su gran amigo Roger en el templo de Zenshoji, contemplaba orgulloso la paz de su reino y cerró los ojos como esperando a que la calma que yacía en la colina llegara hasta el pueblo. Aún recordaba las últimas palabras que le había dirigido Roger antes de morir: “No confíes en nadie, incluso si piensas que yo confiaría en esa persona”, aún hoy seguía sin entenderlas. Al percatarse de que el sol se ocultaba emprendió camino nuevamente al palacio; se fue directo a su habitación y se disponía a descansar cuando uno de los daimyos y gran amigo suyo lo llamó desde la puerta 

–Muy buenos días, Marshall- Saludó informal

–Su  majestad, disculpe usted el atrevimiento, necesito decirle algo importante

–Pero por supuesto, ¿qué sucede, mi querido hijo? 

Marshall se quedó callado por un momento mientras tomaba de su bolsillo un objeto pequeño. Shirohige lo miró con atención, y de repente sintió dos pequeños pinchazos en la espalda. Se enderezó y miró hacia atrás

-¿Su majestad? ¿Se encuentra bien?

-No es nada, hijo, solo me siento un poco mareado

-¿Desea que llame al doctor?

-No, no, solo prosigue, ¿qué era lo que ibas a decir?

Y entonces sintió otros dos pinchazos en el cuello. La visión de Newgate se tornó oscura y borrosa, dio dos pasos hacia atrás y sostuvo su cabeza. Vio cómo Marshall se acercaba a él, preocupado

-Hay alguien…

-¿A qué se refiere?

-Me han disparado varios calmantes- dijo en un tono tan bajo que su consejero apenas y pudo escucharlo, y fue en ese momento que sintió otras dos agujas atravesar su piel

-¿Quién anda ahí?! Que se muestre inmediatamente!- Gritó Teach mirando hacia todas partes -No logro ver a nadie. Majestad, sosténgase de mí, lo cubriré e iremos al doctor- dijo mientras agarraba el brazo de su autoproclamado padre y lo pasaba por su hombro. Pero Edward estaba prácticamente inconsistente

-Mu...chas gra…

No pudo terminar su última frase, de un momento a otro sintió que algo había atravesado su pecho. Llevó su mano derecha hacia sí mismo y se encontró haciendo contacto con un líquido espeso y caliente, entonces miró a Teach

-¿Cuántos calmantes vas a necesitar?, maldito monstruo- Dijo tajante a la vez que clavaba, aún más, una daga en el pecho del emperador, quien se sentía demasiado mareado para reaccionar. Edward Newgate miraba aterrado el rostro del que se hacía llamar su hijo, quiso preguntar porqué lo hizo pero su corazón se estaba deteniendo, su vista se nubló y se empapó en su propia sangre. Marshall reía en sus adentros mientras retiraba la daga y hacía una reverencia –Con su aquiescencia me retiro- expresó en un tono de burla y se fue rápidamente.

Marchaba feliz cuando escuchó la algarabía de los sirvientes

–¡El rey! Ohh Dios mío ¿quién ha podido hacer esto?

Teach corrió hacia el lugar del homicidio y su rostro se descompuso como si de verdad le hubiese afectado

–¡Su alteza, guardias! Cierren el castillo, no dejen que nadie entre ni salga- y mientras se buscaba al asesino, la voz corría por fuera del palacio y los habitantes recibían la noticia consternados; pronto todo el reino se enteró.

El criminal no fue encontrado, el pueblo estaba triste. Edward Newgate fue reconocido y alabado por todos, enterrado en el templo de Zenshoji, al lado de su mejor amigo y ocupando un nuevo sitio entre los mejores líderes del reino. Marshall D. Teach se preparó para hablar con el pueblo, planeando despedirse de su “preciado padre” y hacerse con el trono de una vez por todas, esta vez nadie le quitaría su corona

-Buen trabajo, Augur

...

Ese día, Hachinosu entero despidió a su amado emperador

–¡Mi amado pueblo!- Exclamaba a gran voz un narigudo corpulento, con una barba negra y algunos dientes faltantes –Hoy por hoy tendremos que enfrentar la mayor de las desdichas. A partir de este día hemos de llevar en nuestros corazones el recuerdo de éste, nuestro reino mientras, más que gobernado, fue guiado por un hombre memorable, devoto a su gente, pero que por obras aciagas del pérfido destino tuvo que marcharse a servir al lado del padre. Como su pueblo y sus fervorosos seguidores no debéis permitir que su ausencia os venza, y como él mismo lo hubiese querido, hemos de seguir prosperando apoyados en su legado, no dejéis que su partida se convierta en justificación de acato sino en vuestra voluntad de mantener en pie nuestro hogar ¡Nosotros eternizaremos su nombre y preservaremos nuestras tierras! ¡LARGA VIDA A EDWARD NEWGATE!-

La multitud exaltada coreaba su nombre entre lágrimas, algunos aplaudían y otros incluso saltaban. Poco a poco la algazara se fue aplacando y aunque daban por terminado el discurso, Teach continuó, cambiando un poco su tono inicial de voz –Sé muy bien y más que nadie que como Newgate o Gold D. Roger no habrá otro rey, pero ha llegado el momento de tomar decisiones. La vida misma ha conferido a aquellos que alguna vez estuvieron en el poder para ser probados y comprobados, y ellos hicieron su peor trabajo. Solemnemente se comprometieron a llevar a nuestro pueblo a un mejor futuro. Hoy en día, después de casi 70 años que tuvieron para mantener su promesa, no podrían citar un solo habitante de Hachinosu que testifique sobre la prosperidad prometida. Muy bien podríais dar testimonio de su benevolencia, pero el campesino es pobre y las esperanzas sociales de muchos se destruyen; por esto, y como fiel servidor de su majestad Edward Newgate que en paz descanse, y hermano menor de nuestro anterior soberano Gold D. Roger que goce también un descanso eterno, me permitiré anunciaros que deseo continuar con su regencia, renovando su forma de dirigir. Admiro sus ideales pero pensad ¡Es momento  de avanzar en lugar de sobrevivir!- culminó su oración levantando los brazos en un exagerado ademán de victoria, y enfrente de una antes efusiva multitud, sonreía de oreja a oreja. El auditorio se quedó en silencio total por unos segundos.

Pasado ese lapso de desconcierto, la mitad de la muchedumbre comenzó a pronunciar tímidamente el nombre del Daimyo y poco a poco el volumen de sus voces aumentaba. Proclamaban con un tanto de admiración el nombre de su nuevo rey, refugiados en sus palabras de florecer. Era cierto que los últimos años del gobierno de Newgate habían sido difíciles y el rey parecía no tener intenciones de hacer algo al respecto. Tal  vez tantos años de vida y gobierno habían creado en él una monotonía que lo volvió indiferente. Empezaba así una nueva etapa en el reino Hachinosu.

 

 *******

 

Dos años habían transcurrido desde aquella tragedia un 21 de octubre y el mes de noviembre de 1932 era el afligido refrendario de la venidera división de una alianza

-Es en nuestra familia donde han nacido los guerreros más fuertes, somos los más indicados para heredar el trono, pues podremos restablecer la seguridad del reino y mantenerla

-Y es ahí que se equivoca, Sr. Dracule, no necesitamos guerreros, el reino necesita conseguir de nuevo la paz y es imposible, dentro de la lógica más básica, que la paz se consiga con guerra. El salvajismo de su gente no logrará dirigir el reino con armonía

-Marshall debe ser derrotado, siendo líder de un ejército como el suyo es imposible que consigamos ganar de otra forma, la guerra es inevitable.

Un hombre de ojos dorados y una imponente presencia discutía con otro rubio de un extraño bigote cuyos años no agotaban su energía. Detrás de la puerta, un hombre escuchaba la conversación y no pudo evitar sonreír con sorna. Dos jóvenes estaban en medio de la habitación, imperturbables ante la disputa, podría decirse que indiferentes al motivo de esta. Uno de ellos mantenía el ceño fruncido, tenía el cabello verde y cargaba tres katanas; el hijo de Dracule Mihwak estaba sentado a su lado. El segundo tenía en cambio una larga cabellera rubia, unas extrañas cejas en espiral y, a diferencia del primero, este tenía un porte elegante que contrastaba con el aura de ferocidad que desprendía el otro; el hijo de Akaashi Zeff miraba a su padre con semblante serio.

Ambos herederos se miraban de vez en cuando con curiosidad, nunca habían cruzado palabra aunque se habían encontrado en varias ocasiones en las reuniones de la alianza. Siendo conscientes de su situación y sus lugares en el imperio, no parecían estar muy interesados en convertirse en el nuevo shogun, estaban ahí por sus padres, atendían la conversación sin tomar palabra en ella y sus pensamientos se centraban en cosas totalmente ajenas a la pelea.

La reunión duró tres horas y no hubo un acuerdo, ninguno de los hombres mayores cedía y no parecía que fueran a progresar. Al salir del salón, el hombre que los había estado espiando corrió a esconderse, y los cuatro se dirigieron a un campo enorme y despejado, subieron a una plataforma donde los observaba una gran cantidad de personas y empezaron con las formalidades.

-Compañeros- Dijo Zeff -en los tiempos que corren no podemos tomar decisiones precipitadas, estoy seguro de que con vuestra ayuda derrocaremos a Marshall D. Teach, pero hemos de ser sabios y decidir correctamente quién ocupará su lugar cuando no lo ocupe él. Tenemos a dos candidatos para este puesto y, no hoy, pero a un tiempo prudente, decidiremos al más apto. Es un orgullo para mí presentaros a mi hijo, quien opino será el mejor Shogun que tendremos en Hachinosu, y al primogénito de Dracule Mihawk, el futuro dirigente de su respetada familia. Aunque son muy jóvenes, creemos que tienen la madurez y acompañamiento suficientes para hacer un buen trabajo. 

El joven rubio dio un paso adelante y el otro lo imitó rápidamente, ambos se dirigieron al gentío.

-Mi nombre es Kuroashi Sanji, perteneciente a la familia Ashi

-Yo soy Roronoa Zoro, familia Roronoa.

Notas finales:

-Este fic, como dije antes, nació hace muchos años, cuando One Piece apenas iba en el arco de Zou, es por eso que no encontrarán personajes de Wano ni de Whole Cake aquí, al menos en los primeros capítulos (probablemente nunca, ahí veremos mientras lo vaya escribiendo). Graciosamente uso varias cosas que podrían relacionarse con Wano, pero bueno, yo saqué cosas del japón antiguo así que es inevitable.


-El título de este fic es muy simplón XD. “Agur” viene del euskera y se usa popularmente para despedirse. El período Heian pertenece a la época clásica de la historia japonesa, entre el 794 y el 1185. Sin embargo, el nombre de este fic no viene específicamente de ahí, sino de la traducción de la palabra “Heian” que significa paz y tranquilidad en japonés.


-El incidente de Honnoji fue un acontecimiento real, obviamente diferente al de esta historia. El original fue en julio de 1582 y en realidad fue un seppuku, no un asesinato.


-Zen Shoji significa “todas las posesiones” en japonés, le puse así al templo porque ahí está Roger, y pues en el manga él “lo tuvo todo”


-La segunda parte del discurso de Kurohige es un fragmento del discurso de Hitler "Llamamiento a la nación" dado en el año 1932 (con algunos cambios para que se adecuara a esta historia).


-En este fic, Zoro y Sanji tienen 17 años.


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