Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Agur a la Era Heian por MoonSpiky

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Testimonio de un militar afligido

“Ni en mis más horribles pesadillas había experimentado tanto miedo y dolor como ahora, los gritos de personas inocentes y sus miradas lastimadas, suplicantes por un poco de piedad, me atormentan todo el tiempo. Siento su agonía, que muero lentamente yo también… Hace mucho que estoy roto, hace mucho debía estarlo, y es que estoy sumergido en la más cruel oscuridad, la oscuridad que te envuelve cuando te conviertes en un asesino. He tenido que disparar a niños,  ancianos, personas indefensas, y cada vez que lo hago se va un poco de mi vida con ellos. No lo soporto más...

La culpa no me dejará seguir viviendo como un humano, yo… soy un monstruo. Y me carcome el alma no poder hacer nada para impedir esta injusta masacre. Mis manos ya están manchadas, no merezco siquiera usarlas para ayudar, pero sé que existen quienes sí pueden, quienes merecen ver la felicidad en los rostros de los demás. Por esto, como medida desesperada os  ruego, deténgannos. No permitáis que sigamos destruyendo más vidas. Yo, que ya no tengo perdón alguno, os pido, os suplico con toda mi existencia que hagáis algo por el pueblo indefenso.

He sido un soldado de la milicia Kurohige por 2 años, testigo de los actos más desalmados en nombre de una falsa justicia y he sido partícipe de ellos. Es por esto que decido usar la voluntad que me queda para acudir a ustedes. No puedo hacer mucho, pero es todo lo que os puedo ofrecer, información. Por favor, haced uso de ella si os sirve:

De los 5 Daimyos ya no queda ninguno. Silvers Rayleigh desapareció en cuanto empezó el reinado de Marshall; Thatch, como sabrán, está muerto desde hace mucho tiempo; Portgas Ace fue expulsado del palacio; Marco el Fénix renunció después de la muerte de Edward Newgate, se rumorea que ha formado un grupo llamado *La familia Shirohige* que se dedica a ayudar a los damnificados y que es probable se alce contra el emperador, pienso que, si esto es cierto, no sería una mala idea contactar con ellos. El quinto Daimyo es innecesario mencionarlo, era Marshall D. Teach.  Actualmente este último no ha creado un nuevo grupo de Daimyos por lo que sus decisiones son absolutas. Ha reclutado criminales salidos de Impel Down: Shiliew, Laffitte, Van Augur, Doc Q. Avalo Pizarro, Vasco Shot, Catarina Devon y Sanjuan Wolf, delincuentes extremadamente peligrosos.

Un dato muy importante, Teach tiene en sus manos la Yami Yami no mi, un tesoro nacional que se había perdido hace más de 250 años. Según la creencia, esta pieza se encargaba de absorber las malas energías y mantener la paz entre la gente del reino. Obviamente era solo una leyenda, pero hemos descubierto hace poco que puede ser utilizada en batalla, un tipo de bomba que podría perfectamente desaparecer la mitad del reino con una sola detonación; por favor, tened cuidado.

Es todo lo que os puedo decir por ahora, si obtengo más información os la facilitaré. Nuevamente os pido que me ayudéis a acabar con esto. Esperando haber tomado una buena decisión, he de despedirme sintiendo mucho no presentarme, pero no puedo simplemente revelar mi identidad y poner en riesgo mi vida sin haber hecho algo mínimo para enmendar mis pecados”

Dragon leía la carta impresionado ¿Qué tan inhumano podía ser este gobierno? Lo que le había dicho Law coincidía con lo que decía en la carta, no parecía ser falsa pero siempre había que estar seguros. No tuvo que cavilar demasiado para decidir quién le podría dar una mejor opinión sobre esta información y salió de su oficina con carta en mano para buscar a Ace. 

 

...

 

-Me alegra mucho que Marco no esté con estas personas, él es un gran amigo y sé que es incapaz de lastimar a alguien; a Rayleigh también le guardo mucho aprecio, espero que esté bien, aunque conociendo a ese viejo sé que lo estará, él era un daimyo desde que Roger era Rey- Ace dijo todo esto sin dejar de mirar la carta, y luego reparó en algo más –La Yami yami… Thatch estaba a cargo de su búsqueda… Si Teach la tiene…- Ace empezó a temblar de ira y arrugó el papel

-No fue Teach quien lo asesinó, según lo que el joven Trafalgar me dijo, él solo encubrió al verdadero asesino. Indiscutiblemente quería hacerse con la Yami Yami, pero aún no sabemos a quién envió Teach para matar a tu amigo

-Burguess- declaró Ace seriamente –El jefe de guardia, parecía muy cercano a Marshall desde el principio, estoy seguro de que fue él

-Hay que averiguar si la familia Shirohige existe, tengo varias cosas que me gustaría tratar con ellos

 

*******

 

-¡Kuro Kabuto!- decía el narizón completamente orgulloso –yo mismo lo diseñé, un arma de larga distancia con una precisión del 100%, claro que yo nunca fallo –continuó con el mismo aire de orgullo. Sanji le prestaba atención aunque sin mucho interés –Yo… sé que no soy tan fuerte como tú o como Zoro, pero sé que con esta arma puedo aportar algo –Sonrió amargamente –Seré útil- Sanji iba a hablar pero Usopp lo frenó antes de que abriera la boca

-Por cierto ¿ha pasado algo entre tú y Zoro?

-¿A-A qué te refieres con eso?

-Pues siempre están entrenando juntos y hoy vi a Zoro entrenando solo

-…- 

Mierda, lo había olvidado por completo. Desde hace dos días que no entrenaban, para ser exactos desde el día en el que habían entrenado toda la noche. Sanji había estado tan preocupado por actuar normal que olvidó lo más rutinario de su vida, su entrenamiento con Zoro. Ni siquiera lo había visto desde la última visita de Luffy

-Ahora que lo mencionas lo había olvidado, jejeje estos días tenía la cabeza en otro lado, de hecho ya hace un rato que es hora de nuestro entrenamiento. Gracias por recordármelo, por cierto, Kuro Kabuto parece genial. Nos vemos- Sanji corrió hacia su lugar habitual de práctica con el marimo y ahí estaba, entrenando solo. Se dio una bofetada mental por esto y luego vio al otro girarse

-Pensé que nunca volverías

-No seas tonto ¿por qué no lo haría?

-Bueno… hace dos días que no lo haces, el primer día supuse que estabas cansado porque habíamos luchado toda la noche, pero ayer me desconcerté y, si te soy sincero, en serio pienso que has estado raro desde hace un tiempo

-Te estás imaginando cosas

Zoro se rindió –Como sea- no servía de nada, se decía a sí mismo nuevamente. Iba a atacar a Sanji para empezar con su rutina, pero luego algo se le vino a la mente y se ofendió al instante. Él le había confiado su pasado, le había contado lo de Kuina, su promesa, su deseo y su dolor… “¿Lástima?” se preguntó a sí mismo, lo que lo molestó aún más, no se lo había contado para que le tuviera lástima. Se detuvo a mitad de su ataque y miró a su contrincante

-¿Qué pasa?

-… Si tú no me dices nada no veo porqué tendría yo que decirte lo que me pasa a mí- sentenció

-Y-yo… esto es diferente

-Entonces sí que te pasa algo ¿no me habías dicho que estabas igual que siempre?- 

Sanji no sabía qué decirle 

-Escucha, sé que no estás en la obligación de hablar si no quieres, pero por lo menos dime algo- tragó saliva -¿En algo te afectó lo que te conté? ¿Ahora me tienes lástima o algo así?- Sanji abrió los ojos, confundido, hasta que entendió a qué se refería

- ¿Qué? ¡Claro que no, idiota!… al contrario – miró hacia un lado –Es admirable… - Zoro se quedó viéndolo un tanto incrédulo ¿había escuchado bien? -No te quedes mirándome como un pasmarote…

Entonces el espadachín reaccionó y, sin saber qué más hacer, eligió desenfundar sus katanas y reanudar su ataque. Sanji lo captó de inmediato y bloqueó el asalto como solía hacerlo, agradecía que no hubiesen seguido hablando, pues de lo contrario hubiese muerto de vergüenza ¿Pero qué mierda acababa de decir? lanzó una patada para distraerse y así comenzaron con su práctica.

Pasadas cuatro horas de pelear sin suspender, dieron por terminado su entrenamiento del día y Zoro intentó una vez más 

-¿Estás seguro de que vas a estar bien?-  la sonrisa de Sanji se borró y en cambio agachó la cabeza, como disculpándose

-Yo… sí, te lo aseguro- y se fue de la habitación. Zoro meramente lo vio alejarse y desaparecer por la puerta. Aunque sabía que Sanji estaba en su derecho de guardar sus cosas para sí, él le había confiado mucho hacía poco y sentía que no tenía esa confianza de regreso. No lo iba a negar, dolía. Sabía que incluso con sus estúpidas peleas, con la enemistad entre sus clanes e incluida la desaparición de uno, por encima de todo esto que debería convertirlos en enemigos, ellos se habían vuelto muy cercanos. Estaban juntos la mayor parte del tiempo, Sanji lo entendía como nadie lo hacía y él también había aprendido a entenderlo. Finalmente, e incluso si no lo pareciera, Zoro sentía una gran cercanía con el otro ¿será que era él el único idiota que pensaba de esa forma?

-Está bien- no podía obligarlo y, aunque decepcionado, entendía que no siempre se tienen ganas de hablar

 

 

Sanji salió a tomar aire ¿era demasiado pedir que todo siguiese normal? Estaba frustrado. Se tumbó en el suelo y pretendía perder ahí la conciencia pero, como siempre le pasaba, algún ser despreciable en el universo interfería con sus planes

 -¡Sanji!- miró hacia arriba sin ninguna gana, pero de algún modo se alegró un poco al ver la sonrisa de quien le hablaba

-Hola Luffy ¿qué tal todo?

-Todo genial, vamos a hacer un banquete en mi casa 

-¿Ahh si? Me alegro, supongo que te gustan mucho los banquetes

-¿Y a quién no le gustan los banquetes? Vengo a invitarte a ti y a Zoro, será el viernes ¿qué dices?

-Ehh, por mí no hay problema, pero ¿no es una reunión familiar? Creo que podríamos incomodarlos

-Para  nada, mi papá quiso invitarlos, quiere conocer a mis amigos

-Ahh… Entonces está bien

-Genial, dile a Zoro, yo tengo que irme. Torao me dijo que hoy me leería un libro, yo creo que será de medicina, aburrido, pero me agrada mucho estar con él así que no importa. Entonces adiós, nos vemos el viernes- y se fue tan rápido como llegó. Sanji se quedó maldiciendo nuevamente, no quería hablar con Zoro en ese momento, le diría en la noche.

 

*******

 

Llevaba varios días entrando al lugar y saliendo de ahí solo para vigilar si hacían las cosas como se debía. Ya estaba anocheciendo y la última comida del día había sido servida. Los cocineros del Baratie habían cerrado, pero, sin que nadie pudiera darse cuenta, un intruso se había colado entre los clientes. Conocía a todos y cada uno en ese restaurante. Cuando entró a la cocina se alegró de verla impecable. Al rato vio como todos los cocineros entraban al sitio, cada uno tomaba sus pertenencias y se disponía a marcharse. Cuando todos estaban de camino a la puerta, el intruso decidió dar la cara, salió de su escondite y sus pasos resonaron por todo el lugar, alzó su voz y los felicitó

-Me alegra mucho ver cómo han progresado en tan solo dos meses, la verdad es que lo hicieron muy rápido

Automáticamente todos se congelaron. Con lentitud se giraron para encarar a quien les hablaba a sus espaldas, pero no podían dar crédito a lo que veían sus ojos, simplemente no era posible 

-Ha sido un tiempo ¿No creen?- Y aún trastornado, Patty murmuró sin creérselo todavía

-Z-Zeff?

Notas finales:

Si llegaste hasta acá, te lo agradezco mucho :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).