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Agur a la Era Heian por MoonSpiky

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Notas del capitulo:

Aquí el cap 4, a partir del próximo tendré que empezar a escribir toda la historia de nuevo, espero poder cumplir con los tiempos. Espero que les guste :3 y no duden en dejar un saludito, me haría muy feliz c:

Cuantiosa temporada

Y ahí estaba nuevamente, comiendo con una aspiradora de carne en frente suyo. Cuando consideró que era hora de irse, se despidió de Luffy y regresó a su residencia. Inmediatamente después de llegar, un par de hombres le avisaron que su padre quería verlo, de modo que se dirigió hacia el gabinete. Efectivamente, este le esperaba sentado, de brazos cruzados y con su característica expresión seria, nada fuera de lo común. Se detuvo a unos cuantos pasos del escritorio y lo miró expectante

-Como sabréis, un Shogun debe ser fuerte

-Ajá...- Enarcó una ceja

-Y un líder también

-Entiendo…

-Y vos sois uno de los líderes del clan, mientras que Kuroashi será el Shogun

-Ve directo al grano

-Kuroashi debe tomar la costumbre de entrenar, él ya es bastante fuerte pero no lo suficiente y yo no puedo entrenarlo, así que necesito que entrenéis juntos. Será beneficioso para los dos

-¡¿Qué?! ¡Yo no quiero entrenar con ese idiota! Además siempre entreno solo, no lo necesito

-Es importante que aprendáis a pelear directamente con alguien más

El mayor tenía razón, pero Zoro aún no parecía estar del todo convencido –Sabéis perfectamente que es cierto lo que estoy diciendo, es mejor fortalecernos a todo lo que se pueda, asegurarnos de no perder a nadie más

Zoro pensó en Kuina automáticamente, el solo hecho de recordar cómo de estúpida había sido su muerte lo ponía triste y lo enojaba al mismo tiempo

-Como digas, si es todo, me largo

-Empezáis hoy mismo, así que buscadlo

 

El peliverde salió de la habitación, con relativo mal humor, a buscar a su nuevo compañero de entrenamiento. Tras unos minutos, lo encontró en la biblioteca

-Hey, cejas de sushi, vendrás a luchar conmigo 

-Ahh, sí… Ya me estaba aburriendo de esperar, ¿como cuánto te toma llegar a tu propia biblioteca? Consíguete una brújula… O un mapa

-¿Y qué te hace pensar que estaba perdido?

-Vi cuando saliste del gabinete de tu padre, por el tiempo que pasó entre eso y que llegaras hasta acá, pude confirmar mi sospecha de que eres un despistado que no puede guiarse en su propia casa

-Buen intento, pero no sabía que estabas aquí

-Entonces no preguntaste… Vaya, eres más tonto de lo que pensé

-Te voy a rebanar estúpido!

-Quiero verte intentarlo maldita alga parlante!

Inmediatamente se desató una riña de fuertes patadas y sablazos que si alguien se atrevía a interferir, terminaría con el cuello fracturado y luego partido en dos. Afortunadamente, la biblioteca no era muy concurrida y por el momento no había nadie que los detuviese. 

A pesar de que parecían no soportarse, en alguna parte de su pelea se empezaron a divertir, teniendo por primera vez en bastante tiempo a alguien que les igualara en fuerza y habilidad y con quien podrían mantener una batalla un largo rato. Pero ninguno de los dos lo admitiría. Pasadas aproximadamente dos horas dieron por terminado su entrenamiento y Zoro fue a por un par de botellas de sake

- ¿Quieres?

 

 

Con el alcohol en su sistema y gran energía, Sanji se dirigía a tomar una ducha. La pelea con el musgo lo había hecho sudar y necesitaba refrescarse, pero fueron unos breves segundos los que bastaron para que se devolviera por donde venía

-Ohh señorita, su voz es como un canto celestial, creo en los dioses porque sólo en el cielo se podría haber moldeado esta figura. Yo… que hasta ayer solo fui un holgazán, podría llegar a ser tu guardián de amor ¡Si me aceptaras!-  Proclamó entusiasmado, la pobre pelinaranja solo podía reír nerviosamente, otra vez ese estúpido rubio la estaba acosando

-¿Crees en el destino, mi bella dama? ¡Porque siento que no habrá obstáculo que nos separe!

La chica iba retrocediendo a cada paso que avanzaba el rubio hasta que chocó contra la pared y, al verse acorralada, lo único que se le ocurrió fue atestarle un golpe en la cabeza e irse inmediatamente, al igual que la última vez. Zoro, que también había salido de la biblioteca, había visto el ridículo espectáculo, chasqueó la lengua y se fue hacia el otro lado con una mueca de fastidio, desde la primera vez que vio al rubio le parecía estúpida esa faceta suya ¿No tenía ni un poco de dignidad?

 

******

 

Una semana después, Luffy corría feliz por el camino que siempre tomaba su amigo al volver. Su sonrisa se convirtió en una mueca de confusión cuando se vio rodeado de árboles y sin señal de población humana ¿Será que su amigo vivía en el bosque? 

-Bueno, buscaré en otro lado- empezó a deambular hasta que dio con un caserío y salió corriendo hacia él. Un poco antes de llegar a las casas escuchó su nombre provenir desde su lado derecho y ahí estaba Zoro, llamándolo bajo un enorme roble y junto a otra persona

-Luffy ¿Qué haces aquí?

-Estaba aburrido en mi casa y como ya casi ha pasado una semana desde la última vez que nos visitaste, entonces te vine a visitar yo- Confesó el del sombrero -¿Y él quién es?- Señaló a Sanji

-¿Él?...- El peliverde sonrió de lado –Solo es un idiota 

-Cállate, márimo estúpido. Me llamo Sanji- se presentó mirando al amigo de Zoro

El pequeño posó las manos en sus caderas y casi gritó –Yo soy Monkey D. Luffy, y tý me caes bien, Sanji- el mencionado solo sonrió, aún confuso por la eufórica actitud

-¿Y dónde lo conociste, marimo?- Zoro se tensó, no quería que supiera que Luffy lo había encontrado perdido o le molestaría hasta el fin de sus días

-Zoro estaba cerca del restaurante y lo invité a comer

-… “¿En serio?”- Sanji no se imaginaba al marimo simplemente aceptando la invitación con una gran sonrisa, si siempre parecía de mal humor

-¿Qué estaban haciendo?

-Estábamos entrenando

-¡¡Genial!! No sabía que pelearas ¿Eres fuerte? Sanji ¿Eres fuerte? ¿Los puedo ver entrenando?

-Sí, soy fuerte, más fuerte que él

-¿Eso crees idiota?- Lo retó Sanji, y empezaron otra de sus ya típicas peleas mientras Luffy se reía a carcajadas

–Sí que son fuertes Shishishi- rato después pararon de pelear y se sentaron cada uno a un lado de Luffy, aún insultándose 

-Zoro, vamos al restaurante, Sanji ¿Quieres ir?  La comida de Patty es deliciosa, y la de Carne también ¡Y la de todos los cocineros del Baratie!

 

El rubio abrió sus ojos tanto como pudo ¿había escuchado bien? ¿Eran los mismos Carne y Patty que conocía?... Baratie… Su padre quería tener un restaurante y ese era el nombre que dijo que le pondría, claro que eran ellos. Miró a Zoro y le dio un golpe en la cabeza -¡¡¿Por qué no me habías dicho, idiota bueno para nada?!!

–¡¿A quién llamas idiota?!- Zoro se sobó la cabeza e indicó -...Lo olvidé- Y fue así que se ganó otro golpe -¡Ya deja de pegarme estúpido! ¿Quieres pelear!

-¿Entonces sí vas?- Interrumpió Luffy

-… Sí, por supuesto

 

...

 

Sanji iba ansioso, y aunque su expresión indiferente demostraba lo contrario, sus manos inquietas y su segundo cigarro en el camino lo exteriorizaban. Zoro lo miraba de reojo, de alguna manera se sentía culpable por no haberle dicho antes

-Cejillas, cierra la boca que se te va a caer el cigarrillo

-…

-Digo... son tus amigos ¿No? No tienes que asustarte

-No estoy asustado, tonto- y esbozó una sonrisa casi imperceptible… ¿Había funcionado?

Llegando al Baratie, Luffy empezó a gritar y, segundos después, los cocineros del restaurante salieron a reprenderlo, pero se quedaron con las palabras en la boca en cuanto vieron a su compañero

-¡Sanji!- Gritaron al unísono y salieron a darle la bienvenida, pero a unos cuantos pasos se detuvieron y comentaron con burla 

-Ohh, ha sido un tiempo, qué tranquilos estuvimos sin ti

-Cállate, yo solo vine para asegurarme de que ustedes, montón de simios, no causaran problemas a las bellas damas del lugar

-Entonces mueve tu trasero y entra a la cocina de una vez si tanto quieres cuidar de las clientas, aún te acuerdas de cómo se cocina ¿no?

-¿Por quién me tomas? Quítate, yo te enseño cómo se hace- Luffy y Zoro se dirigían a una mesa

-Oigan ¿No entran?- preguntó uno de los cocineros -Ver cocinar a este idiota es sorprendente, pero no le digan que les dije eso

Luffy entró corriendo y Zoro caminó detrás, se quedó de pie apoyado en una pared mientras Luffy intentaba saquear los ingredientes sin éxito, pues cada que lo intentaba recibía un golpe de un cocinero distinto. Observaba a Sanji y no pudo hacer más que sorprenderse, efectivamente era increíble verlo manejar los utensilios, era tan profesional, sus manos se movían con una habilidad magistral. Zoro pensó que tal vez podría ser un muy buen espadachín, pero sabía que no peleaba con sus manos, sin embargo, se generó en él una pequeña curiosidad por verlo manejar una espada.

Los ingredientes parecían volar de un lado a otro y caer en el lugar preciso, y la comida desprendía un aroma exquisito. En cuanto el trabajo parecía haber disminuido, Sanji se tomó el tiempo para preparar dos platos más. Al terminar, se dirigió con ambos platillos en las manos y le pidió a sus amigos que fueran hasta una mesa para poner sus platos. Luffy babeaba cual perro y devoró la comida a una velocidad casi inhumana y, aunque Zoro no se quedaba atrás, él era un poco más decente dentro de lo que cabía. Al dar el primer bocado, abrió los ojos como platos, era tal vez el mejor plato que había probado en su vida

-Está delicioso ¡¡Sanjiiii, más comidaaa!!- gritó Luffy enseñando su plato vacío.

-No le hagas caso- Dijo Patty -Como le diéramos cada vez que pide más, estaríamos sin ingredientes más o menos siempre

Sanji miró al pelinegro con algo de pesar, entonces le preparó un postre que el otro recibió gustoso. También hizo algo para su compañero

-No soy muy fan del dulce- dijo Zoro algo nervioso, no quería despreciar comida a pesar de todo

-Lo sé- respondió simple el rubio -no hace falta mucho tiempo para saber que prefieres los sabores amargos, y nunca te he visto comer nada dulce- puntualizó mientras giraba la cabeza ligeramente

Zoro se sintió un tanto confundido ¿postre que no es dulce? Bueno, a juzgar por la comida que se acababa de comer, el cejas rizadas sabía lo que hacía, así que le daría una probada. Tomó uno de los doce pequeños aperitivos que tenía el plato, se sentía suave y esponjado, y se lo llevó lentamente a la boca. Cuando dio el primer mordisco, tuvo que cerrar los ojos para contener su gesto de satisfacción, pues sabía que el otro lo miraba atentamente. Estaba delicioso, tanto que se sonrojó un poco, así que tomó algo de bebida para disimular y luego se comió otro

-No está nada mal- admitió al fin

-Se llama Muffin, este es salado y es de salmón- Sanji sonrió muy ampliamente. Zoro lo miró un poco intimidado, pues aunque el cejas de sushi sonreía con frecuencia, era la primera sonrisa que le dedicaba a él, y aparte era diferente, sus ojos brillaban como si ese día hubiese recuperado una parte de su vida. Se aclaró la garganta y volvió a mirar hacia el plato mientras dijo

-Quién diría que el cejillas sabía hacer algo más aparte de hacer el tonto- y se comió uno más

-¿Hablas tú de tontos? ¿Don “me pierdo en mi propia casa”?

-¡Yo no me pierdo cejillas idiota!

-Cuéntaselo a otro más tonto que tú, si es que lo encuentras… Ahh no, que te pierdes buscándolo

-Te voy a hacer picadillo para que tus compañeros le agreguen a los muffins- dijo desenvainando su espada

-¿Mis compañeros? Jah! Ni para hacer el trabajo completo tú solo, inútil cabeza de musgo

-UYY EPSTÁN BUEÑÍSHIMOSH- Dijo Luffy comiendo cinco muffins de golpe, a lo que Zoro le dio un patadón en la cara y le arrebató el plato

-¡Ahh nooo, esos son míos!- y se embutió los cuatro que quedaban mientras Luffy se sobaba la nariz

-Ehh Zoro no seas egoísta

-¡Tú ya te comiste todo tu postre, no me vengas con esas!

Sanji se quedó un tanto perplejo ante la reacción del espadachín, pero de alguna manera se sintió feliz de ver que defendía tan celosamente los muffins que le había preparado. Volvió entonces a la cocina llevando los platos para lavarlos, a excepción del plato de Zoro, quien no parecía querer soltarlo aunque ya estuviera vacío.

 

Al cabo de unos minutos, los tres invitados se despidieron de los cocineros del Baratie y salieron. Luffy se fue por otro camino mientras Zoro y Sanji tomaron rumbo a su clan. Este último estaba feliz y se notaba en su cara, había visto de nuevo a sus compañeros y además había cocinado como no lo hacía en mucho tiempo, sin darse cuenta estaba sonriendo y Zoro claramente se percató. Miraba fijamente la sonrisa del rubio, ese día se había dado cuenta que le gustaba su sinceridad, hasta que Sanji volteó a verlo e inmediatamente apartó la mirada

-¡Marimo no te pierdas! Es por aquí- Le avisó sin dejar de sonreír ¿Qué tan descuidado podía ser? 

 

 

-¿Entonces fue tu padre el que les enseñó a cocinar?

-Era muy estricto y nos ganamos unas buenas patadas, pero era divertido- respondió Sanji con nostalgia 

-Parece ser que fue un muy buen maestro

-¿Es eso un cumplido para mí, marimo?- preguntó enarcando una ceja

-Que no se te suba a la cabeza- Zoro recordaba al viejo padre de Sanji, no parecía en absoluto una mala persona -Kuina tenía razón... Esto no debió suceder- dijo para sí

Sanji lo miró ¿Lamentaba la muerte de su padre? ¿Acaso se culpaba por ello?

-No tienes que culparte, marimo, no creo que ninguno de los dos hubiera podido detener a nuestros padres de tomar esa decisión

Zoro parecía confundido… ¿Cómo sabía lo que estaba pensando?

-¡Ya te dije que no te alejes que de lo idiota te pierdes!

-¡Que yo no me pierdo estúpido!

 

******* 

 

-Señor Dragon, alguien quiere verle- anunció el revolucionario 

-Visitas, qué grato-  El mensajero hizo un gesto al invitado permitiéndole la entrada y se retiró

-¿Qué te trae por acá, muchacho?- cuestionó el hombre

-Seré directo, quiero unirme a su grupo y tengo alguna información que le puede interesar a cualquiera que pretenda derrocar a Marshall D. Teach

-No es exactamente derrocarlo, solo quiero traer paz al reino, pero sí me interesa. Siéntete cómodo ¿Quieres algo de tomar? ¿Cuál es tu nombre?

–Estoy bien así, gracias, y mi nombre es Trafalgar Law


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