Steve fue despertado por ruidos extraños. La cama a su lado estaba vacía. Steve se puso de forma apresurada un par de pantalones cortos. Lentamente bajó las escaleras y miró a su alrededor. La sala estaba vacía. Fue a la cocina y descubrió que estaba convertida en un desastre.
Una bolsa de ositos de goma estaba esparcida sobre la mesa. Medio plato de camarones de ajo en el medio de esta. Junto a la estufa había una taza de té y una porción de pizza fría. Steve hizo un gesto pensando cuan repugnante era eso para ser un desayuno. En despacho tampoco vio a Danny, por lo que no pudo evitar ponerse inquieto. ¿Dónde estaba su chico? Steve no sabía por qué, pero eso no le gusto para nada por lo que fue al garaje. Steve entró en él en silencio y se congeló. Danny estaba allí temblando, llorado y sollozando en silencio.
- ¡Danny! ¿Bebe, qué pasó? – preguntó Steve asustado – ¿es algo con el bebé? – Danny levantó la cabeza y miró a Steve con los ojos manchados de lágrimas aunque con una gran sonrisa.
- No, no te preocupes Steve, - dijo Danny – todo está bien.
- Cariño, ¿por qué lloras? – pregunto el teniente
- No es eso, Steve. Es que aquí nos vimos por primera vez – dijo Danny emocionado –. ambos nos apuntamos al mismo tiempo. ¿lo recuerdas? Nunca olvidare tus palabras con el gobernador: “Tengo una razón para quedarme en la isla”. Todos esos recuerdos me hicieron llorar. Steve, lo siento. mis emociones están muy alteradas en este momento. Pero estoy tan feliz y te amo tanto.
- Danny, yo también te amo – dijo el rubio emocionado. – De aquí a la luna, ida y vuelta. Yo también estoy muy feliz. Pero ahora deberíamos tomar una ducha y vestirnos, porque debemos desayunar
- Oh, lo siento cariño, ya comí algo – dijo Danny con un tono de picardía, por lo que Steve solo pudo sonreír y negar con la cabeza – Ah, y fue algo saludable, no te preocupes. Cuido muy bien a tu bebé. Aunque este momento esta demando comer Malasada y ... ¿Qué extraño?, quiero jugo de piña – dijo Danny poniéndose de píe – Todo es tu culpa. Te odio McGarrett
- No, Danno, me amas – dijo Steve con una carcajadas –. Ven, vamos, tenemos que apresurarnos. Tenemos una cita con el doctor. Hoy veremos la primera foto de nuestro pequeño gusanito.
- Steven – protesto Danny –, no tengo un gusano, es un ... – Si – dijo Steve sonriendo, lo sé. Es una pequeña y dulce gusanita y ya la amo.
Danny estaba acostado en la camilla y sonriendo mientras Steve hablaba con el médico acerca de una alimentación saludable, por lo que aburrido solo rodó los ojos. De repente, el doctor se puso un poco nervioso.
- Eh ..., yo... – tartamudeo el médico por lo que Danny y Steve miraron la pantalla en pánico. Ambos preguntaron juntos.
- Doctor, ¿qué está pasando? ¿Hay algún problema con nuestro bebé? – Danny miró más cerca ahora. De repente Danny se puso pálido en la cara y tartamudeó – Steve ... Steve ... nuestro bebé ... ¿qué has hecho, Neanderthal? Mira mi bebé ... dos brazos ... dos piernas. ¡Pero ahí! Un poco por encima de las caderas ... Hay una pequeña mano. Steve eres una bestia ...
- Tranquilo – dijo el doctor – Cálmese. ¿Ve? todo bien. Mire, todo en el área verde – Danny miró al doctor. Luego miró a Steve. Entonces Danny volvió a mirar la pantalla. Danny estaba a punto de decir algo. – Todo bien – dijo el doctor sonriendo – Todo esta perfecto. Solo parece que bebe numero dos es un poco tímido y se está escondiendo.
- ¿Dos bebés ...? – dijo Steve – ¡D… dos be… bés.!
- ¿ Eso quiere decir que…? – dijo Danny tranquilamente, pero minutos después grito – ¿Steven, no puedes hacer algo humanamente normal una vez?. ¡Por favor, solo una vez!
- Danno, soy un Seal y un McGarrett. Hago todo normal. No hago la mitad de las cosas y lo hago al ciento veinte por ciento – dijo Steve sonriendo.
Te amo mucho y no sabes lo feliz que me haces. Feliz como nunca he sido en mi vida – dijo Danny con lágrimas en los ojos, así que Steve se acerco a Danny para besarlo dulcemente