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Aprendiendo a amar por VikoKoko07

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Notas del capitulo:

Okey, hay va el segundo capítulo que nadie espero n.nU

Disfruten y recuerden que todos los personajes que aparecen aquí son propiedad de Kishi y yo sólo los tomo prestados para mis historias raritas ^^

 

 

 

 

La primera clase se esforzó lo mejor que pudo, para la segunda lo intentó pero la ciencia de quemaba la cabeza, para la tercera la historia del mundo le arrulló cuál canción de cuna y para la cuarta clase ya ni se enteró a qué hora empezó y a qué hora terminó, sólo despertó por la chicharra que anunciaba el receso. 
 
Despertó sólo en el salón, lo más seguro es que haya sido educación física pues no parecía que nadie regresara a devolver nada.
 
Se levantó y caminó a fuera del salón, dónde había varios alumnos que transitaban o ahí mismo se quedaban conversando.
 
Decidió por salir, no tenía nada para almorzar pues su lonche se quedó en la estúpida mochila que olvidó, así que a pesar de sentir sus tripas gruñir caminó con tranquilidad por aquel enorme jardín sintiendo el sueño distraerse por la hambre y esta distraerse por ver aquel cómodo árbol al que decidió correr y trepar bajo la mirada de varios chicos que lo veían como si estuviera loco.
 
Se recostó en una rama ancha y resistente, apreciando el cielo a través de las hojas. 
 
Le encantaba pasar el rato ahí, descubrió ese cómodo árbol desde su primer día en ese instituto, y la tranquilidad que brotaba del ligero menear de las hojas le daba confort.
 
Siempre amo la naturaleza.
 
Pero desde su lugar vio de reojo a su nuevo profesor. Volteó a verlo de inmediato, notando como este comía solo por una esquina del campo.
 
Naruto pensó que tal vez era difícil llevarse con los demás maestros por ser demasiado joven, pues en ese instituto el maestro de menor edad tenían cerca de treinta años y se notaba que Sasuke no llegaba ni a los veinticinco.
 
Y por el poco carácter que dejó ver en su clase se notaba que no tenía interés en asociarse demasiado con los jóvenes estudiantes.
 
Vaya que su circunstancia no era fácil.
 
Por eso Naruto decidió que él sería su compañía, estaba por bajar del árbol, pero en ese momento un profesor se acercó al moreno.
 
Era Kakashi y Naruto decidió que no quería acercarse, y menos cuando notó que ambos empezaban una charla.
 
Al parecer los dos maestros más jóvenes eran los más serios, y eso parecía hacerlos llevarse bien.
 
Y cuando el de pelo gris se retiró, un escalofrío recorrió su espalda al ver Sasuke fijar su mirada justo en el árbol en el que se encontraba, lo miró suspirar y sacar su celular, pareció llamar a alguien y empezó a caminar de vuelta a las instalaciones.
 
Naruto se empezó cuestionar si de verdad sería bueno intentar acercársele, pero entonces el mismo Sasuke regresó sobre sus pasos y se posó al pie del árbol. Sentía su mirada buscándolo entre las ramas.
 
Entonces decidió bajar por el lado contrario con total cautela.
 
–Ya que bajaste, puedes comer.– habló en cuanto Naruto tocó el suelo. Vaya cautela que se cargaba ese muchacho cayendo de cara al suelo.
 
–¿Ah?– se levantó rápidamente, rodeando el árbol para encarar a su maestro. –¡Ah, no te preocupes, ya comí deberás!– mintió, rascando su nuca con nervios, mostrando una sonrisa contenta por tal interés en él.
 
–No, no es cierto. Kakashi me dijo que siempre traes tu lonche en tu mochila y como hoy no la trajiste es poco probable que almorzaras.– le dijo extendiendo lo que parecía ser un bento.
 
–P-pero...– tomó aquella charola que se mostraba a su hambrienta mirada. Y un gran brillo surcó sus ojos al ver la deliciosa comida que se descubrió al abrirlo. –¡Se ve delicioso!– gritó con emoción, tumbándose sin pensar en el tronco y empezando a comer.
 
–Por si no acabas pronto, Kakashi pedirá permiso por ti con tu próximo profesor, así que come sin apuración.– aseguró sin problema, pasando a retirarse. Pero al ya estar un poco lejos un revoltijo en su estómago al escuchar ese grito de agradecimiento por parte de aquel rubio atolondrado lo hizo sentir incómodo. 
 
Sólo levantó la mano en señal de haberlo escuchado, sin voltear o detenerse, y continúo en lo suyo.
 
"Vaya que es cauto" Naruto sonrió al usar el concepto que aprendió esa mañana en la clase del Uchiha.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El primer de clases acabó con la clase de matemáticas. Y por esa misma razón Naruto se quedó dormido a ni siquiera mitad de sesión.
 
Un librazo justo en su oído lo hizo sobresaltar del miedo, despertando totalmente asustado.
 
–Señor Uzumaki, sí no quiere estar en este instituto puede retirarse en el momento que quiera.– señaló serio aquel maestro, que a pesar de ocultar medio rostro se podía notar clara molestia en su gesto.
 
–Si, lo pensaré.– susurró, volviendo a ocultar su rostro entre sus brazos cruzados sobre su mesa de estudio.
 
El profesor Kakashi sólo soltó un suspiro al escuchar su respuesta, siendo secundado por los comentarios negativos de toda la clase.
 
–Pueden retirarse.– declaró viendo de manera aburrida a todos sus alumnos, quedando en la puerta para cerciorarse de que todos salieran, como debía hacer cada profesor de la última clase.
 
Ya cuando vio como todos salían del salón casi corriendo o jugueteando entre amigos, sólo pudo suspirar al ver a Naruto en la misma pose de hace minutos.
 
–Naruto, ya tienes que salir.– habló desde la puerta.
 
–Si, sólo... deje guardo mis cosas.– se levantó perezoso, estiró sus manos al cielo hasta hacer tronar su espalda y cuando lo hizo se relajó, soltando un suspiro de alivio. 
 
Tomó la libreta y entre los resortes metió aquel lápiz, que ahora se encontraba con ligeras mordidas en el lado opuesto a la punta.
 
–¡Adiós, Kakashi-sensei!– se despidió con una sonrisa, pasando al lado de aquel adulto con claro gesto aburrido.
 
–Adiós, Naruto... por favor, esfuérzate en clases.– pidió en un susurro, dejando a Naruto estático en el marcó de la puerta.
 
–¿E-eh? ¡Ah, si! Ya verá, este año me irá mejor.– aseguró con una sonrisa nerviosa, se dió la vuelta y corrió hasta la primera esquina que vió, dónde, como si lo estuvieran persiguiendo, se escondió.
 
–Este año me irá mejor, phff... como si pudiera.– se burló de sus propias palabras, aquel profesor lo venía conociendo desde su primer año de preparatoria, por lo que bien sabía su historial académico, varios lo hacían, pero él era el único que le parecía mostrar apoyo, por eso era tan difícil verlo a los ojos, porque paracia esperar algo de él y por más que lo intentara no podía. 
 
A la única persona que parecía confiar en él, aunque sea de lejos, le fallaba cada nuevo semestre. Apenas si pasaba, casi rozando el reprobamiento, tal vez no le echaba la suficiente gana, pero la verdad cada vez se esforzaba menos, aunque esa no fuera su intención.
 
Se recargó en la pared, dejándo su espalda resbalar hasta topar el suelo. Era un inútil, e intentar no pensar en eso se le complicaba cada vez más. Ocultó su rostro entre sus rodillas abrazadas.
 
–Uzumi...– escuchó aquel susurro cerca, pero obviamente no era a él. –¿Usukami?– y era la misma voz, que después de decir eso soltó un suspiro. –Naruto.– terminó diciendo.
 
Se sorprendió bastante al oír ser llamado sin un grito u ofensa. Y al alzar su rostro se topo con su joven maestro.
 
–¡¿Me hablabas a mí?!– preguntó sin ocultar su felicidad, ignorando la pequeña lágrima que estaba a punto de salir de su ojo se puso de pie, quedando cara a cara.
 
–Si, perdón pero no se me quedó grabado tu apellido.
 
–¡Soy Uzumaki, Naruto Uzumaki!– aclaró con una gran sonrisa.
 
–Bueno, Uzumaki, sólo te busca para devolverte esto.– explicó extendiendo su chaqueta. 
 
–Puedes llamarme Naruto, no hay problema.– aseguró tomando su chaqueta, todo sin borrar su sonrisa.
 
–Eso no sería ético.– negó serio, haciendo a Naruto agachar la mirada.
 
–Oh.– viendo al suelo vió la libreta que había dejado hace un momento, se agachó para tomarla y extendió ambos objetos por separado. –Aquí están tus cosas, gracias. Ya tomé las hojas que ocupe, si no te molesta.
 
–Si, sólo fue un favor para agradecer lo de esta mañana, así que no vuelvas a olvidar tus materiales.– estaba a punto de tomar la libreta que extendía Uzumaki pero una voz conocida lo interrumpió.
 
–¿Se te están declarando en tu primer día, hermanito?– sonó una burlesca voz desde atrás, haciendo a Sasuke casi dar un brinquito del susto.
 
–Te dije que esperaras en el auto.– se dió vuelta para encarar a su hermano mayor con molestia.
 
–Si, pero tardabas mucho.– explicó inclinando la cabeza, sólo para ver a aquel rubio que lo veía con demasiada atención.
 
–No ha pasado tanto– se cruzó de brazos.
 
–Bueno, ¿te soy honesto? Me aburrí.– espetó encaminándose a aquel muchachito rubio. –Hola, al parecer soy tu nuevo cuñado.– saludó con una sonrisa de los más amable.
 
–¡¿Eeeh?!– se sonrojó hasta las orejas sin poder evitarlo. –¡Yo no me estoy declarando!
 
–¡Nii-san!– gritó con molestia, jalando del cabello a su hermano mayor hasta casi estamparlo al suelo. 
 
–¡Ottoto, sabes que mi cabello no se toca!– gritó molesto, sobándose su adolorido cuero cabelludo. 
 
Tenía el pelo largo casi hasta la cadera, ¿por qué? Pues porque era hermoso y es una de las mejor maneras de lucir su sedosa belleza. Aunque claro, su hermanito se aprovechaba de su largura para aplacarlo de vez en cuando.
 
–¡Por eso no me gusta que te presentes en mi lugar de trabajo! Es la tercera vez que me cambio de instituto porqué no me toman en serio por tu culpa.
 
–Deberías relajarte un poco. Tú fuiste quien me llamó.
 
–Si mamá no hubiera estado ocupada como para traerme el cambio de ropa no estarías aquí.– afirmó despectivo.
 
–Eres cruel.– lo vió serio, y con la misma seriedad volteó a ver a Naruto. –No sabes en lo que te metes queriéndolo de pareja, es un amargado...– le susurró como sí Sasuke no escuchara, cubriendo su boca con una palma.
 
–Nos vamos.– declaró agarrando a su hermano por el cuello de la camisa, empezando a arrastrarlo.
 
–Nos vemos mañana, Uzumaki, espero estés bien.– despidió tomando la libreta que todo el rato permaneció en las manos morenas, se quedó mirando el lápiz y al notar las mordidas frunció su gesto. –Ese puedes quedártelo.– y sin más se dió la vuelta, llevando por detrás al mayor que se despedía con un gesto de mano y una sonrisa.
 
–Declararme... ¿a un profesor?– repitió aquella idea en su cabeza, provocándose un fuerte sonrojo al instante. –¡No, eso es invorisimil!– negó la cabeza con fuerza.
 
Miró el lápiz en su mano, una acción amable como las que hace mucho no recibía ni por más mínima lo tenía loco de la cabeza.
 
Quería ser su amigo, no sabía que le causaba ese chico pero quería estar a su lado.
 
–Yo también espero estar bien...– susurró con una sonrisa esperanzada.
 
Bueno tal vez no fue el mejor día, pero Naruto se dirigió la entrada del instituto dispuesto a irse, aunque esta vez su memoria si reaccionó de último momento.
 
–¡Mi bici!– y corrió hacia el estacionamiento de éstas. La tomó del manubrio y se la llevó a la entrada, dónde ahora sí se montó para dirigirse a su casa.
 
Lo estaban esperando.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Notas finales:

Si tardó un poco con los capítulos es porque soy flojo, no porque me haya olvidado de enamorar a estos dos historia tras historia...  ',:  

Cualquier comentario será bienvenido y perdón si la historia avanza lento, pero verán que pronto empieza su interacción al cien por cien ò.ó/

Hasta la prox~


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