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Bambi se casó con un león por yuniwalker

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Yanagishita de repente comenzó a tener una mirada increíblemente emocionada en su rostro.

Empezó:

"Tal vez, ¿Nunca antes has visto a una bestia? ¿Qué tipo de vida has vivido hasta ahora entonces? Ah, me gustaría saber más sobre tu historia. ¡¡Por todos los medios!! Yo... Me encantaría que cooperaras con mi investigación de..."

"¡Basta!"

Le gritó Shishitani a Yanagishita, quien lanzaba preguntas a Chika en rápida sucesión, con una voz alta y completamente tensa.

"Ah. Es verdad. No es el momento. Discúlpame por eso."

Cuando recuperó el sentido, Yanagishita una vez más se volvió hacia Chika.

"... Cuando digo "hombres bestia", espero que puedas imaginar a los hombres lobo que hay en las películas de ciencia ficción. Nosotros, y tu padre también, somos muy parecidos a ellos. Por cierto, mi verdadera naturaleza es la de una cabra negra."

"Es como en un manga." Shishitani dijo esto cuando lo vio sacudir la cabeza de izquierda a derecha con bastante incredulidad. "A ver, esto lo va a hacer más fácil."

Luego, Shishitani se quitó la ropa de trabajo y cambió su apariencia frente a él: Tenía una melena de color marrón oscuro y colmillos afilados que se asomaban de su amplia boca hendida. Los ojos que miraban a Chika eran dorados, y la espesa melena de su pelo se extendía desde su pecho, hasta su bajo vientre. Por un momento, Chika no entendió lo que había sucedido, pero en el momento en que escuchó un gruñido bajo, "Grrrrr..." involuntariamente gritó:

"¡Aaaah! ¡Es el león que me atacó!"

Entonces, saltó del futón y se escondió detrás de Yanagishita.

"Eh... ¿Qué?"

La expresión del doctor era de asombro, pero la voz de Chika era de pánico puro.

"¡De repente saltó sobre mí y me quitó la ropa!"

"¡Oye, Shishitani! ¿Qué hiciste, loco?"

Yanagishita cuestionó al león Shishitani con el impulso de querer golpearlo. Luego, en el momento siguiente, la bestia volvió a cambiar. Sin embargo, su cara seguía siendo la de un animal, y la forma de su cuerpo, aunque era la misma que la de un humano, tenía toda la piel cubierta de mucho cabello castaño. Además, aunque el tamaño de su abdomen y piernas era el mismo que cuando era "normal", detrás de él, que estaba sentado con las piernas cruzadas, su larga cola se balanceaba con tristeza una y otra vez, cubriendo vergonzosamente su entrepierna tan bien como se le había ocurrido.

Por un momento, Chika cubrió su entrepierna también.

"¡Fue un maldito malentendido! Anoche era luna nueva, y de repente... Comenzó a oler muy, muy dulce. No pude controlarme."

¿Dulce?

"¡El olor de las flores del huerto de manzanos debió haber sido llevado por el viento hasta tu narizota! No digas cosas tan descuidadas".

"¡No es mentira!"

Las orejas redondas, que estaban completamente enterradas en su melena, parecieron ponerse gachas debido a los regaños. Shishitani volvió a hablar:

"Entonces, vi el memorándum del anciano y me di cuenta de lo que estaba haciendo... Por eso me detuve."

"Bueno, puede ser porque era la luna nueva pero, de todas maneras no hay excusa. Fuera como fuera, atacaste al niño."

Yanagishita suspiró con una cara bastante preocupada. No obstante, incluso escuchándolos hablar de algo que aparentemente él mismo había experimentado, la verdad era que se sentía muy confundido. Es más, sus pensamientos no dejaban de moverse y su cabeza dolía de tanto pensar sin tener resultados. Sin embargo, era un hecho que el león que atacó a Chika, era sin lugar a dudas el señor Shishitani.

"No importa cuáles sean las circunstancias, ¿No deberíamos disculparnos primero?"

Shishitani miró a Chika. Luego, inclinó profundamente la cabeza con una expresión que decía: "Lo siento mucho".

"...Um, siento haberte sorprendido."

"No, no... Um, estoy bien. En realidad no fue nada."

Negó con la cabeza en respuesta a Shishitani, quien se disculpaba con su gran cuerpo acurrucado contra el suelo. Yanagishita continuó:

"En la noche de luna nueva, hombres bestia carnívoros tienen la característica de emitir una gran cantidad de feromonas que son incontrolablemente intensas y pueden hacer que entren en celo o que se vuelvan locos en un segundo. Shishitani, en particular, es una especie rara y tiene muchas feromonas, por lo que es fácil verse afectado por ellas. Seguro no fue algo que quisiera".

Escuchando vagamente la voz de Yanagishita, Chika miró a Shishitani con la boca bien abierta.

"Anoche, te hice desmayar del susto, ¿No es así?"

Shishitani entrecerró suavemente sus ojos dorados, como para observar atentamente la reacción de Chika.

"No es malo estar en forma humana, pero, así es como vivo mi vida. Me gusta ser un león."

Explicó mientras ronroneaba. Sin embargo, ni siquiera le venía alguna palabra decente a la cabeza que le pudiera decir. Estaba tan confundido que no lograba darse el lujo de sentir miedo ni cuando se dio cuenta de que Shishitani era en realidad, un león. De todos modos, las cosas increíbles estaban sucediendo una tras otra y no podía seguirles el ritmo.

Por supuesto, a pesar de la confusión de Chika, Shishitani siguió hablando:

"En la carta del anciano, también escribió sobre lo que sucedió cuando te adoptó. Tus verdaderos padres le confiaron a su hijo cuando eras muy pequeño y, teniendo en cuenta la personalidad de ese tipo... Parece que lo aceptó de inmediato. Ellos también eran bestias."

Recordaba escuchar de su padre adoptivo que un pedazo de papel con el nombre "Chika", estaba escondido en su pañal. Pero eso era todo.

"Nunca he sido una bestia así que ¿Por qué la carta dice que soy hijo de uno?"

El león agitó el papel de un lado a otro.

"Pues... Esta es una prueba de que eres una bestia, si me lo preguntas. Algo que tienes en la sangre."

Shishitani parecía creer completamente que era un hombre bestia, pero no Chika. Desde que era un niño, había vivido como un ser humano normal y por eso mismo no lograba entender nada de lo que esperaban de él. Por supuesto, ellos dos, y su padre adoptivo, pensaban que lo era. Incluso aunque no había pruebas sólidas.

"Más importante. No hay forma de que ese anciano quisiera confiarme a un niño humano. Yo... Los odio completamente".

Shishitani volvió a darse la vuelta. A cambio, Yanagishita explicó con un suspiro:

"El número de hombres bestia está disminuyendo constantemente. Dado que las feromonas de los niños concebidos entre ellos se diluyen, no es raro que las bestias pasen toda su vida sin convertirse en animales. En primer lugar, los "hombres bestia herbívoros" tienden a tener más problemas para volverse bestias completas que los hombres carnívoros, por lo que si no has experimentado la bestialidad, podrías ser un hombre bestia herbívoro."

A Chika le dijeron que existía la posibilidad de que pudiera ser un hombre bestia incluso si no se convertía en uno, así que tenía sentimientos encontrados.

"Por cierto, la enfermedad del hombre bestia se considera algo incurable."

Explicó que la enfermedad era similar al cáncer en los humanos, en la que las células de una parte del cuerpo de repente se volvían malignas y devoraban todo a su paso.

"Sin embargo, recientemente escuché un rumor de que una mujer bestia, que se casó con un hombre humano, logró curarse."

"¡Oh!"

"Ha existido una leyenda durante mucho tiempo de que las bestias pueden vivir más al combinarse con algún humano, pero no sabía qué tan cierto era o si ciertamente estaba relacionado con la enfermedad. Entonces, con TU cooperación, ¡Podríamos encontrar una pista para erradicar la enfermedad!"

"..."

"Bueno, esa es parte de la razón por la que le pido siempre a Shishitani que se case con un humano y me ayude con mi investigación".

"¡No te pongas a bromear con cosas así! Menos con esos horribles humanos."

Yanagishita se encogió de hombros y volvió a mirar a Chika.

"De todos modos, es una costumbre entre nosotros, las bestias, que los niños que pierden a sus padres sean criados por sus amigos. Es muy común en este mundo eso de los asesinatos, ya sabes."

Hizo una pausa bastante pequeña.

"Tus verdaderos padres hicieron eso con el anciano. Tal vez estaban en peligro."

Chika sintió como si le estuvieran contando la sinopsis de una película o el inicio de un cuento de hadas. Sorprendido y desconcertado, así como con un enorme sentimiento de melancolía que estaba haciendo que su pecho se apretara, sostuvo su ropa con toda su fuerza justo como lo haría de buscar anclarse a algún lugar, y suspiró. Shishitani hizo lo mismo.

"... Desde el principio, los hombres bestia y los humanos son incompatibles. Nos han perseguido siempre."

A una voz que sonaba triste, Chika decidió escuchar en silencio.

"El viejo probablemente no quería que sufrieras. Por eso, tal vez le dolía decirte que eras un hombre bestia y que tus verdaderos padres ya no estaban en este mundo por culpa de los humanos. La razón por la que dijo que quería hablar contigo ese día fue porque sabía que estaba a punto de morir y quería contártelo todo."

Shishitani miró directamente a Chika y dijo:

"Estoy seguro de que por eso quería que vinieras hasta aquí conmigo".

Yanagishita asintió levemente, en acuerdo.

"¿Por qué...? ¿Por qué no dijo nada entonces? Yo no soy tan débil como para no... Yo no..."

Sabiendo que él era el único que no sabía nada, Chika no pudo evitar sentirse triste.

"No puedes estar deprimido por eso. Fue parte de la amabilidad del anciano."

Como si pudiera sentir los sentimientos de Chika, Shishitani inmediatamente extendió la mano en su dirección para poder tocarlo. Y entonces, descubrió que sus dedos eran más fuertes que el miedo que podía tener dentro de su cuerpo. Además, era como si sus ojos dorados, que miraban directamente en su dirección, estuvieran llenos de lágrimas.
Shishitani, quien se enteró de la muerte de su maestro, también estaba desconsolado por el dolor. Cuando lo pensó, se sintió un poco triste porque él era el único al que estaban consolando.

"Es que, estoy un poco confundido..."

En ese momento, el estómago de Chika hizo un ruido fuerte.

Grrrr.

En un instante, la atmósfera triste y completamente sería se desvaneció.

"... ¿Tienes hambre?"

"Pfff..."

Notando los hombros de Shishitani, temblando torpemente, en el rabillo de su visión, Chika bajó la cabeza de una manera bastante avergonzada.

En tal situación, tener hambre...

"Oye, tranquilo. Acabas de llegar, así que es normal. Vuelve a tu futón..."

Cuando Yanagishita colocó suavemente su mano sobre el hombro de Chika, el teléfono de su bolsillo sonó de repente.

"¡No! Maldita sea ¡Tenía una cita importante hoy! No puedo darme el lujo de llegar tarde. Maldita. Maldita sea."

Tan pronto como vio la pantalla LCD de su celular, Yanagishita pareció comenzar a prepararse para irse a casa a toda prisa.

"¡De verdad lo siento! Es un paciente importante. No me iría si no fuera así... ¡Shishitani! ¿Todavía tienes la comida que sobró de la tarde?"

"Dios. Sabes que está en el refrigerador de siempre. No me trates como si no supiera qué hacer cuando alguien tiene hambre ¿Si?"

Shishitani respondió secamente, pero a Yanagishita no pareció importarle. De verdad quería asegurarse de que todo estuviera bien con el niño.

"Bueno, entonces, me disculparé por hoy. ¡No dudes en llamarme si sucede algo!"

Diciendo eso y sosteniendo una gran bolsa de médico en su mano, Yanagishita le dedicó una sonrisa y salió rápidamente de la habitación.

"Es un tipo muy ocupado".

Shishitani se puso de pie después de decir eso.

"Voy a servirte algo de soba ¿Puedes contarme sobre el anciano mientras tanto?"

"Oh, sí".

Después de asentir, Shishitani recogió los restos dispersos de su ropa de trabajo y se cubrió la cintura. Luego, a toda prisa, desapareció detrás del biombo en dirección a lo que él creía, era la cocina. Él notó que cuando salió de la habitación, encorvó ligeramente la espalda para no golpearse la cabeza contra el dintel así que, al contrario de su comportamiento rudo, era tan adorable que Chika no pudo evitar reírse.

"Hace mucho tiempo que no me reía."

Murmuró mientras miraba alrededor de la habitación donde lo habían dejado. Se trataba de una recámara al estilo japonés con seis tatamis, una fusuma (puerta corrediza) que estaba al frente, una puerta corrediza a la derecha y otra a la izquierda. Detrás de Chika había una alcoba, decorada con pinturas antiguas en tinta y muchas macetas con flores de colores.

"Pero qué pasará a partir de ahora..."

Pudo conocer a Shishitani, quien era discípulo de su padre adoptivo, pero de todas maneras su ansiedad no desapareció ni un solo momento. El hecho de que Yuzo, quien le crió, fuera un hombre bestia, puso patas arriba toda una vida construida a lo largo de 18 años.

"Ugh..."

Estaba llorando.

"¡No, no! Pensará que soy una persona patética por llorar todo el tiempo"

Como si se estuviera reprendiendo a si mismo, Chika se golpeó la cara con ambas manos. En ese momento, el fusuma se abrió:

"Te hice esperar, disculpa."

Apareció Shishitani, vestido con ropa de trabajo nueva y una toalla envuelta alrededor de su cabeza, y colocó suavemente la mesa del comedor al lado del futón. Puso una bandeja redonda que tenía un tazón encima.

"Está listo. Come."

Se sintió incómodo al verlo como un león pero, el olor del caldo, que se esparció por toda la habitación, hizo que el estómago de Chika se hinchara y estimulara toda el hambre que había aguantado en el día.

"Huele muy rico."

Chika cerró los ojos, embelesada por el aroma de la salsa de soja y la sopa de masa con la que estaba tan familiarizado desde que podía recordar.

"Pensé que sería mejor utilizar una rejilla en lugar de un colador".

Shishitani colocó la bandeja redonda sobre la mesa e instó a Chika a dejar de estar tan tímido.

"... ¿Está bien si salgo del futón?"

"Claro."

Después de que el león asintiera con la cabeza, Chika se acercó alegremente a la mesa del comedor, miró dentro del tazón humeante y lo sujetó firmemente con sus dos manitas. En el centro del bol se añadieron dos rodajas de cebolla blanca asada así que se veía exactamente como el "kake soba" que Yuzo sirvió en el restaurante la última vez que estuvieron juntos. Los fideos eran muy finos y el caldo tenía un color perfectamente acaramelado.

"Es el kake soba de mi padre".

Sintió que su pecho se apretaba de nostalgia.

"Um... Pueden verse similares, pero deben tener un sabor diferente. Digo, soy un chef muy bueno y por eso mismo mi soba es especial. Vamos, come".

Mientras se quitaba la toalla que le envolvía la cabeza, Shishitani volvió a insistir.

"Hazlo antes de que se enfríe."

Chika se subió las mangas y recibió un par de palillos para su tazón. Luego, miró a Shishitani y dijo:

"Itadakimasu".

La cantidad de fideos que sirvió en su tazón era bastante modesta. Mientras sostenía los palillos con una mano, hizo lo mismo con el tazón con la otra y, después de respirar muy hondo, Chika acercó los labios al borde del cuenco y luego, sorbió...

"Um..."

El sabor que tocó su lengua fue un poco más dulce que en el caldo de sopa de Yuzo. Sin embargo, era exactamente lo mismo.

"Es... Está delicioso."

Diciendo eso mientras miraba hacia abajo, Chika continuó sorbiendo una y otra vez. Trató de soportarlo, por supuesto, pero no pudo hacer nada y antes de que se diera cuenta, las lágrimas caían en el cuenco de una manera que no pudo reprimir.

Chika lloraba y comía soba.

El aroma único del trigo, que se extendía hasta su garganta, el caldo, las verduras, todo, cada pequeña cosita, le recordaba completamente al difunto Yuzo y a la comida que le daba al llegar de la escuela.
Mientras tanto, Shishitani vigilaba en silencio a Chika, que lloraba de una manera de verdad muy triste.

Eventualmente, después de terminar todos los fideos soba y beber el caldo de la sopa, Chika devolvió el tazón y los palillos a la bandeja.

"Gracias por la comida".

Lentamente se enfrentó a Shishitani, juntó las manos e inclinó la cabeza en su dirección.

"De alguna manera sabía nostálgico, pero... Estaba realmente rico".

No solo su cuerpo se calentó hasta el punto de sudar, sino que su corazón latía con fuerza. Como si hubiera estado haciendo ejercicio todo este tiempo en lugar de comer.

"Si tú lo dices, entonces valió la pena todo el arduo trabajo que hice con el viejo".

Al escuchar la voz llorosa de Chika, Shishitani entrecerró sus ojos dorados y suspiró con fuerza.

"Es cierto que... Papá era abusivo y de mal genio, pero..."

Chika estaba intrigado por la historia de Shishitani sobre sus días de entrenamiento.

"Oh, hombre. A pesar de que él era un ciervo, era extrañamente obstinado. Además de eso, era rápido con sus manos, muy disciplinado y limpio. Me pinchaba con sus cuernos cuando estaba enojado."

"¿Era un ciervo?"

"Sí, era un ciervo. Hay muchos de ellos en Nara Park ¿Verdad? La mayoría son hombres bestia."

Chika estaba sorprendido y al mismo tiempo, convencido de que era verdad por el cuerpo pequeño pero musculoso de Yuzo.

Yuzo rara vez asistía a los eventos escolares porque la tienda estaba muy concurrida, pero sí fue al día deportivo una vez cuando ingresó a la escuela primaria. En una carrera a pie en la que participaron los padres de familia, Yuzo fue el primer lugar en terminar y ganó hasta una medalla de oro. Sin embargo, incluso su fuerte cuerpo estaba demacrado cuando murió.

Negó con la cabeza. Chika quería recordar cómo se veía su padre adoptivo cuando estaba sano. No sufriendo.

"No pude heredar el gusto y la técnica de mi padre, pero me alegro de que hubiera logrado tener un discípulo como Shishitani-san... Me hace feliz desde el fondo de mi corazón".

Con una expresión de risa, Shishitani sonrió igual a si no estuviera de acuerdo.

"Desde que era niño, cada vez que decía que me haría cargo del restaurante cuando fuera mayor, mi padre me trataba a la ligera y me decía: "¿Cómo puede un tipo torpe como tú hacer el trabajo de un gran chef mundial como yo?" era frustrante."

"Jajaja."

Cuando cerraba suavemente los párpados, todavía podía ver la espalda de Yuzo haciendo fideos soba en la cocina.

"Pero en momentos como ese, la boca de mi padre siempre estaba sonriendo. Ese viejo. Creo que en realidad estaba dándome la razón."

Chika asintió ante las palabras de Shishitani.

"Él era así... Incluso sin mis verdaderos padres, era muy feliz con él. Nunca me sentí solo ¿Sabes? Ni una vez. Él siempre..."

Chika se secó las lágrimas con ambas manos y se obligó a sonreír. Shishitani estaba un poco contrariado con eso.

"No puedes obligarte a sonreír todo el tiempo".

"¿... Qué?"

Shishitani suspiró.

"Ya sea que estés relacionado por sangre o no, es natural sentirse triste cuando muere un miembro de tu familia. Para ti, el anciano era inequívocamente tu padre, ¿verdad?"

"..."

"Estoy seguro de que ese tipo habría estado muy, muy feliz de tenerte como hijo. Seguro eras su orgullo y te amaba con todo el corazón."

Sin embargo, el que se negaba a hacer contacto visual ahora, era Chika. No podía resistir cuando le hablaban de esa forma.

"Llora hasta que te sientas mejor. Luego deja de hacerlo. Y entonces, todo después de eso es mirar hacia adelante y vivir."

"Pero, si lloro... Yuzo no podrá ir al cielo en paz."

Como no quería que su padre adoptivo se preocupara, Chika intentaba contener las lágrimas todo el tiempo. Pero la verdad era que una nueva vida sin él daba miedo, era dolorosa y completamente solitaria. Estaba casi abrumado por la tristeza.

"Él entiende. Sabe que estás triste así que, llora tan fuerte como puedas. Llora porque lo extrañas y porque ya no estará aquí nunca más... Llora toda la noche si quieres. Te prometo que no voy a decir nada y te prometo que te voy a acompañar."

En el momento en que Shishitani dijo eso, sintió que el peso que había estado reteniendo durante tanto tiempo, simplemente se había levantado. Y después, las lágrimas brotaron de sus ojos en un instante.

"Um, um..."

Pronto, su visión se nubló debido a las lágrimas. La nariz de Chika estaba tapada y sollozaba incómodamente una y otra vez mientras se llevaba ambas manos a la cara como para no ser visto. Luego, soltó un fuerte grito:

"¡Ah! Ah, ah... ¡Aaaah!"

Papá.

Ah ¡Papá!

El grito de Chika resonó en la habitación de estilo japonés con 6 tatamis. Luego se encorvó igual a si no pudiera soportar el peso, y dejó que sus hombros temblaran tan violentamente como nunca antes.

"Papá, ah, papá... Mi papá..."

En ese momento, pudo sentir perfectamente que le abrazaban por la espalda. Y siguiendo la sensación ligeramente rígida de la ropa de trabajo, el aroma del caldo de soba y el olorcito de la salsa comenzaron a cosquillear con fuerza en sus fosas nasales hasta hacerle cerrar los ojos. Al parecer, Shishitani había decidido abrazarlo suavemente para hacerlo sentir mejor.

"..."

Pero entró en pánico y trató de levantar la cabeza, incluso aunque estaba completamente envuelta en su fuerte pecho.

"No te detengas. Está bien."

Cuando lo dijo, Shishitani dejó caer una gran palma sobre su cabeza.

"¿Señor Shishitani...?"

Aunque se sentía avergonzado, Chika y él habían tenido el mismo padre adoptivo. Solo ellos podían entender su dolor.

En silencio, se enterró contra su pecho y su ropa de trabajo y dejó que su melena pegara contra sus mejillas todo el tiempo. Shishitani estaba frotando en silencio sus hombros doloridos, su cuello y su espalda y así, Chika poco a poco recuperó la compostura lo suficiente como para ya no sentirse tan mal.

"¿Estás mejor?"

De repente, escuchó esa pregunta contra su oído.

A pesar de que tenía la cara de un león, llevaba una expresión indescriptiblemente suave, sus ojos entrecerrados eran amistosos y su boca cerrada tenía forma de W. Era literalmente, una sonrisa arrugada.
Entones Chika, que siempre había visto en él una expresión severa, perdió la voz debido a este extraño momento.

"¿Qué? ¿Qué hay en mi cara?"

"... Cuando vi la sonrisa de Shishitani-san, me sentí aliviado".

Al mismo tiempo que Shishitani mostraba una expresión desconcertada, el pecho de Chika saltó un poco en su dirección. ¿Qué era? En lo profundo de su cuerpo, algo estaba ardiendo.

"Debe haber sido un día terrible" .

Shishitani entrecerró los ojos y estiró suavemente su fuerte brazo en su dirección. Aunque la forma era la misma que la de una mano humana, estaba cubierta con un denso vello corporal y unas garras negras que sobresalían de las yemas de sus dedos.

"Pero... Te prometo que ya puedes descansar. Lo siento tanto. Lo siento de verdad."

Diciendo eso, hábilmente retiró sus afiladas uñas y acarició la cabeza de Chika de arriba para abajo. Las manos de Shishitani eran grandes y gruesas y no se parecían en nada a las de su pequeño padre adoptivo. Sin embargo, por alguna razón, Chika tenía la ilusión de que Yuzo era quien le acariciaba la cabeza justo ahora. Era un poco duro, por supuesto, pero podía sentir el amor transmitiéndose a él de una forma casi perfecta. Es decir, cuando miró el rostro de Shishitani, no puedo sentir el salvajismo de una bestia carnívora en sus ojos dorados y, en su lugar, la expresión que miraba directamente a Chika estaba llena de muchísima empatía.

"El anciano escribió en su carta que te convirtiera en una persona de pleno derecho y te enviara al mundo como alguien fuerte. Estoy en deuda con él. Quiero responder."

Sin embargo, al momento siguiente Shishitani apretó su garganta y comenzó a ronronear.

"Aún así..." Dejó salir una voz elevada. "¿Por qué hueles tan bien todo el tiempo? No es justo."

"¿Qué?"

Diciendo eso, comenzó a rodar la punta de su nariz contra el remolino de pelo de Chika y después, incluso lo olió muy profundamente.

Pareció estar fascinado, casi borracho.

"Tu cabello es suave como la seda, y tus ojos castaños redondos son tan lindos que... Me desconcentran."

Chika no podía creer lo que escuchaba de Shishitani, quien poco a poco puso fuerza en sus brazos para que no se le fuera a escapar.

¿¡Qué dijo!?

"Oh, umm... ¡Shishitani-san!"

"..."

"¿Shishitani?"

Shishitani estaba claramente molesto con esto cuando volvió a la realidad. Pareció que él tampoco entendía lo que le había ocurrido.

"Lamento... Lamento haber hablado tanto a pesar de que estás cansado. Lo siento. Creo que... También fue mucho para mí."

Cuando Shishitani dijo eso, rápidamente le dio la espalda y tomó la bandeja y el cuenco entre sus manos. La cola que sobresalía de su cintura estaba marchita y pareció un tanto escondida entre sus muslos.

"Si surge algo, no dudes en llamarme."

"Yo..."

Pero cerró antes de que pudiera hablar con él.

Confundido por el repentino cambio de actitud de Shishitani, Chika ya no dijo nada, se acostó y se cubrió con el futón hasta llegar arriba de su cabeza. No obstante, cuando cerró los ojos para ponerse a dormir, la soledad y la ansiedad que no había podido borrar se hicieron considerablemente más fuertes. Es que, si resultaba que Chika no era una bestia, ¿Shishitani aún lo mantendría aquí? Después de todo, de verdad parecía guardarle rencor a los humanos.

Y si no fuera un hombre bestia, estaría... Realmente solo.

Una intensa sensación de soledad envolvió a Chika. Estuvo en la puerta trasera de "Kanoya" desde que era bebé. Pero incluso si sus verdaderos padres le habían abandonado, incluso si se había sentido triste o poca cosa, nada importaba porque Yuzo estaba allí a su lado todo el tiempo. Haciéndole pensar que podría soportar lo que fuera. Incluso aunque no estaban relacionados por sangre, confiaba en él como si fueran verdaderos padre e hijo.
Sin embargo, si hubiera sabido que Chika era un niño humano, ¿Yuzo la habría criado de la misma manera que ahora? ¿Se habría tomado tantas molestias?

"Papá ¿Quién soy?"

Cuando la imagen de Yuzo le vino a la mente, Chika eventualmente se quedó dormido.


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