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Bambi se casó con un león por yuniwalker

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Al ver a Chika inclinar la cabeza, Shishitani frunció el ceño por un momento. Tal vez, porque no le gustaba verlo sospechosamente perplejo con toda esta situación.

"Espera un minuto..."

Después de decirle esto a Chika, Shishitani sostuvo a Taiga cerca de su pecho y golpeó suavemente su espaldita utilizando su gran mano. Sin embargo, cuando pensaba que era el mismo hombre que podía hacer unos fideos soba tan deliciosos con sus propios dedos, y acomodarlo todo en forma de corazón además, la sensación de asombro por verlo tan paternal simplemente comenzaba a alejarse hasta desaparecer.

Después de un rato, escuchó un sonidito de "puff'' saliendo de la boca del pequeño bebé al que aún no le habían crecido los colmillos.

"Tengo algo de qué hablar con Chika, así que... Vayan a jugar ¿De acuerdo?"

Shishitani le confío a Taiga a Kotetsu y Miko, quienes ya habían terminado de comer, y les dijo que fueran a la trastienda por un rato.

"¡No te perdonaré si intimidas a Bambi-chan!"

Miko estaba abrazando fuertemente a Taiga y de todos modos, se dio el lujo de amenazar a su tío. Casi al mismo tiempo, Kotetsu pareció estar demasiado preocupado por dejarlos solos. Sostuvo la mano de Chika y dijo:

"Bambi-chan, si algo sucede, llámame de inmediato. No importa cuánto nos grite el viejo, te protegeremos con todo nuestro corazón ¿De acuerdo?"

"¡Vayan ya!"

El fusuma tembló, y un rugido resonó entre las tablas de madera tan fuertemente, que incluso el vientre de Chika se sintió extraño.

"¡Afuera, ahora!"

Pero lejos de asustarse con eso, los cachorros corrieron a la habitación de al lado, gritando con todas sus ganas y diciendo que "definitivamente harían algo para sacar a Bambi de allí antes de que se lo fuera a comer"
Entonces, cuando el fusuma se cerró, Shishitani finalmente suspiró y retorció su melena utilizando todos los dedos de su mano.

"... Les grité de nuevo, lo sé. Lo siento"

Y tan pronto como se enfrentó a Chika, dobló su cuerpo en su dirección e incluso inclinó la cabeza para disculparse.

"Lamento haberte asustado. Nunca he criado a un niño así que, para ser honesto, todavía no sé cómo tratar con ellos".

No podía sentir la majestuosidad del rey de las bestias por la forma en que colgaba la cabeza frente a él, así que sonrió.

"Está bien. Lo entiendo..."

"Me pregunto si tu padre también se preocupó por esto mientras te criaba..." Luego corrigió. "Mientras nos criaba."

La figura de Yuzo pareció superponerse con la del león. Al mismo tiempo, recordó las palabras que le había dejado a Chika justo antes de que perdiera el conocimiento. "Confío en ti... Tal vez puedes hacer que ese hombre sonría"

Confío en ti.

"La verdad, das un poco de miedo."

Las palabras de Chika sobresaltaron a Shishitani.

"Escuché de mi padre que su aprendiz nunca sonreía, así que me preguntaba todo el tiempo qué tan aterrador sería y cómo debería hablar con él para no ofenderlo". Chika expresó sus sentimientos honestos en un tono suave. "Pero nunca pensé que fuera un hombre bestia, y mucho menos que de pronto fuera atacado por ese mismo león. Incluso ahora, estoy confundido y me cuesta seguir el ritmo".

Shishitani suspiró.

"Fue... De verdad lo siento."

El león tomó la taza de té con una mano increíblemente grande. Tal vez cómo para intentar restarle importancia al asunto.

"En la noche de luna nueva, no puedo evitarlo. No me controlo así que mis instintos solo salen. Además de eso, eres tan lindo y hueles tan bien que..."

Shishitani miró fijamente la taza de té y habló en una voz bajita y amortiguada. Sin embargo, justo por eso Chika no pudo escuchar lo que le dijo.

"¿Qué...?

Cuando se inclinó un poco hacia adelante y le preguntó de nuevo, Shishitani de repente tomó un sorbo de su taza de té y negó con la cabeza casi muy exageradamente. Respondió:

"No, no importa. Creo que tienes razón". Shishitani suspiró mientras colocaba la taza de té vacía a un lado de la chimenea. "Es verdad que no me río casi nunca. No voy a discutir eso."

Su expresión, mirando fijamente el rojo de la leña, fue impresionante. Chika se aproximó un par de pasos hacía él:

"Pero sonreíste hace un rato..."

Cuando pegó al bebé contra su pecho, estaba completamente seguro de que lo vio reírse al escucharlo eructar.

"Es porque no quiero ser una molestia..." La bestia arrugó las cejas y luego, pareció como si se estuviera llenando de muchas emociones que no había conocido nunca. "Vivieron con su madre después de que mi amigo muriera a manos de los cazadores... Pero, luego ella murió de la "enfermedad de las bestias" poco después de dar a luz a Taiga."

[Bambi-chan, tu papá y tu mamá también se han ido, ¿No?] Recordando las palabras de Miko, Chika se mordió el labio.

"No tienen más familiares que yo... Es un poco frustrante."

Por un momento, Chika pudo ver la sombra que cayó sobre el rostro de Shishitani. Sus ojos brillaban misteriosamente y su larga lengua se salió de su boca un par de veces solo para intentar humedecerse una piel que seguro tenía completamente seca. Transmitió entonces una emoción negativa que no se podía expresarse bien con palabras, pero que estaba allí.

"Fueron abusados por los humanos muchas veces. Y quizá debido a esto, su crecimiento se retrasó de muchas maneras y por eso mismo no pueden producir bien sus feromonas. Por eso cambian de apariencia todo el tiempo".

Mirando a los cachorros, brillantes y enérgicos, jugando en el patio y gritando que lo iban a defender, Chika no podía ni imaginar la  vida que tuvieron.

"No puedo estar malhumorado todo el tiempo frente a ellos, lo sé. Pero me parece difícil de lograr porque ser así es parte de lo que soy."

Papá le había dicho a Chika que Shishitani no sabía sonreír y también le pidió que intentara hacer que fuera "más alegre." Sin embargo, no había nada que hacer. "Él no me necesita". Pensó. Porque aunque no quería admitirlo, la existencia que hacía sonreír a Shishitani ya había llegado desde hace mucho tiempo a sus brazos.

"Yo creo... Que eres perfecto para ellos. Y también creo que lo disfrutas".

Shishitani se rió.

"Viviendo con ellos, de alguna manera logré imitar su forma de sonreír".

Chika levantó la vista tímidamente.

"Tal vez no soy bueno en eso. Pero de verdad entiendo que no puedo criar a un niño si solo grito y gruño".

Luego le explicó que, al principio, los niños tenían tanto miedo de Shishitani que no dormían ni comían junto a él. Por eso practicaba como sonreír frente al espejo todos los días y se esforzaba más que nadie para deshacerse de su cautela, su mal genio y finalmente, conseguir ser aceptado.

"... Esa es una prueba de lo mucho que te preocupas por esos niños".

Una bondad que era exactamente lo contrario de su lado feroz. Además, Chika estaba francamente impresionado con como lo había sobrellevado. Sin embargo, Shishitani se cruzó de brazos e inclinó la cabeza otra vez.

"Pero mientras pienso que tengo que sonreír para ellos, más siento que es sorprendentemente difícil de hacer. Casi como sobre esforzarme".

Chika no pudo evitar sentir una sensación de incongruencia impresionante mientras lo miraba bajo la luz de la chimenea. Eso fue, principalmente, porque no sintió que la sonrisa que le había dado al bebé fuera forzada o que el amor con el que les había dado la comida no estuviera allí.

"Además, estaba aterrorizado hasta hace un rato. Pensé que, como los niños, tú también podías querer huir lejos de mi".

"¿Yo?"

Y sorprendido por las palabras tan inesperadas, finalmente levantó la mirada para encararlo y hacerle ver que se equivocaba. Sin embargo, ahora ya no había un león, sino un hombre hermoso que además había decidido dibujar una serie de arrugas en las esquinas de sus ojos para sonreírle
No le avisó, y entonces Shishitani decidió transformarse en humano para hablar con él.

"¡Wow...!"

Shishitani rápidamente atrapó la taza de té que se había resbalado de manos de Chika.

"¡Cuidado! Maldita sea, eso fue peligroso. Me alegro de que esté vacío".

Después de dejar escapar un suspiro de alivio, Shishitani sirvió té de soba fresco en una nueva taza de té y la colocó de nuevo frente a Chika.

"¡No te sorprendas tanto! Me haces sentir extraño. Cómo que soy horrible siendo humano o algo así."

"E-es que yo no esperaba que..."

Miró la cara de Shishitani solo para rectificar que realmente era un hombre guapísimo. Su cabello castaño, oscuro y rizado, estaba vuelto completamente hacia atrás y, debajo de sus cejas afiladas y bien contorneadas, unos ojos agudos y brillantes miraban a Chika justo como si quisieran encontrar algo enterrado bajo su piel. Su nariz era recta y firme y llevaba una barba incipiente cubriendo su mentón. Preguntó:

"¿Todavía me tienes miedo?"

Y se acercó tanto a Chika que hasta pudo notar que ocupaba loción.

"No es eso..."

Sintiendo que su rostro se calentaba hasta el extremo, Chika inconscientemente desvió la mirada ¿Por qué su corazón estaba latiendo tan fuerte? Fue como si hubiese perdido la compostura de golpe.

"Es que... Shishitani, eres muy guapo".

Shishitani de repente levantó la voz:

"¿Soy guapo? ¿Es una broma?"

Pero tan pronto como dijo eso, sonrió de nuevo hasta mostrarle sus perfectos dientes blancos. Afortunadamente, allí ya no había más colmillos de los necesarios.

"De verdad tenía miedo de lo que pudieras pensar de mi debido a lo que sucedió al principio."

Ciertamente le sorprendió. Todavía tenía la sensación de que estaba soñando con un escenario hipotético en el que su padre adoptivo y su aprendiz eran hombres bestia.

"Pero... Parece que de verdad estás bien".

Chika se quedó sin palabras ante lo bonita que era la sonrisa de Shishitani. A diferencia de la expresión que le daba a los cachorros, esta de ahora era tan brillantes como el sol y tan animada que hasta pensó que no podía ser el mismo león de hace un momento. Sin embargo, Chika inmediatamente recordó las palabras de Shishitani de hace unos segundos.

"Pero mientras pienso que tengo que sonreír para ellos, más siento que es sorprendentemente difícil de hacer".

Chika hasta pensó que estaba tratando de imitar su sonrisa y que por eso mismo se estaba obligando a hacerlo frente a él. Algo como para... Hacer que que se sintiera cómodo.

Tan pronto como ese pensamiento apareció en su cabeza, los latidos en su pecho inevitablemente se volvieron más lentos.

"Um... ¿Todavía te estás obligando a sonreír?"

"No. Es que eres lindo."

Shishitani acarició su rostro, incluso aunque Chika todavía estaba en un estado ligeramente sorprendido. Al final, solo dejó escapar un profundo suspiro, sació su sed con té de trigo y luego lo miró a la cara una vez más:

"De todos modos..."

Apretó sus labios y bajó la mirada a la chimenea.

"Me alegro de que hayas venido. Incluso aunque las circunstancias fueran las peores."

El perfil solitario de Shishitani todavía le transmitía que estaba de luto por la muerte de su padre adoptivo.

"¿Está bien que me quede aquí?"

La oración "¿Incluso si no soy un hombre bestia?" Era tan difícil de poner en palabras que mejor se las tragó.

Y mientras esperaba la respuesta de Shishitani, por alguna razón, de repente se dio la vuelta.

"... Eres un idiota".

"¿Eh?"

No podía entender el significado de la oración, así que incluso inclinó la cabeza otro tanto. Entonces, de repente Shishitani dijo:

"¡Dios! Y también eres lento."

Las orejas del león salieron de color rojo brillante por debajo de su cabello rizado y despeinado.

"No hay forma de que pueda echarte, no solo porque tu viejo murió..." Tosió y se aclaró la garganta, como pensando en lo que iba a de decir. "Puedes quedarte aquí hasta que tú quieras. Pero, la verdad necesitamos un par de manos por aquí."

Luego se sentó en el tatami a su lado y miró a su alrededor.

"Empezaré de nuevo. Somos un restaurante de soba que se especializa en hombres bestia. Servimos fideos de soba que contienen feromonas".

Los hombres bestia parecieron no tener problema alguno para tener la misma dieta que los humanos. Sin embargo, le explicó que cuando estaban heridos o bastante debilitados, entonces comían alimentos que coincidían con los gustos de las bestias que eran originalmente.

"Si eres carnívoro, comes carne cruda, si eres herbívoro, comes tus hierbas o nueces favoritas. Cuando estás muy mal de salud, tomas feromonas".

Shishitani habló con naturalidad, diciendo que entre los hombres bestia había una jerarquía similar a la del mundo natural y que también existían muchos rangos.

"Soy un león Atlas, así que tengo feromonas fuertes. Incluso más fuertes que los leones que pertenecen a mi misma tribu".

"¿Atlas...?"

"Son los más grandes de los leones. Se caracterizan por sus melenas de color marrón oscuro o negro que cubren completamente sus vientres".

Chika de inmediato imaginó a Shishitani en forma de león.

"Yo mezclo mis propios feromonas con la comida y se las doy a los hombres bestia que se han debilitado debido a una enfermedad o herida."

Shishitani tomaba esa poderosa feromona suya, como la bestia más dominante en la jerarquía, y la amasaba en forma de fideos soba. Después de todo, si un hombre bestia debilitado tomaba feromonas tan poderosas directamente en su cuerpo, podía causar una reacción alérgica que incluso podía llevarlo a la muerte. Por lo tanto, al hacerlo con el soba, en teoría iba a poder digerirse bien.

"El soba es el ingrediente que mejor se amolda con mi feromona. En países extranjeros, hay hombres bestia que amasan las suyas con pan".

Sorprendido e impresionado, los ojos de Chika se abrieron como platos. Escuchó atentamente la historia de Shishitani como lo haría un niño con un libro infantil:

"No queremos que la gente sepa sobre la naturaleza de nuestros clientes, así que solo abrimos la tienda por la noche. Además, somos muy populares aquí en la montaña porque únicamente nos tomamos un descanso los domingos ."

"¿Eh? Entonces... ¿Abriste la tienda ayer?"

"Jaja, ayer fue una excepción."

Cuando Chika se despertó, recordaba haber visto a Shishitani sirviendo soba recién preparada. Una gran cantidad que seguramente se le quedó debido a que mantuvo la tienda cerrada para que pudiera dormir.

"¡Lo siento! ¡Te causé tamos problemas!"

Shishitani dijo: "No, no", y le apretó la mano.

"No te preocupes. Yo también estaba muy cansado."

Las palabras de Shishitani hicieron que Chika se sintiera aliviado. Luego, tan pronto como sintió sed, tragó el té de trigo, ligeramente tibio, hasta más de la mitad, y se quedó en la misma posición hasta que el león decidió que ya había tenido suficiente de tanto silencio.

"Entonces... ¿Puedes ayudarme con la tienda? Ya que estuviste bajo el mando del anciano, estoy seguro de que sabes lo que hay que hacer y también lo que no. Digo, podemos tomarlo como un entrenamiento para que puedas valerte por ti mismo en el futuro ¿No lo crees?"

Chika realmente quería ayudar en lo que pudiera, pero le preocupaba que pudiera causar más problemas que beneficios.

"Soy tan torpe que me han llamado "manos de mantequilla" desde que era un niño."

Lo dijo honestamente, pero Shishitani solo asintió.

"¿No es mejor ser un poco torpe en ocasiones? La cara de Chika es muy bonita y tu personalidad es fenomenal. El ambiente del restaurante es familiar por lo que estoy seguro de que los clientes deberían estar maravillados contigo".

"..."

"Oh, decir que eres lindo es.. No creo que sea un cumplido que puedas utilizar para un hombre, pero..."

Chika no pudo ocultar su confusión y Shishitani no pudo negar que estaba increíblemente rojo. Chika decidió mirar para abajo.

"Lo siento, lo siento. Por favor, no te ofendas".

Se preguntaba qué tipo de cara estaría haciendo Shishitani y si es que acaso seguiría pareciendo avergonzado.

"Solo... Cuando esté demasiado ocupado, espero que puedas ayudarme tanto como sea posible".

De repente, sintió un calor en su hombro izquierdo.

"... Quiero decirte que... Cuando estás aquí conmigo, puedo sonreír con naturalidad".

¿Era solo su imaginación que la mano que envolvía su hombro se sentía como si estuviera temblando? De nuevo, las palabras de Yuzo revivieron en su mente. "Seguro puedes hacer que esa cara se ría".

Tal vez no era un hombre bestia, pero era un hecho que a Shishitani parecía caerle bien. Es decir, eso ya era algo. Y si quería quedarse con él, entonces tenía que explotar esto tanto como le fuera posible.

Chika asintió levemente y miró por encima de su hombro.

"Además... Estoy en deuda con tu padre. Es natural que te ayude".

"Yo..."

Miró a Shishidani, colocó las manos sobre las rodillas e inclinó la cabeza profundamente en su dirección. Pareció que ese ya era un gesto un tanto "íntimo" entre ambos.

"Si ese esa el caso, entonces tengo muchas ganas de trabajar contigo".

Atraído por Chika, Shishitani suspiró.

"Pero soy muy torpe de verdad ¡¡¡No tienes idea de cuanto!!! ¡¡¡De seguro vas a terminar por arrepentirte de esto!!!"

"No te preocupes".

Shishitani mostró sus dientes otra vez y le alborotó el cabello.

"Cuento contigo."

"Sí... También yo."

Pero en realidad, tardaron mucho tiempo en separarse.


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