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Bambi se casó con un león por yuniwalker

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Un día en Shishi Soba siempre comenzaba con las animadas voces de los niños. Dado que la tienda estaba abierta hasta el amanecer, Shishitani se despertaba después de las nueve de la mañana. Hasta entonces, los cachorros de tigre pasaban su tiempo jugando en el jardín, o mirando televisión en la sala de estar.
Cuando el hombre finalmente se despertaba, iba directo a preparar el desayuno. Por supuesto, el menú era soba-gaki porque a los cachorros de tigre les encantaba tanto de primera comida como de última. Es más, ¡¡Estaba seguro de que podían comerlo eternamente!!

Después del desayuno, los cachorros de tigre abrían todas las cortinas y puertas y se ponían a correr por cada parte de la casa para poder quitarse el aburrimiento. Mientras tanto, Shishitani limpiaba y levantaba los trastes, iba a lavar la ropa y también barría la casa.

"Creo que puedo lavar la ropa, podrías dejármelo a mí."

Habían pasado aproximadamente veinte días desde que Chika llegó a casa. Renunció completamente al trabajo de la tienda y ahora, estaba decidido a ser contratado como "encargado de las tareas del hogar" al cien por ciento. Después de todo, al ver a Shishitani tan ocupado con el cuidado de los niños, no podía simplemente quedarse de brazos cruzados para ser considerado un tonto en esto también.

La temporada de verdor estaba en su apogeo, e incluso estar en camiseta de manga corta ocasionaba mucho sudor en los niños. Repitió la tarea de colocar sus playeras y pantaloncitos en la lavadora, las sacó, y finalmente las colocó en un gran cesto de mimbre.

La lavadora se colocaba en el patio trasero, a través de la puerta de almacenamiento, y se cubría con un alero para mantenerla seca incluso en los días de lluvia. El patio trasero no era muy grande, así que solo tenía dos tendederos y una sombra provocada por el bosque a sus espaldas.

"Hola."

Al recoger la cesta de la ropa, que estaba completamente llena, Shishitani de repente se asomó por la puerta trasera que conducía al patio y preguntó:

"Oye, ¿Estás bien?"

Y comenzó a acercarse.

A pesar de que dijo que le gustaba mucho estar en forma de león, Shishitani parecía estar tratando de interactuar con Chika en forma humana tanto como fuera posible. Probablemente porque se preocupaba por él o tal vez, porque no quería asustarlo.

"Ujum..."

Pero eso solo ocasionó que Shishitani se inclinara hacia atrás y ladeara la cabeza.

"No te preocupes, solo vengo a echar un vistazo."

Si sostenía un cuchillo de cocina, se cortaba los dedos y si limpiaba algo, al poco tiempo terminaba ocasionando un desastre muchísimo peor. No era de extrañar que Shishitani estuviera preocupado por él todo el tiempo.

"¿Qué pasa? ¿Algo está mal? ¿Te lastimaste? ¿Metiste el brazo sin esperar a que se detuviera el mecanismo? O tal vez la ropa..."

"¡Shishitani-san!"

Miró hacia arriba y lentamente cerró la distancia entre Shishitani y él.

"¿De verdad soy tan poco confiable?"

En realidad, gracias a su comportamiento comenzó a pensar que lo que estaba haciendo para ayudar a Shishitani en realidad se estaba convirtiendo en una carga. Que lo estaba... Haciendo sentir muy enojado.

Entonces, Shishitani murmuró con una voz increíblemente pequeña:

"No es eso. Ya lo dije es que... Eres muy pequeño y...  Todo el tiempo tengo ganas de..."

"¿Ganas de...?"

Sin saber lo que Shishitani estaba tratando de decir, Chika inclinó la cabeza.

"No nada."

Shishitani entró en pánico de inmediato y desvió la mirada. Su cara parecía estar un poco colorada.

"Todavía tengo cosas que hacer así que si pasa algo, llámame ¿De acuerdo? No seas irrazonable y no trates de hacer todo tú solo."

Shishitani dijo esto sin detenerse a respirar entre cada oración y rápidamente volvió a desaparecer por la puerta trasera.

Chika se rió de él y al mismo tiempo, dejó escapar un suspiro un tanto aterrador. Quería serle útil a Shishitani y deseaba que llegara un día en que no tuviera que cuidarle la espalda todo el tiempo.

"¡Haré lo mejor que pueda hasta que deje de fallar!"

Chika se convenció de que las cosas solo podían mejorar a partir de ahora.

Trato de recoger la cesta de la ropa de nuevo pero, al momento siguiente, de repente perdió la fuerza en sus manos y la dejó caer contra el suelo.

"¡PAS!"

Inmediatamente después de eso, se escuchó una voz ronca y el cesto de la ropa se detuvo en el último minuto. Antes de estamparse.

"S-Shishitani-san ¿De dónde...?"

Shishitani, que debería haber regresado a la casa, estaba allí de frente con los ojos increíblemente abiertos.

"¿¡Te lastimaste!?"

Solo que ahora no parecía un humano. En realidad, era un león sosteniendo un cesto de ropa sucia con su brazo izquierdo. Incluso si pensaba que ya se había acostumbrado, la realidad era que siempre terminaba sorprendido cuando cambiaba de "persona" a "bestia" tan intermitentemente.

"L-lo siento."

Chika inclinó la cabeza en su dirección, con pánico. Trato de apretar los dedos de ambas manos, pero sintió que estaba temblando sin parar.

"Hey, tranquilo. Solo estaba observando la situación. No es culpa tuya ¿Está bien?"

Shishitani le dio unas palmaditas en la cabeza con una gran mano y luego agregó:

"Eres flaco, no te obligues a levantar cosas pesadas".

"De verdad lo siento. Incluso aunque dije que iba a mejorar, yo... No puedo dejar de ser un estúpido."

Sin darse cuenta, palabras autocríticas se derramaron de sus labios tan rápidamente que Shishitani tuvo que detenerlo

"No digas eso. Yo estoy preocupado porque si te lastimas, el viejo se va a enojar conmigo también. No creo que seas un estúpido."

Sin embargo, esas palabras sonaron como otra excusa.

"Papá siempre se enojaba cuando fallaba. Estoy seguro de que solamente te daría la razón."

Chika no dejaba de mirar sus sandalias. Shishitani pareció un poco en problemas.

"Bueno, eh... No. Más que eso. Si algo te pasara, yo..."

"... Vas a correrme de la casa."

Shishitani se quedó sin palabras por la confusión. Además, aunque sabía la razón por la que estaba irremediablemente preocupado por Chika, por alguna razón no pudo evitar ser lo suficientemente terco como para guardar silencio y no confesar lo que sentía con él.

Pero cuando estaba a punto de abrir la boca y cuando su mano apenas y se juntó a su barbilla, escuchó pequeños pasos provenientes de la puerta trasera y una voz gritando:

"¡Oye! ¡No intimides a Bambi-chan!"

Y luego, un cachorro de tigre se abalanzó sobre el león:

"No te voy a perdonar si haces llorar a Bambi. ¡Voy a protegerlo!"

Uno de ellos, quien creía que era Miko, se aferró al hombro de Shishitani y le mordió la pequeña oreja que sobresalía de su melena.

"La cola del tío, ¡Dale una mordida!"

Debió haber sido Kotetsu quien gritó, porque al momento siguiente la boquita de la niña atrapó la cola de Shishitani para darle una buena mordida.

Sin embargo, para Shishitani, los ataques de los dos pequeños niños probablemente solo le parecían un juego. Sin cambiar su expresión, miró a Miko y Kotetsu y dejó escapar un suspiro todavía más impresionante que la primera ocasión.

"Dios, realmente necesito unas vacaciones."

Diciendo eso, dejó el cesto de la ropa con Chika y atrapó a los dos niños entre los brazos.

"¡Suéltame!"

"¡Bambi-chan, te ayudaré!"

En un estado suspendido, los hermanos cachorros de tigre comenzaron a moverse salvajemente para intentar salir de allí.

"¡No le estoy haciendo nada, maldición!"

Con una voz salvaje y enojada, el rugido de la bestia león se escuchó por todos lados. Incluso aunque los cachorros no parecieron intimidados ni por un solo segundo.

"¡No me grites! ¡Grosero!"

El niño contraatacó mordiendo su brazo sobre la ropa de trabajo y golpeando su grueso pecho con sus patitas delanteras.

"¡Ay! ¡Malditos niños!"

Cuando Shishitani chasqueó la lengua, violentamente y con mucha frustración, Chika los llamó de inmediato diciendo:

"¡Por favor, esperen!"

Haciendo que tanto Shishitani como los dos cachorros miraran en dirección a Chika.

Chika dudó por un momento mientras ese gran león y sus cachorros lo observaban, pero al final puso mucha fuerza en su estómago y siguió adelante:

"Kotetsu-kun. Miko-chan. No estoy siendo intimidado, y no estoy llorando. Él no me está tratando mal en absoluto"

Dijo amablemente a los dos, que estaban en los brazos de Shishitani.

"Y... Shishitani, estos niños solo están tratando de ayudarme. Así que, por favor, no te enojes con ellos".

"No estoy enojado..."

Escupió Shishitani, bajando suavemente a los cachorros al suelo.

Entonces, Miko y Kotetsu le mostraron la lengua y corrieron en su dirección para frotar sus cuerpos rayados contra sus pies.

"Todos son demasiado dulces. Incluso Shishitani... Estoy muy, muy agradecido de estar con ustedes"

Se agachó lentamente y acarició la cabeza y el lomo de los dos animalitos que no dejaban de correr alrededor de él.

"¿En serio?"

"En serio."

"Bambi-chan, ¡Pero de verdad parecías muy triste hace un rato!"

Chika negó con la cabeza, pensando que era extraño que pudiera hablar con voz humana a pesar de que parecía un tigre.

"Estaba tan decepcionado de mi propio fracaso que me desanimé. No hay nada malo con su tío, así que..."

Chika cortó sus palabras y luego sostuvo a esos dos cachorritos contra su pecho al mismo tiempo. Entonces los giró hacia Shishitani y dijo:

"Vamos a disculparnos con Shishitani por saltar y de repente morderlo y golpearlo. Es lo que los niños grandes hacen cuando se equivocan."

Los dos se miraron por un momento, pero en poco tiempo, se concentraron completamente en Shishitani y levantaron una pequeña vocecita que decía:

"Perdón".

Y frente a Miko y Kotetsu, inclinando sus cabecitas para pedir disculpas, Shishitani comenzó a parecer un poquito inquieto. ¡Era la primera vez que los niños decían algo así! Sin embargo, tan pronto como exhaló lentamente, su expresión se suavizó.

"No pasa nada. Yo siento mucho haber gritado. Ustedes solo estaban preocupados por él".

Diciendo eso, acarició suavemente las cabezas de los dos hasta ocasionar que tanto Miko cómo Kotetsu entrecerraran los ojitos en su dirección. Incluso se habían puesto a ronronear en voz alta.

"¡Ah! De verdad ya no puedo más."

Chika no pudo soportar el peso, y al mismo tiempo, dobló las rodillas y las dejó caer al suelo con un golpe bastante fuerte.

"Oye, ¿Estás bien? ¿Te sientes mal?"

Cuando Chika sonrió, levantó los brazos como bebé y le pidió un abrazo.

"¿Qué...?"

Y aunque Shishitani no dijo nada, en realidad hizo justo lo que le pidió. Estaba terriblemente rojo

"Te... Te ayudaré con la ropa."

"Pero tú..."

Shishitani todavía parecía inquieto.

"Está bien. Te pediré que me ayudes a mí también así que... Será una retribución por otra".

Los ojos de los cachorros se iluminaron ante las palabras del león.

"¿Nosotros también podemos ayudar?"

"¡Por favor, por favor, por favor, por favor!"

Chika se acercó un poquito a ellos.

"¿Saben qué? Me llevaría demasiado tiempo tender tanta ropa yo solo así que, necesito toda la ayuda posible."

Dentro de la canasta estaba la ropa de los niños, del bebé y de Shishitani, así como las toallas, sábanas y manteles sucios que se utilizaban en la tienda.

"Entonces, ¿Se convierten en humanos para ayudarme? ¿Creen qué puedan hacerlo?"

Miko y Kotetsu aún no tenían un lugar de transformación estable. En realidad, su apariencia de tigre actual debió ser porque trataban de salvar a Chika.

"¡Podemos hacerlo, Bambi-chan!"

"¡Sí!"

"¡Está bien!" Dijo Shishitani. "Entonces vayan a buscar algo de ropa para ayudar. Vamos, vamos."

Diciendo eso, los dos comenzaron a reírse, se dieron un golpecito y se echaron a correr.

"Ah, ya veo. Entonces si tú también te conviertes en un humano así, estarás desnudo ¿No?"

"..."

"..."

"JAJAJAJA."

Shishitani, que había estado observando en silencio hasta ese momento, de repente comenzó a reírse a carcajadas. Sostuvo su vientre con ambas manos y sacudió todo su cuerpo violentamente debido al ataque de risa. No sintió que estuviera fingiendo, pero tampoco había llegado a pensar que fuera capaz de reír así alguna vez.

Reconociendo que incluso había gotas de lágrimas en sus ojos, le vino a la mente la frase "a veces hay emoción incluso en las pupilas de los demonios".

"Ah, perdón. Es que Chika sonó muy tierno. Como se esperaba del hijo del anciano".

Pero no podía evitar sentir una sensación de incongruencia al tener la palabra "tierno" saliendo de su boca.

"¿... Crees que soy tierno de verdad?"

Entonces Shishitani de repente dejó de reír.

"... ¿Utilicé la palabra tierno?"

Chika se sintió un poco avergonzado.

"Dijiste eso..."

Sin embargo, en ese momento, Miko y Kotetsu regresaron corriendo a toda velocidad hacia ellos. Ahora tenían forma humana, pero orejas y colita. Llevaban camisas a juego, una falda de mezclilla y unos pantalones cortos.

"¡Bambi-chan, ya vamos!"

"¡Sí!"

"¡Tengan cuidado!"

"Am... Creo que hay algunos asuntos que atender en el restaurante."

"¿... Shishitani-san?"

Pero le dio la espalda.

"Te dejaré esto a ti. Chika. Lo siento".

Y después de decir eso, rápidamente desapareció por la puerta trasera. Esta era la segunda vez.

"Shi..."

"Bambi, ¿Qué pasa? ¡Vamos a secar la ropa!"

"¿Estás bien?"

"Después de todo, si fuiste intimidado por nuestro tío ¿Verdad?"

Con Miko sosteniendo su mano, de repente recuperó sus sentidos. Era como si ellos estuvieran decididos a perseguir a Shishitani en cualquier momento solo para darle una lección.

"Está bien. No es nada..."

Chika entró en pánico, pero de todos modos les sonrió a los dos. Luego simplemente se arregló la ropa y miró al pequeño bebito a sus espaldas. A pesar de que había tanto ruido a su alrededor, gruñidos y gritos, ni siquiera pareció despertarse, y mucho menos comenzar a llorar.

"Muy bien." Chika se enfrentó a los cachorros de tigre. "¿Creen que huele bien?"

Se preguntaba si los hombres bestia, Shishitani y los cachorros de tigre, podían oler los mismos olores que él o si, como animales, ellos podían encontrar algo nuevo.

Kotetsu y Miko resoplaron suavemente, pero al final inclinaron la cabeza al mismo tiempo.

"¿Cómo a qué?"

"Huele a detergente."

Aparentemente, los cachorros no podían captar el mismo olor suave que sentía Chika.

"Solo tienen que concentrarse un poquito más ¿Está bien? Lo que huele así, va en el cesto. Lo que no, a la lavadora"

Se agachó frente a los dos para comenzar a arreglarles la ropa y después de eso, con la ayuda de los niños, Chika pudo tender las camisetas muchísimo más rápido de lo que lo hubiera hecho de actuar solo.

Pero cuando ya estaba doblando las fundas del sillón y acomodando el resto de la ropa de cama en un tendedero frente a la entrada del jardín, apareció nuevamente Shishitani. Se quitó el trapo que le envolvía la cabeza, caminó a su alrededor con enormes pasos, y chasqueó la lengua a los cachorros que dormían sobre las esteras de tatami.

"Es la hora de la cena, no deberían estar durmiendo."

Después de todo, era una rutina diaria para los cachorros terminar la cena, darse un baño, lavarse los dientes e irse a la cama.

"Se despertaron muy temprano para ayudar. Tender es difícil y se cansaron de inmediato."

Además, la vista de los tres tigres, acostados uno encima del otro como una bola de masa, hacía que su corazón se sintiera bastante caliente.

"¿Cómo estás, Chika? ¿Estás cansado?"

"Un poco. No estoy acostumbrado a esto."

Shishitani se sentó junto a Chika y lo ayudó a doblar la ropa. Tal vez estuviera preocupado por la conversación de la mañana porque sentía que se estaba yendo con cuidado.

"Pero en general, me siento bien. El tiempo pasa rápido cuando estoy con estos niños... Así no tengo tiempo para pensar en nada más".

De vez en cuando, pensaba en el difunto Yuuzo y se ponía irremediablemente triste. Sin embargo, los momentos en que se encontraba sintiéndose triste y solo, estaban disminuyendo a cada segundo. Es más, antes de darse cuenta, se veía a si mismo ayudando a estos niños a amarrarse los zapatos o hablando con este hombre sobre las tareas que no podía hacer.

"...Ya veo. Entonces eso es bueno."

Chika lo miró un segundo.

"Pero lo siento, por causar tantos problemas... Te molesté."

Shishitani frotó la cabeza de Chika sin mirarle.

"Eso no es cierto. Honestamente, has sido de gran ayuda".

"...¿De verdad?"

Con su gran mano puesta todavía sobre su cabeza, Chika volvió a mirar el perfil de Shishitani. Entonces él dejó escapar un gran suspiro:

"Esos niños se enamoraron de ti en un instante. Creo que, debido a tu comportamiento, ellos piensan que pueden acercarse sin pensarlo demasiado."

"¡Espera, Shishitani-san! ¿Estás diciendo que parezco un niño?"

Al darse cuenta de que estaba siendo objeto de burlas, Chika hizo un puchero.

"No es... ¡Vaya!"

Cuando estaba a punto de hablar, Shishitani hizo una mueca de sorpresa y miró para otro lado.

"¿Qué es entonces?"

"..."

"No te quedes callado."

La palabra "Tan lindo como ellos" quiso salir de su boca, pero estaba avergonzado de poner sus pensamientos en palabras tan fácilmente cuando estaba con él. Más, cuando eran tan irremediablemente vergonzosas.
Entonces Shishitani alborotó su propia melena y murmuró muy bajito:

"No pienso que tu modo de actuar sea como el de un niño. No en mal sentido."

Allí, volvió a interrumpir sus palabras y dirigió su mirada para el suelo cuando sintió que se estaba sintiendo bastante nervioso. Luego, dejó escapar un suspiro, como si se hubiera dado por vencido, y abrió la boca muy, muy poquito. Tanto que hasta daba risa.

"Estás haciendo un buen trabajo aquí. Pero, te tropiezas y golpeas aquí y allá, tienes moretones y rasguños y algunas heridas que se ven muy feas. Cuando estás en la cocina, mezclas azúcar y sal y una vez tiraste todo el aceite en el suelo. Es normal cometer errores cuando es tu primera vez trabajando pero..."

"Oh..."

Sabía que estaba causando problemas, pero cuando Shishitani le dijo eso en la cara, no pudo evitar sentirse deprimido.

"Estoy causando más problemas que esos niños. Lo siento".

"Idiota. ¡No quise decir eso!"

"..."

"Es cierto que tu torpeza me sorprende, pero por alguna razón que ni yo mismo puedo entender... No te odio."

Una vez más, una gran palma tocó suavemente la cabeza de Chika.

Comenzó a acariciarlo.

"Puedo decir que se nota que estás trabajando duro. Cuando cometes un error, te disculpas de inmediato, y cuando te veo sonreír alegremente sin dudarlo, entonces siento que puedo pasar todo eso por alto y ayudarte a mejorar."

"Yo..."

"Siento que no puedo evitar pensarlo porque eres muy hermoso... Ah."

Tal vez al darse cuenta de que dijo "hermoso", Shishitani rápidamente lo soltó. En ese momento, Chika se sintió solo por alguna razón.

Cuando levantó la vista para seguir la mano que se había ido, vio entonces una punta negra de una nariz justo en frente de su cara. Shishitani estaba sentado con las piernas cruzadas, inclinado hacia adelante y mirando el rostro de Chika muy atentamente. Cuando la nariz en forma de triángulo invertido se movió de una manera chistosa, los ojos dorados centelleantes del león parecieron dilatarse unos centímetros y unos bigotitos comenzaron a balancearse en su cara.

"Es que..."

En el momento en que sus ojos se encontraron, Shishitani se apresuró a girar la cara para otro sitio. Era la segunda vez que comenzaba a actuar así. Se rascó la melena.

"Cada vez que haces algo mal, me siento nervioso." Luego, golpeó levemente su muslo con su mano derecha. "Sé que no puedo explicarlo bien pero, no importa cuán torpe seas, yo, los niños e incluso los clientes de la tienda, te queremos mucho. Te necesitamos con nosotros. Nos gusta estar cerca de ti."

Justo como dijo Shishitani, cada vez más personas iban a la tienda solamente por el gusto de estar a su lado.

"Si los clientes estuvieran enojados contigo, ya no vendrían aquí. Y yo te hubiera mandado a otro lugar."

La voz baja y ronca de Shishitani pareció filtrarse gradualmente en el corazón de Chika.

"Ser amado incondicionalmente por los demás es un talento. Por favor, ten más confianza en lo que puedes hacer".

No lo estaba molestando ni tampoco halagando. En realidad, se dio cuenta por la voz de que Shishitani realmente pensaba eso.

"Vaya."

Chika se mordió la boca. Las lágrimas que había soportado durante todo este tiempo inundaron sus ojos y le hicieron temblar los labios. ¿Qué hubiera pasado si no hubiera encontrado a Shishitani? Cada vez que pensaba en ello, la respuesta a la que llegaba era siempre la misma:

No hubiera encontrado la fuerza para seguir con vida.

Quizá su padre dejó esa nota para que recuperara su propia sonrisa, no para que encontrara la de Shishitani-san.

"... ¿Chika?"

Estaba mirando hacia abajo y sacudiendo sus hombros tanto que sentía como si el cuello se le fuera a romper.

Shishitani lo llamó en voz baja de nuevo.

"Oye..."

"Ah, lo siento".

Chika forzó una sonrisa para contener las lágrimas y lentamente levantó la cabeza. La cara de león, varonil y gentil, de Shishitani, pareció capturarse en todo momento en su campo de visión. Ni siquiera importaba que todo estuviera tan terriblemente húmedo.

"Shishitani-san dijo algo tan amable que... No pude controlarme. Las lágrimas solo están saliendo."

Tragó saliva y se frotó los ojos violentamente con el dorso de la mano.

"Lo siento. No quise hacerte llorar..."

"Sí, lo se."

Pero incluso mientras hablaba, sintió un leve dolor en el pecho.

"Mi padre me regañaba y me gritaba mucho cuando era pequeño. Sin embargo, nunca me rechazó. Como su hijo, me amaba desde el fondo de su corazón." Chika tranquilamente continuó hablando mientras recordaba su vida nostálgica con su padre. "Gracias a él, pude sonreír sinceramente todos los días. Aprendí a no odiarme a mi mismo".

Shishitani asintió en silencio.

"Pero estaba pensando que incluso ahora, incluso aunque lo perdí... Tú y estos niños están aquí todavía, así que puedo sonreír igual".

El león abrió su bocota, pero no dijo nada. Bajó la cara, arrugó la frente y finalmente soltó:

"Me siento igual. Siento que me he vuelto capaz de sonreír más honestamente."

Los ojos de Shishitani emitieron una luz suave. Tanto que seguramente ni siquiera era consciente de su cambio.

Saber esto hizo feliz a Chika.

"Tienes una sonrisa muy linda."

Incluso con la cara de un león, Chika podía ver claramente que Shishitani estaba sonriendo de una manera honesta.

"Gracias por ayudarme a avanzar..."

"Me alegro de haber podido hacerlo."

Chika se dio cuenta de que le había estado confiando completamente su corazón a ellos, incluso aunque no eran personas. Pero, al mismo tiempo, no pudo evitar sentirse extraño con el rumbo de la historia. La razón, como siempre, era que estaba consciente de que no se trataba de un hombre bestia ciervo. Y cuando ellos se enteraran, entonces iban a...

No. ¿Debería mantenerlo en secreto para siempre?

Con una conciencia culpable, Chika miró hacia el cielo desde el porche en un intento por cambiar de tema.

"La luna está hermosa ¿No crees?"

En el cielo coloreado con variantes de azul ultramar y amarillo, flotaba una luna bastante enorme en color plateado. Entonces, por alguna razón, Shishitani se volteó y habló con una voz temblorosa.

"... ¿Qué?"

Él estaba mirando fijamente a Chika.

"Um, yo... ¿Dije algo raro?"

"No, no, quiero decir... Estabas diciendo literalmente que la luna es hermosa... ¿No? Vaya, lo siento."

Shishitani apartó la cabeza de la mirada de Chika, tiró de su propia cola y trató de no hacer contacto visual con él.

En ese momento, Chika recordó una historia que escuchó durante una clase de secundaria. Natsume Soseki era un escritor muy popular. Y él decía que un "Te amo" venía incluso en palabras tan simples como decir "La luna es hermosa". Era una forma muy popular de confesar que estabas enamorado de alguien.

"Ah..."

Al momento siguiente, Chika descubrió por qué Shishitani pareció molesto con el malentendido.

En otras palabras, a Shishitani-san...

Inmediatamente, una violenta confusión y vergüenza atacaron a Chika.

"¡Lo siento!"

Rápidamente negó con la cabeza, pero su corazón latía increíblemente rápido y su cara se calentaba más y más a cada segundo.

"Nunca había visto una luna tan clara en Tokio, era por eso que yo... No tenía... No quería..."

¿Por qué cuantas más excusas ponía, más avergonzado comenzaba a sentirse con él?

Entonces Shishitani abrió su gran boca.

"Jajaja".

Se rió. Pero era una risa puramente falsa.

"Así es. No debería ser así. ¿Por qué me dirías que estás enamorado de mi tan de la nada. No tiene sentido."

Mientras levantaba la voz, jugueteó con la punta de su cola sin motivo alguno.

"No es culpa tuya. En un libro que leí hace mucho tiempo, esa línea y las palabras del sensei, se repetían en todas partes... Estaba un poco sorprendido, es todo".

Shishitani miró el cielo.

"Chika..."

"¿Qué?"

"Es verdad. La luna está hermosa."

Chika no pudo evitar mirar el perfil de Shishitani, mirando hacia el cielo del atardecer. Su melena a veces se movía con la brisa nocturna, y su aspecto digno le recordaba no sólo a un rey, sino también a algo divino.
Y a pesar de que solo lo miraba con asombro, por alguna razón, su corazón comenzó a temblar con mucha fuerza. Los sofocos y las intensas palpitaciones de su corazón, en lugar de disminuir, solo empeoraron.

"¿Qué pasa? Mi cuerpo se siente extraño."

Pensó.

"Oye, Chika. Tu cara está roja..."

Shishitani estaba preocupado porque se quedó en silencio, con la cabeza gacha y la mano apretando su propio pecho.

"Chika..."

"¡Estoy bien!"

Chika levantó la voz, de repente incluso se puso de pie.

"Bueno, más que eso, ¿No estás cansado de atender gente todos los días?"

Puso sus manos en sus hombros.

"¡Wow!"

"¿Qué pasa, Chika?"

"¡Está bien, no te muevas!"

Rápidamente comenzó a masajearlo.

"No puedo hacer nada más, pero papá me elogió antes por mis masajes relajantes. Dijo que era como un profesional. Por eso estoy seguro de que Shishitani va a sentirse muy cómodo en cuestión de segundos".

"Oye, no creo que sea una buena idea. ¿Sabes qué? Ya estoy bien, solo aléjate de mí..."

Pero incluso cuando Shishitani dijo eso, solo movió su gran cuerpo. No mostró signos de rechazo.

"No. ¿No te lo dije? Quiero ayudarte."

Shishitani se quedó en silencio ante la apelación de Chika. Difícilmente podía ayudar en la tienda y ni siquiera era bueno haciendo las tareas del hogar. Ahora solo estaba cuidando a los cachorros de tigre por lo que era normal que deseara hacer otra cosa.

¿Por qué olvidó que era bueno en masajes? Suponía que era porque no había tenido suficiente tiempo para pensar en ello. A medida que pasaban las horas con Shishitani y los cachorros, más comenzaba a calmarse lo suficiente como para que algunas cosas salieran a la luz.

"Oye, vamos. Déjame darte un masaje. ¿Bueno? Por favor, por favor."

Dijo esto por encima de su hombro, en la oreja que estaba enterrada bajo su melena.

Shishitani no respondió de inmediato. Sin embargo, cuando dejó escapar un gran suspiro, se hundió profundamente en su lugar y respondió:

"Haz lo que quieras".

"Entonces comencemos".

Mientras decía eso, comenzó a agarrar sus gruesos hombros.

"Wow, qué músculos".

Una voz de admiración.

El cuerpo de su padre adoptivo estaba todo cubierto de músculos magros. Sin embargo, el de Shishitani era completamente diferente a eso. Estaba inconmensurablemente desarrollado. Tanto que pensó que sería difícil desatar los músculos anudados sin poner mucho peso sobre él.

Chika se volvió medio obstinado mientras empujaba sus codos y puños contra sus gruesos hombros y los amasaba cómo lo haría con el pan. Quizá por eso, después de unos minutos, Shishitani dejó escapar un enorme ruido de alivio.

"Ah, eso se siente muy bien."

Y como para probar lo que decía, sus orejas enterradas bajo su melena se movieron justo como lo haría un gatito casero.

"Bueno. Entonces vale la pena frotar así".

Chika se acostumbró rápidamente al cuerpo del león. Una vez que entendió dónde estaban los puntos de presión y cómo se unían los músculos, todo lo que tenía que hacer a continuación era prestar atención a la cantidad de fuerza que aplicaba para él.

"¿Alguna vez has tenido un masaje?"

"Nunca tan bueno como el tuyo."

Cuando Shishitani lo elogió, su rostro se relajó por si solo. Sin embargo, no sabía qué decir.

El silencio fluyó entre los dos, y todo lo que lograba escucharse en la habitación eran los ronquidos de los pequeños tigres durmiendo y el canto de los insectos en el jardín. Sin embargo, en el momento en que Chika casualmente volvió la mirada hacia arriba y vio la luna flotando en el cielo nocturno, nuevamente abrió la boca:

"Oye, Shishitani. Sobre lo de antes... Lo que dije sobre la luna..."

Shishitani sacudió su cuerpo con un sobresalto y bajó la cabeza.

"Lo siento."

"No te preocupes. Ya es un tema olvidado".

Shishitani inclinó la parte superior de su cuerpo y miró a Chika. Luego, sus ojos bordeados de negro, que le recordaban a una dona de chocolate, se entrecerraron y sonrieron para él:

"Además, nunca hubo nada por lo que disculparse. Natsume Soseki podrá ser popular, pero lo que dijo no tiene que ser una ley".

Mirando de nuevo a la luna, Shishitani comenzó a hablar consigo mismo.

"Bueno, hubo una época en la que todo lo que podía hacer era leer libros, no había otra forma de pasar el tiempo".

"¿Una época?"

Cuando le devolvió esas palabras, las que se le habían quedado grabadas en los oídos, surgió una extraña pausa por un momento.

"Es una vieja historia. Por cierto, Chika. ¿Puedes frotarme la cintura?"

Shishitani no respondió la pregunta y en su lugar se acostó en el porche.

Al ser apartado de la historia, Chika sintió una extraña sensación de inquietud. Sin embargo, dudó en hacer más preguntas y solo dijo:

"¿Está bien si me subo en ti?"

"Sí. No eres diferente a un pedazo de papel".

Entonces Chika se sentó a horcajadas sobre su fuerte cintura y reanudó el masaje que había empezado hace unos segundos. Moviéndose suavemente hacia arriba hasta alcanzar cada lado de su columna vertebral y hacia abajo, a centímetros de sus nalgas.
Shishitani se relajó completamente cuando aplicó una fuerte presión desde el torso, para presionar con fuerza el área alrededor de sus omóplatos. Dejó escapar un suspiro bastante fuerte y dijo:

"Oh, por... Estoy en el cielo."

"Pareces un anciano".

"¿Qué tiene de malo que un anciano actúe como uno?"

Shishitani dijo que entrenó en "Kanoya" hace veinte años, y que antes, mucho antes de que Yuuzo recogiera a Chika, comenzó "Shishi Soba" de forma independiente.

"Pero estás en buena forma..."

Puso su cara entre su espalda.

"Además, después de todo, eres esponjoso y hueles muy rico."

Siguiendo su voz apagada, un sonido misterioso se escuchó débilmente abajo de él, como si estuviera escuchando a la tierra quebrarse. Un motor de un auto.

Cuando puso atención para ver de dónde venía el sonido, se dio cuenta de que en realidad, era Shishitani.

Chika movió su mano desde la cintura de Shishitani hasta sus omoplatos, tocando la base de su cuello hasta hundirse en una melena bastante tupida. Suavemente acercó su oído:

"Grrrrrrrr."

Resultaba que el misterioso sonido grave que había escuchado, provenía de la garganta de Shishitani.

"¿Estás haciendo ruiditos...?"

Era el ronroneo de Shishitani.

Shishitani estaba tan inmerso en la comodidad del masaje, que provocó que su garganta gorgoteara.

Era como un gato grande.

Y su lado adorable estaba haciendo que su corazón se acelerara hasta el infinito.

"Vaya..."

Sorprendido por su repentina emoción, Chika se congeló en la cintura de Shishitani.

"¿Qué pasó? ¿Estás cansado?"

Al notar algo inusual, Shishitani levantó la parte superior de su cuerpo y miró hacia atrás. Sus ojos estaban un poco oscuros.

"No estoy cansado".

Inmediatamente lo negó, pero no pudo encontrar las palabras adecuadas para seguir con sus movimientos.

"Es solo que... Quería tocar tu melena pero... Ah, yo... Me asusté."

Solo eran palabras que se le ocurrieron de la nada para engañarlo. Entonces Shishitani comenzó a reír:

"¿Qué es eso? Si quieres tocarlo, tócalo tanto como quieras.

"¡Perfecto!"

Chika dijo eso con más alegría de la necesaria y extendió su mano hacia la cabeza de Shishitani. La verdad era que ya lo había tocado muchas veces antes, pero era la primera ocasión en que lo hacía sin tener cuidado.

"Oh, es un pelo bastante rígido".

Siempre había querido tocar la melena de Shishitani a voluntad. De hecho, no solo quería acariciar su melena sino también la punta negra de su nariz y la punta de su cola.

"Es una melena hermosa. Tú eres precioso. Realmente eres el rey de las bestias. Bastante genial."

"... Ah. Gracias."

Dio una opinión bastante honesta. Pero luego se arrepintió.


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