Fue al día siguiente que Satanakia le dio un pequeño regalo: Un bolígrafo de cristal brillante con tinta azul y negra en unos pequeños frasquitos de colores. También le dio un cuaderno forrado en cuero y hermosas plumillas. Su hobby siempre habían sido las antigüedades y Satanakia parecía saberlo.
"Es hermoso... ¿Pero para qué lo necesito?"
Cuando Hideo preguntó, mientras sostenía el bolígrafo de vidrio hacia la luz, el cabeza de cabra dijo:
"Déjame enseñarte nuestro idioma".
Satanakia tomó el bolígrafo de la mano de Hideo, le puso un poco de tinta y garabateó en el papel. En la primera página de su cuaderno. Parecía un patrón misterioso, pero él dijo:
"Este es tu nombre".
"¿Mi nombre? ¿De verdad?"
"Si aprendes palabras y letras, entonces vas a poder leer todos los libros que tenemos aquí."
Sorprendentemente, parecía que tenía toda la intención de enseñarle el lenguaje demoníaco a Hideo. Tal vez, para matar el tiempo.
"Que problemático."
Esa fue su primera y más honesta impresión.
Ingresó a la Facultad de Humanidades Internacionales por la sencilla razón de que hablaba inglés con fluidez y lo estudiaba bastante bien para ser cierto, pero Hideo no era un estudiante al que le gustaran los estudios especiales en primer lugar, porque, bueno, no era fanático de quebrarse la cabeza más de lo necesario.
Además, uno de los méritos de una vida de mascota satisfactoria era que no tenía que estudiar ¿O no? Estaba molesto. Incluso aunque Satanakia parecía pensar que era una idea más que excelente. Obviamente el hombre tenía bastantes conocimientos y parecía ser muy inteligente en cualquier ámbito, así que estaba seguro de que era del tipo al que no le importaba estudiar hasta en su tiempo libre.
Él le dijo: "No me gusta estudiar".
Y se cruzó de brazos
"Bueno, tienes mucho tiempo para hacerlo. Además, podría ser útil para ti ya que no tienes otra opción más que vivir conmigo ¿No lo crees?"
"..."
"Bien. Entonces es un hecho."
Así comenzó la sesión de estudio, incluso aunque Hideo tuvo que luchar bastante para lograr prestar atención. En primer lugar, el lenguaje demoníaco era muy, muy difícil de pronunciar porque tal vez los monstruos y los humanos tenían diferentes gargantas, también diferentes lenguas y diferentes estructuras en sus oídos. Por si fuera poco, los cambios en la conjugación eran complicados y no era algo que se podía aprender de la noche a la mañana. Satanakia, por otro lado, iba mucho más allá de lo "genial" y lo "loco" y era tan inteligente, que hasta le daban ganas de reír. ¡Honestamente tenía muchas ganas de hacerle una reverencia! Siempre había pensado en él como un razonador y conocedor nato, pero estaba mucho más lejos de eso. Para su horror, rápidamente pudo hablar japonés a un nivel nativo.
"Aterrador..."
"¿Qué es aterrador?"
"Eres tan inteligente que da miedo"
Satanakia parpadeó y, justo después de reírse de él, tal vez burlándose, dijo: "El conocimiento es poder. Y yo quiero saberlo todo".
"No creo que necesites saber más de lo que ya lo haces."
"Lo necesito. Solo soy una bestia, no soy Dios. Por eso me gustaría saber más de todo."
"Dios..."
Cuando esa palabra salio de la boca de un monstruo como él, sintió una tremenda sensación de incongruencia que le hizo elevarse de hombros. Sin embargo, Satanakia solo se rió. Como adivinando sus pensamientos.
No obstante, en contraste con su aprendizaje literalmente sobrehumano, el dominio de Hideo del idioma "Mazoku" fue lento y terrible. Sin embargo, su maestro, Satanakia, no estaba enojado ni desanimado por esto. Si necesitaban comunicarse, podían hablar en japonés, por lo que no había necesidad de apresurarse con las lecciones. Además, Satanakia estaba de buen humor cuando le enseñaba y era el hombre más feliz del mundo cuando respondía bien a una pregunta o cuando conjugaba un verbo sin ayuda. Debido a que tenía un cerebro inmenso, era posible que le gustara enseñar a otros más de lo que amaba tocar el violín.
"Eres un buen maestro."
Un día, cuando Hideo dijo eso, el cabeza de cabra respondió:
"¿En serio?"
Asintió. "Tu enseñanza es muy buena".
"¿De verdad? Dilo en mi idioma entonces."
"Ah... Muy buen enseñando."
Bueno, Hideo era terrible y Satanakia aún trataba de entender lo que quería decirle la mayor parte de las veces. Luego se rió y cambió a japonés, pensando que sería imposible hablar más en lenguaje demoníaco sin sentir que iba a vomitar.
"No eres tú, yo soy un idiota."
Acariciando su barba, al otro lado de la jaula, Satanakia inclinó ligeramente la cabeza.
"Estás aprendiendo lentamente, pero al menos lo haces."
"Jajaja. Ojalá mi profesor de matemáticas en la preparatoria hubiera sido tan amable como tú."
"¿Qué es una escuela preparatoria?"
."Ah, la escuela preparatoria es... Un lugar para aprender. En Japón, vas a la escuela primaria durante seis años, a la secundaria durante tres años, a la preparatoria durante otros tres años y, en mi caso, a la universidad durante cuatro."
"Vaya. Entonces eres muy inteligente".
Desde que comenzó a estudiar a su lado, sintió que lo estaba tratando menos como una mascota y más como... Un humano. Es decir, hasta Satanakia quería escuchar más sobre la vida de Hideo hasta ahora. "¿Dónde vivías y cómo era tu vida?" "Comida favorita." "Comida que odiaba" Gustos." "Disgustos"
Respondió mientras se reía:
"Mi comida favorita es el arroz blanco y la sopa de miso"
"¿Qué es la sopa de miso?"
"El miso es un condimento elaborado con soja fermentada. Para comerla, puedes usar casi cualquier cosa que quieras."
"Ya veo..."
Al día siguiente, Hideo tenía una cara bastante extraña. Como la de una persona a la que le habían hecho una proposición profunda de la nada. Después de todo, la cena consistió en arroz blanco y sopa de miso. Estaba tan impresionado que gritó:
"¡Mil gracias!"
"No. También me interesó. Si te gusta, seguro que es delicioso".
No dijo nada de inmediato, pero en realidad le daba mucha vergüenza que se portara así. Instintivamente escondió su rostro con la mano que no sostenía la cuchara y contestó: "Ah... Realmente eres dulce conmigo".
"¿Qué quieres decir con dulce?"
Cuando su cara comenzó a brillar en un color rojo impresionante, dejó la cuchara sobre la mesa y se tapó con ambas manos.
"¿Hideo?"
"No es nada."
Pero la sopa de arroz blanco y miso que comió mientras hablaba con él, incluso a través de la jaula, fue lo mejor que había probado en su vida. No estaba exagerando. Sabía mejor que los que comía en casa...
Pero eso lo hizo llorar.
"Hideo..."
Dejó de comer, así que Satanakia le llamó por su nombre con una voz bastante preocupada. Se secó las lágrimas que caían de las comisuras de sus ojos y luego, simplemente decidió sonreír:
"No estoy triste. Estoy bien. Es que... Es delicioso y... Am... Es tan delicioso que no puedo evitar preguntarme si mi padre, madre, hermanos y hermanas están bien. Si están preocupados o..."
Mientras decía esto, no podía dejar de llorar. Le dijo que no había forma de regresar primero, así que trató de no pensar en eso más de la cuenta pero, estaba realmente preocupado. Se preguntaba cuánto tiempo había pasado en el otro mundo. La universidad, su trabajo de medio tiempo. ¿Qué estaba pasando con la habitación que alquiló para vivir solo? ¿Qué estaba haciendo su padre, su madre, sus hermanos, sus hermanas y sus amigos? Ya no podía verlos jamás así que... Fue duro.
"Hideo..."
Satanakia dejó su lugar en la mesa, vino al otro lado de la jaula, preocupado, y extendió la mano en su dirección para tocarle la mejilla. Pero no dijo nada.
"Oye..."
"Me siento solo. Quiero irme a casa..."
Murmuró segundos antes de cubrirse la cara otra vez. Como le había enseñado japonés, ahora podía entender absolutamente todo lo que decía, por lo que se sintió desnudo.
Entonces, escuchó que se abría la puerta de la jaula y de inmediato, casi sin darse cuenta, entró Satanakia y se sentó a un lado de él. Era la primera vez que hacía eso desde que se convirtió en su mascota así que, ser abrazado y besado en la cabeza por él, le hacía sentir abrumado. Además, era terriblemente vergonzoso lloriquear de una forma tan abierta frente a alguien que se veía como él. Casi como si no fuera digno de hacerlo.
"Satanakia..."
Pero de todos modos se precipitó de inmediato contra su pecho y estalló en lágrimas. Puso sus manos alrededor de su espalda y cuando él lo levantó, lo abrazó aún más fuerte que antes y dejó que su cuerpo sólido, grueso y robusto como un tronco, se pegara al suyo desde todas direcciones, la fragancia de su piel le hizo cosquillas en la nariz a tal punto que suspiró como un desquiciado.
A pesar de ser una cabra, notó que era algo muy masculino y sexy. Como lo que desprendería un hombre maduro.
"Si fuera una mujer, me abalanzaría de inmediato."
Espera ¿Qué había dicho?
"Tú... ¿No tienes padres?"
Cambió completamente la conversación para escapar de los pensamientos tan peligrosos que estaba teniendo ahora. Satanakia suspiró, sin darse cuenta del malestar de Hideo, y rápidamente contestó:
"Nací a través del apareamiento entre un macho y una hembra, eso fue todo. No son mis padres como tal, solo los personajes que ayudaron a crearme. Es por eso que es difícil entender realmente los sentimientos de Hideo. Debes... Haber estado asustado. Separado de tu familia, tus amigos y tus parientes, y debes, haber estado muy solo. Lo siento tanto."
Hideo abrió los labios, pero no pudo encontrar las palabras adecuadas que decir, así que cerró la boca de nuevo. Fue un shock en realidad. Era un demonio con cabeza de cabra, alguien que le puso un collar a Hideo, lo metió en una jaula y lo tenía como mascota. ¿Pero ese mismo Satanakia decía eso? Le robó la esperanza, dijo: "¿Por qué estás insatisfecho sobre tu vida de mascota actual?" Y luego lo consoló.
Aún así, la comprensión y la simpatía que le mostró sacudieron profundamente a Hideo.
Justo cuando comenzó a confiar en él, disfrutó aún más de las conversaciones que tenían y se empezó a sentir cómodo pasando tiempo a su lado. Algo cambió en su corazón. Tal vez, había llegado a pensar en él como "algo bueno".
Satanakia, con cabeza de cabra, que siempre fue conocedor y amable, lo abrazó fuerte y le dijo: "Gracias por confiar en mí." Luego agregó: "Pero yo pienso que tú eres el amable"
Era demasiado para él, en un nivel en el que hacía que su corazón se acelerara hasta dolerle. No importaba si no era una mujer. Si se le preguntaba, hasta pareció que incluso aunque fuera un hombre, estaba comenzando a emocionarse al estar allí, escuchar su voz y sostener sus manos.
Para empezar, Hideo no era gay. Antes de eso, tampoco había forma de que su corazón latiera por un demonio con cabeza de cabra así que pensó que esta nueva "forma excitante" de pensar en él podía ser una manera en la que su cuerpo le ayudaba a protegerse de una situación anormal como lo era haber sido secuestrado. Era solo un estado mental en el que no podía evitar que le gustara su captor. Algo psicólogo.
O al menos, estaba tratando de pensar así.
"... Eres demasiado tierno, Hideo"
"No creo que quieras llamarme tierno. Tal vez estás confundiendo tu japonés"
"No, si eres tierno".
¿Podría ser que realmente estuviera diciéndolo a propósito?
La agitación de su voz también se transmitió a Hideo, haciéndolo sentir aún más inquieto que antes.