Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ser acariciado por monstruos (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La bestia lo sostuvo en sus brazos y declaró: "Lo siento, pero primero me disculparé por esta noche" y llegaron al lugar de la fiesta.

"Me gustaría que todos nuestros invitados siguieran disfrutando del evento tan fantásticamente como hasta ahora. Por favor, beban y pasen un buen momento. Hay un asunto que requiere mi atención ahora, pero mis sirvientes son todos suyos por hoy."

Las palabras fueron bien recibidas y la fiesta de la noche, en el Gran Salón, continuó según lo previsto.

"Hideo."

Satanakia dijo su nombre, como para recoger todos los pensamientos que se le habían hundido. Además, Hideo notó que hizo rodar suavemente el sonido en su lengua. Justo igual a si se tratara de algo muy precioso para él.

"Hideo…"

Al ser abrazado nuevamente por el demonio, Hideo dejó escapar un suspiro bastante enorme. Es decir, de verdad estaba impotentemente aliviado. Se sentía tranquilo de poder permanecer allí con él porque, al estar en la habitación habitual, con solo Satanakia para sostenerlo, estaba a salvo y se sentía amado y protegido.

"Lo siento".

Satanakia se disculpó con una voz de profundo arrepentimiento ¿Pero por qué lo hacía? Era verdad que Hideo se sintió herido por sus palabras, pero eso fue porque estaba enamorado de él. No tenía que pedir perdón porque no se portó grosero y tampoco le hizo daño. Sin embargo, estaba feliz con esta demostración porque sintió que le estaba dando su corazón en esto y tras pedirlo tan desesperadamente.
Y aunque sabía que si se abrazaban más de la cuenta iba a malinterpretarlo, su corazón latía demasiado rápido y sus sentimientos parecieron volverse lo suficientemente locos como para irse corriendo por todas direcciones.

Si al final era mentira y el veía a los humanos como meras mascotas, hacerse tantas ilusiones con él solo sería una molestia más que apuntar en la lista.

Finalmente se retorció y trató de alejarse.

"No".

Lo jaló en su dirección y le abrazó con mucha fuerza. Como si no quisiera soltarle jamás.

"Por favor, no me hagas malinterpretarlo todo". Pensó. "Solo soy un animal, solo una mascota."

Pero de todos modos envolvió sus manos en su espalda para devolver el abrazo. Su corazón latía con fuerza y ​​tenía muchísimas ganas de llorar. Le gustaba como nunca antes le había llegado a interesar alguien en su vida y podía decir sinceramente que lo amaba con todo lo que tenía dentro de él. Amaba a este monstruo inteligente y gentil que ahora tenía allí de frente y amaba que fuera todo suyo. Al menos en este momento.

"Hasta que te conocí, despreciaba a los seres humanos".

"Lo sé..."

"Hace mucho tiempo, cuando aún era joven, el sábado de los humanos, la noche de brujas, fui convocada a una reunión de chicas e hice mi trabajo para interactuar con ellas. Allí vi a un ser humano terrible. Fingió ser inteligente, pero utilizó lo que yo le di para arrancarle la piel a otras personas. ¡No tienes idea de lo aterrador que...! Entonces, pensé que eran criaturas más salvajes, más obscenas y más feas que los animales."

"...Sí".

Su corazón dolía de muchas maneras. Sin embargo, debido a que estaba demasiado serio, Hideo escuchó en silencio en lugar de decir cualquier otra cosa sobre la situación.

"Conocerte y comenzar a hablar contigo, cambió mi forma de pensar sobre los humanos. Fue divertido pasar tiempo a tu lado".

"... Gracias, yo también pienso que fue divertido."

Entonces sus brazos se aflojaron un poquito y sus grandes manos temblaron tan visiblemente que hasta le palmeó la cabeza:

"Pero aun así, aunque pensé que éramos infinitamente iguales, yo nunca imaginé estar en una relación romántica contigo. Creo que es la misma base que para los humanos. Es difícil pensar en salir con una mascota. No importa cuán linda sea, es imposible sentir un amor a ese nivel y la actividad sexual es casi un delito."

Se rió un poco. Como una persona que estaba perdidamente enamorada de él, fue triste de escuchar. Pero cuando lo ponía de esa manera, era completamente cierto. Los perros y los gatos no hablaban el lenguaje humano, por lo que no podían comunicarse y sí, imaginar tener una relación con ellos era un tanto enfermo.

Satanakia dejó escapar un pequeño suspiro:

"Pensé que tenía que ser un buen dueño para ti. Y... Hubo una parte de mí que imaginó que estaría bien si te dejaba experimentar un poco de libertad dándote una pareja. Pero me arrepentí de haber dicho eso en cuanto lo escuché. Lo siento tanto."

"…Entonces, ¿No hablabas en serio?"

Cuando Hideo preguntó esto, Satanakia lo abrazó con mucha más fuerza que la primera vez.

"Me dije a mi mismo que si te gustaba alguien en esa fiesta, entonces estaba bien dejarte ir con él. Pero no pude hacerlo. No quiero dejar que otros humanos, y por supuesto demonios, te pongan un dedo encima. Quiero protegerte para que puedas vivir una vida honorable."

Hideo abrió los ojos. Eran palabras pesadas y no sabía si conocía el significado de ellas.

"... ¿Eso significa que te gusto?"

Satanakia sonrió:

"Sí".

"¿Cómo mascota?"

Con una sonrisa pequeña, ​​Satanakia envolvió ambas manos alrededor de las mejillas de Hideo. Para evitar malentendidos, tenía que hacer contacto visual directo con él, pero, gracias a esta pequeña acción, consiguió hacerlo sentir como si lo estuviera escaneando de una manera bastante intensa.

"Satanakia... Esta posición es..."

"Me gustas."

"... ¿Qué?"

"Quiero abrazarte. Quiero... Ser tu pareja porque no sabes lo mucho que estoy muriendo por ti".

"¿En serio?"

La sonrisa de Satanakia era tan suave como siempre. Y como si tratara de encontrar algo importante dentro de él, continúo mirando a Hideo directamente a los ojos mientras le preguntaba: "¿Y tú qué sientes?"

"¿Yo?"

"¿Podrías por favor decirme "Estoy enamorado de ti" de nuevo?"

"¿Eh?"

No recordaba haberse confesado. Sin embargo, Satanakia habló con una voz bastante confiada:

"Cuando te escuché decir que te gustaba, sentí que me abrió los ojos. Y cuando le comentaste que no ibas a tener sexo con nadie más que conmigo, sentí que podía ponerme a llorar."

"Estoy enamorado de Satanakia." Dijo "Ya que me gusta alguien, no puedo hacer esto con otra persona."

Al recordar la conversación con Leonard, Hideo se sonrojó.

"Ah... Espera un minuto. ¿Estabas escuchando?"

El cabeza de Cabra asintió profundamente.

"Estaba escuchando, me conmovió."

"Ah..."

Era demasiado vergonzoso así que bajó la mirada casi sin darse cuenta. Sin embargo, pronto se encontró con esas pupilas horizontales de las que había llegado a pensar que no expresaban nada... Y ya no sintió el mismo miedo del inicio. Ahora conocía su verdadera naturaleza detrás de esto. Amable, listo, inteligente, racional. Y más importante, alguien que podía ver a los humanos como iguales.

"Voy a quitar esto..."

Tocó el collar mientras decía eso.

Incluso si no estuviera encadenado, mientras tuviera esto, pensó que no sería capaz de hablar con él en igualdad de condiciones. Satanakia, sin decir una sola palabra, envolvió sus brazos alrededor del cuello de Hideo y cuando tocó el mecanismo con sus garras largas y puntiagudas, el candado se salió fácilmente y cayó contra el suelo. No quería, pero estaba muy satisfecho con esto. Tan feliz que pensó que sus pies podían flotar.

Había estado pensando en lo que significaba ser "humano" y llegó a la conclusión de que esto, debía ser lo que Hideo quería. Ser tratado con igualdad y respeto. Cariñosamente.

"Satanakia. Realmente me gustas".

Cuando Hideo dijo eso, Satanakia asintió y acarició suavemente el cuello de Hideo, que ya no tenía collar.

"¿Y de verdad no te gustaría tener sexo con alguien que no sea yo?"

"No. Nunca en la vida".

Se río de lo que estaba diciendo, pero Satanakia pareció estar un poco conflictuado.

"Es natural para mí..."

"¿Qué quieres decir?"

"La ética sexual de los demonios es más laxa. Tenemos compañeros a menudo. Ya sea que tengamos un amante o estemos casados, no estamos atados por nuestras parejas. Pero, ese tipo de espontaneidad siempre ha sido un problema para mí. No puedo perdonar el engaño y no puedo llevarme bien con alguien que ni siquiera piensa que la infidelidad es tan fácil. Por eso dicen que soy raro."

El macho de tres cuernos frotó su nariz contra la nariz de Hideo. Un acto de cariño tierno y perfecto. Cuando lo besó, la textura de su cabello esponjoso tocó sus labios tan suavemente que hasta suspiró

Estaba besando a una cabra, algo que no era un humano. Por un momento, un sentimiento de contradicción acarició su pecho, pero fingió no saberlo.
Y de la misma manera que Hideo pensaba en Satanakia como una "cabra", Satanakia probablemente pensaba en él como un "humano" mientras lo besaba así que podía decirse que se trataba de una relación que trascendía tabúes. Aún si otras personas decían que no era un pecado para empezar.

Al menos, su corazón no se estaba quejando ahora.

"... Me sorprendió cuando dijiste que podía tener sexo con otros humanos. No me gustan los otros humanos, me gustas tú. Solo tú".

Satanakia gimió un poco ante las palabras de Hideo.

"Lo siento. No lo diré de nuevo. No lo diré..."

Aceptando su beso, envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo atrajo nuevamente hacia él. Luego, una lengua áspera, no humana, acarició toda su boca, succionando suavemente cada parte de su piel hasta que suspiró:

"Eres suave y dulce... Tan lindo que quiero comerte, Hideo".

Una mezcla de anticipación y tensión le acarició la columna. Sin embargo, Hideo asintió levemente:

"Si eres tú, no me importa que me comas".

Por primera vez, entró a la habitación de Satanakia. Su recámara estaba detrás de la puerta donde se colocó la jaula de Hideo o mejor dicho, ese era el lugar donde dormía, y la habitación donde estaba la jaula era originalmente su sala de estar. El dormitorio también tenía su propio baño privado.

"Te lavaré".

Dijo. Por supuesto, Hideo se negó firmemente.

"Está bien así..."

"¿Sabes cómo prepararte?"

¿Prepararse?

Se había vuelto rojo. En otras palabras, ¡Hablaba de prepararse para ser penetrado por él!

Tenía experiencia con chicas, pero absolutamente ningún conocimiento de hacerlo con hombres. El rostro enrojecido de Hideo se puso pálido esta vez. Agarró la manga de Satanakia, respiró hondo y puso su frente en su hombro justo como lo haría un niño regañado.

"No lo sé... Es mi primera vez con un hombre así que, por favor, sé amable".

Lo prometió en un tono caballeroso, pero no se contuvo en absoluto. Y tal vez porque originalmente comenzó como una mascota, no le importó cuidar de Hideo hasta las últimas consecuencias. En otras palabras, al hombre ni siquiera le importaba hacerle un lavado profundo de intestinos, lo que hizo que Hideo se mostrara mucho más reacio a ser tocado que la primera vez. Al final, lloró y le suplicó que no le hiciera eso, pero cuando terminó la limpieza, estaba completamente exhausto y tan débil que dejó que lo llevara a la cama y lo acomodara como mejor le conviniera.

Mientras lo mecían sus fuertes brazos, cruzó por su mente la idea de que tenía que hacer todo lo posible para seguir el ritmo del sexo. Hideo era originalmente heterosexual. No podía imaginarse abrazando a Satanakia así que, aunque no estaba arrepentido de aceptar, no puedo evitar pensar que debería haber hecho más en primer lugar en vez de solo ser tan pasivo.

Sin embargo, en el momento en que vio a Satanakia en la cama y la ropa se cayó, esa vacilación desapareció completamente para solo dejarle la cabeza en blanco. Sabía que estaba en buena forma, pero ver su cuerpo en persona fue un espectáculo más que increíble: Era un tipo de cuerpo de triángulo invertido, con un esqueleto sólido que parecía típico en un occidental. Unos músculos pesados y gruesos y venas que sobresalían como obras de arte. La piel negra azulada, que era diferente a la del tipo que vio en el baño, y el pelo de cabra que crecía por aquí y por allá, enfatizaban la atmósfera masculina que le hacía pensar que era hermoso.
Pero aún así, no pudo evitar apartar la mirada cuando los genitales de Satanakia, que se había puesto bien erecto, saltaron frente a sus ojos. Era tan grande que no podía mirarlo directamente sin pensar que la forma era muy rara y, por lo mismo, tener miedo de él.
Hideo tragó saliva. Después de todo, nunca pensó que llegaría el momento en que pensaría que el cuerpo de un hombre fuera tan genial y, por si fuera poco, terriblemente sexy. Más al no tratarse de una persona.

"Ya no te considero una mascota, pero la verdad es que tengo el poder de hacer que te vuelvas loco por mi hasta que no puedas soportarlo."

Era un demonio de alto nivel así que si le daba la gana, podía salvar a Hideo o llevarlo hasta la locura con solo chasquear. El asintió con la cabeza:

"Lo sé..."

"Pero no quiero forzarte. Quiero que me quieras por tu propia voluntad así que, es tu última oportunidad... Dime que me detenga y te haré caso."

Lo miró a la cara de inmediato. Toda la lujuria que sentía por él estaba completamente dibujada en su cara y de todas maneras, a pesar de que llegó a su cama y le mostró un pene dolorosamente erecto, Satanakia todavía trató de ser un caballero con él para hacerle saber que se detendría sin pensarlo.

"Satanakia parece mucho más humano que una persona de mi mundo."

Hideo se rió un poco. Su pecho pareció querer estallar por la tensión pero, estaba lo suficientemente relajado como para reírse de él.

"¿Quieres escuchar mi deseo?"

"Sí. Di cualquier cosa".

"De acuerdo."

Humedeció sus labios inconscientemente. Antes de que se diera cuenta, las ganas de tenerlo habían hecho que su garganta estuviera reseca.

"Creo que lo sabes. Yo... Quiero tener sexo contigo. Probablemente voy a decir "No" o "Alto" en algún momento pero, no te detengas aún así".

"¿Qué?"

"Lo voy a decir porque tendré vergüenza... Pero, si quiero que lo hagas."

"… Ya veo".

Aunque asintió, Satanakia todavía parecía un poco confundido. En respuesta, Hideo envolvió sus brazos alrededor de su cuello mientras se acomodaba en la cama y lo tentó para que supiera que iba en serio con él:

"Ese Leonard, la cabra negra, me dijo que me daría una experiencia deslumbrante. Más que el sexo entre humanos... Pero puedes hacerlo mejor, ¿No es cierto? Haz que no me arrepienta de haberte elegido a ti."

Satanakia entrecerró los ojos y se rió profundamente, diciendo: "Eres un chico muy malo".

"Umm..."

"Te abrazaré tanto que te arrepentirás de haberme provocado".

Hideo no sabía qué decir. Era como si un interruptor peligroso hubiera sido presionado en su cerebro hasta hacerlo calentarse terriblemente.

Satanakia abrazó a Hideo y lo besó, dándole la sensación de una barba peluda contra su cara y después, el cosquilleo de una lengua áspera que apartaba la hilera de sus dientes para enredarse por completo con la suya. Fue una sensación única. Era larga y áspera como una lima, y ​​se movía con más destreza que la mayoría de las lenguas humanas. Se sintió genial que le lamiera la parte delgada y suave del paladar y extrañamente, incluso aunque se volvió algo muy profundo no había olor a animal en absoluto. Es más, la saliva se sentía dulce por alguna razón y cuando lo tragó, su cuerpo gradualmente se calentó desde el interior de su estómago para llenar también su pecho.

"Mmm..."

Involuntariamente se aferró al pecho de Satanakia. Estar con él nunca fue "doloroso" o "repugnante" y en su lugar, solo había una sensación emocionante que se extendía por su garganta y sus hombros hasta darle la sensación de que así era como se sentía derretirse en las manos de alguien...

Amar a alguien.

"Ah."

Pero mientras estaba absorto en ello, las manos de Satanakia se extendieron hasta llegar encima de su pecho. Fue un lugar del que nunca había sido consciente hasta ahora, así que pensó que solo servía para sentir cosquillas. En ese momento, mientras continuaba jugando con él, comenzó a ponerse extrañamente nervioso cuando vio la dirección que estaban siguiendo sus dedos.

"¡Ah…!"

Su voz se filtró completamente cuando unas garras afiladas fueron puestas en sus pezones al momento de apretarlos. Después de todo, justo antes de la palabra "doloroso", brotó un placer emocionante y un poco masoquista que le hizo pensar que era "encantador."

"Satanakia..."

Satanakia soltó el contacto, movió su cuerpo para adelante y besó el seno de Hideo utilizando toda la boca. Y mientras jugueteaba con el izquierdo, pellizcó el derecho entre los dientes frontales y lo succionó de tal forma que le hizo creer que lo iba a arrancar de su carne si no llegaba a tener cuidado. Lo dejó sensible a cualquier tipo de roce, incluido al del viento...

"Ah... Mmm..."

Satanakia sonrió mientras seguía comiéndose su pezón y luego, su mano vacía acarició su bajo vientre como para premiar lo "buen chico" que era con él. Sin embargo, todavía no tocaba la parte más importante de su cuerpo...

"Tócame..."

Cuando Hideo se quejó, Satanakia levantó la parte superior de su torso, tomó su mano entre la suya y le hizo tocarle la verga para mostrarle que ya lo hubiera hecho desde hace horas si no tuviera un poco de autocontrol. Era sorprendentemente caliente, grande y viscoso. Tanto que instintivamente retiró la mano.

"¿No quieres tocar, amor? A mí tampoco me parece justo."

Era una voz dulce y tentadora. En otras palabras, algo que le decía que si quería que lo hiciera, entonces debía avanzar antes que él.

Con timidez, acercó la mano de nuevo: Maldita sea, era enorme. En las palmas de Hideo, incluso la cabeza era tan gruesa que no podía rodearla con los dedos ni mucho menos imaginarla dentro de su cuerpo. El rojo de su piel estaba cerca del color negro y además, cada parte de su verga se estaba empapando con una gran cantidad de líquido preseminal que servía perfecto para mostrarle la pulsación de sus vasos sanguíneos sobresaliendo con cada movimiento que realizaba.

"Para acomodar esto sin lastimarte, necesito prepararte muy, muy bien ¿De acuerdo? Respira conmigo..."

Su corazón se hundió e incluso pensó que era más aterrador de lo que podía soportar. Pero no podía quitarle los ojos de encima.

"Estoy tan nervioso..."

Con una risa profunda en su garganta, Satanakia lo besó otra vez.

"No pasa nada. Solo mírame a mí..."

"Umm..."

"Vas perfecto..."

Su cintura estaba entumecida por el placer y su cerebro parecía derretirse a cada segundo que pasaba. Era un humano demasiado emocional y por eso mismo, su esquema se volvía tan vago que lo hacía sentir asustado y nervioso todo el tiempo. Sin embargo, ahora realmente quería más.

Desesperadamente.

"... Dios, eres hermoso."

Después de decir eso, Satanakia bajo, abrió la boca y se tragó su pene hasta la raíz sin darle tiempo de analizar ese movimiento.

Ni siquiera pudo decir una sola palabra.

"¡...!"

"¿Qué es esto, qué es esto, qué es esto?" Pensó.

No sabía qué estaba pasando dentro de la boca de la cabra, pero incluso si estaba siendo retenido por sus mejillas y su lengua, todavía sentía que se estaba metiendo muy , muy profundo dentro de él. Estaba incómodo, no sabía cómo explicarlo. Casi como estar flotando en puro placer. Una agradable sensación que le hacía fundirse en la cama...

"Ah, ah... Sata..."

Una lengua áspera lamió su punta. Y en ese vívido placer, el frente de sus ojos se puso blanco.

"¡Umm!"

Hideo elevó un poco más sus caderas para él. Satanakia está bebiendo cada parte del semen que brotaba intermitentemente de su verga y en realidad, fue tan abrupto y tan fuerte, tan CONDENADAMENTE fuerte que, cuando llegó al clímax, Satanakia bajó la mano y le acarició el estómago como para calmarlo.

"¿Estás bien? Apenas estaba comenzando".

Era una voz suave, pero vergonzosa.

"Perdón". Se disculpó. "Se siente tan bien... No pude..."

"Shhh... Está bien. Lo estás haciendo perfecto."

Satanakia acarició la oreja de Hideo para animarlo, pero al poco tiempo, tomó el pene de Hideo con una mano y lo volvió a mamar.

"No… Espe... ¡Ah!"

Cuando lo lamió de nuevo, tan lentamente como pudo, derramó de inmediato una pequeña cantidad de turbidez blanca que fue suficiente como para que Satanakia se riera otra vez. Maldita sea, el niño era perfecto y él estaba tan ansioso que comenzó a empujar los dedos a través de la línea de sus nalgas. Fue un sentimiento terrible que vino acompañado de estar entrando en un lugar que no quería que conociera.

"No... No, ¿¡Que estás haciendo!?"

Satanakia estaba lamiendo su agujero trasero con muchas ganas así que Hideo se sintió angustiado.

"Para, no, para..."

La lengua afilada de la cabra entró a su culo con el sonido de un sorbo. Ese tipo de lugar no era algo para lamer pero, aunque tenía ganas de llorar, fue tan profundo en su interior que su saliva se desbordó con el sentimiento de que su interior se estaba volviendo más caliente y maduro. Y cuando la sacó y se la insertó bruscamente otra vez, descubrió que ya no podía soportar las ganas de más. De que lo frotara más y de que fuera muy profundo.

"Satanakia. Ah, Satanakia..."

Finalmente colocó su cuerpo entre las débiles piernas de Hideo.

"...Satanakia..."

"Mi amor..."

"Ah..."

Con la cabeza medio derretida, reflexionó sobre sus palabras. Dios, estaba muy contento. Después de todo, cada cosa y acción que tenía con él le gritaba que verdaderamente lo quería como su pareja.

"Me alegro de que estés aquí conmigo."

Y puso su mano en la pierna de Hideo, sosteniéndolo tan alto que su interior fue completamente visible desde todas direcciones.

Le pidió que respirara profundo, que lo tomara de la mano y entonces, deslizó la rigidez viscosa y húmeda de su verga en el estrechamiento del orificio de su culo hasta que gritó.

"Ponle un poco de fuerza a tus músculos... Como lo hiciste cuando te lavé antes".

Obedientemente, hizo justo lo que le pidió. Le apretó la mano y respiró mientras sentía como el pene de Satanakia entraba lentamente en su interior. Grueso, caliente, largo, pero sobre todo muy, muy duro.

"Ay..."

Pensó que no entraría, pero se lo tragó todo de una vez.

Una voz débil comenzó a derramarse de su boca y por eso mismo empezó a sentir que su interior estaba densamente lleno. Tan hinchado que era doloroso hasta la locura. Y es que su poderoso pulso, su glande hinchable y sus venas claramente visibles a través de su carne húmeda, lo estaban volviendo tan loco que se retorcía obscenamente sobre la cama y su interior apretaba a Satanakia igual a si lo quisiera atrapar para siempre.
Se derretía poco a poco, justo como si su calor lo estuviera llenando de fuego, o como si esto fuera absorbiéndolo hasta dejarlo seco. Y en un momento determinado, la sensación de su sexo maduró y se desmoronó en pedazos que le hicieron gritar tan fuerte como lo estaba la música en el salón.

"No, espera, tengo miedo... Tengo miedo."

Se aferró al brazo de Satanakia mientras él lo abrazaba muy fuerte.

Hubo un sonido sibilante en la parte posterior de su garganta y entonces, el placer que había llenado el interior de sus pliegues se desbordó contra la sabana.

Tenía convulsiones.

Falta de aire severa.

Tantos espasmos cómo para apretar la verga de Satanakia hasta temer que se la fuera a cortar.

La masa de calor que lo llenaba hasta la espalda retrocedió lentamente y comenzó a escucharse el sonido de una especie de "chapoteo". Algo que le había hecho tener ganas de taparse los oídos con toda su fuerza para fingir que no estaba allí. Tuvo ganas de pujar, la sensación de que iba a orinar sobre la cama y luego, todo el cuerpo de Hideo se agitó por la agradable sensación del placer.

"No... No, espera. Detente, Satanakia..."

"Lo siento, pero ya estoy en mi límite".

Con una voz que pareció forzar su último sentido de la razón, se sumergió en las profundidades de su culo.

"¡¡Oh!!"

"Hideo, ah, Hideo..."

"¡Ah, ah, ah, ah, ah!"

Empujó hacia arriba con un movimiento que provocó arrojar por la borda toda su cordura. Estaba sin palabras, abrumado, pero también increíblemente feliz. Porque podía sentir lo mucho que deseaba tenerlo. Lo increíblemente demasiado que lo amaba...

Satanakia gruñó. Probablemente estaba llegando al límite así que se aferró fuerte a su cuerpo y lo besó en la boca.

"Está bien. Estoy bien. Puedes correrte dentro..."

"Pero..."

"Está bien, Satanakia".

Dijo que tener su semen dentro seguramente sería muy pesado porque no estaba seguro de la cantidad. Hideo solo le sonrió de nuevo:

"Si no me odias..."

Si no me desprecias por ser lascivo, quiero que tengas sexo conmigo hasta el final.

"¡Hideo!"

Gimió, empujando hasta el fondo como si no pudiera soportarlo más.

Estaba muy caliente. Terriblemente hirviendo. Y la sensación de quemazón se extendió hacía su cabeza haciendo que eso fuera todo lo que podía recordar.

"Satanakia..."

Entregándolo todo a su amado monstruo, Hideo fue tragado por su deseo y sus terribles ganas de ser uno solo con él. Fue un sexo bastante largo y cuando despertó, en realidad descubrió que había pasado una semana.

Sonaba a un chiste, pero no lo era.

Pareció que había dormido bastante profundamente y de todas maneras, no tenía ninguna de las sensaciones de somnolencia o de ensoñación que solían ocurrir después de un evento como estos, solamente estaba allí un sentimiento de plenitud tanto de su mente, como de su corazón y de su alma. Algo vívido y fascinante.
Y al abrir los ojos por completo, estaba confundido al encontrar un demonio cabra demasiado demacrado junto a su cama. Casi con un aspecto que parecía el de alguien a punto de morir.

"Satanakia…"

El nombre que pronunció se convirtió en un sonido ronco. Había escuchado rumores al respecto, pero fue la primera vez que tuvo un sexo tan bueno como para hacer que perdiera la voz.

"¿Ya estás despierto? ¿Cómo te sientes?"

Después de que le preguntara, finalmente se permitió descubrir las sensaciones que subían por todo su cuerpo.

"Muy bien".

Hideo asintió, haciendo que la expresión del encantador monstruo se volviera suave. Sin embargo, sus emociones tan contrariadas seguían transmitiéndose correctamente a través de sus manos, que acariciaban las suyas como si creyera que se trataba de un objeto frágil.

"¿Me desmayé? ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?"

"Siete días."

"¡Siete días!"

Involuntariamente, lo miró directo a la cara como si estuviera muerto de miedo. El recuerdo después de haber recibido su pene adentro era vago pero, en realidad si podía decir que fue muy intenso.

"Siete días, es increíble"

"Lo siento. Olvidé por completo que el cuerpo humano es tan delicado".

Hideo se rió:

"No pongas esa expresión... Está bien. También fue culpa mía."

Luego llamaron a la puerta y entró el mayordomo con una bandeja de tazas de sopa. Ayudó a Satanakia a colocar un cojín debajo de su cuerpo y a levantar la parte superior de su cabeza para que pudiera tragar.

"Bébetelo. Funciona para la fatiga".

Lo que sirvieron para él fue una sopa verde, con un aroma refrescante y un ligero toque a menta. Rápidamente recordó que había tenido mucha hambre antes de esto. Se lo bebió todo y dejó descansando su cuerpo de nuevo en el cojín. Satanakia no dejaba de acariciarlo y de pedir que lo perdonara.

"Realmente lo siento. Lo siento, no pude soportarlo".

Sabía que era sincero en sus disculpas. En realidad, hasta podía decir que era una persona encantadora cuando se ponía así.

"Está bien, en serio. Lamento haberte preocupado. La próxima vez, hazlo un poco más lento."

Extendió su mano y acaricia el puente de su nariz. Satanakia abrió los ojos en una cara que decía: "¿Va a haber una próxima vez?"

"¿No me tienes miedo?"

Lo conoció en un mundo que no trataba a los humanos como humanos y de todos modos, él lo amaba por lo que era. E incluso si se trataba de una bestia, la realidad era que siempre pensaba en él como una existencia adorable. Lo eligió, no por su apariencia, raza o género, sino por como lo hacía sentir al estar a su lado y sabía que por eso también lo había elegido a él. De ahora en adelante, si podían unir correctamente sus sentimientos, entonces existía la esperanza de vivir en un mundo sin tantos problemas.

Amándose de corazón, por lo que había en sus almas.

"No me gusta este mundo, pero me gusta mucho Satanakia. Eres todo lo que pude pedir alguna vez."


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).