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Ser acariciado por monstruos (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Después de que Andras y los demás se marcharon, Satanakia de repente se quedó en completo silencio. Estaba sentado, tocando ese instrumento de cuerda muy parecido a un violín, y pensando en algo que aparentemente era muy importante. Y al contrario de otros días, no estaba tocando para que Hideo lo escuchara, ni le pedía su impresión sobre su actuación o algo por el estilo.

Satanakia probablemente no necesitaba a Hideo en este momento. Lo mejor era dejarlo en paz hasta que pudiera sacar sus propias conclusiones. Mientras tanto, seguramente no abría problema si Hideo nadaba en la piscina, caminaba por el jardín o jugaba juegos de cartas con las sirvientas. Sin embargo, la verdad era que tenía la completa intención de estar al lado de Satanakia hasta resolver el problema.

(Tal vez hice algo.)

Aunque realmente no entendía qué era.

Se preguntaba si el comportamiento de Lottie de camino a casa le había hecho enojar. Satanakia dijo que no le importaba que volviera a verla pero, al mismo tiempo, se escuchó inconforme y enojado y aunque fue indirecto, pudo comprender que no era la intención de Satanakia dejar que ella y Hideo se encontraran una vez más.

(¿De verdad estará celoso?)

Ese hombre era un demonio de clase alta, alguien que siempre analizaba las cosas con calma, con ojos que parecían ver a través del razonamiento del mundo. Se estimaba que tenía como 320 años así que, no. Era imposible. ¡Siempre fue muy maduro! ¡Muchísimo más que él!

Pensando en eso y en que muy posiblemente debía dejar el tema de lado, Hideo extendió su libreta sobre la mesa y agarró un bolígrafo: Escribir un diario en lenguaje demoníaco era un hábito que había mantenido desde que comenzó a estudiar sus costumbres. Una gran experiencia de aprendizaje y también, algo útil cuando tenía que mirar hacia atrás en eventos pasados. Pero la pluma pronto se paró...

(¿Cómo se escribe "Andras"?)

Pudo adivinar que "Lottie" era "Lottie", pero no tenía ni idea de cómo se escribía el nombre de ese diablo.

Tratando de preguntarle a Satanakia, levantó la cabeza y abrió la boca. Pero entonces vio su espalda, dura como una roca, y se calló. No quería perturbar sus pensamientos y hacerlo enojar más de lo que ya estaba así que, por el momento, iba a dejar el nombre de Andras en blanco y ponerlo después. Pero Satanakia preguntó de repente:

"¿Qué pasa?"

Casi saltó.

"¿Tienes alguna pregunta?"

"… ¿Cómo lo sabes?”

Hideo lo miró con sospecha, pero él solo elevó los hombros.

"Te vi abrir la boca".

"¿Tienes ojos en tu espalda o algo así?"

Estaba medio destinado a ser una broma, pero después de todo, el hombre era un demonio. Tal vez de verdad tenía ojos en algún lugar que él no podía notar. Satanakia dijo:

"Mis ojos pueden ver en casi todas las direcciones"

"Vaya, ¿En serio? ¿Es por ser un demonio? ¿O porque las cabras son así?"

"Un herbívoro con pupilas alargadas como las mías normalmente puede ver muy bien".

Ver 360 grados, sin tener puntos ciegos, era increíble. Algo adecuado para el gran diablo que sabía todo sobre el mundo. Hideo miró fijamente las iris oblongas y negras que flotaban en la bola de cristal amarilla y pensó que, aunque al principio no le gustaban, ahora pensaba que eran increíblemente hermosos.

"¿Hideo?"

Dejando su instrumento, se acercó a él y miró su cuaderno.

"¿Todo está bien?"

"Lo siento. Estaba pensando en dejarte en paz para no estorbar".

"Nunca pensé en ti como un estorbo".

Ya que lo estaba diciendo con una cara seria, lo hizo sentir increíblemente avergonzado. Hideo sonrió.

"No me gustaba que me trataran igual a una mascota, pero tal vez tuve suerte de empezar como una".

"¿Por qué piensas eso?"

"Siento que eso me ayudó a empezar una relación en la que nos viéramos como iguales."

"... Ya veo."

Satanakia murmuró esto con una cara extraña. Como si se estuviera enfrentando a un problema difícil.

"Pero... No tienes que tomarlo tan en serio si no quieres." Luego señaló los espacios en blanco en su diario con un bolígrafo y dijo:  "Bueno yo... Estaba escribiendo un diario. Quería preguntar cómo se escribe el nombre de Andras."

Satanakia asintió, tomó la pluma y escribió en el espacio en blanco.

"Gracias".

Recuperó su bolígrafo, pero Satanakia igual se sentó en la silla frente a él y lo enfrentó. Hideo colocó la tapa en el tintero y dijo:

"Hablando de eso". Se planteó el tema. "Andras-san dijo que fue convocada por Lottie-san".

"Sí. Es raro que un demonio de alto rango como ella respondiera tan bien a un ritual humano. Pero supongo que, es más raro que se porte como una buena dueña".

"Ya veo. Es cierto que Andras-san parecía cuidar bien a Lottie, pero..."

"… ¿Estás preocupado por ella?"

"¿Qué?"

La voz de Satanakia se volvió más baja. Era fácil entender que estaba de mal humor.

"Ah. ¿De verdad se trata de eso? ¡¡No pienso en ella de la manera que tú crees!! ¡Lo juro!"

Lo negó con todas sus fuerzas, pero Satanakia igual no pareció haberse convencido del todo.

"Pero para ti ella sería una compañera ideal ¿No? Los humanos se unen siendo macho y hembra."

"Bueno... No precisamente. En realidad solo estoy feliz de conocer más humanos con quienes conversar. Es todo".

"Parecía muy feliz de tomar tu mano".

"Bueno..."

Hideo se quedó sin excusa. Era cierto que por un momento, realmente por un momento, pensó: "Vaya, tengo suerte", pero eso no significaba que hubiera experimentado sentimientos románticos o sexuales. Sin embargo, Hideo era humano, básicamente heterosexual, y ella, una mujer humana y muy hermosa.

"Incluso si no tienen sentimientos especiales en este momento, es posible que se sientan atraídos el uno por el otro si llegan a conocerse más".

Bueno, si a los dos los pusieran en la misma jaula todo el tiempo, eso podría pasar. Era como si un hombre y una mujer tuvieran que convivir días enteros, juntos, en una isla desierta. Pero eso era solo si no tuviera otras opciones y Hideo ahora mismo tenía a Satanakia.

"Eres mi novio, ¿No? Bueno, comenzamos a vernos de forma romántica el uno al otro así que ¿Por qué estás pensando cosas así?"

Pero Satanakia dijo, con una voz bastante rígida:

"Si tú quieres estar con ella... Tal vez sea lo correcto así que, no lo sé, puedo decirle a Andras que..."

"Satanakia".

No pudo evitar interrumpirlo. Estaba a punto de decir algo desagradable.

"Prometiste no actuar así otra vez".

Esa noche, Hideo se sintió profundamente herido cuando dijo que tendría sexo con otro humano si tan solo se lo pedía. Porque, para empezar, estaba bastante enamorado de Satanakia y no le gustaba que sus sentimientos fueran tomados a la ligera.

"De quién me enamoro y con quién quiero tener sexo depende de mí."

Hideo se enamoró de Satanakia con todo su corazón y se quedó con él por voluntad propia.
Por un momento, el demonio lo miró fijamente a los ojos y se acercó de esa manera que le hacía transmitir sus sentimientos a la perfección en dirección a su pecho. Pero lo que dijo fue inesperado:

"... Pero supongo que tienes un enorme anhelo por el mundo humano ¿O no?"

Porque ciertamente decía la verdad. Era algo que Hideo quería ocultarle.

"Eso es..."

Hideo dejó que sus ojos vagaran. Pero Satanakia habló de nuevo, en un tono penetrante, y mucho antes de que pudiera decir algo al respecto.

"No se puede evitar. Esa es tu ciudad natal, y este mundo es... Algo que tú seguramente no consideras cómodo."

"Satanakia..."

"¿Qué pasaría si pudieras regresar? Incluso si hubiera una forma de irte, ¿Eligirías vivir en el mundo humano antes que estar aquí conmigo?"

No pudo responder de inmediato. Incluso si sus verdaderas intenciones hubieran sido diferentes, incluso si fuera una mentira, tal vez lo mejor para él hubiese sido decir: "Te elegiré a ti". Pero no lo hizo. No pudo.

Satanakia entonces dijo en voz baja:

"Ven".

Incluso cuando era una mascota, nunca le había llamado de una manera tan seca como ahora.

Cuando entró en la habitación, Satanakia le dio la espalda a Hideo y le preguntó: "¿Te gustaría darte una ducha primero?"

Era una humillación purificarse sabiendo que estaba a punto de ser castigado. Sin embargo, pudo imaginar que de no hacerlo, iba a ser peor y se sentiría incómodo durante todo el encuentro. Satanakia aún había tenido la amabilidad de dejarle la opción de lavarse el sudor.

Hideo se dirigió al baño en el dormitorio. Rápidamente limpió su cuerpo y salió sin ponerse nada. Satanakia se sentó junto a la cama para esperar por él pero, notando que ni siquiera tenía una toalla, los ojos de cristal de la cabra solo se entrecerraron de golpe:

"Estás preparado... ¿Eres consciente de que me hiciste enojar?"

"... Te hice enojar, pero más que nada, te puse triste..."

Dijo.

"Bueno, voy a escucharte ahora. Hazme cambiar de opinión antes de que ya no pueda parar".

"... Me gustaría que pudieras creer en mi cuando digo que eres el único que me gusta. Es cierto que hay momentos en los que quiero volver a donde nací. Que quiero ver a mi padre, madre, hermanos y hermanas y ciertamente es imposible dejar de lado el anhelo del mundo humano, pero... También te amo muchísimo."

Y los sentimientos de Hideo por Satanakia eran reales. En lugar de abrazar a una mujer hermosa, eligió dejarse abrumar por este monstruo incluso aunque tuviera cabeza de cabra. No quería dudar de ese sentimiento.

Satanakia mantuvo la boca cerrada por un momento y dijo:

"Entonces prueba que dices la verdad."

¿Cómo? Hideo no sabía cómo hacerle creer. ¿Debería aguantar y disculparse? ¿Debería suplicar "Por favor, perdóname" y llorar hasta despertar su compasión? Hideo caminó frente a él en silencio y observó los tres cuernos de la cabra frente a sus ojos. Colocó ambas manos sobre sus mejillas, que estaban cubiertas de un largo cabello negro y blanco, y besó la base de su frente.

"..."

Pero él lo agarró por la barbilla bruscamente.

¿Le besaría en la boca? Sin embargo, en lugar de hacer eso, solo le ordenó: "Lámelo" con unos ojos tan llenos de enojo que hasta se estremeció.

Hideo suprimió su miedo instintivo por la fuerza. Satanakia ciertamente estaba enojado, pero lo amaba tanto que sabía que no podía ser capaz de hacerle daño. Quería castigarlo, pero seguro era porque estaba completamente inseguro de su relación al tratarse de un humano. De todos modos, como para mostrar obediencia, apoyó la cara contra su entrepierna, se arrodilló, estiró su lengua y lamió el glande que todavía estaba hacia abajo.

"¡Umm!"

De repente le sujetó la cabeza y le hundió la verga profundamente en la garganta. Las chispas comenzaron a volar frente a él y las lágrimas se dispararon en todas direcciones. Fue doloroso, y debido a la inserción y extracción tan violenta, el líquido de su cuerpo, y la saliva de su boca, se mezclaron hasta hacer que el centro de su cabeza quedará vagamente paralizado por el sonido obsceno y su olor tan varonil. No era tan dulce como su saliva y sin embargo, tenía muchas ganas de beberlo. Se moría por chupar y mamar. Es más, estaba sintiendo que le quemaba el estómago mientras ese líquido caía por todo el largo de su garganta.

"Ah, guh..."

En poco tiempo, su cuerpo estaba en llamas. Después de aceptarlo muchas veces, incluso el agujero de su trasero había comenzado a latir porque quería el placer de su pene dentro de su cuerpo. Tal vez fue un trato duro, pero Hideo se destruyó fácilmente entre sus manos y gimió.

"¿Qué pasa? Tú trasero está temblando tanto..."

Incluso el impacto del golpe de su mano en sus nalgas le sacudió de un modo delicioso por dentro. Tanto, que las chispas volaron frente a sus ojos una vez más.

"¡Umm!"

Un dedo se insertó entre sus nalgas.

Su carne, madura como una fruta, comenzó a derramar miel y se enroscó alrededor de Satanakia.

"¿Te gusta más beberme arriba o abajo?"

Hideo estaba gimiendo. Su semen estaba destruyendo por completo la cordura de su cerebro y su razón había empezado a desaparecer sin dejar rastro. Era como, si lo estuviera volviendo borracho o loco. Y entonces, una tremenda cantidad de calor se precipitó, empujando un grito de su garganta que se sintió un poco desconcertante. No obstante, lo primero que pensó fue: "Se siente bien." "¡Se siente muy bien!" Porque después de darle la bienvenida a Satanakia, su agujero, su pecho, su vientre y su corazón estaban tan encantados que pareció chuparlo de una manera increíblemente morbosa.

"Ah, espera. Espera..."

Sus rodillas colapsaron, posiblemente por la excitación, así que le agarró por ambos lados de la cintura como si no le fuera a permitir escapar, y le levantó las nalgas en alto para poder penetrarlo.

Cada vez que golpeaba en su carne, con sus testículos llenos de semen, sonaba de una manera muy similar a lo que escucharía de estar en la piscina. Y al ver su lascivia, algo que parecía ignorar por completo su razón y dignidad, Hideo derramó lágrimas que eran diferentes a las del placer. Quería mantenerse cuerdo mientras tenían sexo. Tener algo más íntimo, no lo que harían los animales. Desde que se unieron la primera vez, siempre lo había abrazado con muchísimo cariño y se había comportado como todo un caballero, pero esto era demasiado. Fue sumiso porque deseaba demostrar que realmente lo amaba, pero ahora se estaba volviendo en algo que le hacía sentir como si la cabeza se le hubiera hecho puré. Tan duro y descuido que hasta daba miedo...

Y pensar que fue él quien lo había hecho actuar así, fue duro.

Ya no eran ellos mismos.

"Ah, ah, ah, satanakia... ¡Satanakia!"

Lo llamó entre gritos. Las manos que sujetaban su cintura se soltaron y se colocaron sobre las de Hideo. Y golpeando sus nalgas, que ya se habían acomodado sobre la sábana, Satanakia lo cubrió como para aplastarlo.

"Ah, ah, ah, ayúdame, yo ya no... ¡Satanakia!"

"Hideo..."

En su oído, una voz dolorosa llamó su nombre.

"No quiero dejarte ir... Lo siento".

(Qué voz tan triste)

Si iba a sentirse así, entonces quería decirle que parara. Sin embargo, la cabeza, la garganta y el cuerpo de Hideo ya no estaban en condiciones de hablar correctamente. Mientras era sacudido por un rugido, la poca razón que le quedaba solo se esfumó.

"Quiero hacer un contrato de pareja contigo. Si lo hacemos, si lo hacemos entonces tú..."

¿Entonces... ?

Pero su cabeza perdió el punto.

Sin embargo, si eso era lo que tanto deseaba, pensó que lo haría de inmediato. Pensó que sería capaz de todo solo por hacerlo feliz.

"Satanakia..."

En su conciencia, que se estaba desvaneciendo, notó que le dijo:

"Está bien, está bien, Satanakia..."

Aunque ni siquiera sabía de lo que estaba hablando.


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