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Ser acariciado por monstruos (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Ser amado es un nuevo tipo de vergüenza para mí".

Dijo Satanakia, acariciando suavemente el cuerpo del hombre que ahora estaba en su regazo.

Excepto por el "sexo de castigo" del otro día, siempre fue educado, amable y bastante tierno, pero hoy pareció actuar mucho más "especial" que de costumbre.

"El contrato de una pareja debe grabarse directamente en el cuerpo del otro".

(O tal vez no es más lindo, sino que yo lo siento así porque estoy enamorado.)

Tal vez eran ambas cosas. Quizá todas las partes que estaban entrando en contacto con él se estaban sintiendo especialmente queridas por la promesa de amor que se habían hecho hace unos segundos. Como si los sentimientos de cada uno penetraran a través de sus pieles hasta terminar por fundirse incluso entre sus venas.

"Te juro castidad y fidelidad de por vida".

Dijo Satanakia mientras besaba la frente de Hideo. Era más como un "voto de matrimonio" que un contrato con el diablo, así que en realidad estaba muy feliz con tanto romanticismo a la antigua. No podía explicarlo, le hacía tener cosquillas y sentir que podía volar.

"¿Para toda la vida? Suena serio".

Tenía un presentimiento extraño al respecto, así que tuvo que preguntar para estar seguro. Satanakia asintió:

"Si lo rompo, al menos una vez o con una cosa pequeña, moriré".

"No digas eso."

Sería triste si le engañara, pero igual no era tan grave como para querer matarlo. Sin embargo, aunque dijo eso, Satanakia negó con la cabeza y continuó:

"Solo es una promesa mía que quería adjuntar. Tú no tienes que hacer ninguna si no quieres".

"No, eso no es justo en absoluto. Yo también te juro mi castidad y lealtad de por vida ¿Qué tal?"

Devolvió un beso en la punta de la nariz de Satanakia. Normalmente, solo juntaría sus labios con los suyos y comenzarían con una rutina de sexo bastante intenso en la recámara. Pero hoy quería mantener su cordura hasta el final y extender el momento al límite, empezando con las pequeñas cositas antes de llegar a los gestos más desesperados.

"¿Estás seguro?"

Asintió. Aunque igual estaba a punto de comprobarlo.

"Está bien. Es algo justo al ser pareja".

"En ese caso, ahora solo hay que poner un sello en tu piel."

"¿Un sello?"

"Sí, como un tatuaje."

"Vaya..."

"Y creo que quedaría muy bonito justo aquí..."

De repente, la parte inferior de su abdomen fue presionada hacia abajo por su palma, provocando que Hideo moviera las caderas en su dirección sin darse cuenta de que lo estaba haciendo. Sacó una voz extraña y al mismo tiempo, comenzó a sentirse increíblemente apenado por el sonido de su respiración.

"Si es así, incluso puedes marcarme más profundo que eso..." Dicho esto, llevó la mano a la parte baja de su cuerpo, donde su punta entraría por completo en unos segundos, y le hizo sentir lo caliente que estaba. Un lugar que le pertenecía y que nunca le había enseñado a nadie más que a él "¿Qué dices?"

Por mucho que siempre estuviera lleno de dignidad, lo miró de forma hosca y lasciva. Exactamente como esperaba que lo hiciera dada la situación. Era una cabra bastante indecente cuando se lo proponía.

"Y hablando de eso... ¿Puedo decidir dónde quiero que se vea tu tatuaje?"

"Claro."

"Entonces, aquí".

Besó el dorso de su mano derecha. Después de todo, estas eran las únicas partes del cuerpo de Satanakia donde no tenía pelo. El lugar más conveniente si quería que fuera visto por los otros demonios.

"Así sabrán que eres completamente mío."

Cuando Hideo dijo esto, con un tanto de picardía, Satanakia sonrió:

"Me encanta que te pongas así".

Aunque no se besaron ni se tocaron, el momento fue tan íntimo que hasta se sintió cautivador. Todo de él le hacía tener tanta felicidad que su cuerpo se relajaba y se sentía increíblemente bien en cuestión de minutos. Incluso sin la necesidad de hacer nada extraordinario. Y finalmente, Hideo lo sujetó y le pidió que "lo tocara de inmediato antes de que se volviera loco".

"¿Qué pasa? Pareces más agresivo que de costumbre."

"Hmm... Es que... De alguna manera siento que no puedo soportarlo."

"Yo tampoco puedo, cariño..."

"Mmm..."

Satanakia dobló su dedo, se acercó a su cuerpo y se deslizó por el agujero de su culo. Lo hizo sin la ayuda de la saliva o del semen e incluso dejó de lado la loción. Y gracias a eso, fue todavía más vergonzoso darse cuenta de que sus pliegues ya estaban pegajosos por su cuenta e instando a que se diera prisa.

"Hmm...Oye, ¿Puedo estar arriba hoy?"

"¿Puedes moverte así?"

"Sí... Quiero hacerlo por ti".

Si Satanakia había sido el responsable del contrato para estar juntos, entonces Hideo quería hacer algo para compensar tanto esfuerzo. Sin embargo, tan pronto como dijo eso, su dedo fue empujado profundamente dentro de él y su espalda se agitó de inmediato hacía arriba. Fue algo tan fuerte que sintió que de nada había servido haberse preparado mentalmente para sorprenderlo.

"Hideo..."

Con una voz algo dolorosa, Satanakia llamó su nombre. Que lo dijera en lenguaje demoníaco hacía que sonara más lujurioso e impaciente que de costumbre.

"Acuéstate... Anda".

Hideo le pidió a Satanakia que se recostara y de inmediato acomodó las rodillas a cada lado de sus caderas. De esta manera, su cuerpo, que era fuerte, y su largo cabello blanco y negro, que crecía por aquí y por allá hasta derramarse contra las sábanas, comenzaron a verse mucho más imponentes que de costumbre. Algo inusual e innegablemente hermoso.

"De verdad eres genial en todas partes".

Fue una sensación extraña pensar que este monstruo realmente se convertiría en suyo después de esto. Y aunque mirando objetivamente en el pasado, ser llevado a un mundo de demonios, lejos de su hogar y su familia, debió ser lo suficientemente desafortunado como para querer morir en ese momento, no exageraba al hablar de lo feliz que era ahora.

Satanakia comenzó a recitar un hechizo: Un susurro suave y bajo, similar al tono de una canción, y que le pareció bastante agradable al oído. Posiblemente "un hechizo de pacto de pareja". Y al escuchar esto, Hideo consiguió entonces el impulso que necesitaba para sentarse lentamente sobre su verga sin quejarse de dolor.

Por supuesto, era la primera vez que la veía tan grande.

"Mmm... Ah, ah, está entrando..."

El canto de Satanakia se superpuso con sus gemidos. Su pene abrió el círculo de carne de Hideo, haciendo que su glande casi se anclara por completo en su interior hasta hacerle imposible seguir respirando. Se sentía bien. Tan, tan delicioso que pensó que iba a alcanzar el orgasmo pronto y por eso mismo no logró controlar el temblor de sus rodillas.
Aunque seguramente estaban en medio de una ceremonia importante para definir el futuro de los dos, no pareció soportarlo más y sacudió sus caderas con muchísimas ganas. Es más, cuando giró la cintura para intentar revolverse el interior, se sintió tan increíblemente bien que comenzó a babear sin importar hacer tanto desastre.

"Ah, ah, ah, ah, Satanakia, Satanakia. Lo siento, puede que no dure tanto... Creo que ya no... ¡Ah!"

Justo cuando pensó que finalmente se lo había tragado por completo, fue empujado hacia arriba desde abajo por el impulso de su cuerpo. Las manos de Satanakia agarraron firmemente las suyas y las apretaron al ritmo de sus movimientos. Algo como para intentar darle un poco de soporte.

"Ah, ah, ah, no, no... Espera, quiero hacerlo yo..."

Le empujaron muy adentro, lo suficiente como para hacer que sus caderas se balancearan con fuerza mientras lloraba. Inconscientemente, estaba tratando de poner el glande de Satanakia en la parte que se sentía bien y cuando se dio cuenta de eso, sus sentimientos se mezclaron entre querer hacerlo feliz, querer su propia satisfacción y las ansias de tomarlo en todo su cuerpo todavía más. Quería estar completamente mezclado con él, quería que fueran uno.

"Satanakia, Satanakia, te amo... Te amo muchísimo. ¡Satanakia!"

Pero ya que estaba ocupado con el ritual, no pudo responder a sus palabras ¡Y las necesitaba demasiado justo ahora! Quería que lo llamara por su nombre, que dijera que le gustaba y que repitiera que lo amaba tanto o más que él.

"Hideo..."

"¡Oye, ah, ah...!"

Satanakia terminó de cantar al mismo tiempo en que gritaba su nombre y entonces, con un estallido, apareció un sello de contrato en el abdomen de Hideo. Fue justo en el momento en que Satanakia estaba arrojando semen dentro de él. Además, el mismo dibujo apareció en el dorso de la mano derecha del demonio.

"Ah, ah, Satanakia... Te amo, Satanakia"

"Ah, Hideo, te amo tanto".

Las palabras que finalmente regresaron en su dirección, hicieron que los ojos se le llenaran de lágrimas. Estaba feliz, tan, tan feliz que quería abrazarlo para siempre.

"Satanakia, más..."

Más.

Abrázame más.

Di que te gusto más, más veces.

Pero como era costumbre en él, no pudo decirlo. En el momento en que abrió los ojos, vio el cabello largo de Satanakia frente a él y sintió sus manos acariciando su cabeza. Solía ​​despertarse solo todo el tiempo, pero ahora, darse cuenta de que él estaba a su lado, fue suficiente para hacerle sentir una atmosfera completamente diferente. Lo abrazó con fuerza y también ​​enterró su rostro en su pelo esponjoso. Hubo risas y palabras de buenos días.

"Buenos días, Hideo".

"Buenos días, Satanakia. ¿Cuánto tiempo me dormí?"

"Un poco menos de tres días".

Al final, pareció que el semen de Satanakia realmente tenía el poder de hacerlo caer en coma. Igual a si las características del cuerpo humano en si mismo no cambiaran incluso después de convertirse en un demonio como él.

Recordando lo que pasó, se sentó en la cama y revisó su estómago. El sello del contrato estaba ahora en un color increíblemente potente así que murmuró: "Wow" sin querer

"¿Qué ocurre?"

"No, nada. Realmente lo pusiste en un lugar problemático. Eres un pervertido".

"Yo digo que es la prueba perfecta de nuestro amor".

Satanakia puso su mano derecha sobre la de Hideo, mostrando su tatuaje con orgullo mientras lo decía tan seriamente como de costumbre.

(¡Que vergonzoso!)

Pero en lugar de gritar, solo asintió con la cabeza y puso los dedos sobre los suyos.

"Sí. Tienes razón." Dijo. "Estoy feliz, Satanakia. Gracias".

"También estoy feliz, cariño."

Hideo entonces se levantó de la cama y gritó: "¡Tengo hambre! ¡Vamos a comer!"

"Suena perfecto."

“Después de comer, estudiaré un poco más sobre este mundo. Préstame un libro. Algo muy, muy simple. El más simple posible."

"No importa, pero ¿Por qué ese entusiasmo?"

Hideo se rió de Satanakia.

"Estoy decidido a vivir aquí de la mejor manera posible. Si estudio más, más sabré y más humanos podré ayudar con eso. Soy un buen traductor ¿No lo crees?"

Pero Satanakia hizo una pausa por un momento.

"¿Eh? ¿Pasa algo?"

"No. Pero ya que soy tu compañero, puedo ayudarte con eso de la traducción por lo que no necesitas estudiar tanto. A menos que, bueno, quieras hacerlo solo..."

En otras palabras, era evidente que los celos del otro día todavía estaban presentes. Y a pesar de su rostro tan duro, hablaba y se comportaba con tanta ternura frente a él que le hacía tener muchas cosquillas en el pecho.
Después de todo, juraron vivir juntos durante mil años y amarse el doble de ese tiempo. Esto no era nada.

"Mi pequeño demonio tonto".

Fue el inicio de una mañana alegre.

FIN


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