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Ser acariciado por monstruos (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Sin embargo, aunque debería haber tenido un sexo bastante violento con Satanakia en el baño, ahora tenía puesta la pijama y estaba en su cama.

"Otra vez..."

Mirando hacia el dosel, Hideo murmuró de una manera completamente  autocrítica. Los fluidos corporales de Satanakia, que tenían un fuerte efecto afrodisíaco en él, lo llevaron a pedir que lo penetrara y de todas maneras, se desmayó de una manera bastante patética. No había nada doloroso o desagradable en lo que hacían, solamente se sentía bien. Muy bien. Ciertamente se desmayaba porque el sexo era muy bueno.
Estaba avergonzado. No podía explicarlo bien, pero sabía que tenía algo que ver con su pene dentro de él.

"¿Qué hora es?"

Dio vueltas y vueltas, cayó sobre su almohada y luego se frotó los párpados un montón de veces. Probablemente no era ni medio día pero ya estaba sintiendo muchísima hambre. De seguro Satanakia vendría y le diría que no importaba, pero igual estaba decepcionado de si mismo.

Mientras se volvía a acomodar en la cama, la puerta se abrió y Satanakia entró en el dormitorio:

"¿Cómo está tu cuerpo?"

Era una voz que parecía haber sabido desde el principio que Hideo ya había despertado. Y no podía descartar la posibilidad de que fuera verdad. Después de todo, esta era su habitación por lo que de seguro tenía sus trucos para espiar a la gente.

"Hola. Estoy bien. ¿Cuánto tiempo dormí?"

"Unas tres horas."

Pero era difícil de saber. El cielo se oscurecía y se iluminaba según el clima, pero como no había sol, no existía un concepto de tiempo como el del amanecer o el atardecer en el mundo humano. Parecían tener su propio estándar para manejar las horas, pero Hideo no podía entenderlo. Las costumbres del desayuno, el almuerzo y la cena del castillo ahora estaban determinadas por el reloj de los gruñidos del estómago de Hideo.

"Te ayudaré con eso."

Se levantó de la cama cuando Satanakia dijo eso.

Hideo le dio el pijama que se quitó y luego Satanakia le ayudó a hacerle meter los brazos por los agujeros de la camiseta. La ropa que le daba seguía siendo clásica, pero en comparación con la primera vez que vino a este castillo, sintió que las decoraciones se habían vuelto un poco más modestas. A Hideo le gustaban las camisetas y los jeans más informales, pero se había acostumbrado un poco a ponerse una túnica larga y oscura y unos zapatos de charol para pasar el tiempo con él.
Sin embargo, Satanakia y la atmósfera de este castillo encajaban mejor con la ropa clásica y además, le ofrecía una sensación de intimidación que él jamás podría ofrecer.

Pero nunca se quejó.

"Oye, ¿La ropa es diferente?"

"¿Qué quieres decir?"

"Pensé que te gustaba un poco más... ¿Resistente?"

Dijo Hideo mientras se abrochaba la blusa. Satanakia solo sonrió.

"Eso es cierto, pero ahora prefiero ropa que haga que sea más fácil para ti moverte. No te gustan los volantes grandes o las cintas, ¿No es verdad?"

"No del todo".

No sabía qué tipo de cara poner y tampoco quería negarse.

"… Sin embargo, eres tú quien lo compra para mí. Puedo adaptarme a eso."

A Hideo de verdad le gustaba tanto Satanakia que pensó que estaba bien vestirse con la ropa que le daba. Si era algo que Hideo podía hacer, mientras fuera por él, entonces lo haría. No importaba que fuera pequeño o muy extraño. Satanakia sacudió su cabeza:

"Soy un poco inexperto en esto. En el sentido de los monstruos, lo más común es que los humanos estén desnudos''.

"De ninguna manera voy a hacer eso."

"¿Verdad que no?"

Satanakia sonrió mientras ataba una fina cinta negra al cuello de su blusa. La reacción de Hideo era la de alguien que no disfrutaba las bromas.

"Jaja. No te preocupes. No tengo el pasatiempo de mostrar la desnudez de mi amante a los demás. Aunque Hideo se ve muy lindo sin importar lo que use".

Un beso repentino en su frente hizo que Hideo se sostuviera con ambas manos. "Lindo" no era una palabra que se le dijera a los novios con ese tono, pero, si lo pensaba bien, tal vez era debido a que antes era su mascota y él su leal dueño.

Desde que lo encontró, había estado llamando a Hideo "lindo" o "tierno" sin detenerse a pensar que era extraño.

"Bueno, soy más débil en comparación con los demonios." Además, estaba limitado al castillo, tenía garantizada una vida cómoda y si tuviera que levantarse, por cualquier cosita, él lo ayudaría a cambiarse de ropa, le daría un beso y un desayuno perfecto en bandeja de plata. Literalmente.

"Hablando de eso, la piscina que querías ya se construyó. Está al lado del invernadero. Puedes intentar usarlo si te apetece."

Los ojos de Hideo se abrieron ante las palabras de Satanakia, todo mientras salían a la pequeña terraza para poder almorzar. Era como su ritual o una manera que había encontrado para que le diera un poco de aire fresco. Se llevó el pan a la boca:

"¿Ya?"

Después de todo, lo pidió recién en la mañana.

Las piscinas de vinilo para niños pequeños se podían armar en minutos, pero no había forma de construir una piscina de piedra tan rápidamente.

"Bueno, pero supongo que si fue posible." Pensó. Porque dijo que ya estaba listo y no podía mentir con eso.

"Todo en este mundo funciona diferente a lo que crees que es verdad."

Eso fue lo que él mismísimo Satanakia le había dicho antes así que, en otras palabras, la piscina debía estar lista debido a la lógica del mundo de los demonios que el humano, Hideo, ni siquiera podía llegar a imaginar. O tal vez, debido a los misterios del castillo de Satanakia.

"Gracias..."

"No es nada."

Pero Hideo no podía decir si realmente no era nada para él o si lo decía porque quería quedar como "el novio perfecto". Teniendo en cuenta su personalidad y posición, no parecía ser lo último, pero con los demonios no podía asegurar nada a ciencia cierta. En realidad, solo logró decir una cosa con completa seguridad:

"Estoy siendo demasiado mimado por ti. Se siente raro".

Ante el murmullo de Hideo, los ojos amarillos de la cabra le miraron con asombro.

"¿Qué quieres decir?"

"Es justo como dije. Me mimas demasiado. Eres el benefactor que salvó mi vida, te ocupas de toda mi comida, la ropa y el techo y hasta me ayuda a vestirme."

Habiendo dicho eso, Satanakia peló la fruta, que era parecida a una uva y que se sirvió como postre, y la puso frente a él para comenzar a alimentarlo. Y como si hubiera olvidado todo lo que acababa de decir, abrió la boca sin dudarlo y la masticó.

Cuando Hideo estaba en el mundo humano, no era del tipo que coqueteara excesivamente con su novia o alguien que quisiera atención constante, pero ya lo había dicho: Que Satanakia originalmente comenzara como su "dueño" lo había mal acostumbrado. Masticó la fruta, la tragó y continuó:

"Digo... Haces cosas como esta todo el tiempo. Me hace pensar que soy increíblemente valioso, pero, al mismo tiempo me siento muy contrariado. Digo, no hay nada que pueda hacer por ti, y ¿Cuál es la diferencia entre esto y ser una mascota?"

Satanakia rió levemente ante la pregunta de Hideo. Luego tomó la taza de té entre sus manos y dijo:

"Como te expliqué antes, la ética de los monstruos es mucho más relajada que la tuya. Al final de cuentas somos animales y estamos completamente entregados a nuestros deseos. Y bueno, las personas en tu mundo no son demonios de alto rango. Es normal que te asombres al inicio ¿No crees?"

"Eso es muy descarado."

Satanakia sonrió a Hideo, quien estaba un poco reacio a aceptar esta nueva realidad.

"Vamos, solo es una piscina. No es nada de lo que debas preocuparte. Además, aunque tú pienses que no haces nada por mi, tu sinceridad y tu tacto al querer hacerme sentir amado es verdaderamente precioso para mí."

"Sí, bueno, de verdad eso no es gran cosa..."

Sabía lo ordinario que era como ser humano, así que hacer eso era lo único que podía dar. Y con esa teoría, cualquier japonés con sentido común podría convertirse en el ser especial de Satanakia si tan solo se lo propusiera un ocho. Sin embargo, en realidad la oportunidad de que una persona normal, que viviera en el mundo de los humanos, lo conociera y se portara de la forma en que ellos dos lo hacían, pareció tan rara que no le sorprendió que pensara en él como "precioso". Y tal vez por esto le resultaba natural llamarlo lindo o encantador cada vez.

"Pero entiendo que nada de lo que diga va a hacerte cambiar de opinión así que..."

Hideo habló mientras alcanzaba las uvas. Satanakia se rió de nuevo.

"Bueno, también me gusta esa audacia tuya y me gusta... Tu lado inesperadamente salvaje".

"¿Salvaje? ¿Te gusta que sea salvaje? Creí que ese era tu trabajo."

Los dos se miraron y se rieron de nuevo.

"Está bien, no importa. ¡Vamos a nadar juntos! Te enseñaré como lo hacemos en el mundo humano. Algo al estilo libre".

Ante la invitación de Hideo, Satanakia asintió.

"Estoy deseando que llegue el momento".


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