Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intentos por Mc-19051

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Si alguien le hubiese dicho al inicio de todo, la primera vez que puso pie en ese edificio, que haría que una montaña de anabólicos y proteínas tuviera una crisis y se lanzara a un lago de noche, o que tendría una extraña clase de amistad con un demonio vestido en brillos rosas y diamantes.

Le habría pedido a ese alguien un poco de lo que fuera que estuviese fumando. O le habría preguntado sobre sus dotes para ver el futuro, porque la verdad no terminaba de procesar cómo las cosas habían escalado.

De un coqueteo básico, vacío incluso, a estar en la oficina más cara que jamás pisaría; consolando al demonio rosa, quien se había aparecido en el edificio sin la presencia de Segundo y sin hostigar a Angello, el cual también brillaba por su ausencia, cuando le preguntó, se enteró de dos cosas.

De que Ryan hablaba arabe.

Y que definitivamente Angello le había hecho algo.

Porque le respondió ‘Hu may alfiran’ o lo que sea que eso significase, pero lo dijo con suficiente desprecio cómo para entender qué estaba enojado con aquel bedel, y no era su rol el entrometerse en eso. Se veía demasiado feo y la verdad, él ya había conseguido su tan anhelada paz después de que Segundo simplemente lo dejara ir.

No iría cómo idiota a enredarse en lo que sea que Ryan y Angello tuviesen entre ellos, si es que habían llegado a tener algo, hasta dónde sabía; nunca los vio juntos fuera del edificio; y Segundo era el trofeo de Ryan.

Entonces, ¿Por qué esos dos de la noche a la mañana estaban ausentes? Se quedaría con las dudas, tal vez podría ponerse a hablar de teorías y posibilidades con Alexander, porque ese pelirrojo tenía una capacidad casi similar a la de Ryan de conectar puntos que, a primera vista, nada tenían que ver. Otra razón más para ser cauteloso cerca de aquel enano siniestro.

—Sólo me quedas tú —le comentó Ryan de la nada, jugueteando con algunos lapiceros sobre su escritorio, era la viva imagen de un niño regañado que solo estaba en ese sitio en contra de su voluntad—¿Tienes algo que decirme? —le miró atento, sosteniendo con firmeza uno de esos bolígrafos en su mano derecha, no pensaba apuñalarlo con eso ¿O si?

—Bueno, aparte de que la cafetera de la sala de descanso se dañó, no realmente—dijo a forma de aligerar el ambiente, Ryan simplemente lo miró en silencio—. Mira, yo tomo café, sí, pero jamás lo llegué a preparar, así que ni idea de quien la habría podido dañar.

—Puedes decirle a Matthew que la reemplace —fue su simple respuesta, sonaba derrotado, ¿Qué coño había pasado? Si el día anterior estaba cómo si nada— ¿Segundo ha hablado contigo sobre algo? —ah, entonces con que era eso.

—¿Por qué preguntas? —primero tenía que palpar el terreno, ver qué tanto tenía que pensar sus palabras, ¿Segundo le habría dicho sobre cómo lanzó su piedra de la suerte al lago? Pintándolo cómo el villano, o quizá ¿Le habría dicho sobre su —entre muchas comillas—ruptura?

—Esta mañana estaba empacando sus cosas aunque tuviese la peor resaca de todas, me dijo que estaba avergonzado de todo lo que había hecho y que se iría para el bien de todos —¿Desde cuándo Segundo era un filántropo y se preocupaba por un bien mayor? —. Cuando le pregunté sobre ti, me dijo que hablara contigo—Ryan frunció el ceño, apretando con más fuerza el bolígrafo, sus marcados nudillos tornándose blancos—. Te pregunto y me sales con una cafetera dañada.

—Bueno, es que —¿Qué coño se suponía tenía que decir? ¿Contarle todo de una vez por todas o seguir con el teatro de que eran una pareja funcional?— estabas desanimado —se le ocurrió decir, Ryan solo lo miró en silencio, aparentemente sin entender—. Y bueno, hay una cantidad de malas noticias que todos podemos soportar, ¿Sabes? —debía felicitarse más a menudo por su capacidad para mentirle a Ryan—. No quería bombardearte también con nuestra ruptura, te lo iba a decir después.

—Ah —el semblante del rubio se aligeró bastante, soltó finalmente el lapicero y se recargó sobre su silla—. Eres super amable —le dijo, parecía estar al borde del llanto—. Angello me abandonó, y Segundo también, no entiendo qué hice mal —lo vio respirar profundo varias veces, luchando contra las lágrimas, él le tomó una mano, primera vez que lo hacía; las manos de Ryan eran delgadas y frías, la verdad daban un poco de agonía tocarlas—. Perdón, estoy haciendo esto sobre mí cuando tú eres el que acaba de tener una ruputura* amorosa.

—Está bien, sé lo que se siente perder a varias personas que quieres de golpe —dijo, siendo un poco más honesto tanto con Ryan cómo consigo mismo—. Sientes que eres el error, y no importa qué tantas vueltas le des, jamás entenderás cómo es que de la nada, todos aquellos que una vez te quisieron y dijeron que estarían allí para ti, simplemente te den la espalda y actúen cómo si simplemente hubieses muerto. Duele, y creo que nadie debería pasar por eso —sintió sus ojos escocer un poco, no era momento de recordar la crisis con su familia.

Pensaba que si simplemente omitía esa parte de su vida, eventualmente lo superaría. Pero no, recordarlo dolía, y mucho, pero ¿Qué podía hacer realmente? No tenía la cara para regresar a casa y la última vez que supo de su familia fue por una vecina, todos estaban bien pero él se había vuelto simplemente el innombrable de la casa. Sabía que había fallado, pero no era cómo si hubiese matado a alguien.

Sus padres siempre lo apoyaron y aunque la relación con su hermano mayor no era la mejor, no era cómo si por haber hecho un acto indecente y ser pillado en ello, mágicamente se hubiese vuelto la peor escoria del mundo. Los extrañaba a todos, quería simplemente regresar a casa.

Despertar y desayunar con ellos, ayudar en casa y pelear por cosas triviales con su hermano.

No ser un sujeto más en una ciudad gris, sin familia, y con amistades más superficiales que cualquier otra cosa; que si llegaba a desaparecer, nadie le echaría de menos, nadie le lloraría ¿Era egoísta pensar eso? Quizá, se sentía miserablemente solo.

Y, carajo, ya no podía no llorar. No solucionaría nada, eso seguro, pero al menos provocó que Ryan lo abrazara en un intento de consolarlo. Y bueno, de alguna manera extraña, ambos se estaban haciendo compañía en sus respectivos momentos de soledad.

Él, por su parte, regresó el abrazo.

[...]

Bueno, pedir un traslado resultó ser un poco más difícil de lo que originalmente había anticipado, bueno mucho más difícil después de tener ese momento de intimidad con Ryan, se sentía mal al sentir que lo estaba traicionando de alguna manera, pero al final se armó de valor y lo hizo. Claro, se sintió tanto aliviado cómo insultado cuando la secretaría de recursos humanos le dijo que las solicitudes de traslados eran demasiadas y que probablemente la suya le tomaría un par de años en ser procesada.

Sólo esperaba que Ryan no se enterase de eso, y que se aburriera de él en un par de años. Un traslado a esa altura sonaba cómo un capricho, pero la realidad es que había vivido demasiadas cosas malas en su primer año de esa ciudad, así que, ¿Por qué no intentar en otra? Además, incluso podría dejar de ser el chaperón de Alexander y Jackobo, ya que esos finalmente estaban progresando en una relación.

Ya ambos admitían dormir juntos y a veces tocarse las manos.

Y estar allí colado cuando finalmente estaban dando semejante paso tan grande, lo hacía sentirse mal. No tenía nada que ver que estaba teniendo una cochina envidia por ellos al no estar miserablemente solos. Jackobo conocía demasiada gente, y Alexander conocía a la gente que conocía Jackobo.

Él solamente los tenía a ellos y a Ryan. No era una competencia, bien se lo escuchó a Agatha en una ocasión, que los adultos tienden a tener pocas amistades. Además, si su familia no iba a saber más nunca de él ¿Por qué no mudarse a otra ciudad e intentar una vez más? 

Bien podría terminar siendo un mochilero, viajando por el mundo y demás, pero mientras tanto; debía centrarse en su realidad. Esperando un traslado, soltero, sin muchas amistades y con un jefe que parecía estar desarrollando problemas de abandono.

El panorama no era el mejor, eso estaba más que claro. Pero, siempre podía volverlo a intentar, ¿No? Que la vida iba de eso a fin de cuentas

 

FIN

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).