No sé qué tan rápido pasó el tiempo o cómo nuestra rivalidad para mí se convirtió en algo más, solo sé que después de ganar la liga ya no lo vi más, fue como si Silver hubiera desaparecido de la faz de la tierra, sin dejar rastro alguno de él como si quisiera que no lo encontrará. Admito que tuve mucho miedo de no volver a verlo, habían pasado tantos años, que ya estaba perdiendo la esperanza por completo, pero algo en mí me decía que no lo hiciera, me gritaba con bastante fuerza que siguiera adelante y eso seguí haciendo, después de mí batalla con Red en monte plateado, me puse en marcha para buscarlo, pero no iba a descansar hasta encontrarlo.
El tiempo pasaba y pasaba y nunca pude encontrar una pista en donde podría estar, mi corazón comenzó a extrañar un poco a mi rival, aquel chico de cabello rojo, con una actitud competitiva y bastante irritante, pero que al mismo tiempo te atrapa en esa aura de misterio que lo envuelve, es una persona bastante fascinante, que desde el primer día que me desafío decidí que él sería mi persona a vencer, pero decidí. Pero eso fue hace tiempo, ahora todo es diferente, me canse de buscarlo y comencé a aceptar que él ya no estaba conmigo y que no lo iba a ver más y que se había ido para ningún volver y aunque no quería aceptarlo de todo, no tendría otra opción, ya que a pesar de que paso el tiempo y di lo mejor de mí, nunca pude hallar una pista de donde se encontraba.
Estuve como campeón del alto mando como por dos años seguidos, dos años que se volvieron aburridos, completamente aburridos, pero una vez que aquel chico proveniente de Hoenn me ganará, sentí un gran alivió y rápidamente me alisté para mi viaje, ya que urgentemente necesitaba explorar el mundo, para sacárselo a él de mi cabeza.
Pero nunca me esperé que el mundo fuera así de malo. El mundo de las competencias pokemon fueron las más feas que he vivido en el mundo de las competencias pokemon, la gente contar de ganar hacen cosas malas y las traiciones una vez que estés en las ligas te hace desconfiar de cualquiera.
Esos últimos siete años hasta yo mismo he me sorprendido el cambio que he dado, en mis días de juventud era demasiada confianza, algo creído y no creía mucho en el compañerismo, pero a lo largo del tiempo todos aquellos pensamientos que tenía, han desaparecido y me sorprende la persona en la que me he convertido hoy en día, aquel rastro del pequeño Oro ha desaparecido por completo, incluso ahora me siento preparado para todas las cosas nuevas que tiene el futuro preparado para mí.
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Después de tantos años por fin decidí volver al lugar donde todo había comenzado, las manos me sudaban y mi corazón estaba demasiado acelerado, no podría creer que había vuelto aquí una vez más. El avión aterrizó en Jhoto y tomé todo el aire que mis pulmones me permitieron inhalar y lo deje ir, este viaje es así como un viaje sorpresa no quise avisarle a nadie que vendría, así que al llegar al aeropuerto nadie me recibió. Fui a buscar mí equipaje lo más rápido que pude y al estar todo listo agarré mis maletas y fui a buscar un taxi que me llevé a Pueblo Primavera, mi hogar de nacimiento, el lugar en donde todo empezó y fue el primer sitio en donde conocí a Silver por primera vez. Tengo unas enormes ganas de ver a mi madre, había pasado tanto tiempo desde que no sentía uno de sus cálidos abrazos y comía su delicio comida, la cual es la mejor del mundo, estaba muy ansioso no solo por eso, sino también por ver cómo han cambiado las cosas durante estos años que no he estado aquí.
A lo largo de este tiempo tuve la suerte de convertirme en campeón de algunas ligas más importantes del mundo, trayéndome algunos beneficios a lo largo de los años como una gran fama en el mundo de las batallas y campeonatos Pokemons, gracias a eso muchas marcas me han patrocinado y he ganado una gran cantidad de dinero con lo cual pude financiar gran parte de mi investigación para encontrar a Silver. Salí del enorme aeropuerto y observé con todo su esplendor en lo que se convirtió Ciudad Trigal, la ciudad más grande de toda la región, todo era diferente de cuando era mucho más joven y comencé mí viajé por primera vez, ahora había muchos más edificios adornando la ciudad, la gente se había vuelto mucho más movida y los pokemons ahora se encuentran mucho más en el entorno de los humanos.
Caminé un rato por las calles de la ciudad y sorprendido por los cambios que esta misma había dado, me detuve por un momento en una tienda de dulces y observe unos deliciosos postres través del cristal del establecimiento y lo primero que se me vino a la mente fue a mi mamá, de seguro a ella le gustaría algún dulce de esto. Así que decidí entrar a la tienda y ver que compraba para llevar a casa, pero de repente algo paso y me detuve por un momento al ver a alguien bastante familiar.
—Ese pelo rojo…—algunas personas me miraron por mi extraña reacción, mientras que lo único que escuchaba era el sonido de mi corazón al latir con mucha fuerza— ¿Silver? —noté como el chico en la fila, con su cabello rojo escarlata, se tensó un poco al mencionar ese nombre y él volteó a verme y sentí como todo a mi alrededor se detenía.
—Gold…—tragué saliva, al volver a ver su rostro, el paso de tiempo no había pasado por él, todavía seguía teniendo esa cara de chico malo, que hacia que mi corazón se sacudiera.
— Yo…-las palabras no quería salir de mi boca, eran como sí se me hubiera olvidado hablar. — No sabes cuánto te busque.
Hubo un momento de silencio entre los dos, el tiempo paso lo más lento posible, mientras que nuestras miradas no se apartaban del uno del otro, mi corazón estaba acelerado y unas ganas de salir corriendo y abrazarlo se hicieron presente en todo mi ser, lo había extrañado y buscado tanto y ahora el mismo había aparecido en el lugar en donde menos creí que lo iba a volver a ver, es como si el destino jugará una broma pesada conmigo, eso es injusto, se siente demasiado injusto haber buscado a alguien para que simplemente apareciera mientras menos me lo esperaba y también yo había sido un tonto al no saber que la respuesta estaría tan cerca de mí.
— ¿Señor ya termino de comprar? —alguien entró Al establecimiento y se acercó a él.
—Ya terminé. Vayámonos…-él salió de la tienda pasando por mi lado, ignorando el hecho de que yo estoy aquí.
Mi corazón sintió un pequeño pinchazo al ver su actitud, nunca espere que la primera vez que lo viera se iba a comportar como una diva, pero eso no importa, lo importante es que ahora lo había conseguido y no lo dejaré ir nunca
—Por fin te encontré...
Continuará…