Bucky caminaba con pasos inseguros por el pasillo ¿de verdad estaba a minutos de hacer el amor con su mejor amigo? Bueno, mejor amigo que vive cerca suyo. Después de todo Steve vivía al otro lado de la ciudad.
Se mordió el labio inferior y avanzó hasta la sala. No puedo evitar que su mandíbula se descolgara cuando vio el sofá con flores ¿de dónde había sacado...?
- ¿Y esto...? – dijo Bucky sonriendo
- Robé flores del jardín del vecino – dijo Sam –, y es tu culpa. Solo me diste cinco minutos. Yo dije diez
- No te imaginé romántico – dijo Bucky sonriendo mientras Sam tomaba una flor y se la acercaba al rostro al sargento
- No lo soy – dijo Sam – tú inspiras esto
- Gracias – dijo Bucky tomando la flor y aspirando su perfume
- Va sonar una locura pero... estoy nervioso – dijo Sam sonriendo
- ¿Pero... si quieres... no? – pregunto Bucky – no quiero que te sientas presionado. Yo...
- Aquí lo primordial para mí es como te sientas tú – dijo Sam tomando el rostro del sargento entre sus manos – quiero que sea mágico para ti como ya lo es para mi
- Te amo – susurró Bucky sonriendo antes de acercarse tímidamente a besar sus labios
- Espera – dijo Sam deteniéndolo suavemente – tengo una idea de cómo hacerlo aún mejor – añadió rápidamente al ver la cara de confusión del sargento – ¡será increíble!
- Ok... ¿Qué haces? – pregunto Bucky cuando Sam se acostó detrás de él, tomo el control del televisor y busco en los canales hasta que encontró lo ideal – Sam ¿vamos a ver televisión?
- Sip – dijo este con una sonrisa pícara – confía en mi
- Pareces la serpiente del Libro de la Selva – dijo Bucky – confía en mi – dijo imitando la voz
- ¿Viste el Libro de la Selva? – pregunto Sam intrigado
- Si, Balu – dijo Bucky –. Vi el Libro de la Selva
- Ya sé, en el 67 cuando se estrenó – dijo Sam imitando al sargento
- No tarado – dijo Bucky sonriendo – hace dos meses cuando fuimos Delacroix a visitar a Sarah y Cass me hizo verla
- ¿Y por qué no la vi también? – dijo Sam
- Porque estabas muy entretenido buscando no sé qué cosa de tu padre en el sótano y te olvidaste de mi – dijo Bucky
- ¿Estas celoso de un sótano? – dijo Sam sonriendo mientras buscaba su rostro
- No – dijo Bucky
- Lo estas – replico Sam
- Mentira – protesto Bucky
- Si
- No
- Si
- No
- Si
- No
- Si
- Te dije que... – protesto Bucky y Sam aprovecho para tomar nuevamente sus labios con los propios acallando cualquier protesta
Lentamente, y sin romper el beso, Sam se movió hasta quedar sobre Bucky, quien se abrazó al cuello del moreno para atraerlo más. Era un beso suave, lento, pero que transmitía el sentimiento que ambos hombres tenían por el otro. Sentimientos de los cuales ni siquiera ellos eran consiente hasta hacia un par de horas
Las manos de Sam se movieron sobre la cintura de Bucky, una subiendo y otra bajando. Bucky enredó sus piernas en la cintura de Sam y echó hacia atrás la cabeza dejando su cuello completamente expuesto, lo cual aprovecho el moreno para lamer y besar a gusto
- Te amo tanto que... – susurro Sam mientras uno de su dedos se colaba entre los glúteos de Bucky quien no pudo evitar una mueca de dolor – Lo siento – dijo Sam retirando los dedos
- ¡No! – suplico Bucky deteniéndolo – ¡No te detengas por favor! – y asaltó su boca nuevamente – quiero llegar hasta el final. Sé que contigo estoy seguro. Que nunca me vas a lastimar – aseguraba Bucky cada vez que su boca quedaba lo suficientemente libre se la de Sam para hablar pero sin alejarse ni un milímetro
- Jamás – juró Sam
Uno por uno tres dedos fueron ingresando en el interior de Bucky mientras gemía de placer. Todo parecía estallar tras sus parpados cerrados llevándolo a lugares inimaginables. Quería más de esa sensación pero lentamente, después de jugar con sus partes, los dedos se escurrieron fuera suyo, dejando solo un profundo sentimiento de abandono.
Iba a abrir los ojos para protestar cuando sintió como algo más grueso y duro tomaba el lugar de los dedos abriéndose paso en su interior, mientras por instinto él se aferraba más al cuerpo que tenía entre sus brazos
- Relájate – susurro Sam y Bucky obedeció al instante – te amo Bucky
Un lento y sincronizado baile empezó entre dos cuerpo que descubrían lo que era entregarse al amor. Para Sam no era la primera vez con un hombre, pero tenía por regla solo hacerlo cuando existieran sentimientos de por medio, y eso a veces no se conseguía fácilmente en su entorno. Para Bucky poder vivir abiertamente su sexualidad era algo fascinante y espeluznante a la par. Parte de él todavía estaba en los años cuarenta y le costaba entender que nadie lo juzgaría por amar y ser amado por otro hombre.
- Te amo Sam – susurro en medio de un beso mientras el moreno llegaba al punto exacto donde todo su mundo se desconectó y a la vez encontró el equilibrio que tanta falta le había hecho en casi un siglo
La luna los espiaba por la ventana de la sala mientras ellos compartían un beso lento, cargado de ese sentimiento que a partir de ese día no tendrían miedo de decirse. Las manos de Sam se atrincheraron en la cintura contraria, mientras Bucky sentía que recién empezaría a vivir
Apoyo la cabeza en el fuerte pecho del Capitán América y dejo salir un suspiro en medio de una tranquila sonrisa mientras cerraba los ojos
- ¡Es un buen sofá! – dijo Sam mientras aferraba más el cuerpo que tenía entre los brazos – ¡si... es un buen sofá!
- ¡Debo reconocer que estoy completamente de acuerdo con esa afirmación! – confeso Bucky escondiendo el rostro en el pecho del moreno
- Se me está ocurriendo una idea... – dijo Sam con una sonrisa
- Algo me dice que es muy parecido a lo que se me está ocurriendo a mí – dijo Bucky levantando el rostro
Sam aprovechó para robarle un beso, que con el paso de los minutos se intensifico. Bucky se giró y ambos cayeron en el piso arreándoles un gemido de dolor que al instante quedo olvidado en pro de continuar con actividades mucho más placenteras. Aunque tendrían que tomar nota de cómo moverse en el sofá sin caerse
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Ni Sam ni Bucky eran ricos, y eso era más que evidente al ver el departamento simple en el que vivían, pero eran felices. Por ello, ahora que pagaban un solo alquiler habían ahorrado y habían invitado unos días a Sarah y a los niños a quedarse con ellos. Bucky no había acompañado a Sam al aeropuerto porque quería terminar de acomodar la habitación donde los tres Wilson dormirían. Cuando escucho la puerta del departamento abrirse no pudo evitar sonreír.
- Es muy seguro, no tienes de que preocuparte – decía Sam mientras entraba con las maletas
- Tío quiero conocer a Fígaro y a Alphine – dijo AJ
- ¿De verdad Alphine es tan blanco como se ve en las fotos que enviaste? – dijo Cass
- Sam... ¿Por qué hay una cama en tu sala y no un sofá? – pregunto Sarah - mira si estamos molestando...
- No digas tonterías hermana – dijo Sam sonriendo – ustedes no molestan
- Además tampoco dormirán en la sala – dijo Bucky saliendo de la cocina
- ¡Tío Bucky! – dijeron los niños corriendo a abrazarlo
- Mis niños – dijo este sonriendo – su cuarto ya está listo, pero tendrán que compartirlo con su madre. Les prometo que la próxima vez tendremos una habitación para ustedes. Bienvenida Sarah – dijo dándole un beso en la mejilla – ¿Cómo estuvo el viaje?
- Tranquilo – dijo la mujer mirando hacia la cama
- Hola amor – dijo Sam topando sus labios con los de su pareja – bueno vamos para que se instalen y vayamos a dar un paseo ¿alguien quiere un helado?
- ¡Yo! – gritaron los niños
- Repito ¿Por qué hay una cama en su sala y no un sofá? – pregunto la mujer extrañada
- Es para las visitas – dijo Sam
- Si quieren pueden saltar en ella – le dijo Bucky sonriendo a los niños
- ¿Podemos mamá? – pregunto AJ
- Hasta donde yo sé el sofá va en la sala y la cama en el dormitorio – dijo Sarah
- Eso es en las casa aburridas – dijo Bucky
- Aquí somos divertidos – grito Sam levantando los brazos entusiasmando a los pequeños
- Vamos, suban – dijo Bucky ayudándole a Cass – pueden saltar – dijo mientras Sam ayudaba a AJ
Cuando Sarah paso a la que sería su habitación por la próxima semana no pudo evitar ver hacia la habitación de su hermano y cuñado, y lo vio. En el lugar donde debería estar la cama vio un sofá marrón verdoso y no pudo evitar mirar extrañada a su cuñado
- ¿Me creerías si te digo que intentamos usar la cama pero nunca lo logramos? – dijo Bucky sonriendo de manera mímica – ngunca conseguimos nada ahí. Así que te sugiero nunca sentarse en el sofá
- No tenía que saber eso – gruño Sarah avanzando hacia la que sería su recamara
Bucky no pudo evitar mirar el sofá y morderse el labio inferior. En un par de horas más se acostarían allí. Aunque le queda la duda si lo que lo hacía dormir tan bien era el sofá o los brazos de Sam