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Bajo mi protección y cuidado por neka19

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Notas del fanfic:

Advertencia: Por situación en otra plataforma, debo decir que si, es una historia omega×omega. 

— Tiene lenguaje poco apropiado y explícito. 

 

No soy escritora profesional, solo escribo por entretenimiento, si quieren hacerme correcciones bienvenida sean :> 

 

Eran exactamente las 8:30 am, cuando llegamos al “Emperium Studios”, una empresa dirigida al mundo del espectáculo. 

Era un enorme edificio con su nombre en el centro en letras enormes doradas. 

 

«Ya quisiera yo ser el dueño de todo esto » 

 

— Joven Agustín, llegamos, por favor despierte — le dije a mi joven jefe quien se encontraba durmiendo como un príncipe en la parte trasera del auto. — joven Agustín — volví a replicar al no ver respuesta. 

 

Respire profundo. 

 

—¡Agustín! — le termine gritando y él se sentó de forma somnolienta en el asiento, agarrando su cabeza con sus manos, posiblemente tenía resaca por la noche anterior que estuvo de fiesta y bebiendo. 

 

— Mi cabeza me está matando, necesito un café. — decía quejándose. 

 

Yo preparado para la situación, le pase un vaso de "Café Espresso Doppio” que anteriormente le había comprado en el camino, me faltaban dedos para contar de todas las veces que ocurría está misma situación. 

Él sin decir nada, agarró el café de mi mano y comenzó a beberlo. Ni “por favor” ni “gracias” estaban dentro del vocabulario de este niño malcriado. 

 

— ¿Cuál es mi agenda para este día? — preguntó mientras bebía su café y prendía un cigarro. 

 

Agarré la tablet al lado mío, y comencé a recitar toda su agenda del día de hoy, desde el desayuno con su padre en la empresa, hasta sus ensayos de violín y más actividades que tenía, relacionadas con papeleo, las cuales posiblemente evada y quiera ir de fiesta de nuevo. 

Agustín me miraba con el ceño fruncido, podía verlo desde el espejo del retrovisor. Mire el reloj, eran las 8:43 am. 

 Salí del auto y me dirigí a abrir la puerta de Agustín, a la vez, que uno de los “valets” se acercaba, le pase de inmediato las llaves del auto. 

 Agustín salió con calma, mientras que con una de sus manos se arreglaba el cabello y con la otra tomaba su café. 

 Lo seguí obediente detrás, él entró de inmediato mientras que yo tuve que mostrar nuestras credenciales enseguida a los guardias que claramente eran nuevos, ya que estuvieron a punto de detener a Agustín mientras entraba, algo que posiblemente les hubiera causado su despido inmediato. 

 La recepción del edificio era enorme, con una bella alfombra roja, y un lustroso mármol gris. 

 

— Alex, tienes el rato libre, pero en una hora debes estar acá mismo, yo estaré arriba — me dijo Agustín mientras me pasaba el vaso de café, casi tirándolo por mi cara. 

 

— Entendido joven Agustín. — le respondí con una sonrisa forzada. 

 

Él se alejó de mí y se dirigió directo al ascensor para ser perdido por mi vista. Sonreí alegre, al fin podría estar en un momento de relajo sin ese mini dictador. 

Bote el vaso de café en el basurero y me senté agotado en los asientos al lado del mesón de recepción. 

 

— ¿Ya empezó agotado tu día Rodríguez? — me dijo la señorita Olivia Morales, una omega y la recepcionista del lugar, siempre estaba bien arreglada, su cabello largo bien tomado, y con un traje pulcro color blanco. 

 

—Ni que lo digas — dije frotándome la sien con las manos.

 

—Has durado dos meses, eso es todo un logro. Siendo sincera, nadie te tenía fé. — me decía con una sonrisa burlona. 

 

— Que adorable eres querida — le respondí con la misma sonrisa burlona.  

Si fuera por mi, hubiera renunciado ya los primeros días, pero necesito el dinero. Para mí mala suerte, soy un omega de veintiocho años, y si no eres atractivo como la señorita Morales, es difícil que te contraten si no tienes un currículum increíble, algo de lo cual yo no tengo por no tener ningún estudio superior. 

Pero en lo que si soy bueno, es en pelear, fui militar por tres años, hasta que me retire para cuidar a mi abuela, trabaje como guardia cuidando especialmente a omegas, ya que por obvias razones se sentían más seguro conmigo, además de que mi estatura de 1.81 cm siempre me ayudó, bastante más alto que el promedio de porte en los omegas.

 

 Pero ahora me encuentro no solo trabajando como guardia, sino que también de asistente personal de un omega malcriado las 24 horas del día y los 7 días a la semana, me mantengo luchando en este trabajo porque la paga es más de cinco veces que mis anteriores trabajos, así que tuve que aprender a la fuerza a ser un asistente competente. 

 Sentí mi celular vibrar y lo miré de inmediato. Era mi mini dictador. 

 

“Él desayuno estaba asqueroso, cómprame algo para comer” 

 

“Entendido joven Agustín” 

 

Le respondí de inmediato. 

 

Las primeras veces que me llegaban esos mensajes, sentía que iba a caer en la locura, no me decía nada más que eso, no sabía qué comida le gustaba, si era vegetariano o incluso si tenía alguna alergia, pude haberlo matado en cualquier momento. 

Pero ahora, sé perfectamente qué hacer. 

Pedí de inmediato un té helado con limón y galletas de naranjas con chocolate, de una pastelería que queda cerca con envío directo a acá. 

Me quedé jugando un largo rato con mi celular, con el pedido de Agustín en una bolsa de papel.

La alarma sonó indicando su llegada, y con expectación me levanté al verlo salir del ascensor.

Aunque su vestimenta no era la más adecuada, su desplante era muy elegante, y su atractivo innegable. Su cabello ondulado y negro constrastaba de forma perfecta con su piel blanca, resaltando sus hermosos ojos azules bajo sus largas pestañas. 

 Me acerqué rápidamente, abrí la bolsa y le entregué primero el té y luego las galletas. Sin decir una palabra, las recibió.

 

«Un maldito gracias no te va a matar niño» pensaba irritado, mientras ponía los ojos en blanco. 

 

— Parece que ahora dejan entrar a los hijos de la limpieza al edificio — decía un hombre que nunca había visto pasando al lado de Agustín, mientras lo miraba de arriba a abajo haciendo una burla con otro hombre. 

 

Todos en el lugar portaban trajes impecables y de alta costura. Mientras que Agustín… pues, el traía un shorts de jeans, una cortavientos negras y unas zapatillas Converse azules. Su presencia no pasaba desapercibida en medio de tanta opulencia, y cabe mencionar que solo los empleados más antiguos lo reconocían, ya que rara vez él visitaba este edificio.

 

— ¿Qué dijiste? — Respondió Agustín. 

 

«Ese hombre había cavado su propia tumba»

Agustín se dió vuelta, me pasó el té con las galletas y se acercó al hombre, yo fui enseguida detrás de él. Agustín se veía enano, mide apenas 1.63 cm, es bastante bajito, y el tal hombre debe medir casi dos metros, ya que también me supera en porte. 

 

—wow, si tu mirada matara, yo ya estaría muerto — dijo con una risa burlesca en la cara de Agustín. 

Agustín agarró de forma hábil la credencial que tenía en el cuello el hombre y se la revisó. 

 

— No necesito matarlo señor Smith, solo con ver cómo su carrera de actor se destruye ya sería un placer — decía Agustín ladeando la cabeza con una leve sonrisa psicópata y mirándolo fijo con sus ojos azules. Él hombre lo miró sin decir palabra. 

 

Agustín se dió media vuelta haciéndome un ademán con la mano para que lo siguiera. 

 

Mi jefe… Agustín Vastit de veintiún años, hijo mayor de Lorenzo Vastit, él dueño de la empresa “Emperium Studios”. 

Creo que fue recomendación de boca en boca, pero su propio padre me contactó para este trabajo, ofreciéndome aquella cifra que no podía rechazar como sueldo. 

Y ahora acá estaba, conduciendo y cumpliendo cualquier capricho de este niño. 

 

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta acá :)


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