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Señor Novato por SigmaIII

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Notas del fanfic:

Los personajes y universo de Helluvaboss pertenecen a Vivziepop/ Viviene Medrano. Yo sólo los shipeo. 

Shipeando a Wally como si no hubiera un mañana. 

Notas del capitulo:

El nombre de "Señor Novato" porque es la primera vez que Lyle se enamora. Pero al principió está en negación y justifica su cercanía con Wally con la excusa de una amistad.

 

La conversación era tan insulsa que Loopty no podía resistirla, pero para su infortunio era testigo de. Su colega inventor Lyle Lipton conversaba sobre los temas más intrascendentes con su empleador Wally Wackford. ¿Y es que sobre qué otra cosa además de sombreros, podrían hablar dos seres tan diferentes?

Lyle, un ingeniero en robótica con doctorado en programación. Y el jefe. Un diablo imp cuyo mayor logro fue contratarlos. 

Cuando el demonio se despidió unos momentos para salir a unos mandados Loopty cuestionó:

—¿Eso fue un coqueteo o solo una mala conversación? 

—Se llama socializar Loopty. Necesitamos una red de contactos en el infierno. Para eso hay que fraternizar. 

—Tu maestra red de contactos se limita a un individuo, nuestro jefe. 

—Sólo quiero cultivar una amistad. ¿Eso es un problema para ti? 

—Lo es si no me dejas concentrar. Tenemos un rezago importante en la manufactura de los gadgets y todo porque retrasas las labores del día, te distraes, me distraes y distraes al jefe de sus ocupaciones con la misma conversación sobre la sastrería, sombrerería y barbería que ya nos quedo muy, muy claro son sus favoritas– 

—Pues gracias a esa mala conversación ya sabes donde conseguir ropa aquí en Imp City–

Lyle quería una amistad sencilla y desinteresada. No reconocía que Wally le empezaba a gustar. Pero para Loopty era transparente. Lo empezó a molestar. Es fácil porque es mecha corta. 

–mmphhhh –Afirmó– Aunque ahora no dejo de preguntarme si nuestro jefe acude a esos lugares para mantener su gallardo aspecto, ya sabes, seguro está rodeado de muchas y fervorosas admiradoras ¿Será casado? –

Celoso y con la fuerte necesidad de confirmar. Lyle tomó la laptop y lo empezó a investigar en redes. Loopty se carcajeó. El pecador descubrió que Wally no era casado. Y aunque siguieron con el trabajo; pasadas unas horas y en cuanto Wally volvió de los mandados. Lipton lo estrechó entre sus fuertes brazos (sí, hacía eso a menudo, pero el diablo no se lo tomaba a mal. Creía que era una costumbre humana aunado a que históricamente los imp siempre han sido llevados como cosas) y lo explicó a su colega; también para de cierto modo convencerse de que es como dice: 

–¡Claro que no tiene esposa Loopty! ¡El Jefe está casado con su trabajo, con su allegado, con su empresa! 

 –¿Eh? – Wally no entendió– ¿Casado con quién? – preguntó nervioso. 

–Jefe Wackford. ¿Tiene novia?

–¡Loopty no seas ridículo! El jefe no tiene tiempo para distracciones mundanas. Todo su tiempo, cerebro y energías están volcados en la empresa ¡Wacky Idea Factory!– Ando con él, mientras lo llevaba bajo el brazo como si fuera un balón de fútbol americano. 

–¡Wacky Wally Wackford´s Wacky Idea Factory! –Especificó el demonio, pero los pecadores siguieron la conversación. 

–Pero yo tengo curiosidad de saber si tiene novia o un interés amoroso – Goopty subió y bajó la voz, como suele hacer –¿Y bien jefe hay alguien especial en su corazón? 

–Aún si fuera el caso. El jefe lo terminaría de inmediato ya que como dije la empresa es su único interés. No relaciones interpersonales sin importancia.   

–¿Ni con mujeres lindas? 

–¿Mujeres lindas?–preguntó Wally interesado.

–Mujeres lindas jefe –Insistió Loopty. –¿Conoce alguna? 

–¿Verdad qué no? –Le insistió Lyle. 

–¿Alguna dama que capte su atención? –Volvió a preguntar Loopty mientras Lyle lo miraba con rabia. 

Wally desvió la mirada y río tontamente. 

Lyle lo alzó por la camisa esperando respuestas. 

El demonio les mostró un video musical de Verosika.

–-Oh. Una estrella pop hermosa – observó Lyle. 

–¡Siiii!– Exclamó Wally animado. 

–E inalcanzable

–¡Ahhh!– El imp cabizbajo se quejó con pesar.

–Está bien– Concluyó el pecador —Puede escuchar su música jefe, pero nada de videos, sólo pistas de audio. No queremos distracciones en el trabajo.

–¡Ahhhh! – Se quejó amargamente de nuevo el diablo. 

 

Volvieron a poner manos a la obra, mientras ellos ocupan la sala con las mesas de trabajo. El demonio hace publicidad en la oficina.  Pasadas unas horas Loopty siguió. 

 

–Lyle, ¿También te pondrás celoso de los pósters de la estrella pop? 

–¡Deja de insinuar que me gusta el jefe! ¡Hazlo de nuevo y te golpeare! 

–¿Entonces estás seguro de que no te gusta?

–¡Ya contesté esa interrogante más de una vez! Y reafirmó mi respuesta inicial, y por última ocasión: No, no me gusta–  

 

>>>

 

Pasaron los días. 

-¡Es un castigo! ¡Es un tormento! ¡Estar en el infierno es puro sufrimiento Loopty! –Ya no podía aguantar su pesar. Resistió mucho, pero al pecador le urgía y necesitaba desahogarse– ¡Atormentado, pasó noches en vela sin poder dormir! – También es algo melodramático. 

Apesadumbrado. Se tapó la cara con ambas manos. 

Mientras atornillaba unas piezas en una pequeña estructura de metal, Goopty preguntó. 

—¿Qué te quita el sueño  Lyle? –Olvidando como es Loopty.  Disimulado, el hombre miró la oficina del jefe.  

El otro se carcajeó.

–¡¡Loopty!! –Su enfado sólo incrementó la risa de su colega. Círculo vicioso. En vez de apoyarlo en su malestar Loopty se jactó de qué siempre tuvo razón. Cuando ya no pudo burlarse más y se recuperó de la risa; tras un rápido vistazo por la puerta al escritorio del jefe agregó.

–Ese diablo que te mantiene en vela, está comiendo sardina directo de la lata con una cuchara de plástico– Observó para enfatizar lo simple que era, al menos desde la perspectiva de magnates como los que en vida fueron con chef de planta a su disposición.  

Pero para Lyle fue adorable, ¡La sencillez y gusto con la que el jefe degusta su sardina! ¡Aun en su pobreza era capaz de encontrar placer en una comida alta en sodio, sumergida en conservadores peligrosos para la salud! Rápido, quiso ser rico otra vez para comprarle todas las latas que quisiera. Pero su yo racional se recriminaba por tales pensamientos. Sin más lógica para lo que le sucedía, solo quedaba una explicación: 

–¡Usó sus poderes demoníacos sobre mí!, ¡Una clase de magia oscura!

–Sin dudas lo hizo. Fue su plan macabro desde un principio. Aquel ente diabólico nacido de la oscuridad decidió atormentarte, y a mí teniendo que aguantarte. Todo para que hagamos su trabajo y saquemos a flote su empresa. La misma mente diabólica que tardó media hora en resolver un crucigrama fácil de quince palabras. 

–¿Qué hago? ¡Todo el tiempo pienso en el jefe! ¡Voy a volverme loco! 

–No hagas nada.

–¡Ya lo intenté! 

–Entonces ponte a programar, no seas flojo– El pecador redondo siguió gimoteando. Se arrepintió de desahogarse con Goopty. Siguió tecleando en la laptop. 

–Sólo es un capricho. Se te pasará– 

 

Pero no se pasó. Los días siguieron. Y todos los días si Lyle no suspiraba se quejaba sobre su sufrimiento y noches en vela. Su yo racional se negaba a reconocer la verdad. Pero el corazón irracional ansiaba cada vez más al jefe. De formas de las que nunca se creyó capaz el hombre. Y por nada estaban en el infierno, eran malvados. Hasta el más puro sentimiento en aquel corazón envenenado se retorcía.  

–Loopty ¿Alguna vez sentiste el impulso urgente de doblegar el espíritu de alguien y someterlo a tu voluntad?

–Muchas veces. 

–Ahhhhh– Suspiró Lyle– ¡Pero el jefe es demasiado frágil  para eso!

–Bien ¿Por qué no haces algo de condicionamiento operante?

–¡Ahhhh! quiero, pero no quiero. El jefe es demasiado susceptible a eso ¿Y si lo pierdo? –Gimoteó– ¡Cómo puedo transmitir estos intensos y sádicos impulsos! Nuestro jefe no parece ser el tipo que sea capaz de soportarlos. ¿¡Cómo puedo desahogar esta impetuosa energía sin hacerle daño!? ¡Energía resultante de un proceso de mera admiración ante un emprendedor, sin ningún tipo de connotación adicional o diferente! –Especificó. 

Loopty reflexiono unos momentos la problemática de su amigo. 

–¿Y si solo pasas tiempo con él? –

Sería reconocer que disfruta su compañía. Tras una lucha interna, Lipton concluyó que sin opciones valía la pena explorar esta alternativa.

–Es una buena idea. 

–Lo sé. 

–¿Pero cómo? ¿Cómo? –Mientras Lyle se mortificaba con tales interrogantes Loopty ya se había puesto de pie y preguntó a Wally. 

–Jefe, como el gallardo conquistador que seguro es y con su escaso presupuesto de proletario ¿A dónde iría para una primera cita aquí en Imp City? 

–¡Loopty! –Lyle corrió para detenerlo, pero Loopty lo empujó fuerte haciéndolo rodar lejos de ellos.

–¡Uh! ¿Para una cita eh? – La conversación y el chisme potencial encantó a Wally, más que pidieran su consejo. Con índice y pulgar estiró la punta de su bigote e inclinó su cuerpo a un lado formando una L y regresó a su posición con expresión pícara. 

–Sí, para una primera cita, para alguien socialmente inepto y que es un ñoño además– insistió Goopty mientras repelía los manotazos de Lyle que regresó a la velocidad de la luz para detenerlo. Wally siguió pensando mientras frotaba su bigote. Pensando en todos los destinos románticos de la ciudad.

–¡El Jardín botánico tiene entrada libre los Domingos! ¡Una caminata romántica! 

–¿Jardín botánico? –

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El Domingo en cuestión. Loopty permaneció en casa mientras Lyle salía con el jefe. Compartían piso en el Infierno así que se encontraron más tarde. 

–¿Qué tal la cita? 

–Si por cita te refieres a un encuentro meramente profesional entre colegas– Especificó –  Aún con lo simple en realidad superó mis expectativas. Hay una gran variedad de plantas fascinantes, la mayoría carnívoras. 

–¡Qué romántico! ¿Se besaron? 

–¡Loopty deja transgiversar los sucesos! Sólo fue una salida amistosa. 

–No lo sé Lyle, no habías tenido novio antes. 

–¡No es mi novio! ¿Sabes cuantos problemas con recursos humanos habría por un conflicto de interés así? 

–Por suerte no tienes que preocuparte de eso, sólo somos dos empleados en Wacky Idea Factory. Además ¿Desde cuándo te importa lo que Recursos humanos tenga que decir? Quebramos hasta el llanto a muchos asistentes personales y nunca te importó. 

–¡Porque podíamos y era divertido! ¡Además antes estábamos muy ocupados por lógica los asistentes lo estarían y sufrirían psíquicamente! ¡Teníamos un imperio que atender. Aquí es como tomar vacaciones! 

–¿Ajá? –Escéptico– ¿Entonces por qué no sales con otros pecadores? 

–No quiero salir con otros pecadores. No conozco a más pecadores. 

–¡Oh!, Entonces es una relación cerrada la que tienes con el jefe ¿Eh?

–¡Loopty! Deja de insinuar que me gusta el jefe, solo fue una salida por entretenimiento.

–¿Y tenías que ser escoltado por nuestro jefe?  

–¡Guiado!, ya que conoce bien la ciudad. Aunado a que ¡El jefe es el único contacto en el infierno que tenemos!

–¿Enserio? ¿Qué hay de Blitz y sus empleados de IMP? ¿Por qué no los llevas a citas románticas a ellos?

–¡Loopty deja de implicar que me gusta el jefe! ¿Por qué te cierras a que tenga una amistad con él? Es lógico. Convivimos con él a diario. Además tiene su mérito. Consiguió inversores, nos consiguió un alojamiento. Y aunque no lo necesitámos nos trajo comida–También les mostró un comedor comunitario del que lógicamente no tocaron nada– y….. –

Aquí Loopty aun con cara seria empezó a divagar. Lyle dio un discurso muy muy largo. 

Por vivir viejo unas horas ahora actuaba como si hubiera ganado alguna clase de sabiduría y superioridad moral. Cuando dio por terminada la conversación. Indignado se encerró en su alcoba. 

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Los sentimientos incrementaron. Al grado que fueron imposibles de ocultar. Sin saber que hacer, porque nunca antes se había enamorado. Ni en vida, recurrió a su amigo. 

–Loopty… Creo que me gusta el jefe. 

–JAJAJAJAJAJAJA

–¡LOOPTY! 

-JAJAJAJ OHHH OHH JAJAJAJAJAJA HAHA JAJAJAJAJA –

Lyle se cruzó de brazos irritado mientras Loopty pataleaba, golpeaba la mesa y se burlaba. 

–¡Ya fue suficiente! ¡Deja de reírte de mí! ¡Mejor ayúdame! –Cuando el hombre fue capaz de hablar se regodeo.  

–Entonces, ¿Al fin reconoces que siempre estuve en lo cierto? –El inventor no quiso darle la razón, pero no tenía de otra. 

–Reconozco – Y ya. No diría más o daría pie a más burlas.  

–Que estás enamorado de un demonio imp. Nunca creí que fueras de esos Lyle, de esos tipos a los que les gustan otros tipos, tipos como nuestro jefe, demonio devorador de pollo asado de supermercado, aficionado a los sombreros de copa, con bigote–Lyle suspiró al imaginarlo –Aunque me preocupa la diferencia de intelecto. 

–¡Oh! ¡Déjame! – A nadie le gusta que menosprecien a su diablo. –¿Y qué hago? ¡¿Qué se supone que haga en esta situación?! 

–-Cosas románticas– Lyle de inmediato se cerró a la idea. Era algo demasiado arriesgado, se arriesgaba a ser un hazmerreír, también era vergönzoso. –O….

–¿Qué? ¿Qué cosa? 

–Construye robots asesinos y ponlos a combatir. 

–¡Ya lo hice! ¡Ya también los arme y los desarme! ¡Ya diseñe tres armas de aniquilación total! ¡Ya diseñe veinte máquinas de destrucción con conducción remota! ¿Cómo puedo desahogar estos sentimientos?

–¿Y si no lo haces? 

–¡Explotaré! 

Loopty se puso a pensar. 

–En tal caso– Frotándose la barbilla– ¡Diántres Lyle!, no se me ocurre nada– El pecador se frotó la cara desesperado–Nunca creí que llegaría el día en que no tendría una respuesta. ¿Sabes lo que significa?

–Investigación. 

–De campo– 

Se alistaron para salir a la ciudad. Tras estudiar las opciones encontraron una curiosa alternativa. 

Se reunieron con Wally en la oficina. 

–¡Jefe! Estamos trabajando sin contrato– Afirmó Loopty. Se negaron desde un principio a firmar el contrato elaborado por Wally que claramente estipulaba que trabajarían gratis y serían explotados peor que esclavos mientras que el imp recibiría todas las ganancias–No hemos hablado de nuestras prestaciones. 

–Necesitamos actividades culturales–

Y así Lyle lo hizo ir a clases de tango con él. Era eso o bolero. 

Hizo así buscando la seguridad psicológica y anatómica de Wally.  Lyle, A propósito  buscaba frenar sus afectos de naturaleza cruel, sádica y epicaricacica. Logró canalizarlos a través del baile y fabricación de nanobots. Actuar por el bien del otro. Es decir…  ¡Amor puro y verdadero! Sí los Querubines hubieran contemplado este cambio en el corazón de Lyle habrían recuperado la fe. 

…Aunque el pecador tenía su propia opinión: Enamorarse, algo que creyó citándose así mismo “Es algo muy bonito” y le habría gustado experimentar resultó ser un martirio. Se arrepentía de sus palabras en vida. Aunque no podía negar lo revitalizador que se sentía, inspirado, animado, casi como si flotara. 

Además de archivos complejos, también guardo algo de música de Verosika en la laptop. La escuchaba porque es la música que le gusta al jefe. 

Recordando las lecciones de tango, inspirado bailo girándo en medio de la oficina con los brazos en lo alto. No se dio cuenta de que era observado. Ver a Lyle portarse tonto provocó una risotada en Wally. El pecador se congeló al ser pillado. Por vergüenza quiso morir, pero ya estaba muerto, volvió a la mesa de trabajo queriendo desaparecer. ¡Maldita existencia en el infierno! ¡Maldito castigo eterno! 

Que el jefe siguiera como si nada fue un alivio breve. Recuperarse de esta humillación le costó mucho trabajo, más con la risa de Loopty de fondo. 

Como lo del Jardín botánico fue un éxito, y muerto de nervios, pero esperanzado Lyle propuso otro destino para la segunda cita. Los pecadores no necesitaban comer, pero comer era otro de los placeres más exquisitos. Por nada la gula es un pecado capital. Y los demonios sí necesitaban nutrientes, en su fervor de mostrarle a Wally los placeres culinarios. Lyle. Armándose de valor lo invitó al restaurante más fino de Imp City, y por lo tanto el más caro. 

Wally declinó cortésmente

–Yo pagaré por supuesto–

Wally se retractó y accedió cortésmente. 

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Al siguiente día laboral se encontraron en la oficina. El diablo mencionó lo elegante del restaurante y lo bien que la pasó. Lyle contentó  escuchaba agradeciendo que todo saliera bien. Estar en presencia de Wally lo ponía nervioso y toda la noche cuido de no cometer un error y ponerse en ridículo. 

Y aunque aquella cita, fue  más una salida amistosa que una cita romántica. Para Lyle, un inexperto era suficiente. Se conformaría por ahora con solo pasar tiempo con Wally; quien no era consciente de los sentimientos del pecador. Pero para el hombre eso también estaba bien. Si el jefe se enterara de sus sentimientos. De que le gustaba, que le atraía. Si el jefe supiera…moriría de vergüenza. Peor, ser rechazado sería fatal…Sería su fin. Ante tal probabilidad, prefería que el jefe siguiera ignorante de sus sentimientos…

–¿Jefe qué tal la cita con Lyle? ¿Ya le confesó su amor? ¿Le dijo que sí? 

–¡LOOPTY! –

 

 

Notas finales:

Wally está enojado porque no trabajan. 

 Clic en el enlace para la ilustración. 

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Gracias por leer. Saludos.


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