Fue una gran lucha, nadie esperaba este resultado, pero hay nuevo orden en el mundo griego, tanta sangre en el Olimpo ha caído, por fin acaba este sufrimiento. Días recuperándose de las heridas en ballena y dejando todo en orden para la nueva persona de gobierno. Simplemente toca reunirse con alguien de importancia, así que viajó a un mundo oscuro donde hace su mejor aliado y gobernante…
— ¿Qué deseas aquí, Camus? —Pregunta serio Hades.
— Ya está todo. —Murmulla— Ahora quiero pedirte que me reúnas con quien amaré siempre…
— ¿Estás seguro de tu decisión? —Indaga.
— Nunca he estado más decidido como hoy. —Tira su espada— Te pido me arrebatara la vida, tío Hades…
El Dios lo mira, viendo como esos ojos alguna vez siempre con un brillo no lo había, simplemente hay tristeza y una enorme ganas de acabar con su vida. Se levanta de su trono, acercándose hasta el joven Dios, saca su espada porque entonces le cumplirá lo que pide…
— Lo haré entonces…
— Gracias. —Susurra— Por apiadarte de mi alma. —Se hinca.
Sin más levanta su espada, tiene dudas, pero al final lo hace. La espada del inframundo se llena con un carmesí de la sangre, arrebatando su inmortalidad y vida eterna… terminando con alguien quien perdió la esperanza al haberle arrebatado a su amor importante…
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~ Muchos siglos antes de la tragedia… ~
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Esta sensación es tan extraña, ningún Dios del Olimpo había sentido esto, pero no dicen nada porque esta naciendo otro hijo de Zeus, pero esta vez de la Diosa Hera, ya está Ares, pero es un hijo no querido por ser un Dios ocupado en las guerras violentas, Hefesto un hijo de apariencia horrenda y Hebe quizás la más normal, pero ellos quisieron otro hijo, uno que fuese capaz de tener el poder adecuado. Ahora sabrán si será otro fracaso o en verdad lograron creer un Dios Perfecto, al final nació ese niño, dejando sorprendido a los Dioses ante su magnífico poder, siendo un bebé no debería tener todo eso mostrado.
Hera fue la más feliz porque al fin tenía un hijo de Zeus quien con su poder demuestra ser prometedor en su crecimiento y no se diga el gran Dios del Olimpo quien está orgullo de su hijo. Lo que no se espera que también nació con una profecía… él cambiará el mundo griego en un futuro…
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~Algunos siglos después… ~
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El Olimpo ha sido un lugar importante porque sólo están Dioses elegidos o semidioses que hicieron actos heroicos, un paisaje Perfecto para el descanso sin sufrimiento a diferencia del mundo humano que es todo lo contrario. Por eso se disfruta mucho en aquel lugar, sobre todo un joven quien fue mimado por siglos agarrando una actitud antipática.
Camus, un Dios importante en el Olimpo, el favorito de muchos y que atrae a varios hombres como mujeres, nunca se le ha dicho un no como respuesta o bueno al menos en el Olimpo y en la tierra, en el inframundo es otra cosa,, siempre es un sí, quien le vaya negando esto al hijo favorito tiene consecuencias, los Dioses no lo sufren, pero si los sirvientes con torturas o en este caso la muerte es el peor, por eso si él decía quiero esto lo obtenía sin dudar. Bajaba únicamente al mundo humano para hacer lo mismo que su padre Zeus, sólo con la ligera diferencia en no dejar descendencia, aborrece a los niños con todo su ser, además los humanos son su diversión por ser unas criaturas curiosas.
Su vida cambiará más pronto de lo que cree…
Ese día, de nuevo regresa al Olimpo. Estuvo unos días en el mundo humano teniendo sexo con una hermosa princesa que conoció, al final quedaron satisfechos, ahora si debe cumplir sus tareas de siempre. Camina tranquilamente hacia su templo cuando alguien frente de él se arrodilla.
— Joven Camus.—Se arrodilla— Lo esperan en una junta muy importante y de urgencia. —Se levanta.
— Shura. —Dice serio— No estoy de ánimos para nada, asistí en mi lugar como siempre.
— Esta vez no puedes faltar. —Responde serio— Lo único que debes saber es por Saga.
— Saga… —Susurra con desdén— ¿Qué habrá hecho esa deshonran? —Se pregunta.
— No hables así de él. —Sugirió— También estará presente Hades a favor de su hijo supongo, siempre lo ha estado.
— Entonces vamos para terminar este gran problema.
Caminaron rumbo a la sala principal para saber que está ocurriendo con una deshonra de futuro Dios del inframundo.
Shura es hijo de Hefesto con una hermosa joven humana que se enamoró del Dios, a pesar de ser un semidiós fue aceptado en el Olimpo por su valentía en batallas, le ofrecieron un lugar al lado de Camus como su mano derecha, aunque en un principio, el joven de cabellera carmesí odiaba por tratarse de un sangre mezclada entre el amor de un Dios y un humano, pero con los siglos lo ha aceptado por su fidelidad y valentía cuando se trata de pelear en el mundo humano por problemas al meterse.
Llegaron al templo principal del Olimpo donde están todos presentes Dioses hasta el mismo Hades con su esposa Persefone y sus dos hijos gemelos, uno de ellos un excelente guerrero y el otro una deshonra ante los ojos de todos sobre todo por su decisión tomada hace unos años atrás, avergonzando a todos o es lo que cree Camus. Se sienta en su respectivo asiento, es momento de iniciarla conversación o más bien juicio.
— Nos hemos reunido los Dioses con respecto a un tema un poco curioso con tu hijo mayor, Hades. —Dijo Zeus— Nos hemos enterado que tiene en sus manos un bebé humano y tu hijo quiere convertirlo en heredero del inframundo.
— Es mi hijo. —Respondió Saga serio.
— Por tus gusto dudo sea tu hijo. —Responde Camus atacando de una forma pasiva por el momento.
— No te metas en esto. —Lo voltea a ver con el ceño fruncido— Es mi hijo así de simple. No me importa sea humano.
— Tan difícil es aceptar que recogiste un bebé humano cuando elegiste tu gusto hacia los hombres…
— ¡Basta, Camus! —Exclama molesto Kanon ante el ataque de su hermano mayor..
— ¡Basta aquí todos! —Golpea la mesa Poseidón— ¡Nadie dará su opinión hasta no saber toda la información! —Ve que todos quedan en silencio así vuelve a sentarse— Continúa, Saga. —Lo voltea a ver— Explícanos esto de tu hijo sin omitir algún detalle, por favor, futuro heredero de Hades.
— El pequeño es mi hijo. —Suspira— Era de mi pareja quien ha muerto, me dejó con nuestro bebé de cinco meses.
— Es decir, es hijo de tu amante y te harás cargo de un humano, aunque no lleve tu sangre. —Dijo Hera seria.
— Sí. —Asiente— La madre original lo ha rechazado por problemas con mi antigua pareja.
— Sé directo, Saga. —Volvió atacar Camus— Durante años fuiste amante de ese hombre llamado Shion, pero se casó con una mujer por su reino. Siempre estuvieron juntos hasta que fueron descubiertos. —Frunce el ceño— Tú eres el único culpable de dejar sin madre y padre a ese bebé. Ahora quieres fingir ser el héroe criando a un bastardo… que peor será un usurpador al inframundo.
— ¡Silencio! —Exclama Hades molesto por los ataques hacia su hijo desde que tomó esa elección— En pocas palabras para terminar esta discusión… apoyaré de a mi hijo con ese bebé humano. —Vuelve a serenarse.
— Estoy en la misma posición. —Habla Persefone serena— Si mi hijo a decidido tener al bebé estará con él.
— Lo mismo. —Responde serio— Apoyaré a mi hermano mayor y todos quienes son de nuestro ejército apoyan esta decisión hasta los Dioses gemelos Thanatos e Hypnos quienes no pudieron estar presentes nos apoyan.
— Esto no ha ocurrido en siglos, Hades. —Responde serio Zeus— Un humano como heredero del inframundo es complicado.
— ¿No le veo el problema? —Interviene Hestia— Aunque siento no nada más pides eso, Saga. Hay algo más para esta reunión.
— En realidad hay algo más en pedir. —Suspira— Al ser un humano tiene un límite de tiempo así que… quiero se le dé la inmortalidad y juventud eterna.
Los murmullos se hicieron presentes en el salón donde se cuestionan si es lo correcto, sólo lo han logrado con grandes héroes como Heracles, Teseo o Perseo, pero un bebé que ni si quiera a realizado algo heroico los hace pensar, sin embargo…
— ¡Es inaudito esto! —Se levanta Camus de su asiento furioso— ¡Un humano sin motivo alguno se volvería no solamente heredero del inframundo sino también ofrecerle lo más sagrado entre los dioses! —Aprieta su puño— ¡Simplemente estás loco, Saga!
— ¡Es mi decisión! —También golpea la mesa, levantándose y mirándolo fijamente a los ojos con mucho resentimiento— ¡No pienso retractarme!
— ¡Ya basta los dos! —Dijo Zeus elevando la voz. Mira al geme— Mi hijo tiene razón. No podemos volver un humano con esos dones al menos haga un acto digno. —Suspira— El muchacho al crecer debe servir a uno de los ejércitos que no sea con el inframundo, así veremos si es digno de darle vida y juventud eterna. —Mira a los demás Dioses presentes— ¿Quién aceptará a un humano en su ejército? —Pregunta.
Ningún Dios levantó la mano, simplemente quedaron en completo silencio. Al parecer todos preferían estar neutrales o no aceptar a un humano en sus filas, pero…
— Yo lo aceptaré en mi ejército, gran Zeus. —Dijo Athena— Mi única condición es que entrene en el inframundo hasta sea un jovencito.
— ¿Estás segura, Athena? —Vuelve a preguntar el Dios.
— Sí. —Asiente— Estoy segura será un gran caballero.
— Bien. —Suspira pesadamente— Entonces yo también pondré una condición. —Mira serio— Mi hijo, Camus, se hará cargo de su vigilancia cuando esté en el santuario.
— ¡¿Cuidar a un humano?! —Cuestiona sorprendido— ¡Ni loco lo haré!
— Hablaremos más tarde de tu misión y la vas hacer. Este será mi veredicto final.
Sin más que decir se levantó de su asiento dando por concluida el juicio respecto al heredero de el inframundo. Saga mira a Camus y simplemente ríe porque no le dieron la razón. La acción del hombre de cabellera negra lo enfurece porque era tendrá que cuidar a un bastardo. Sale de ahí hasta llega a golpear unos pilares, de no haber sido que Shura anda detrás de él hubiera destruido un templo completo.
Pensó en un principio irse hacia su habitación para seguir quejándose, sin embargo, se dirigió hacia el trono de su padre, no lo dejara en paz hasta cambiar de opinión. Entró sin avisar donde simplemente se encuentra él, así que debe suponer lo está esperando.
— Antes de escuchar tus quejas déjame decirte es un plan. —Responde antes.
— ¿Qué? —Enarca una ceja.
— Le harás la vida de cuadritos a ese bastardo. —Se cruza de brazos— Es inaudito la elección de Saga. Sé que él y su hermano no quieren ser herederos al inframundo, pero deberían de buscar alguna mujer quien tome ese lugar.
— Los gustos de Saga por los hombres. —Responde serio y con asco— Entiende necesite sus necesidades, pero si quiere alguien de un heredero una mujer es ideal para esa tarea. —Dijo sin importancia.
— Siempre has tenido la razón. —Sonríe cínicamente— Si logras tu objetivo te daré cualquier deseo, sin importar el costo.
Esto le interesó demasiado al de caballera roja, puede pedir lo que siempre deseo en sus sueños más profundos, sin dudas piensa hacer este gran encargo de su padre.
— Acepto el trato. —Se arrodilla— Ese bastardo conocerá que su lugar nunca será con los Dioses.
Sin más ríe porque su plan debe caer a la perfección, no piensa defraudar a su padre, le dejara en claro a ese usurpador al trono del inframundo que no tiene cabida al lado de los Dioses, sólo por ser un simple recogido de alguien como Saga. Además, el príncipe del inframundo no debió fijarse en un humano como Shion, alguien completamente indigno. Nunca le perdonada haber escogido a ese humano, haberse enamorado, renunciado a su desendencia y sobre todo… haberlo rechazado su gran amor…
ESTÁ HISTORIA CONTINUARÁ…