Todavía hacia frio y había bastante nieve, pero no se podía negar que la temperatura incrementaba con el pasar de los días, un alivio para Sasuke, quien cada vez que veía las ventanas reforzadas provisionalmente sentía que la casa señorial se iba a caer con la siguiente tormenta, entretanto, Naruto veía que la despensa se estaba agotando y consideró prudente hacer la primera salida al pueblo, era temprano, así que podían salir inmediatamente.
Puso a preparar gachas de avena y empacó en sacos de cuero algo de pan y los últimos trozos de cecina que quedaban para poder merendar algo en el camino, inicialmente, planeaba esperar a que la nieve desapareciera un poco para poder llevar la carretilla llena de la ropa que hizo en invierno para vender, pero con la fuerza de Sasuke, incluso con algo de nieve podrían llevar la carretilla por el largo camino hasta el pueblo, no dudó en tomar tales determinaciones por sí mismo, se había acostumbrado a que Sasuke no se negaba a nada que el decidiera, así que fue natural para el tomar decisiones y solo avisarle para que Sasuke obedeciera sin rechistar.
Se secó las manos con el delantal y fue al exterior, Sasuke estaba regresando de buscar agua en el rio el cual ya se había descongelado parcialmente, ambos se miraron.
— Hoy iremos al pueblo a vender la ropa — sentenció Naruto de forma determinante, Sasuke detuvo un momento sus pasos antes de asentir.
— ¿Crees que ya es posible ir? ¿Qué tan lejos queda?
—La nieve ha disminuido mucho así que si, ahora, en cuanto a la distancia, toma alrededor de dos horas para salir del bosque y dos horas en las planicies para llegar.
Sasuke miró el cielo y la posición del sol, ya el firmamento se hallaba azul, muy diferente a los días nublados del invierno.
—Deberíamos salir enseguida entonces, si no, nos alcanzará la noche de regreso, aunque bueno, podemos quedarnos a dormir en alguna posada.
—Sobre eso, preferiría mantener mi distancia del pueblo, hasta ahora los he hecho creer que soy un comerciante, no querían que se enteraran de mi ubicación, mucho menos que estaba solo, ahora, no creo sea buena idea que te vean mucho, alguien podría reconocerte.
—Eso no es problema — Sasuke sonrió — creo que será la ultima vez que visitaremos el pueblo, si te parece bien, podríamos partir mañana mismo.
—¿Mañana?, el invierno aun no se ha ido por completo.
—A medida nos dirijamos hacia la tierra de los barbaros, más cálido se vuelve, esta es, de hecho, la zona más fría del imperio.
Naruto asintió.
—Entonces me parece bien, espero serte de gran ayuda.
Naruto se mostró decidido y Sasuke entendió al instante a que se refería.
—No te llevaré conmigo todo el camino — aclaró Sasuke — es demasiado esfuerzo para un doncel, también es peligroso…y bueno, tampoco puedo dejarte aquí bajo ningún concepto, tengo un amigo que es de mi entera confianza, estoy seguro de que él no se vio involucrado en este desastre, si todo es seguro, te dejaré ahí mientras me encargo de las cosas.
—No voy a quedarme con un desconocido — Naruto se negó.
—Si me acompañas será muy difícil.
—Lo sé.
—¿Estas muy seguro?
—Si, completamente.
Y entonces Sasuke entendió que no valía la pena negarse más, incluso en el peor de los casos, aún podía dejar a Naruto en una posada cuando el doncel por fin se diera cuenta de las dificultades que implicaba el viaje y recogerlo al regresar.
Entraron juntos a comer las gachas de avena, y se prepararon para ir al pueblo, empacaron la ropa que Naruto coció en el invierno y la metieron en la carretilla, cerraron bien la casa señorial, y abrigados de pies a cabeza, empezaron a marchar, llevando Sasuke la carretilla.
El camino del bosque era accidentado, había una extraña contrariedad entre el frio suelo con nieve en proceso de derretirse y la cálida luz del sol que se filtraba entre las ramas de los arboles desnudos, el invierno había cedido tanto, que si uno se fijaba bien, podría ver como el verde empezaba a nacer en las ramas, a lo largo del camino, tuvieron que rodear o apartar ramas y arboles caídos, que quizá habían sido echados abajo por la tormenta que hace un tiempo, al inicio del año, también quiso acabar con las ventanas de la casa, con la nieve de por medio, la carretilla y el lento andar de Naruto, tardaron mas de dos horas en salir del bosque, afortunadamente el camino de la pradera estaba despejado de nieve, así que la velocidad del recorrido aumentó.
Al llegar al pueblo, Sasuke se subió la bufanda y se puso la ushanka o sombrero con orejeras, no volverían más al pueblo en el futuro pues se marcharían al día siguiente, pero Sasuke tampoco quería que lo reconocieran antes de poder hacer todos los mandados.
—¿Sabes dónde se puede vender oro y piedras preciosas? — preguntó Sasuke después de que Naruto hubiera vendido la ropa, la pequeña bolsa de monedas estaba en las manos del doncel.
—¿Oro y piedras preciosas?
Sasuke asintió y abrió una pequeña bolsa de cuero, dentro, había seis botones de oro y un broche de rubí, Naruto abrió los ojos impresionado.
—Son de la camisa que usaba bajo la armadura y el broche sostenía mi capa, los aseguré en cuanto pude, porque los necesitaría para financiar mi viaje — aclaró Sasuke y Naruto asintió.
—Compremos la cecina primero, el carnicero es el único en el pueblo y seguro sabrá algo.
Ambos se levantaron y caminaron donde el carnicero, este mismo, después de venderles cecina y mucha carne, les indicó al instante que había un solo mercader en el pueblo que comerciaba con joyería y viajaba a menudo, después de un par de indicaciones, llegaron a una casa de piedra de dos pisos, muy bonita, de las mas bonitas en el área residencial, tocaron la puerta y pronto, un hombre de alrededor de cuarenta años, de apariencia quisquillosa, abrió, los detalló de arriba abajo y mostró una mirada de desagrado al ver a una pareja que no vestían como personas de dinero, no obstante, su semblante cambió al ver los botones y el broche.
Al final de las negociaciones, Sasuke terminó con una pesada bolsa de monedas que ponía un poco infeliz a Naruto, pues sus ganancias del invierno perdían completamente al lado del dinero de Sasuke.
Sasuke por su parte, estaba algo descontento con la cantidad recibida, era varias veces inferior a lo que costaba el broche solo, pero tampoco podía pedir mucho mas al comerciante de un pueblo lejano, agrícola y pobre de la periferia, el comerciante también sabía lo que verdaderamente costaban el broche y los botones, entonces empezó a ofrecer cosas a cambio, por ello, a parte de todo el dinero que pudo reunir sin quedarse el mismo sin dinero para viajar a vender el broche y los botones, hizo concesiones y le entregó a Sasuke y a Naruto cantimploras nuevas, bolsos de viaje, un saco de dormir, botas y otros elementos básicos, a eso se sumó uno de los dos caballos que le pertenecían.
Incluso eso no alcanzó para cubrir el costo del broche con el enorme y puro rubí, pero Sasuke se conformó con aquello, pues era lo que necesitaban.
Se sentaron a almorzar la cecina y el pan en el pasto, luego, fueron a comprar víveres varios para el viaje antes de abandonar el pueblo sin intenciones de volver, hasta vendieron la carretilla y regresaron montados en el caballo, Sasuke era un varón alto, pero Naruto era un ligero y delgado doncel, así que el caballo podía llevarlos a ambos sin problema.
No obstante, tardaron más tiempo del esperado debido al torpe galopar del caballo en los caminos congelados y la noche arreció incluso antes de que pudieran entrar al bosque, la temperatura bajó rápidamente y Sasuke empezó a preocuparse, Naruto no lo sabía, aunque Sasuke pensaba que sí, pero la casa señorial se hallaba fuera del área de influencia de la protección del pueblo, que son barreras que hay en todos los asentamientos y repelen a las bestias, en ese mundo, habían monstros de chakra, animales muy grandes y fuertes, sumamente peligrosos, de hecho, al vivir solo, Naruto sin querer se había protegido al esconderse antes de que cayera la noche.
Los rugidos de las bestias pronto se escucharon, atraídos por la gran cantidad de carne que Naruto llevaba en el equipaje, Naruto miraba a todas partes, buscando de donde provenían y quiso preguntar pero Sasuke acercó un dedo a sus labios para indicarle que guardara silencio, el caballo relinchó espantado y Sasuke decidió que era mucho mas prudente deshacerse de las amenazas puesto que podrían seguirlos a la casa, la luz de la lámpara de aceite que llevaban en la noche y habían comprado inicialmente para acampar era insuficiente en la oscuridad absoluta del bosque, pero para el duque Sasuke, con su sharingan, el bosque estaba tan claro como el día y podía ver el movimiento de lo que se acercaba a ellos mientras zigzagueaban por los árboles, bajó del caballo, dejando a Naruto sobre este, sostuvo su espada, aquella que había permanecido con el incluso al vagar como un moribundo, hace tiempo que no luchaba, y sinceramente sentía el cuerpo pesado y entumecido, se concentró y se puso en posición de combate.
Las bestias pronto se mostraron, eran como lobos, pero varias veces más grandes y con el pelaje de un rojo carmesí, gruñían en un tono bajo y habían cinco en total.
El duque se preparó mientras los cinco lobos carmesí avanzaban con ferocidad, sus gruñidos resonando en el bosque, con fría determinación y con movimientos certeros, propios de alguien habituado a la lucha y la matanza, alzó su espada y la hundió en el primer lobo, moviéndose tan rápido que parecía un espejismo, el filo cortó a través del pelaje rojo con un crujido seco, y el lobo se desplomó, partido en dos, un estallido de sangre salpicó el aire, tiñendo el suelo y la vegetación circundante con un rojo vibrante que contrastaba con la oscuridad del bosque, al instante Sasuke agitó la espada con tanta presteza y velocidad que del filo se desprendió gran parte de la sangre que había quedado en la hoja, sin perder el ritmo, Sasuke giró con agilidad y enfrentó al segundo lobo, su espada trazó un arco letal, dividiendo a la bestia en dos con un golpe limpio, la sangre brotó en un chorro amplio, empapando el suelo, el tercer lobo se lanzó hacia él, pero Sasuke, sin movimientos de más, lo cortó de un solo tajo, el acero atravesando la carne con facilidad y el flujo de sangre manando en un torrente que arrastró hojas y tierra a su alrededor, pronto el cuarto y el quito cayeron, muertos en lo que quedaba de la nieve, Sasuke sacudió la espada por ultima vez y limpió con un paño velozmente la hoja, el paño sucio de sangre lo tiró al suelo, subió al caballo y aceleró, con algo de suerte, la sangre de la matanza atraería a las bestias alejándolas de la casa señorial, por ello había, intencionalmente, matado a las bestias dejando tras de si semejante escena.
Al llegar a casa comieron algo ligero para dormir, al día siguiente tendrían que madrugar, Sasuke encendió la chimenea del ático mientras Naruto, en uno de los cuartos del segundo piso, se aseaba el cuerpo con agua caliente y un paño jabonoso, luego bajó Sasuke a asearse y mientras lo hacía, Naruto no podía dejar de pensar en lo que había visto, la sangre, el aura aterrador e imponente de Sasuke, el olor a muerte y los chillidos de la bestias, era algo tan fuerte y dramático.
El también quería hacer algo así, tan genial.
Cuando Sasuke volvió de asearse notó a Naruto con los ojos brillando de la emoción, aunque esperó en un inicio encontrarlo dormido con lo movido que había sido el día o aterrado por lo ocurrido en el bosque, el doncel se volvió particularmente más parlanchín esa noche, ambos se acostaron en la cama, sin pensarlo mucho, ya completamente acostumbrados a esa rutina que se había forjado desde aquella noche nevada y tormentosa, estando acurrucados en la cama, Sasuke atrajo a Naruto y lo abrazó, solo para que el doncel, expectante, hiciera pregunta tras pregunta sobre sus días de caballero, desde que edad había empezado a entrenar y muchos otros aspectos, Sasuke le contó un par de cosas sobre su experiencia de caballero, también le dijo que empezó a entrenar poco después de empezar a caminar y respondió a cada cosa con paciencia, hablaba con los ojos cerrados y Naruto lo escuchaba atentamente, llegado cierto punto, como acuerdo tácito, ambos decidieron que era hora de dormir y se durmieron.
Al día siguiente, incluso antes de que amaneciera, Naruto puso a preparar la carne, llevaba todo el invierno sin poder comer carne propiamente dicha más allá de la cecina, así que estaba de muy buen humor, por ello, mientras Sasuke preparaba al caballo, el equipaje y la casa entera para marcharse, Naruto solo se dedicó a cocinar variados platillos de carne principalmente, por su puesto, también revisó la despensa y empacó lo poco que quedaba, no habían comprado mucha comida, para mantener el equipaje ligero, y porque aún había cosas en la despensa que podían usar.
Comieron generosamente el desayuno, al ser la última comida que compartirían en esa casa Naruto se sentía un poco triste, había invertido mucho esfuerzo en esa casa después de todo, pues originalmente, planeaba vivir ahí el resto de sus días, Sasuke por su parte, no entendía como entraba tanta carne en el pequeño Naruto.
Limpiaron todo al terminar, Naruto empacó la carne asada para el almuerzo, cerraron bien la casa señorial y, con solo lo necesario encima, montaron en caballo por el camino del bosque con destino al este.