Los días transcurrían lentamente en la antigua casa señorial, la nieve cubría los alrededores con un manto blanco impoluto cada vez más grueso, como Naruto temía, efectivamente el bosque se volvió bastante intransitable por el grosor de la nieve, menos mal logró comprar suficientes suministros para dos personas, la situación es que esas compras mermaron grandemente sus ahorros, pero a medida pasaban los días y entendía mejor el temperamento de Sasuke, más lejana se hacia la idea de tener que abandonar la casa, por su parte, Sasuke se recuperaba a paso firme gracias a los cuidados incansables de Naruto, en pocos días, las mejillas hundidas recuperaron su tallada y elegante forma, el cuerpo decadente y la apariencia pálida de un moribundo se alejaron de él, los músculos ganaron masa nuevamente, en tiempo récord, Sasuke volvió a verse tan gallardo como más de una vez Naruto escuchó a Menma contar a otros que era.
Naruto pensaba que la vida era buena, pues el mismo no hablaba mucho y Sasuke parecía apreciar el silencio, agregado a eso, las ideas preconcebidas de Naruto fueron echadas abajo pues Sasuke, pese a ser un noble, no era un completo inútil, si bien habían cosas en las que era torpe, pues un noble no lavaba ropa o hacia ciertas tareas que solo estaban dadas a los mas bajos de los sirvientes, el varón estaba presto a aprender y a ayudar, aunque su habilidad en la cocina era nula, no era reacio a lavar ropa, barrer o sacudir, tampoco huía a los trabajos pesados, respecto a esto, Naruto aún seguía siendo un doncel, a nivel físico, los donceles y las mujeres eran bilógicamente menos fuertes que los varones, en ese sentido, para tareas como cortar la dura leña o hacer trabajos manuales pesados, Sasuke era de gran ayuda y a parte no se quejaba de la comida, pero aún existía una brecha emocional entre ellos, o mas bien, ni si quiera había ninguna conexión emocional, Naruto estaba bien con eso, jamás tuvo conexión emocional con nadie más que con Iruka, pero Sasuke si tenia cierta curiosidad sana de entender a Naruto más allá de saber los aspectos prácticos del día a día.
Por ello, una mañana, mientras Naruto le entregaba ropa nueva recién hecha a Sasuke, el Duque rompió el silencio.
—Dime algo sobre ti, Naruto —pidió con tono casual, pero detrás de sus palabras había una genuina curiosidad.
Naruto lo miró con sus grandes ojos azules, sin comprender del todo la petición repentina, así que Sasuke aclaró.
—Eres mi esposo, pero apenas sé nada de tu vida antes de esto —El pequeño doncel frunció el ceño, como si estuviera considerando si valía la pena compartir su pasado, realmente no era importante, y, para empezar, nunca nadie le preguntó algo así, finalmente, sopesó que no había ningún demerito así que respondió con su característica sequedad tratando de terminar rápido el asunto.
—No hay mucho que contar. Viví en la pobreza con mi padre doncel hasta que murió. Luego, el Vizconde Minato me recogió para usar mi sangre y mantener vivo a Menma.
Sasuke se estremeció ante las palabras crudas de Naruto, era evidente que había sufrido mucho a manos de la familia Namikaze pero el mismo no parecía entenderlo.
—Eso es... terrible —murmuró Sasuke, sin encontrar palabras más elocuentes, realmente no tenia experiencia en consolar a otros.
Naruto, callado, miró a Sasuke unos instantes, el mismo entendía que era una absoluta mierda sus circunstancias, así que comprendía a su propia manera la incomodidad en el duque, por ello, quiso restarle importancia.
—Es el pasado. No vale la pena hablar de ello — dijo Naruto después de un rato de consideración, y era cierto, no valía la pena, ahora estaba bien y vivía una vida tranquila con un compañero amable —ponte la ropa a ver si tengo que ajustar algo.
Sasuke frunció el ceño pero obedeció en silencio, con los días, se había dado cuenta que Naruto era una persona directa, en sociedad, nadie se atrevería a darle ordenes a un duque de esa manera, mucho menos ningún doncel, pero Naruto no parecía entender eso y a Sasuke no le molestaba, de hecho era practico, por otro lado, en este momento el duque estaba sintiendo que Naruto se hallaba cerrado emocionalmente, como Duque, estaba acostumbrado a que la gente hablara con respeto y apertura en su presencia, pero Naruto era diferente, al inicio no lo entendía, no era adivino, pero luego noto que la sequedad y falta de habilidades sociales resultaban comunes en Naruto, sabía que no lo hacía intencional, y solo con ese pequeño contexto que le acababa de dar entendía mas o menos el origen, también, conocía que lo mejor no era presionarlo, pero por el otro lado, la claridad era la mejor estrategia, una vez se puso la chaqueta, volvió a hablar.
—Naruto, sé que no hemos tenido la mejor de las situaciones para conocernos, no tienes que contarme todo de inmediato, pero si alguna vez quieres hablar, estaré aquí para escucharte, estaremos unidos por un tiempo al menos —dijo Sasuke siendo lo mas suave posible, pero con firmeza, observó que Naruto lo miró con recelo, como si no creyera en sus palabras, Sasuke comprendió que debía ganarse su confianza poco a poco, por su parte, Naruto asintió levemente, aunque Sasuke no pudo descifrar si realmente lo había comprendido, el doncel se puso de pie y recogió sus cosas sin decir una palabra más. por su puesto, Sasuke no tendría forma de saberlo, pero realmente Naruto no pensaba mucho en lo que acababa de decir, ni era reticente con nada, ni miraba con recelo, simplemente pensaba que hablar de su pasado era una perdida de tiempo porque las cosas, después de todo, ya estaban bien, su pasado no haría ninguna diferencia a las circunstancias actuales.
Los días siguieron pasando, y Sasuke continuó haciendo esfuerzos por acercarse a Naruto, a veces, intentaba iniciar conversaciones casuales, pero Naruto solía responder con monosílabos o frases cortas, como si le costara trabajo expresarse. No obstante, hubo momentos en los que Sasuke logró vislumbrar destellos de la verdadera personalidad de Naruto, ocasionalmente, el doncel haría un comentario inocente o una observación curiosa que revelaba su visión única del mundo, las preguntas llegaban de repente, como un vendaval y de las maneras más inesperadas.
—¿Por qué los nobles siempre usan tantos adornos y joyas? —preguntó Naruto un día mientras observaba a Sasuke cubriendo algunas brechas en las ventanas del segundo piso por donde el frio del invierno entraba. Sasuke parpadeó dejando su labor, sorprendido por la pregunta repentina, para empezar, era difícil de responder, pues la gente usa joyas para presumir, pero los principios detrás son cosa de sentido común y acuerdo tácito para cualquier persona.
—Es una forma de demostrar estatus y riqueza —explicó con paciencia después de un tiempo
Naruto frunció el ceño, como si no comprendiera del todo el concepto.
—Pero si tienes comida y un techo, ¿Qué más necesitas? —inquirió con sinceridad.
Sasuke se quedó momentáneamente sin palabras, sorprendido por la simplicidad de la perspectiva de Naruto, incluso para alguien que había vivido en la pobreza, los lujos y las apariencias eran algo con un valor real, todos desean riquezas y estatus, los que no las tenían las deseaban y los que habían probado el lujo y la riqueza siempre querían más, incluso Sasuke era ambicioso y deseaba muchas cosas, aunque a ojos de otros pareciera que el duque no necesitaba mas nada en la vida, sin embargo, no pudo negar la lógica de Naruto.
—¿has visto joyas alguna vez? — preguntó Sasuke.
—muchas, de Menma.
—seguro eran bonitas.
—sí, lo eran.
—y seguro a ti te hubiera gustado tener cosas así.
—sí, porque son bonitas.
—bueno, ahí está el secreto detrás del deseo de las personas, no solo los nobles, por la riqueza en general — cuando Sasuke terminó de decir aquello, Naruto miró al suelo unos instantes y luego asintió con entendimiento — pueden que no sean cosas necesarias, que se pueda vivir sin ellas, pero aun así, la satisfacción que da tenerlas es real, cómodo, sentirse diferente por poseerlas y presumirlas, eventualmente, pero sabes, una vez lo has tenido todo y lo has perdido, te das cuenta de que las cosas realmente importantes son las más sencillas —admitió Sasuke.
—sí, no necesitamos tener ciertas cosas, pero si es agradable tenerlas… — dijo Naruto, como si hubiera pensado en voz alta, Sasuke se quedó mirando al doncel esperando que preguntara algo más, pero Naruto volvió a su costura, a veces, el doncel iniciaba una conversación y luego dejaba de hablar, probablemente al igual que no sabía iniciar una charla correctamente tampoco sabía cómo terminarlas con naturalidad.
En esos momentos, Sasuke sentía que estaba viendo al verdadero Naruto, sin capas de desconfianza o indiferencia, era un ser puro e inocente, forjado por las dificultades de la vida, pero aún capaz de encontrar belleza en las cosas simples, poco a poco, Sasuke fue comprendiendo que la falta de habilidades sociales de Naruto no era un defecto, sino una consecuencia de su dura crianza, el doncel simplemente no estaba acostumbrado a expresarse con palabras, pero su corazón era genuino y lleno de emociones intensas. En un intento por conectar con Naruto en su propio terreno, Sasuke comenzó a compartir pequeños detalles de su propia vida, contándolos como si fueran historias sencillas en lugar de lecciones condescendientes.
—¿Sabías que de niño solía esconderme en los establos para evitar las clases de etiqueta? Por su puesto, muy rara vez lo hacía, se esperaba demasiado de mí y yo pretendía cumplir con todas las expectativas, sin embargo, creo que llegué a hacerlo un par de veces —relató Sasuke con una sonrisa nostálgica— no odiaba particularmente las clases de etiqueta, pero la marquesa era, sinceramente, bastante molesta.
Naruto lo escuchaba con atención, sus ojos brillando con destellos sutiles de interés ante los relatos de la infancia de Sasuke, a veces, asentía o hacía un gesto, demostrando que estaba siguiendo la historia, incluso, hacia preguntas incomodas.
Una tarde, mientras caminaban por los alrededores de la casa, Naruto se detuvo frente a un pequeño arroyo congelado, recordó que en el pasado, mientras él estaba encerrado, vio a los niños jugar con la nieve en los suburbios, recogió una cantidad razonable de nieve y la compactó en una bola del tamaño de su puño, primero se la lanzó a sí mismo, a su propio pecho, tanteando, pero no le vio lo divertido, se quedó meditando, viendo la nieve que restaba pegada a su pecho, Sasuke lo miraba en silencio, totalmente descolocado por sus acciones, como si estuviera viendo algo exótico, bajo su mirada, Naruto se volvió a agachar e hizo otra bola de nieve, la apretó en sus manos desnudas largo rato, sintiendo la quemazón de sostener la nieve, pero aún sin comprender lo divertido de jugar con ella, en un momento determinado, antes de que Sasuke pudiera reaccionar, Naruto le arrojó la bola de nieve directamente al pecho, Sasuke parpadeó, atónito, pero bueno, realmente pudo reaccionar por sus reflejos y esquivar pero voluntariamente dejo que ocurriera el “ataque”
— así si lo es —dijo Naruto con una sutil sonrisa, Sasuke no lo entendió pues Naruto no dijo el mensaje completo, pero Naruto se refería que así si era divertido jugar con la nieve, pues le pareció graciosa la cara que puso el compuesto Sasuke cuando le dio con la bola de nieve —pero lastima un poco en las manos — sentenció Naruto al final.
Al escuchar eso Sasuke sonrió ligeramente, se sacudió la nieve del pecho y se acercó a Naruto, al principio, en los primeros días de convivencia Naruto guardaba absolutamente su distancia, si Sasuke daba un paso adelante el doncel daba un paso atrás de forma automática, no por algo malo, lo hacia casi inconscientemente, era precavido por naturaleza, como un animalito salvaje, con el tiempo, incluso eso Sasuke fue solucionando con paciencia, primero, fue reduciendo la distancia día tras día, luego, empezó tocándolo sutilmente en intercambios cotidianos, como sosteniendo su mano cuando lo ayudaba a caminar en la densa nieve, al pasar los días, Naruto se hizo menos vigilante, llegados a este punto, Sasuke se podía acercar sin que Naruto reaccionara en lo más mínimo.
Entonces, el varón tomó entre las suyas las manos del doncel, que estaban enrojecidas por haberse quemado con la nieve, las apretó entre las de él, mucho más grandes, para que las frías y pequeñas manos recuperaran la temperatura de un ser vivo, solamente a este doncel se le ocurría jugar con la nieve así teniendo las manos desnudas, Naruto solo miró el actuar de Sasuke, agradeciendo el gesto, Sasuke siempre tenía una alta temperatura corporal, agradable en invierno, por lo que acercarse no le molestaba.
Al inicio Naruto guardaba su distancia, pues si bien él había concluido que de forma probable tendría que cumplir con sus deberes maritales tampoco quería hacerlo, eso de besar a prácticamente un desconocido, no le agradaba, era así porque realmente el no conocía todo lo que abarcaban los deberes maritales, creía que se trataba de solo besar, y el besar a otro, cuando lo vio de pequeño, le pareció algo asqueroso, por eso, cuando Sasuke se acercaba, inconscientemente retrocedía, con el tiempo, no vio en Sasuke ninguna intención de tener intimidad, pensó que probablemente el duque no quisiera relacionarse físicamente con un hijo ilegitimo, cosa que entendió, Minato odiaba la idea de que un hijo suyo hubiese nacido de un simple plebeyo, llegado a ese bastante errado entendimiento, Naruto bajó la guardia con los acercamientos de Sasuke, agradeciéndolos cuando llegaban porque, insistimos, Sasuke era calentito.
En ese momento de intimidad, Sasuke levantó la mirada y observó el rostro de Naruto, sus mejillas sonrojadas por el frío, una expresión estoica yacía en una bella cara enmarcada en cabello áureo, y sintió un palpito, distinto a todos los demás, sutil y fugaz, que no supo identificar.
Lentamente, Sasuke envolvió su brazo alrededor de los hombros de Naruto, acercándolo más a su cuerpo, Naruto lo miró con ojos interrogantes, pero no había miedo en su mirada, solo curiosidad, una vez se fundieron en un abrazo, Sasuke se sintió cómodo, era agradable, y Naruto agradeció que al menos ya no hacia tanto frio.