Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The summer of a fifteen [SARUMI]

HOMRA

Se limpio la frente y dejo las hojas, odiaba el pesado verano de la ciudad, toco el hombro de un compañero y se retiro, no necesitaba muchas palabras para que le entendiera, por lo menos este chico captaba su silencio.

En la calle miro molesto a la maquina averiada ¿Cuándo la arreglarían? Ya habia pasado una maldita semana.

Debía ir a dos calles de aquí por una lata decente, odiaba estas pausas, aunque era por el bien de su cabeza no le agradaba del todo, suspiro al ver que habían dos personas metiendo monedas, no quería esperar, iría a la otra.

En el cuartel solo había café y aunque era lo único que bebía allí debía de cambiar un poco ese habito, chasqueo la lengua molesto, no tenia tiempo, no debía de tenerlo, no cuando sabia que en casa lo esperaba aquella odiosa mujer, miro su mano y frunció el ceño aun más fuerte, este anillo era una pesada cadena que solo lo asfixiaba y le quitaba las oportunidades.

Su PDA sonó -¿Qué pasa?- breves palabras y corto, miro el cielo, hoy no tenia ganas de pelear con nadie, hacia tanto calor; en cuanto llego al callejón noto a varios de los Gangsters correr, malditos de HOMRA, siempre causando problemas en algún lado, tacleo a uno de esos idiotas y lo golpeo en dos ocasiones, este chico se veía joven, era un novato de prueba, maldijo al ver que lloraba, era un mocoso que no sabia donde se había metido, luego de atarlo siguió por el siguiente callejón, su territorio comenzaría por aquí cerca, no era un loco suicida pero si podía atrapar a algún otro la paz permanecería en las calles -paz- murmuro algo nostálgico -¿realmente habrá paz?- se pregunto, esquivo un golpe a traición, no le sorprendía de estos tipejos, agradecía sus buenos reflejos -mocoso- hablo molesto.

Con espada en mano y un ágil movimiento inmovilizo a dos más, esas heridas sanaran, no debían de llorar -¡Maldito azul!-

Así los apodaban por sus uniformes, no le extrañaba, ellos bautizaron a los Gangsters como Clan rojo, hacían correr sangre y tenían un alto manejo de ilegalidades que no le alcanzaría contar con los dedos, pero no asesinaban indiscriminadamente, habían códigos ante los inocentes civiles.

-¡¡¡Orraaaaaaa!!!- esquivo una abrupta bateada y mantuvo la postura -eres bueno- hablo prepotente.

Un Skater, es la primera vez que veía a alguien usándolo ¿era de HOMRA?

Adapto otra postura de ataque más se detuvo a cualquier movimiento que haría -¿Misaki?-

El mencionado levanto una ceja -no me llames por mi nombre imbécil- reclamo realmente molesto

Sus ojos se abrieron completamente asombrados, el chico lucia algo distinto pero definitivamente era quien conocía -Misaki- lo volvió a llamar -¿Qué haces aquí?- no recibia respuesta, aquel chico se llevo el bate tras su nuca y lo miro aburrido.

-¿Uh? Veo que hay un perro azul aquí- oyó detrás suyo, al voltearse se encontraba sin duda la prepotente presencia de Mikoto, Suoh Mikoto, el líder de este Clan de mierda, maldijo a lo bajo y cubrió al castaño -¡Misaki! ¡Quédate detrás mío! Esto es malo-

-¡Ah!- un castaño se asomo detrás del pelirrojo -pero si es Fushimi- saludo alegre -paso tiempo- era el miembro más débil y pacifista pero no podía subestimarlo realmente, no cuando era uno de los fundadores del grupo -¿Qué haces por aquí?- vio los miembros heridos en el suelo -que cruel- hablo.

Eran dos contra uno, aunque realmente Tatara no contaba, pero debía de proteger al mayor, debía de cubrir a Misaki -Fushimi Saruhiko- hablo Suoh -retírate ahora, por esta vez lo dejare pasar- encendió un cigarro -Totsuka, llama a Kusanagi-

-Ya esta en camino- hablo entusiasmado -debemos atender a los niños heridos-

-¿Crees que me retirare así sin más?- hablo el azul -esto no es un juego, estas yendo contra las leyes Mikoto-

Exhalo con fuerza al oír tremenda bobería -eres más molesto de lo que pareces- miro a ambos lados con pereza y se fregó el cuello.

Toco su hombro rápidamente -King, no hay necesidad de hacer eso- sonrió suavemente -es un niño también, Kusanagi-san te regañara si lo sabe-

-No deja de ser un azul, además tiene la mayoría de edad ¿no?-

Lo pensó -aun así, somos mayores que él, debemos dar un buen ejemplo- miro al azabache -¿por favor?-

Su mano tembló y luego de varios segundos se calmo -malditos criminales, solo son basura en esta sociedad, deberían de desaparecer- envaino para luego desenvainar -Fushimi listo para pelear-

-Los niños como tu no aprenden Saru- hablo el rubio recién llegado -Good Afternoon- y ahora aparecía otro fundador ¿Qué estaba pasando?

-¿Todo este movimiento solo por unos mocosos sin experiencia?- no era usual.

Totsuka se rio -son nuestros miembros,  Fushimi, por esta vez dile a Munakata-san que los perdone-

-¿Me tomas de imbécil?-

-No nos quedaremos aquí todo el día- hablo el rubio viendo como el azul no cedía y se mostraba más reacio -Yata-chan- y Fushimi jadeo, al voltearse vio al castaño moverse y dar pasos directo a los rojos.

-¡Misaki!- grito completamente alterado -¿Qué haces?-

El mayor se volteo a verlo, había tanta indiferencia en su rostro -¿Qué hago?-

-Yata- hablo el pelirrojo poniéndose a su lado y darle una palmada en su hombro -buen trabajo-

Su postura y expresión cambiaron -Gracias, Mikoto-san- hablo feliz

-¿Qué?- Saruhiko no podía creerlo.

Kusanagi y Totsuka recogieron a los dos muchachos en el suelo aprovechando el desconcierto de Saruhiko, se mantenía inmóvil, completamente en shock.

-Vamos- el trabajo estaba hecho

-¿Yata-chan?-

-¿Te sorprende verme?- hablo con odio al azul -no te culpo, pasaron cuatro años, bastante tiempo la verdad-

Recordó las risas de aquel verano, aquel calor tan agobiante, la laguna -¡Misaki! ¡¿Estas con estos tipos?!- pregunto realmente confundido, trato de encontrar una respuesta razonable pero nada le venia a la mente -¡Eso no es posible porque tu-!-

-El Misaki que conociste ya no existe- fue directo -ya no- comprendía su desconcierto, antes era realmente un niño bobo, sonrió apenas -nos vemos Saru, a partir de ahora somos enemigos-

No comprendía, era imposible que este sucediendo algo asi porque Yata Misaki y él prometieron… -entonces ¡¿Quién eres ahora?!-

Se detuvo y volteándose se inclino jalándose la camiseta, mostrando con aire orgulloso el tatuaje sobre su clavícula izquierda, en esos ojos ya no había el brillo ni la emoción que conoció antes -Yatagarasu, la Vanguardia de HOMRA, recuérdalo maldito bastardo-

Y aquel verano donde habían compartido tantas emociones y un calor asfixiante pero memorable, se convirtió en una bola de fuego que se estaba destruyendo poco a poco.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).