Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Anónimo por Aphrodita

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Hola gente, en esta ocasión les traigo un fic fumado. Si, así lo denomino yo: Fumado. Es algo raro, no sé que se me dio por hacerlo así, o bueno... Si sé, me inspire en dos cosas, que para no arruinar nada se las comentaré al final, aunque alguno puede adivinar al principio :P.

Va dedicado a una persona muy especial en este medio... ¡Aissh! Que vergüenza me da dedicarle algo a fanficker tan talentosa... Aquarius_No_Kari feliz cumpleaños... Y feliz "dos años como fanficker" Te juro que estoy temblando de la emoción al dedicarte algo, espero de todo corazón que este fic extraño te guste, aunque sea un poco. Yo disfruté haciéndolo aunque su resultado final no me haya dejado conforme.

Te deseo lo mejor en tu cumple, y en todos tu días porque se nota que eres una personita que se lo merece.

¿Preparados? Comenzamos.

Anónimo


Aphrodita

 


¿One Shot?...


Advertencia: Este relato es ficción, cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, deberías dejar de leer.


***


(...) Sabes que el destino está escrito, pero también comprendes que los caminos a elegir son infinitos.

Naciste en mala estrella, tal vez por eso te fue imposible desprenderte de esa de sucesión de acontecimientos que el hombre común no puede variar.

Presenciaste a corta edad la muerte de tu madre y consecuente suicidio de tu padre, quien no soportó saberse el asesino de la persona que amaba.

Quizás fue eso lo que en tu vida marcó un antes y un después, pero ¿Cómo hablar de un "antes" si por ese entonces ni escribir tu nombre sabías?

No lo recuerdas, pero yo... Que estoy escribiendo tu historia... si lo sé.

En tu mente sólo está la imagen de un hombre que no reconoces como cercano; no sabes diferenciar lo que es un recuerdo de lo que es una fantasía. Pero un dialogo, nítido, conciso, golpea a tu mente como la primera reminiscencia de tu infancia.

- Pues... Está en edad pero no hay lugar para él. -Aseveró un sujeto del que no rememoras siquiera su rostro.
- Por favor, no le pido nada a cambio. -Suplicó el otro señor que te sostenía por los hombros, su voz grave resonó en aquel recinto -Yo tengo seis hijos, no tenemos para comer... Danilo ya cumplió los siete años y no puedo enviarlo a la escuela.

Ante el ruego de ese varón, el otro silenció unos segundos, para asentir con un sutil movimiento de cabeza.

"Danilo"... Ese era tu nombre... Un nombre que siempre te fue ajeno, hasta cierto punto, pues deriva de Daniel, que significa Dios es mi juez; en la numerología está representado por el número cuatro, un dígito que para ti será muy simbólico.

No tuviste tiempo de pronunciarlo jamás, a temprana existencia te llamaban por otro nombre, pero no nos adelantemos a los hechos.

En japonés, el cuatro se pronuncia de dos maneras, tanto yon, su forma mas utilizada, como shi, que significa muerte.

Tu llegaste al lugar más deprimente y desolado que jamas pudiste presenciar, ocupaste casualmente la Cuarta Casa y tuviste por un mentor un hombre cruel, despiadado, sádico que te recordaba lejanamente a tu padre, quizás por su mirada.

Este hombre te fue guiando y enseñando, cosas que tu creías imposibles de lograr. Te hiciste dueño de un poder sobre humano, que te dio la capacidad para hacer justicia con tus puños.

Libre albedrío, es lo que poseen los humanos, y tu no fuiste privado de ello... Pero si fuiste dominado por las emociones humanas más primarias.

Lo siguiente que recuerdas, además del dolor, del olor a sangre, y del sufrimiento, es una mirada...

Una mirada distante, hasta se podría decir vacía y carente de brío, que insistente se posaba en ti cada vez que pasabas cerca de él...

Él, un muchacho un poco más joven que tu, de cabellos lacios y largos, poseedor de una belleza inusual, de una tersa piel de porcelana y de un aroma infantil que destilaba inocencia.

Y esa mirada, que para ti siempre representó un enigma, fue quizás lo que te arrastró a buscar "conocerlo" de una forma distinta.

Tu no tenias a nadie, con el tiempo tu "maestro", así le llamabas, también partió, y quedaste a cargo de un puesto que jamas te interesó.

Alguien posó su mirada en ti, y no... No era ese joven de extensa y sedosa cabellera, era alguien mayor que descubrió en ti tu principal flaqueza, tu debilidad, tu necesidad de afecto y contención.

¿Cómo lo supo? Astuto, como ningún otro, este joven mayor que ti por unos cinco años te hizo suyo, en toda la extensión de la palabra.

Fue tu amo y también tu verdugo... Pues el te ató a un hado del que buscabas inconscientemente escapar, te arrastró al borde del sadismo.

Y así comenzó todo...

¿Cuánta sangre corrió por petición de él?

¿Cuántas personas murieron por tus manos?

Seres humanos que poco a poco fueron adornando la pared de tu Templo, para contemplarte desde las sombras en las que tu mismo los sumiste y para torturarte con sus llantos y suplicas.

Locura... ¿Eso define tu estado?

Él te estaba usando, lo supiste desde un inicio a pesar de que eras apenas un adolescente, buscaste huir, escapar, encontrar refugio...

Y lo hallaste, en otros brazos... Sí, aquel joven que decía llamarse Acuario te acunó en sus brazos y secó con el revés de su mano las lagrimas que cada noche derramabas.

Pero nunca, jamas, le confesaste lo que te atormentaba... Aunque él te lo rogó incontables veces, no hubo caso.

Lentamente, fuiste convirtiéndote en un monstruo. No solo a los ojos de tus "compañeros", sino de ti mismo.

Las caras que adornaban tu mausoleo personal, fueron aumentando en cantidad... Un numero horroroso y demencial.

No pudiste eludir esa fatalidad, no pudiste deshacerte de ése destino ni de ese hombre que solo te daba ordenes y no devoción como tu esperaste durante todos esos años.

Te labraste una filosofía en la que jamas creíste, pero te aferraste a ella como naufrago al bote porque era lo único que tenias:

Death Mask te llamaban, el humano maligno.

Podías escuchar el llanto de los rostros de los muertos en todo tu Templo, voces llenas de locura que resonaban en el recinto, rodeado de gritos que aumentaban tu psicosis. Aunque osabas decir que esos alaridos para ti, eran alabanzas en tu honor.

Loco... Así te creyeron tus compañeros y te apartaron sin comprender la razón de tu trastorno, salvo por uno que jamas te soltó la mano, aun sabiendo que hasta inclusive rostros de niños adornaban tu guarida.

Tal vez porque Acuario supo ver en tus orbes la tristeza, la soledad y el delirio... Esto ultimo a causa de alguien que te utilizó para beneficio de sus planes.

Tu siempre supiste toda la verdad, aunque callaste por amor. No eras mas que un simple humano, encadenado y cautivo por ese sentimiento.

Eras el Dios de la muerte, o por lo menos eso quisiste ser para sublimar esos remordimientos desgarradores de culpa y pesar que te embargaban cada vez que veías al "Patriarca" a los ojos...

Porque sí, el Patriarca solo se quitaba su mascara en presencia tuya... No había nada que ocultarte a ti, si eras su marioneta, su fiel servidor, su esclavo predilecto junto a una Cabra que no tuvo la fuerza suficiente para subir a la cima de la "montaña" y escapar de sus garras.

Deambulabas frente a los ojos de los desgraciados que habías ejecutado con tus manos, y muchas veces, en tu interior, deseaste ser parte de ellos.

Cadáver... Eso anhelabas ser, un cadáver putrefacto y mal oliente, como en esencia era tu alma.

Todos los rostros, eran la prueba de tu fortaleza... Hombres, mujeres, viejos, niños... Toda ese gente inocente que murió porque no tuviste la voluntad de negarte a un pedido del Patriarca.

Por eso, luego de matar, huías a los brazos de Acuario... Porque él tenia la facultad de dormir los sentimientos, de no permitir que estos dominasen los sentidos; ambicionabas ser como él, aprender de él.

Un poco de frialdad, contradictorio, pero real... Porque tu debilidad residía justamente en que eras una persona muy cálida, eso te hizo débil, fácil, maniobrable.

Si quizás hubieses sido un poco yerto, no hubieses recorrido ese camino.

Asesinabas a quien fuese para lograr tus objetivos, y creías que esa era la fuente de tu fortaleza... Matabas gente para ser fuerte, para crear un Cosmo que no se deje afectar justamente por ningún tipo de afecto, creíste que solo así lograrías escapar de ese amor que te encadenaba y te arrastraba a la locura absoluta aniquilándote.

La moral, dejó de existir para ti, con el tiempo. (...)


***

(...) Mas tarde, moriste...

Sí, moriste a causa de esa imagen que te habías creado para ti mismo como escudo, lo creíste tanto, fue tan real que hasta tu armadura te abandonó, dejó de reconocerte como su legitimo dueño.

Tu Cosmo finalmente se impregnó de esa maldad que con ansias buscaste todo ese tiempo. Y pereciste, bajo una mano justiciera.

Y cuando te encontraste en el "Juicio" lo comprendiste todo.

Contemplaste todo con claridad y supiste quien eras en realidad, lo que habías hecho, lo que habías perdido, lo que habías sufrido.

Acuario... Acuario era lo único que quedaba en tu mente como un grato recuerdo; sus noches, enteras, dedicándote amor y contención, eso que buscaste en vano del falso Patriarca.

Pero su frialdad no te permitió ver esos cálidos sentimientos que dormían en ese joven que tantas veces poseíste, que tantas veces se dejó poseer... Como tu se lo consentiste al impostor, te permitió a ti que seas su amo y señor, que lo arrastrases al borde del sadismo... Y no te pidió nada a cambio.

Ya era tarde...

¿Lo era?

Reviviste, para poder enmendar tus errores, ¿Y porque negarlo? Para poder verlo una vez mas.

Quien fue tu salvador entre tanta ola de demencia que te sumió en una obscuridad absoluta.

Pero no pudiste cruzar mas que algunas palabras... La batalla que tenias frente a ti era primordial en ese momento.

Necesaria para ti, para demostrarte a ti mismo, mas que a los demás, que Danilo no había fallecido, y que Death Mask si lo había hecho, con cada noche que Acuario te dedicó, destruyendo poco a poco esa personalidad, ese personaje, esa caricatura que te habías hecho de ti mismo.

La contienda finalizó, mucho más rápido de lo que tu esperaste... No quisiste sucumbir bajo la hueste enemiga, buscaste hablar con él, decirle aunque fuese con gestos lo mucho que había hecho, pero no pudiste.

Y nadie revive dos veces...

¿Nadie?

Fuiste confinado, al igual que tus compañeros, a permanecer en una cárcel brumosa para obtener la misericordia de los Dioses, un perdón que nunca seria otorgado... Eternamente, de ser necesario.

Pudiste olerlo, hasta inclusive tocarlo en la penumbra; pero no pudiste sentirlo, menos observar su mirada gélida e indiferente.

No te bastó... No. Y alguien hizo un trato, el cual tu aceptaste, porque era tu ultima oportunidad.

Recién ahí comprendiste que el verdadero amor, a diferencia de los que muchos creen, puede ser frío y distante, como todo Acuario lo era... Tu refugio, tu penitencia.

Pero había un problema... Una adversidad dependiendo mucho de la perspectiva. Cuando ustedes "despertasen" lo realizarían en otro cuerpo, en otra era, con otros recuerdos, y hasta quizás en otro paraje.

Pero eso era lo de menos, tu única condición fue tiempo, además de poder estar con él.

- Desde ya... -Te respondieron -Los individuos están conectados entre sí, desde otras existencias.

Tal vez tendrías la oportunidad de conocerlo de nuevo, y de confesarle todas aquellas cosas que nunca le manifestaste por pusilánime quizás.

- Tiempo. -Fue tu único requisito.

Querías "recordar" esto, porque para ti había sido sumamente importante ¿De qué valía tenerlo de nuevo, en otra época, en otro período si no eras capaz de evocar todo lo que él había labrado por ti?

Y el plazo se te fue otorgado, para que tu tuvieses el tiempo suficiente para idear la forma de rememorar.

Obviamente, todos se te rieron en la cara, era estúpido, innecesario:

- Igual, no serás tu.

¿Y que importaba?

Todo era carente de sentido si no hacías algo por reconocer aquello a lo que te aferrabas.

Desde ya, hubo algunas reglas que no pudiste quebrar, pero eso se verá mas adelante, mi estimado lector. (...)


Fin del capitulo 3


El hombre aprovechó la pausa para desviar un segundo su mirada, recordando súbitamente que se encontraba en la sala, acaso ¿Había estado caminando por toda la casa?.

Aun más preocupante, la luz del pequeño velador estaba encendida, y por la ventana, el otoño frío había vuelto noche el día.

Tan enfrascado en la lectura no había notado estos detalles. Algo en su corazón le hizo sentirse ajeno al mundo supuestamente real.

Y no es que nunca le hubiese pasado aquello con un libro... Recordaba muy buenas obras que lo habían atrapado desde un inicio, pero ninguna como aquella tan particular.

Aun más particular había sido la forma en que lo hallo, o bueno, quizás no tanto... Era un libro mas, durmiendo entre otros libros usados a tan solo un dólar, lo que le había llamado la atención fue que en las primeras líneas de ese añejo tomo se mencionaba su nombre.

"Danilo"... Es un nombre común y corriente, le habían dicho ¿Qué tenia de extraño aquello? No era mas que un simple relato, en un simple libro.

Pero había algo, en esa historia, que lograba cortarle la respiración.

- Amor... ¿Aun no sacaste a Krull?... -Investigó una voz masculina, con cierto acento extraño, pues el francés se rehusaba a perder del todo su tonada. -Sigues con ese libro. -Reprochó.

El aludido levantó su mirada y vio a su despampanante pelirrojo con una mirada de decepción en su rostro, a su lado, el gran ovejero alemán con su lengua afuera ansioso por su paseo diario.

- Lo siento Camus... -Se disculpó el peligris quitándose los lentes -Es que este libro...
- ¿Otra vez?... -El pelirrojo caminó hacia él con el fin de darle la correa del perro.
- Es tan extraño.
- No es mas que un libro, Danilo... ¿Tanto porque el personaje principal lleva tu nombre?... Ten. -Le cedió la dichosa correa invitándolo a salir por la puerta de calle. -Además... "Death Mask" ¿Qué clase de sobre nombre es ese?. -Espetó finalmente con una mueca de incredulidad.

El peligris se puso de pie con el fin de buscar su abrigo, odiaba sacar el perro, pero Krull era suyo, así se lo había dicho cientos de veces su francés... Claro, cuando a este le convenía, que si no era de él.

- Pero, la historia... Acuario se parece tanto a ti en descripciones... -Argumentó algo ido, para luego preguntar con creciente efusividad --¿Lo leíste?... Al libro. -Lo tomó y lo señaló con entusiasmo.
- Si, lo he leído... No me parece mas que un libro extraño, además de viejo y roto...

Unas cuantas hojas libradas al azar, eso era todo el volumen.

- Un dólar mal invertido, ni siquiera tiene final. -Acotó Camus comenzando a perder la paciencia --¿Vas a sacar al perro? ¿U otra vez tendré yo que...?
- ¿Cómo que no está completo?... -Danilo abrió el libro con impaciencia, revisando las ultimas hojas, completamente en blanco -No... Como... Sí...
- Ya te lo dije... ¿Llegaste al capitulo 3? Allí termina... Deja el libro en paz, Danilo, estas empezando a asustarme.
- No... -El peligros siguió balbuceando incapaz de concebir tal posibilidad.

El arcaico compendio, con sus amarillentas hojas había llegado a su fin, pero ¿Por qué? ¿Qué había sido del capitulo 4? Nada indicó que al ejemplar le faltasen hojas finales, que hubiese sido preso de un vandalismo sin sentido... El autor simplemente había dejado de escribir ¡Aquello era ilógico!

El autor... Danilo revisó las primeras carillas, no había encabezamiento, epígrafe, ni creador; era demasiado pedir, ni siquiera tenia tapa el estropeado libro.

Y aunque buscó información en la librería donde casualmente había hallado esa enigmática obra, la empleada no supo decirle mucho.

Un simple libro, de autor anónimo, no más.

Pero es que a Danilo no le había llamado la atención simplemente ver su nombre en las primeras líneas, lo había seducido absolutamente todo, cada letra, cada palabra, cada frase, cada párrafo.

El destino... Es una historia sarcástica y siniestra... Un cuento con final abierto.


¿FIN?

 

 

Notas finales:

0.0 ¿Que tal? ¿Se entendió algo? ¿Quedó muy feo?. No me maten por final tan desastroso, no sirvo para los finales (Ni para nada sí vamos al caso xD)

Gracias por leer... Espero que les haya gustado, en especial a ti Kari.

Si para estas alturas no se dieron cuenta en que está inspirado este fic, es porque no vieron la película "El número 23" Véanla entonces.

En lo otro que me inspiré, es una pavada, pero debo marcarlo, el único dialogo al principio del relato de lo que vendría a ser el libro que Danilo / Death Mask está leyendo, es un afano descarado a un cuento de Baldomero Lillo "La compuerta numero 12" Pero solo el diálogo, nada más... Igual, me parece importante remarcar por mas insignificante que sea, la fuente :P.

Nos leemos por ahí.

De verdad ¿Les gusto o no?.

Porque a mi no jajajajaj! Dita jubílate.


Empezado: 15 de Mayo de 2007 - Argentina.
Finalizado: 17 de Mayo de 2007 - Argentina.
Publicado: 21 de Mayo de 2007 - Argentina.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).