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Sobre el alcohol, los besos y otros pecados por albachan

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Notas del capitulo:

Chicas, me la voy a pasar pidiendo disculpas pero es que otras multiples obligaciones me impidieron continuar el capitulo, además de que tengo otros fics que realizar...y no significa que este no me importa..todos me importan..Y este es muy relajado, es el más alucinante que hago, bueno es algo basado en mi vida, quiero decir tambien con un amigo nos gustabamos y estuvimos un tiempo siendo amigo con dercho a roce, claro que despues formalizamos y..bueno ese es otra historia...jejej

Las quiero mucho y le dedico este capitulo a las nueve  personas que me dejaron rewiews  ¡gracias a todas!!

Ah por si acaso en el otro habrá lemon y más gente se va a enterar...

 

  

Capitulo 2: ¡Ya lo sabe Mori-senpaiiiii...! 

Al día siguiente por la tarde...

Kyouya había llegado a la tercera sala de música, para adelantarse con las actividades del Club. Como siempre se encontraba frente a su inseparable laptop dando los retoques a las últimas decisiones tomadas el día anterior...

 

Inicio del flashback

El día anterior,  ya en la noche una vez llegó a su casa, saludó en su forma fría y sincrónica a su padre y hermanos mayores, y pidiendo permiso como era el protocolo, se dirigió hacia su alcoba muy parcamente, sin agregar más.

Una vez llegó a su alcoba, cerró la puerta, giró sobre su cuerpo y como si hubiese sobrevivido a un campo minado se apoyó en esta,  soltó el aire que durante el viaje y el ingreso a la mansión Ootori, había contenido.

  • - "Felizmente no se dieron cuenta" - pensó esa cabeza de 200 de IQ - "ahora a darme un baño..."- sin demora se metió a la ducha y en un dos por tres se dio una lavada a fondo, saliendo de esta, secándose con la misma velocidad y poniéndose su confortable atuendo para dormir.
  • - No doy más...¡me duele hasta el último hueso:..!- exclamó frotándose sus brazos y metiéndose en sus calidas cobijas.

Sin más se tapo como era su costumbre, hasta hundir su cabeza.  El vértigo que sintió fue intenso, tanto que olvidó o quiso olvidar lo que horas antes había sucedido. El sueño lo atrapó cayendo en los maravillosos brazos de Morfeo.

Sin embargo, durante la noche, "eso" que dejó de lado en su memoria, o quiso dejar de lado, pasó por su mente una y otra vez, aginándolo y moviéndolo de un lado a otro.

Los labios, el calor, el sudor, los gemidos...el alcohol...los besos y otros pecados que en sus sueños tomaron forma: él aplastando en un sofá a su querido amigo Tamaki, unidos por la boca...

-¡¡¡AAAGGGHHH!!

 

Despertose sudoroso, sobresaltado y gritando, tanto que su dulcísima y metiche hermana, entró a su cuarto corriendo preguntando qué era lo que le sucedía.

Afortunadamente, tuvo tiempo de cubrirse con las mantas, ocultando la parte del cuerpo que toda la noche había estado erecta y que justo antes de abrir sus ojos, había soltado todo su liquido manchando por todas partes.

  • - N-nada neesama...-respondió tratando de ser muy natural -tuve una...pesadilla..¡sí! ¡una pesadilla!! -termino. Fuyuma respiró con tranquilidad, y le apuró en cambiarse porque ese día era día de instituto.

Una vez la muchacha salió, Kyouya buscó sus anteojos en el bureau, colocándoselos y meditando sobre lo sucedido.

  • - "¿por qué diablos soñé eso...?" - pensó cogiendose el mentón con uno de sus brazos - ¿por qué soñ....? " - sus ojos se abrieron profundamente al relacionar su sueño con la vida real.

 

Fin del flashback..

 

¿Qué mierdas tecleaba?. ¡Quién sabe!, el hecho era que lo hacía, pero ¿por qué lo hacía?.  La respuesta era  simple: olvidar, olvidar y olvidar.  La idea de que hubiese besado a Tamaki, su amigo, otro chico no era muy de su agrado, a pesar de que cuando lo hiciese denotaba gran deleite.  Sus gafas estaban hundidas en el monitor de la laptop, mostrando únicamente el reflejo de la pantalla, sus dedos se movían ágiles sobre el teclado  era solo cuestión de ignorar el sueño, ignorar lo sucedido ayer, ignorar el...

  • - buenos días Kyouya

 

Kyouya casi se cae de la silla, cuando sintió el aliento de Tamaki cercano a su cabeza.  De repente dejó de teclear y el sudor colmó su frente, y un temblor empezó a dar inicio.  ¿Acaso el cielo no se apiadaba de su alma?

Tamaki se  retiró al sentir esa reacción inesperada de su amigo.  Él sí recordó, al poco tiempo que se fue Kyouya, lo que habían hecho y, contrario a lo que sucedió con el moreno, el rubio puso una carita de complacencia e ilusión, por lo excelentemente bien que se había sentido.

Incluso esa noche parecía haberse comido un loro, de lo mucho que hablaba con la anciana que fungía las veces de su nana y que, muy inocente ella, creía que el estado de ánimo se debía al nuevo gusto de su amo: una castaña llamada Haruhi Fujioka.

¡Cuan ilusa!, ya que ignoraba que esa alegría tenía otra razón, mucho más carnal y lujuriosa, que portaba gafas y laptop llamada Kyouya Ootori.

En realidad, a Tamaki siempre le gustó un poco su amiguito, pero al ser hombres era algo difícil de aceptar como gusto en sí.  El rubio lo vio como "cariño extremo" y eso es todo.  De no ser por ese alcohol bebido, esos besos nunca hubiesen aparecido y por ende...esos otros pecados que cruzaban su mente no se hubiesen presentado..

  • - Llegaste temprano al club...-preguntó muy inocente dirigiéndose hacia el hermoso sofá de terciopelo rojo
  • - Sí...tenía que realizar ...unos trabajos...
  • - Entiendo...-se encontraba demasiado calmado. Pero en realidad, Tamaki estaba muy emocionad. Al rubio le habían gustado esos besos, y sí eso había sucedido, ¿por qué no repetirlo? ¿Qué había algo malo?

Kyouya pretendió ignorar al rubio continuando con su incesante tecleado como si no hubiese sucedido nada..

  • - ¡aaaaahhhh! - un gran suspiro del rubio, hizo que desaparecer aunque sea un milimetro la calma de Kyouya, que vibró levemente ante ese suspiro que se parecía mucho al que hiciera el día de ayer...el día del ....
  • - Okasan....¿qué tenemos para el día de hoy? - preguntó jugando con una de las cintas de terciopelos que era el adorno de los finísimos cojines del sillón rojo
  • - ¿Acaso desconoces nuestra programación? - respondió con algo de burla, olvidándose por un momento de su situación..
  • - Un poco...no,..no me acuerdo...¿me la puedes decir? - dijo con inocencia.

Kyouya dejó de teclear se puso de pie, cogiendo su finísima libreta de apuntes y popular agenda...

  • - Bien...te diré qué tenemos para el día de hoy...
  • - ¿De verdad? ¡Gracias Okasan!- y llevado por su impulsividad corrió hacia el moreno para darle uno de esos abrazos que mas que eso parecía que quería quedar marcado en la piel del moreno.
  • - Ta-ma-ki.....-dijo algo intimidado por ese gesto apareciéndole una franja roja en las mejillas.
  • - Oh..lo siento. -terminó alejándose de su amigo.

Kyouya trataba de ignorar todo cuanto podía mientras más rápido acabara mejor, era solo cuestión de informarle a Tamaki lo del día y...

  • - ¿sabes algo Kyouya? - volvió a la carga el rubio mientras el otro estaba anotando algo en su carpeta - ¿recuerdas...lo de ayer...?

De forma casi imperceptible, solamente sentida por él mismo, Kyouya detuvo brevemente su anotación y su respiración...

  • - "dios mío ...lo de ayer.." -pensó, pero tratando de conservar la calma reanudó su escritura y se hizo el desconocedor del tema - ¿ayer?...¿a que te refieres? - ¡bingo!, estaba seguro que con esto el rubio, que de por sí es idiota, iba a detener su coche y por ende dejaría de hablar del tema.

Pero ¡qué equivocado estaba Kyouya!, Tamaki no iba caer en ese juego así que...

  • - ayer...en mi cuarto...¿no recuerdas?
  • - No...- dijo naturalmente continuando con su supuestas escritura -¿vas a dejar que te lea el programa del día de hoy? - terminó levantando la mirada y acomodándose los anteojos, claro que al segundo la volvió a su libro. No quería encarar ese rostro radiante y llamativo de su amigo.
  • - Sí...habla ..
  • - Bien, hoy día tenemos...
  • - No puedo creer que no te acuerdes...-Kyouya se quedó estático, al parecer nada iba a convencer a este rubio.
  • - Pues no me acuerdo...- insistió el moreno.
  • - ¿no te acuerdas Okasan?...
  • - No...
  • - Ay Okasan...¿no recuerdas que ayer en mi alcoba bebimos tanto tanto que terminamos.... besándonos en mi sofá? - el rubio la soltó de repente con una tranquilidad total. El moreno abrió la boca, sintió que perdía la cabeza y que un enorme ladrillo le caía encima.

Kyouya sabía que si denotaba ignorancia, Tamaki tendría motivo suficiente como para continuar con el tema, así que encontró una mejor salida: actuar con mucha naturalidad.

  • - ah ...eso...pensé que te referías a otra cosa...- Tamaki alzó una ceja, la situación no estaba para nada favorable, según esto a Kyouya le daba igual - bien ...como te estaba diciendo, para el día de hoy tenemos programada la ambientación del club como si fuésemos...
  • - entonces ...si recuerdas.. - le interrumpió con mucho descaro, tanto que Kyouya ya estaba empezando a mostrar gotitas de sudor en su frente.
  • - Si...¿me dejas continuar? - Tamaki no dijo ni hizo nada, a lo que el moreno tomó aire y prosiguió
  • - Te decía que lo ambientaremos como si fuésemos...
  • - ¿sabes algo Kyouya? - volvió a interrumpir el rubio con mirada angelical - tal vez no haya sido importante para tí...pero para mí...sí lo fue..

El moreno dejó de lado su cara de fastidio para prestar atención a lo dicho por el rubio.

  • - quiero decir...-continuo Tamaki - lo que sucedió ayer...el haber tomado todo ese vino hasta embriagarnos, habernos dado...ese beso...esos besos y haberme aplastado en el sofá...me gustó mucho...

Kyouya seguía con su mirada en la figura de Tamaki, no podía creer lo que oía, pero menos podía creer la reacción que sentía su cuerpo: se estaba emocionando con esa voz y con cada una de esas palabras...

  • - jejeje -río, bajando la mirada como si estuviese intimidado - creerás que estoy loco...pero... quisiera...repetirlo..

El reloj de Kyouya Ootori se detuvo y toda su vida paso por delante, fue tal el impacto que daba la impresión de ser un fantasma de lo blanco que estaba.  Tamaki camino hacia el moreno y con el gesto más dulce posible agregó.

  • - oh ...lo siento Okasan...sólo quería que lo supieras...entiendo si tu no quieres repetirlo...- y sin más bajo su mirada girándose sobre su cuerpo y alejándose de allí en dirección al sofá.
  • - "repetirlo..repetirlo...repetirlo::" - aparecían estas palabras en el cerebro de Kyouya. -"repetir..¡el beso!"
  • - ¡espera! - gritó sin pensar, haciendo que el rubio se detuviera.
  • - ¿qué ocurre Okasan?
  • - Yo...yo...- no podía continuar sentía un nudo en la garganta.
  • - Tu...tú ... ¿qué?...- girose el rubio para encarar a Kyouya
  • - Yo... yo...¡también quiero repetirlo! -terminó respirando agitadamente.

Ambos se miraron, Tamaki con una sonrisa en sus labios y Kyouya con su rostro encendido ..

  • - Debo estar loco ...pero... quiero más - continuo el moreno...
  • - Pues...entonces debemos ser dos locos...porque yo también... quiero más...

Y exactamente igual como sucedió el día anterior, Kyouya tiró su carpeta y ambos cuerpos corrieron hasta encontrarse, estrecharse entre sus brazos y fundirse en el tan ansiado beso.  Un beso lleno de pasión y saliva, sus bocas abiertas para, sin demora, poner en contacto sus lenguas.

Kyouya tomó por la cintura a Tamaki y llevado por el impulso, lo empujo hasta una de las columnas de mármol fino en donde lo apoyo para presionar raudamente su cuerpo.  Tal y como lo hiciera en el sofá del rubio la tarde anterior.

Los labios de Tamaki se movían con maestría mientras que los de Kyouya seguían su ritmo, daba la impresión de querer comerse el uno hacia el otro.  No conforme con eso, las manos de ambos empezaron el recorrido de sus cuerpos con desesperación, y a estas caricias, prosiguieron los gemiditos. 

De igual forma los besos fueron de todas las formas y lenguetazos.  Tamaki apoyó parte de sus glúteos en uno de los filos de la base de la columna y para aumentar la fricción de sus cuerpos, abrazó con una de sus piernas  las piernas de Kyouya apretándose más uno al otro.  Kyouya estrujaba cada rincón por encima de la ropa del rubio moviéndola de su lugar y buscando dejar huellas en ese frágil y delicado cuerpo mitad francés mitad japonés.

Parecían dos leones mordiéndose la boca y la piel, incesantes, inclementes, insaciables e ignorantes de todo a su alrededor...

Tan ignorantes estaban que no se dieron cuenta de que alguien más estaba mirándolos por el filo de la puerta con ojos y boca abierta y cara sonrosada.

Mori-senpai había llegado primero, adelantándose a su querido Mitsukuni, haciendo gala de su apatía característica se acercó al aula de música y de manera silenciosa, no intencionada claro está, abrió la puerta y justo cuando estaba por meter el cuerpo se topo con esa imagen tan...tan exótica: Tamaki Suoh era comprimido por el cuerpo de Kyouya Ootori, ambos besándose con ansia loca, friccionándose uno contra el otro y haciendo ruiditos propios del placer, teniendo como colchón vertical una sólida columna.

Se quedó quieto, buscando recuperar el aire, y una vez alcanzado esto, cerró la puerta y sin hacer ruido se retiró, no sin antes pensar...

  • - "..Mitsukuni...debo detenerlo antes que suba...sino va a ver a Tamaki y Kyouya en..." -se detuvo dándose cuenta de que sentía un ligero calor al recordar lo visto en ese salón, sin más se alejó presuroso para impedir a su encantador amigo que entre al salón.

Mientras adentro, las ropas de ambos estaban fuera de su lugar ya las manos estaban recorriéndose sus espaldas y pechos.  Eran mucho más intensos esos gemidos y la búsqueda de mayor roce, era suprema.  Tamaki prácticamente era cargado por Kyouya que haciendo gala de no sé que fuerza, sostenía al rubio con sus muslos y caderas ayudado por el borde de la base de la columna.  El brazo derecho de Tamaki acariciaba el cabello y cuello de Kyouya y su pierna derecha rodeaba la cintura del moreno.  Kyouya ya usaba los dientes y por la excitación dio un mordisco en uno de los labios del rubio.

  • - ¡¡¡aaaaayyyy!! - dijo soltándose de la boca de Kyouya
  • - ¿te...dolió? - preguntó con una sonrisa de medio lado y respirando velozmente.
  • - ¡qué pregunta...!..¡¡claro que me dolió...!! - se quejó el otro frotándose con la lengua, el borde de sus labios rojos por esos besos.
  • - Entonces...lo dejamos allí...- hizo el intento de separarse cuando sintió aprisionamiento de los brazos y pierna del rubio.
  • - ¿estás loco?....¡quiero más...! - y agarrando la cabeza de Kyouya por los pelos volvió a la carga besándolo con lujuria desenfrenada.

Y nuevamente se inicio todo, pero esta vez acompañado de más movimiento de ambas caderas que buscaban hacerse más contacto.  De pronto, la mano libre de Tamaki bajo hacia la parte baja de Kyouya y metiéndola de forma traviesa apretó el pene del moreno.

- ¡¡¡mmmmmm!!- gimió el de anteojos, soltando   los labios del rubio - ¡no hagas eso...! - termino con éxtasis y mordiéndose el labio inferior.

- ¡¡mmm!  ¿por qué? - preguntó con una mueca inocentemente sexy - si esta..suavecito..-concluyo cerca del oído de Kyouya estremeciéndolo.

Por supuesto que Ootori no se iba a dejar ganar así que contraatacó y con mirada depravada del rey de las sombras dijo...

  • - ¡si es así...! yo también tengo derecho...- y en un solo movimiento haciendo gala de mucha acrobacia, metió una de sus manos dentro del pantalón de Tamaki para iniciar la frotación de su pene.
  • - - ¡¡¡aaaahhhhhh! - el rubio si pegó un gritito de puro placer, llevando su cabeza hacia atrás y golpeándose levemente. - ¡mmmmmm!!!
  • - ¡¡ves como mmm me sé... vengar!!
  • - ¡sigue..bésame aaaaahhh!!

Diciendo esto, pegaron nuevamente sus bocas, aumentando más su fricción, al tiempo que se masturbaban.  Era una imagen de ensueño, ver a Kyouya y Tamaki masturbándose uno al otro mientras se besaban con excitación extrema y se comprimían el uno al otro, como si estuvieron unidos por pegamento.

Mientras tanto un inocente y pequeño muchacho de diecisiete años  llegaba al pasadizo de la sala de música, le faltaba 10 metros para abrir la puerta, iba abrazando a Usa-chan y preguntándose de lo más tierno donde se encontraría su inseparable Takashi...

Todo se veía en cámara lenta, Honey-senpai puso su mano redonda en la manija de la puerta, y la comenzó a bajar y a punto de abrirla...

  • - ¡MITSUKUNI! - el gritó de Mori-senpai lo detuvo de su intento.

De igual forma dos jóvenes delgados escucharon ese grito, separándose abruptamente...

  • - honey-sempai -dijo Tamaki con su pecho acelerado
  • - Mori-senpai. - agregó Kyouya en la misma situación.

Y de un solo empujón, Tamaki se liberó de Kyouya haciendo que este casi cayera, y el mismo impactara sus pies en el suelo.

- ¡Mitsukuni, espera! - la voz afuera de Mori-senpai.

- ¿qué quieres Takashi? - preguntó dulcemente  Honey-senpai.

En cambio adentro, hablando muy bajito, pero rápido y desesperadamente...

  • - ¡dios mio Kyouya...honey senpai...mori senpai! -decía acomodándose su camisa y pantalón
  • - ¡sí ya sé..ya sé!- contestaba haciendo lo mismo...
  • - ¡apúrate Kyouya! ¡¡tu pantalón!!...
  • - ¡carajo!
  • - ¡siéntate..siéntate..!!! ¡¡rápido! .¡tu laptop!

Kyouya se sentó echo un bólido, terminando de arreglarse lo último. Tamaki por su parte como un loco, enderezaba su saco celeste cielo y abotonaba la parte superior de su camisa movidos por tanta fricción...

  • - ¡me voy al baño..! ¡¡actúa naturalmente!
  • - ¡si..!- y haciéndose el que escribía como acelerado se concentró en la laptop.

El rubio corrió hacia su destino, pero en el camino se chocó con algo, lo miró nervioso, lo cogió y de repente regresó sobre sus pasos, se sentó con violencia sobre el moreno haciéndole quejarse para plantarle un beso y darle el objeto..

  • - te olvidaste tu libreta...¡arréglate el cabello! - volvió a darle otro beso fogoso, y justo cuando iba a retomar su huida el moreno lo atrapo y...
  • - espera...¿lo seguiremos luego?

Tamaki sonrío y le respondió..

  • - sí...luego....- respondio con sentimiento y nuevamente el beso de fuego del rubio a Kyouya Sin más se levantó velozmente, corriendo hacia el baño y cerrando la puerta abruptamente.

 

Kyouya se acomodó el pelo lo mejor que pudo y fingiendo una pose de lo más natural prosiguió con su tecleo.

En ese momento ingresaron los dos jóvenes, uno con algarabía y otro con seriedad, o mejor dicho uno ignorante de lo que había sucedido allí y el otro conocedor de qué esto traería problemas.

Tienes razón Mori-senpai...nuestros amigos han empezado y este mismo día y el siguiente y el siguiente y el siguiente, se dejarán envolver por los pecados que conlleva la lujuria y el sexo....

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado...cuidense leeré sus rewiews

Cariños

Alba-chan


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