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Falsas Apariencias por Hitomi_Hatsue

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Notas del fanfic:

Marcus Dansenil, Sam y Josh Berstein no son de mi propiedad, sino de Juli-san.

Los demás personajes son míos. 

Notas del capitulo:

.....

 qué hacer cuando el hermano de tu novia provoca que tus hormonas se descontrolen???

..... 

* * *

 

 

 

Suena el despertador,

genial,

las 6:30 de la mañana,

a levantarse se ha dicho,

 

a ducharse

 

ordenar la cama

 

bajar a desayunar

 

lavar la losa que ha quedado de ayer en la noche luego de mi cena con Sam.

 

un último vistazo en el espejo para contemplarme; mis ojos color miel, mi cabello castaño cayendo alborotado sobre mis hombros.

 

me amarro el cabello en una coleta

 

me pongo la chaqueta

 

y me dirijo a mi Bugatti.

 

Hecho a andar el motor y me encamino al trabajo.

 

Sintonizo la radio buscando algo que me guste y me detengo al escuchar la voz de Eroz Ramazzotti.

 

El camino transcurre normal,

 

las típicas miradas de asombro y admiración al ver un auto exclusivo transitando por las calles de Nueva York. Una que otra mirada coqueta al detenerme en un semáforo, seguidas por risitas al ver como les devuelvo el saludo con una sonrisa.

 

Me detengo frente al edificio GE,

 

bajo del auto y le paso las llaves a James, mi hombre de confianza, para que lo estacione en un lugar seguro.

 

Miro mi reloj y veo que ya son las 8:30 de la mañana.

 

Me encamino a las oficinas de la NBC, saludando a toda la gente a mi paso.

 

-         Madrugando Señor Dansenil. – me sonríe coqueta Elliza, mi asistente, que viene saliendo en este preciso instante del estudio de grabación.

-         Kavner me  pidió que llegara temprano, dice que quiere terminar de grabar lo antes posible.

-         El Señor Kavner está furioso y adentro están todos con los nervios de punta. Hasta a la Señorita Braund, que es tan alegre, parece habérsele pegado el mal humor.

-         No te preocupes, ya se les pasará. Estamos atrasados con la grabación del nuevo programa y eso está matando a Kavner.

-         Y de paso a todos los que trabajan para él. Yo no vuelvo a entrar ahí.

-         Elliza querida, cancela todas mis citas para hoy.

-         ¿Hasta la del almuerzo con la familia Berstein?

-         No, menos esa.

-         Como diga. ¿Algo más Señor Dansenil?

-         Nada más por ahora.

-         Entonces me voy – me dirige una sonrisa y volteando los ojos hacia la puerta agrega – suerte allá dentro.

 

La veo marcharse a paso rápido, con ese insinuante movimiento de caderas. Es que si no estuviese comprometido…

 

Empujo la puerta lentamente, respiro un poco y entro decidido.

 

Cuando al loco de Mike Kavner, nuestro director, le entran sus ataques de furia no hay quien lo pare.

 

-         Buenos días Kavner. Me han contado que hoy no amaneciste con buen pie.

 

Mike deja de gritar por un momento para dirigirse hacia mí.

 

-         Al fin has llegado. – me dice con un humor que dan ganas de dar media vuelta y salir por donde entré.

-         Y no sabes cómo lo lamento. – bromeo.

-         No es hora de bromitas Marcus. Llevamos 3 días de retraso y ese maldito programa debería haber salido al aire ya.

-         Está bien está bien, pero con enojarse no arreglaremos nada.- le dijo dándole unas palmaditas en el hombro. – Muy bien todos – grito para que me escuchen – a llegado el salvador de todos ustedes. – y girándome nuevamente hacia Kavner concluyo. – será mejor que vayas a tomarte un café y a relajarte un poco. Vuelve dentro de 4 horas y te aseguro que verás maravillas.

 

Sin darle tiempo a replicar lo hecho fuera de la habitación al tiempo que le guiño un ojo y le digo “confía en mí”.

 

Vuelvo al estudio y veo como las expresiones de todos han pasado a ser de alivio. Ese viejo de Marcus un día de estos va a terminar volviendo locos a todos. Nos quedaremos sin panelistas y ahí sí que tendrá motivos para estresarse.

 

-         Muy bien chicos, aquí está su queridísimo anfitrión. Empecemos a grabar.

 

Y así transcurren las 4 horas,

 

llega Kavner y se va satisfecho con los resultados, sin antes advertir que de ahora en adelante el programa será lanzado al aire. Eso quiere decir que tendré que acostumbrarme a levantarme temprano.

 

 

 

 

12:00 de la tarde y me dirijo a casa de Sam para el almuerzo familiar.

 

Pero éste no es un simple almuerzo en familia. La verdad es que debo conocer a su hermano pequeño para que me de el “visto bueno”.

 

Sam le ha hablado mucho de mí y luego de 5 años de noviazgo el único integrante de la familia Berstein que no conozco es él.

 

Por lo poco y nada que sé de él puedo darme cuenta  que es un chico maduro, responsable y emprendedor, tiene 21 años y estudia derecho en la prestigiosa Universidad de Harvard. Hoy llegará de Ámsterdam, pues se fue de viaje hace unos días.

 

La verdad es que muchas veces hemos querido encontrarnos, pero por algún motivo la cita siempre se posterga. Espero que hoy no sea el caso.

 

No me he dado cuenta en qué momento he llegado a la casa de Sam, pero la verdad es que estoy muy nervioso.

 

5 años de noviazgo con ella, en verdad la quiero mucho, es una muchacha simpática, inteligente y alegre. Tiene 26 años al igual que yo. Es hermosa, de ojos verdes y un hermoso cabello negro que le llega a la cintura. Trabaja como contadora para la empresa de su padre y es muy profesional.

 

Golpeo la puerta impaciente y aguardo con una de mis mejores sonrisas.

 

La verdad es que tengo la llave pero quiero causar una buena impresión. Tampoco es que me haga falta esforzarme mucho en ello, pero por si las dudas.

 

-         Buenas tardes, Marcus querido. -  me recibe la señora Berstein con un beso en la mejilla. – pasa, pasa. Josh ya está adentro.

 

¿Josh? supongo que ese será el hermano. Será mejor que entre.

 

-         Buenas tardes señor y señora Berstein. – les digo una vez dentro, esbozando una cálida sonrisa.

-         Hola cariño – saludo a Sam con un tierno beso en sus labios. Por lo general nuestros saludos tienden a durar más, pero una sonora tos, signo de que mi actitud le molestó, nos interrumpe en medio del saludo.

-         Buenas tardes señor Dansenil. Es un gusto conocerlo al fin. – me dice mientras estrecha mi mano fuertemente y de la forma más educada posible.

 

No sé si es mi idea o este tipo pretende arrancarme el brazo.

 

Sus penetrantes ojos verdes me miran y un desagradable escalofrío recorre mi espalda. Tengo un mal presentimiento.

 

-         El gusto es mío. Tenía muchas ganas de ver al hermano pequeño de Sam.

-         Y yo al novio. – me suelta la mano al fin y yo doy gracias al cielo pues ya veía que me zafaba el brazo.

 

Nos dirigimos todos al comedor, sentándonos a la mesa mientras la señora Berstein nos servía.

 

-         Y cuénteme señor Dansenil. ¿En qué trabaja? – me pregunta el queridísimo Josh.

-         Soy modelo, en este momento trabajo en un programa de discusión que saldrá al aire mañana. He hecho varios anuncios publicitarios y ese tipo de cosas.

-         O sea que es usted lo que llaman “hombres con mucho cuerpo y poca cabeza” – rió amigablemente, acompañado por los demás y uno que otro comentario del tipo “qué bromista es mi Josh”.

-         La verdad no. Estudié contabilidad, como su hermana, pero me aburrió.

-         ¿La cabeza no le dio señor Dansenil? – nuevamente mofándose. Y yo no sé por qué nadie dice nada, sólo ríen y aplauden al ocurrente Joshito.

-         Marcus se graduó con honores, no he llegado a entender por qué no le gusta.- en momentos como éste es cuando me alegro de tener a Sam como novia. Por eso la amo, siempre defendiéndome. Bueno, la verdad no la amo, pero eso ya es otra historia. Aunque debería amarla tras 5 años juntos, pues no vamos a casar y hay que estar seguro, entregado y esas cosas.

 

Genial, y ahora me vienen las dudas.

 

Sí la amo y asunto arreglado.

 

Esto nunca pasó.

 

Nunca me he cuestionado nada.

 

Borrando…

 

Borrando…

 

Borrado.

 

La amo y punto.

 

-         Ya veo, entonces prefirió ser modelo. ¿Y qué hace un modelo trabajando en un programa de debate?

-         Soy el conductor.

-         Ya veo, o sea que prefirió mostrar su cuerpo antes que su capacidad mental.

 

Por un extraño motivo siento que me está atacando y nadie parece darse cuenta más que yo.

 

-         También estudié periodismo y literatura. El periodismo lo he ejercido. Y respecto a su comentario anterior pues no, no prefiero mostrar mi cuerpo, es una simple cuestión de gustos. Además en este nuevo programa se verá muy bien mi capacidad mental. – bien, admito que esto me ha salido un poco brusco.

-         Lo siento, no fue mi intención ofenderlo.

 

Perfecto, y ahora él es la víctima.

 

Y todos me miran feo.

 

Y Sam tiene cara de que me retará cuando estemos a solas.

 

 

 

 

2:00 de la tarde, y en efecto, Sam en este momento está criticando mi actitud con su hermano.

 

-         Pero si me estaba atacando. Tú misma lo escuchaste.

-         Marcus, cariño, lo malinterpretas. Josh es un excelente chico.

-         Permiso. – y ahora, lo que me faltaba. – siento interrumpir, pero no quiero que discutan por mi culpa. Hacen tan bonita pareja.

 

¡¿Que no quiere que discutamos por su culpa?!

 

pues a mí me ha parecido todo lo contrario.

 

-         Sí, tienes razón. No discutiremos más. ¿Verdad cariño? – su penetrante mirada no presagia nada bueno – porque en este instante te disculparás con Josh por tratarlo de esa forma.

 

¿Disculparme con el mocoso?

 

Está bien, su ceño fruncido me indica que está furiosa. Y su enojo suele ser como el de Kavner. Mejor y no me arriesgo.

 

-         Disculpa, Sam tiene razón, no debí tratarte así. – una fugaz sonrisa cruza por sus rasgos. ¿Se estará burlando de mí?

-         Veo que eres un perfecto perrito faldero con mi hermana. – Sí que se está burlando.

 

¡Sam! dile algo que luego te enojas conmigo.

 

-         Muy bien hermanita, alguien que hace todo lo que dices sin rechistar. ¿Cómo lo has conseguido?

 

Si serás hijo de…

 

Y ahora Sam se ríe.

 

Pero qué es lo que pasa aquí.

 

-         Marcus ahora debe irse a trabajar. ¿podrías pasar a dejar a Josh a la casa de un amigo?

 

¿Me hablas a mí?

 

-         Marcus, ¿me estás escuchando?

-         Claro cielo – y cómo desearía que no fuera así – lo llevaré encantado.

-         Muy bien, gracias cariño – me da un fugaz beso en la boca y sale del cuarto diciendo algo de su madre y que la esperemos aquí.

 

¿Un fugaz beso?

 

¿Desde cuándo es tan poco cariñosa?

 

Claro, desde que su querido hermano está aquí.

 

¿Y ahora por qué el maldito mocoso se está acercando de esa forma a mí?

 

-         Buen partido el que se vino a elegir mi hermanita. Ya quisiera yo uno igual – su rostro está a pocos centímetros del mío. Siento que mis mejillas arden como nunca. Es que ni siquiera Sam me hace sonrojarme de esta forma. Su aliento choca con el mío y ya empiezo a sentir un suave hormigueo en mi estómago, y lo peor es que no sólo en mi estómago.

 

¡¿Por qué demonios me excita su cercanía?!

 

¡Qué es hombre maldita sea!

 

¡Y el hermano de mi novia!

 

-         Me pregunto a qué sabrán tus labios – veo como pasa sensualmente su lengua por la comisura de su boca al tiempo que se aleja de mí y se sienta en el sillón.

 

Estoy estático, debo verme realmente gracioso, pero parece que el pequeño Josh está perdido en sus propios pensamientos y ya se le han quitado las ganas de jugar conmigo.

 

Ni siquiera puedo reaccionar para pedirle una explicación.

 

¿Desde cuándo pasó a resultarme excesivamente desagradable a resultarme excesivamente sexy y desagradable?

 

Lo peor es que es un lobo con piel de cordero y nadie parece darse cuenta.

 

Lo peor es que me agrada.

 

Lo peor es que es hombre.

 

¡Lo peor es que es el hermano de mi novia!

Y vuelta a lo mismo,

 

hermano de mi novia

 

hermano de mi novia.

 

-         ¿Es qué no piensas pedirme ninguna explicación? –

 

¿Qué, cómo, cuándo?

 

Claro que quiero pedirte una explicación, pero no es mi culpa que aún esté tan nervioso que ni la voz quiera salirme.

 

Y respecto a lo que pienso, será mejor que ni te enteres.

 

-         A mocosos como tú no les presto la menor atención. – qué más quisiera yo.

-         ¿No? – nuevamente se acerca a mí.

 

Me ha pillado desprevenido y de un aventón me ha tirado contra la pared.

 

Sus labios están cerca, rozando los míos. 

 

Dios, cómo quiero probar esa boca.

 

-         Si lo que pretendes es separarme de tu hermana te digo desde ya que vas por un muy mal camino. – lo alejo de mí con un fuerte movimiento.

-         Qué lástima, tendré que pensar en otro medio. – nuevamente se acerca a mí.

 

Demonios, ¿cuándo vas a dejar de hacer eso?

 

-         Aunque creía que estaba dando resultados.

 

Un ruido proveniente de detrás de la puerta hace que se separe de mí en un segundo y vuelva a sentarse en su cómodo sillón.

 

-         Todo listo. Los voy a dejar al auto. – sonríe Sam apareciendo en la habitación.

 

Y ahora tendré que aguantarlo todo el camino.

 

-         Me gustaría acompañarlos pero debo arreglar unas cuantas cosas.

-         No te preocupes cielo, entiendo. – me acerco a darle un beso, para que ese maldito mocoso entienda que su hermana y yo nos queremos. Pero lo mejor que puedo obtener como respuesta por parte de mi novia es otro como los de minutos antes. Simple, cordial y para nada cariñoso. Acompañado de una reprobatoria mirada indicándome que está su hermano presente.

 

¿Es que ni darle un beso a mi novia de 5 años podré ahora?

 

Suspiro resignado y nos encaminamos al auto.

 

-         La casa de Max queda a 25 minutos de aquí. No será mucho tiempo el que tendrás que aguantarme. – comenta apenado Josh – perdón por las molestias.

 

¿Perdón por las molestias?

 

¿Es que acaso tiene doble personalidad y yo no me había enterado?

 

¿De dónde salió este Josh?

 

¿Me estaré volviendo loco?

 

-         No es ninguna molestia, ¿verdad Marcus? – responde mi novia. Yo sólo asiento con la cabeza.

-         Muchas gracias.

 

¿Pero qué demonios?

 

Veo como Sam lo abraza y le da un sonoro beso en la mejilla, mientras suelta algunas frases como “qué educado mi hermano” y cosas por el estilo.

 

Es que a mí ni un buen beso en la mejilla me ha dado desde que llegara este mocoso mal nacido.

 

Y ahora que caigo en la cuenta,

¿25 minutos?

¿a dicho 25 minutos?

¿es que está mal de la cabeza?

¿25 minutos aguantándolo?

 

Definitivamente serán unos 25 minutos muy largos.

 

Sólo espero controlarme.

 

Que son 5 años de noviazgo que no quisiera echar a la borda por culpa de un hermano celoso, caprichoso y terriblemente sexy.

Notas finales:

aqui el fic

 

n_n

 

espero k a juli-san le agrade,

 

aun no se si tendra lemon...me gustaria que juli-san me dijiera si le gustaria o no.

 

k os halla gustado!!

 

SayOoO 


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