¿Por qué..? ¿por qué me dejaste? ¿por qué si eras lo que más amaba en la tierra? ¿no te amé lo suficiente? ¿no supe hacerte feliz?...
Para kakashi era una verdadera tortura hacerse esa pregunta, lo había dado todo, todo por el joven jouunin, y a pesar de todo se hayaba solo, perdido...aislado de su vida, mente y corazón, por que todo aquello que una vez creyó tener ya no existía, solo el leve recuerdo de sus noches de pasión, de arduas caricias, besos apasionados y un sin fin de caricias seguidas de un te amo, esa palabra era como un puñal para su lastimero corazón, el cual se hayaba hecho pedazos cual cristales esparcidos por el suelo humedo, a causa de las intensas lluvias que inundaban la aldea.
Lentamente se dejó caer contra su propio lecho, se encontraba justo delante de su casa, no se atrevía a entrar, esa hace a penas unos dias había sido un lugar calido, lleno de amor, de alegria, de risas...y ahora, ¿ahora que le quedaba? absolutamente nada, tan solo el fantasma del que alguna vez significó algo en su monótoma vida, en esos momentos deseaba llorar, deshaogarse, ¿de que le servía ser el ninja copia más poderoso de konoha si le faltaba lo más importante en su vida?
Vacio.eso sentía, un agonizante vacio que le corrompía de odio contra la persona que le robó la felicidad...sabaku no gaara...el kage de la aldea de la arena se había ganado el corazón del castaño, el cual parecía perdidamente enamorado de él, como le dolieron sus palabras, la forma tan tierna y amorosa de pronunciar el nombre del sabaku, la forma tan dulce de referirse a él, nunca ni siquiera con el peliblanco había expresado tales emociones como ese dia.
Cubrió su rostro con ambas manos, era horrible querer llorar y no poder hacerlo, su fuerte y a la vez frágil cuerpo temblaba de frio, pues tansolo portaba una camisa sin mangas blanca ceñida a la cintura, unos pantalones hasta las rodillas de tela extremadamente fina, que le desprotegía ante el fuerte viento que azotaba las calles de konoha, se encogió de piernas, como un perrito abandonado y asustado, quería odiarlo, despreciarlo por lo que le hizo, pero no podía, Hatake Kakashi era incapaz de odiar a nadie, y menos al que fue el amor de su vida.
Así pasó un buen rato, le dolía cada rincón de su cuerpo, pero más le dolia el alma, se diferenciaba de cualquier dolor fisico o mental, el alma no se podía restaurar, eso pensaba el peliblanco, esa profunda y dolorosa herida no se curaría con remedios y medicinas, cuanto necesitaba alguien a quien contarle su angustia, un hombro en el cual llorar, una voz consoladora que suavizara un poquito su sufrimiento, el único apoyo recivido había sido el de tsunade, sakura y naruto, esos tres siempre apoyandolo contra viento y marea, sonrió con melancolía, naruto....
Ese nombre....le inspiraba tanta ternura, cariño, confianza y calor, ese rubito, había sido un gran consuelo para él, el portador del kyuubi parecía un ángel protector, ciempre sustentadolo, siempre tendiendole la mano para ayudarlo a no caer, fiel amigo con el cual contaba incondicionalmente, un amigo que si darse cuenta se había ganado un lugar importantisimo en su interior, y más aun despues del duro golpe ese lazo de unión, cariño y amistad había crecido hasta el extremo de necesitarlo en cada momento, no poder estar sin su dulce compañía.
-¿Kakashi..?-esa voz...esa dulce y melodiosa voz resonaba en sus oidos deliciosamente, estaba soñando, o eso pensaba, la voz era realmente angelical.
-Kakashi...-volvió a sentirla, no era ningún sueño, naruto lo estaba llamando.
-¿Por qué me buscas? no soy nadie...no signifiqué nada....soy despreciable...-el peliblanco mencionaba cosas sin sentido, tenía fiebre, el ojiazul no notó al posar una manita en su ardiente frente, lloraba amargamente, por fin podía hacerlo, aunque sinceramente no le quedaban lágrimas suficientes para desahogar todo su dolor que le punzaba dolorosamente sin piedad alguna.
-Estas temblando...no debes descuidarte así, te hace daño-naruto acariciaba tiernamente el cabello plata, mientras en sus labios lucía una sonrisa dulce y sincera-tu vales mucho...demasiado para mi...eres alguien muy importante en mi vida...y en la de todos...no puedes undirte de esa manera kakashi...tu no
Sin aguantar más sus ganas el peliblanco se lanzó a sus brazos, apretando los ojos llorosos y enrojecidos, a saber cuantas horas había estado en esa situación, naruto lo acojió entre sus brazos suavemente, se sentía tan cálido, tan bien...
Intentó separarse, se sentía avergonzado al mostrarse tan dévil ante su alumno, el rubio no le dejaba ir, lo recargaba en su hombro, ofreciendolo como pañuelo de lágrimas, varios segundos permanecieron así, esos segundos pasaron a minutos, comenzaban a sentir mucho frio, ambos ingresaron a la casa del peliblanco, el rubio le preparó un baño de agua caliente para calentarlo, sus musculos entumecidos necesitaban relajarse, naruto hizo la cena, esos ultimos años había aprendido artes culinarias, aunque al final siempre acavaba haciendo ramen, no lo podía evitar, le privaba esa comida.
El peliblanco salió de la ducha con una toalla envuelta a su perfecta cintura, caminó hacia la sala, donde el rubio le esperaba con la cena en la mesa, el menor tragó en seco, tal visión del cuerpo de su amado secretamente le provocaba espasmos por toda su anatomia, ese pecho ligeramente musculoso sin llegar a serlo demasiado, dandole un intermedio perfecto, su cabello contrastaba increiblemente con su bronceada piel, y esa cinturita, esa fina y contorneada cinturita que daban ganas de abrazar y no soltarla jamás, por un momento pareció babear por su sensei, esas piernas largas y bien formadas, hasta los talones los tenía perfectos, era un dios de la belleza a sus ojos.
-Etto...ya puedes cenar...si quieres...-le ofreció narruto ocultando sin mucho extito su nerviosismo, kakshi le dio un suave beso en la majilla, eso provocó un leve sonrojo del menor.
-Gracias por tu ayuda...no sabes lo que significa para mi...eres un sol...-naruto se sonrojó aun más si se podia, mostrando una de esas sonrisas llenas de ternura y cariño que kakashi tanto adoraba, llevó una mano a sus cabellos oro, acariciandolos lentamente, una pregunta imprevista para ambos surgió de la boca del peliblanco ¿por qué? para naruto fue muy fácil responderla:
-Por que...por que yo...yo te amo...más que a nada-¿había escuchado bien? ese rubito imperactivo y cargante lo amaba, no podía creerlo, kakashi le miraba con sorpresa, mientras naruto no se atrevía a sostenerle la mirada.
-Yo...no deberia haberlo dicho ahora...pero no podía callarlo por más tiempo...te amo demasiado y...y me duele profundamente verte así
-Pero ¿por qué no lo dijiste? ¿cuanto tiempo llevas así?
-Yo...hace tres años...desde la partida de sasuke...me di cuenta sin sospecharlo...poco a poco me sentía más unido a ti y...y cuando tu compromiso con iruka se hizo oficial pues...no tube valor para confesarte mis sentimientos....vuestra relación era tan bonita y yo...
-Oh naruto...lo siento...nunca imaginé que tu...dios, has sufrido tanto por mi culpa...lo siento mucho-kakashi le abrazó protectoramente, triste por el sufrimiento silencioso del kitsune, el rubio correspondió el gesto, derramando un par de lágrimas, se sentia liverado de su angustia, de su desvelo, de su amor callado y reprimido, de sus celos corrompedores al verlo en otros brazos y más en los brazos del hombre al que quería como un padre, kakashi le besó inesperadamente en los labios, pausadamente, con dulzura...con amor.
-Ka-kakashi...-naruto se hayaba sonrojado a más no poder, ese acto repentino le había sorprendido deveras.
-Yo...tambien te amo....no estaba seguro...pero estos ultimos dias me han servido para darme cuenta de que me haces mucha falta y no puedo vivir sin ti...lo siento...si hubiese sabido que tu sentias lo mismo nunca habría...-el rubio lo calló con un suave y tierno beso, moviendo delicadamente sus labios sobre los del peliblanco, degustando esa fina y sedosa piel que tanto se había imaginado acariciar todas esas noches de soledad y desvelo.
-Pues si quieres...recuperemos el tiempo perdido...amor-ambos caminaron hacia la habitación del mayor, besandose intensamente pero sin abandonar la ternura del principio, esa noche se amaron intensamente, de nuevo la pasión llegó a la vida de kakashi, la dulzura, las caricias apasionadas, los besos demandantes de pasión, las manos ansiosas, repartiendose por cada rincón del cuerpo amado, con la inmensa luna llena como unico y silencioso testigo de los acontecimientos sucedidos esa misma noche, en la que un alma era repuesta y un amor resurgido de la oscuridad....
oOo~FIN~OoO