En la ratonera ha caído un ratón,
Con sus dos pistolas y su traje de cowboy.
Ha de ser gringuito por que siempre habla inglés,
Además de ser güerito y tener grandes los pies.
-El Ratón Vaquero, Francisco Gabilondo Soler "Cri-Cri"
Ratonera
Un grito desgarrador resonó por el aire. Era un grito estridente y terrible; de desesperación, de frustración, de terror... No que fuese a ser escuchado entre el ruido de los cláxones y los motores de los autos...
-Podrías no gritar tan fuerte, me vas a romper los tímpanos.
...excepto tal vez por el otro tripulante del automóvil. Estaban atrapados en el tráfico de la Ciudad de México, sobre Viaducto a las seis de la tarde. El gritón venía en el asiento del copiloto. Era rubio con el cabello ondulado hasta los hombros, de ojos azules y facciones perfectas. A su derecha, el conductor de lacio y corto cabello castaño oscuro-con un mechón pintado de rojo-venía rascándose el oído que había sido más expuesto a los gritos.
-I HATE THIS!
((¡Odio esto!))
El río de autos iba moviéndose lentamente y por un momento el rubio pareció calmarse, aunque sus rostro aun mostraba el puchero que estaba haciendo. Entonces otro automóvil se les atravesó desde el carril de junto y antes de que el castaño pudiera reaccionar se le echó encima y comenzó a tocar el claxon de manera histérica.
-¡YUUTA!-le gritó y lo empujó de nuevo a su asiento-¡Cálmate!
-But he just dropped in! Out of the blue!
((¡Pero se metió! ¡Y de la nada!))
-Sí, pero no hay nada que yo pueda hacer al respecto. No vale la pena ponerse así.
-Spoilsport.
-Y quedamos que hablarías español, estamos en México y lo hablas bien.-lo miró pícaramente-si mal no recuerdo esa fue tu pick-up line[i] cuando nos conocimos.
-Fine, Miguel es un spoilsport.
-Aguafiestas.
-Miguel es un aguafiestas. Pero un lindo aguafiestas.
Pasaron tal vez diez minutos de calma hasta que el tráfico se volvió a parar en una de las entradas al Viaducto. Y esta vez no sólo eran los automóviles haciéndose bolas, también estaban unos policías que tratando de guiar el tráfico estaban causando más problemas.
-AGH! I FUCKING HATE THIS CITY! I WISH I WAS FUCKING HOME!
((¡Agh! ¡Odio esta puta ciudad!¡Quisierea estar en mi puta casa!))
Miguel suspiró, era increíble que el hombre que hace unos minutos estaba hablando español con tan mono acentito fuera el mismo que ahora insultaba como marinero en su lengua natal.
-Yuuta escucha, sé que es frustrante lidiar con el tráfico del D.F. pero eventualmente vamos a salir de él. Ayer me dijiste que te parecía una ciudad bonita con todo y todo, ¿no?-Miguel frotó suavemente el dorso de la mano del rubio-¿No me digas que tienes dudas de haber venido conmigo?
-No, eso no. Pero cómo yo voy a ...¿lidiar?... con esto todos los días.-dijo con algo de desesperación
-No siempre está así, sólo a las horas de salida y entrada de los trabajos. Muchas veces con que salgas cinco o diez minutos antes de las horas pico la libras. Además, hoy es viernes de quincena, el tráfico se pone peor. Y no vamos a tener que recorrer estas distancias siempre, hoy nada más por que fuimos a casa de mis padres.
El rubio suspiró y dirigió su mirada hacia la ventana lateral.
-I think...-comenzó a decir en inglés, pero luego se detuvo al darse cuenta-Tus padres no les gusté...
((Pienso que...))
-No es que no les agradaras-le respondió suavemente-y no es que los esté justificando por la forma tan seca que te trataron. Pero salí del closet ante ellos casi casi antes de irme a estudiar mi posgrado y cuando regreso les doy la noticia que estoy casado y además de todo con un hombre.
-Oh yeah, that.-dijo Yuuta mirando el sencillo anillo dorado en su dedo medio-No que es legal aquí, tus padres lo repitieron varias veces...
((Oh si, eso.))
-Pero no es razón para que te trataran así. Ni siquiera se dieron la oportunidad de conocerte. Si supieran lo suertudo que soy de que te hayas casado conmigo, incluso sabiendo que yo tenía que regresar a pagar mi beca. A veces no puedo creer que llevemos dos meses casados-lanzó una risita-me parece que estoy soñando y que cualquier momento voy a despertar y nada va a ser real.
-Aw, y yo pensando que te casaste por el Green Card.[ii]
-Muy gracioso.
Miguel tomó la barbilla del rubio y lo besó suavemente. En eso el tráfico comenzó a fluir, más rápido que antes...
-Finally!-exclamó Yuuta.
((¡Finalmente!))
...Pero el alivio no duró mucho ya que no habían recorrido ni dos kilómetros cuando de nuevo el tráfico se puso pesado.
-WHAT?!?!? NO!-Miguel suspiró ante el nuevo arrebato de su marido
((¿¡¿¡Qué?!?!))
-This sucks! YOU suck!-continuó el rubio, señalando al tiempo el tráfico y al castaño.
-And I Deep Throat too-le respondió Miguel-Hasta donde sé, nunca te has quejado de eso...[iii] Voluble...
-¿Que significa?
-¿Voluble?-Yuuta afirmó con la cabeza-que cambias mucho de humor...
Yuuta le lanzó un gesto de exagerada indignación.
-Asshole![iv]
-Tampoco de eso te habías quejado antes, aunque le tienes preferencia a mi anatomía frontal.
Yuuta lanzó una carcajada. Se acomodó en el asiento del copiloto lo mejor que pudo, incluso cambió la inclinación del respaldo de manera que quedó medio acostado.
-Whatever, si no nos vamos a mover rápido, mejor ponerme cómodo.
((Lo que sea))
Bostezó y se estiró como gato. Miguel, que lo miró de reojo, fue recompensado con una visión demasiado sensual de su marido, recostado boca arriba en el asiento, con los brazos encina de la cabeza levemente ladeada. No pudo evitar que su propio cuerpo reaccionara y sin pensarlo comenzó a acariciarlo lentamente, con la mano izquierda aun en el volante, empezando por el pecho y siguiendo su camino hacia abajo. Cuando llegó a la altura del ombligo Yuuta lanzó un gemido. Esto lo alentó a seguir su camino y muy pronto estaba acariciándolo sobre el pantalón.
-Ah, that's nice.
((Ah, eso esta rico))
Miguel se atrevió a meter la mano dentro de la ropa y se encontró con que Yuuta ya estaba muy excitado. Mientras seguía administrándole caricias iban avanzando lentamente en el tráfico, pero a estas alturas ya no les importaba a ninguno de los dos.
De pronto, y sin que Miguel se diera cuenta, Yuuta se levantó, le dio una mordida en el lóbulo, sosteniéndose con una mano sobre su muslo. Miguel casi perdió la concentración que tenía puesta en el camino. Le dio un brusco giro al volante, cruzando los dos carriles a su derecha mientras los otros conductores les mandaban saludos no muy cordiales a sus madres. Tomó la primera salida que encontró y no tardó en entrar al estacionamiento del primer hotel que vio.
-¿Estás loco?-preguntó Yuuta, su acentito más marcado en la mezcla de sorpresa, nervios, y alegría de seguir vivo después del pequeño acto de Evil Knievel para salir del Viaducto.
-Estoy loco por ti.
-That's so corny! ¿No puedes esperar hasta llegar a casa?
((¡Eso es tan cursi!))
-Bueno, podemos pasar la próxima hora u hora y media parados en el tráfico o pasar un par de horas, tal vez más, aquí. Para cuando terminemos las calles ya van a estar despejadas y no vamos a hacer más de 15 minutos a la casa.
Yuuta se le lanzó encima y le dio un beso apasionado, una pequeña muestra de lo que le esperaba.
-Tu rentas el cuarto mientas yo estaciono el carro.-le dijo-no quiero esperar más.