Luego de despedirse de Naruto, Sasuke se dirigía a casa. Era bastante temprano a comparación de otras ocasiones, por lo que aún se podía encontrar a varias personas, caminando por las calles de Konoha.
Aunque a decir verdad, la atención de Sasuke estaba concentrada en algo más importante que observar a quienes estaban a su alrededor y eso era, las fotografías que se había tomado con el rubio. Había algo que le impedía alejar la vista de ésas imágenes.
- Hola Sasuke-al escuchar su nombre, guardó de inmediato las fotos en su bolsillo, para después, mirar al frente y encontrarse con el Nara-¿cómo vas con tu exhibición?
- Bien.
- Seguro tienes muchas fotos de Naruto, ¿verdad?-la pregunta le extrañó al Uchiha y de inmediato pensó que el desgraciado sabiondo, planeaba algo.
- Se supone que se trata de mí, ¿porque tendría que haber fotografías de Naruto?
- No se trata de ti, sino de tu vida. Y tu vida ha sido afectada por Naruto, todo mundo sabe eso.
- Aun así, no hay nada de ése dobe.
- ¿Quieres apostar?-le preguntó con una sonrisa burlona, lo que molestó a Sasuke quien con tal de hacerle tragar sus malditas palabras, le entró al estúpido reto:
- Cómo quieras...-dijo para seguir con su camino a la par de Shikamaru.
En ése rato, Sasuke trató de imaginar que era lo que ganaba su compañero con tal actitud, pero no encontró una razón aparente. Sonrió irónico al pensar que también al Nara se le pegó la maña del kitsune, de hacer cosas totalmente carentes de sentido común.
Una vez que llegaron a casa, Sasuke guió a Shikamaru a su habitación, tan impecable cómo siempre:
- Aquí está mi exhibición-el Nara se acercó, curioso. Contempló unos momentos las cartulinas en donde Sasuke había puesto los pocos recuerdos que resguardaba. Y aparte de darse cuenta de que se le daba el diseño, se enteró de que tenía toda la razón del mundo.
Le hizo una seña a su compañero, para así restregarle en la cara que, ¡Nara Shikamaru, nunca se equivoca!
- Mira, allí está Naruto...-señaló una fotografía-y allí, y allí, y allí...
- ¡Ya entendí, Shikamaru!-le gritó exasperado el Uchiha.
- Ni siquiera te habías dado cuenta, por lo que veo-mencionó sonriendo, ante el sonrojo de Sasuke, quien sólo contemplaba su exhibición.
Shikamaru tenía la razón al decir que ni siquiera se había dado cuenta de que tenía tantas fotografías de Naruto. De hecho, en muchas de ellas, ni el mismo Sasuke estaba presente con el rubio, así que, ¿por qué demonios las colocó en su trabajo? ¿Acaso quería que todo mundo le tachase de raro? Bueno, más de lo que ya lo hacían.
- No sé que paso...-lanzó una mirada recelosa al Nara-¿y cómo sabías tú?
- Tks. Porque te gusta mucho.
- ¿Qué?-le miró sorprendido. Claro que estaba conciente de que sentía algo más que simple amistad por su mejor amigo, pero el que otra persona se lo dijera, era algo que le hacía ver las cosas de forma muy distinta.
- Naruto te gusta, ¿verdad?
- Serás idiota. ¡Somos hombres!-y una de las cosas que veía de forma distinta era precisamente el género de quien se había enamorado. Si le gustaba un hombre, eso lo hacia gay, ¿no? Y si Naruto le correspondía, eso lo hacia también homosexual, ¿cierto?
Tal razonamiento era algo que no le agradaba, porque Naruto deseaba ser Hokage y podrían ponerle mucho "peros" si estuviesen juntos. Él no deseaba que por su culpa, el anhelado sueño del kitsune fuese inalcanzable.
Pensar en todos los obstáculos que tendrían a partir de que su atracción fuese conocida por otras personas, comenzó a hacerle temer sobre su futuro. Le hizo preguntarse seriamente por primera vez, si estaban listos para enfrentarse al mundo, juntos.
- Gracias por tal observación, Sasuke. Pero ya deberías dejarla de hacer al tonto-Shikamaru le abrazó fraternalmente-Eres muy bueno reflexionando, ¿por que no lo haces con respecto a que deseas exactamente con ése chico rubio, que aparece más veces que tú, en tu propia exhibición...?-le pregunto mientras ambos contemplaban las numerosas fotografías de Naruto.
Sasuke pensó con detenimiento lo que le dijo su amigo sobre que desea exactamente con Naruto. Y su primera idea fue, que anhelaba vivir siempre a su lado. Pero, ¿por qué razón...?
Porque le amaba...
¿Y cómo afirmaba que en verdad le amaba? ¿Podía ser que su profunda amistad le estuviese cegando...?
No, él estaba completamente seguro de que le amaba, puesto que su mamá ya le había mencionado que llegaría éste momento...
/////////////////////////FLASH BACK/////////////////////////
- Mamá...-le llamó el pequeño Sasuke que no había dejado de observar a su madre, quien lavaba algunos trastos.
- ¿Sí, Sasuke?-ella se apartó del fregadero y se sentó frente a su hijo, poniendo completa atención en lo que tenía que decirle.
- ¿Porqué te gusta mi papá?-ante ésa pregunta, su madre sonrió tiernamente, para después, responderle:
- En primera, él no me gusta...-sonrió tiernamente, pero de una forma un poco distinta a cómo lo hizo hace un momento-yo le amo. Y le amo completamente, con defectos y virtudes.
Sasuke no comprendía muy bien eso del amor, pero imaginó que era algo que sólo les pasaba a las mujeres, porque las niñas de la academia no paraban de decirle tal frase. Y quería saber que había hecho para merecer que ésas niñas le dijeran con tanta simpleza, lo que a su madre le arrancaba una tierna sonrisa.
- ¿Sólo se puede amar a una persona en tu vida?
- No exactamente. Hay ocasiones en que te puedes enamorar más de una vez, pero tengo la creencia de que una persona, nació sólo para ti. Que está aquí para compartir su vida contigo.
- ¿Que nació sólo para mí?
- Es lo que le llaman, alma gemela.
- ¿Y qué es eso?-el pequeño Sasuke parecía muy interesado en la charla. Su madre imaginó que era por simple inocencia, propia de la niñez. Pero sabía que dentro de unos años más, su hijo entendería muy bien sus palabras y que dejaría de preguntar, para dedicarse a sentirlo en carne propia.
- Es cuando no importando todo el tiempo que pasas con una persona, le extrañas si no está a tu lado. Cuando sonríes por sólo verle.
- ¿Mi papá es tu alma gemela?
- Sí.
- ¿Y cómo lo sabes?
- En mi caso, me di cuenta de que pasaría el resto de mi vida a su lado, cuando ése joven tan arisco y presumido, me sonrió tiernamente...-Sasuke pestañeó, incrédulo por lo que escuchó.
- ¿Mi papá sonríe?
- ¡Claro que lo hace, Sasuke!-rió un momento ante tal pregunta-Es sólo que no le han visto.
- Y yo, ¿cómo me daré cuenta de que una persona es mi alma gemela, mamá?
- Te aseguro que la respuesta vendrá por si sola, Sasuke-su plática fue interrumpida al escuchar cómo habrían la puerta principal. Su mamá se puso de pie rápidamente-Ya llegó tu padre. Iré a recibirle.
Sasuke le siguió, esperando comprender mejor lo que su mamá le había dicho. Se quedó tras uno de los muros, observando cómo su madre recibía a su papá. Vio que ella le abrazó, pero lo que sin duda le dejo inmensamente sorprendido, fue que su padre sonreía...
/////////////////////FIN DEL FLASH BACK//////////////////
Su madre le había dicho que él se daría cuenta de cuando su alma gemela estuviese cerca. Y confiaba en sus palabras...
Se había quedado solo, pues el maldito sabiondo se largó cómo si nada luego de que le dejo en tal problema emocional. Él no necesitaba que le dijeran que babeaba por Naruto, ¡ya lo sabía, maldita sea!
Y lo sabía desde hacia mucho tiempo...
Entre sus manos, sostenía la fotografía en donde aparecía el equipo siete, la cual no había tenido el valor de observar desde que regresó a Konoha. Y la razón era, por temor.
Ésa misma imagen era la que cada noche, antes de dormir, contemplaba absorto. Le hacia sentirse bien, le hacia percibir que no estaba solo y que siempre había una persona a la cual recurrir. Lamentablemente, llegó el momento de tomar un camino y él, eligió uno que le separaba de la persona que acaparaba por completo su atención, en aquella simple imagen.
- Naruto...-suspiró.
Tenía temor de que el camino que eligió, le hubiese hecho cambiar la sensación que percibía al ver ésa nostálgica fotografía, por eso, le había dejado boca abajo hasta ahora. En verdad estaba aliviado de saber que tal emoción no sólo había sobrevivido, sino que se había hecho más intensa y profunda.
- Naruto...
¡Era sensacional percibir la emoción al mencionar el nombre del kitsune! ¡Era sensacional contemplarlo aunque sea en una fotografía! ¡Era sensacional lo que sentía al ser conciente de que esos ojos azules le miraban sólo a él! ¡Era sensacional lo que estaba dispuesto a hacer por verle siempre sonreír!
Tales razones le bastaban para saber que, Naruto, era su alma gemela...
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Iruka-sensei abrió la puerta, aún tratando de despabilarse. ¿Quién podría estar llamándole a ésas horas?
- Sasuke-dijo al ver al Uchiha en cuanto abrió la puerta-¿Qué ocurre? Es demasiado tarde.
- Lamento molestarle Iruka-sensei, pero quería preguntar si no tiene algún recuerdo de Naruto.
- ¿Recuerdo?-el hombre le miró, interrogante. Su curiosidad era tanto por la pregunta, cómo por la inquietud tan poco común en el chico.
- Sí, una fotografía, un video o alguna posesión de cuando era pequeño.
- Lo lamento. El Tercero fue quién le cuidó durante mucho tiempo y tal vez es el único con aquello que buscas.
- Ya veo...-Sasuke parecía desanimado por la respuesta de su maestro.
- Todas sus posesiones fueron resguardadas, aunque Godaime-sama ha de saber su paradero.
- ¿No me diga que tengo que ir con ella?-preguntó irritado, Sasuke. La verdad, trataba de tener el mínimo contacto con la Hokage, pero si era por el bien de Naruto, tenía que ignorar los sarcasmos de la ebria mujer.
- Sí lo deseas, puedo preguntarle.
- Se lo agradecería mucho. Y lamento haberle despertado...-se inclinó, mostrándole su respeto.
- No te preocupes, Sasuke. Espera aquí, le llamaré para que pueda atenderte.
- Gracias...
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Nunca imaginó que Iruka-sensei fuese a encontrar a la vieja Tsunade a tales horas de la noche, pero al parecer, "amablemente" se había ofrecido para degustar del sake que habían comprado para la fiesta junto a Jiraiya. Aunque sin duda, lo que más le sorprendió, fue que aceptó recibirle en su oficina, dejando de lado al sake. No sabía si estaba demasiado ebria o, si el sake era de muy mala calidad:
- Iruka me dijo que estabas buscando cualquier fotografía o video donde apareciera Naruto, ¿es verdad?
- Sí...
- ¿Y porque?
- Por su culpa-le respondió algo irritado. ¿Por qué simplemente no le decía si tenía lo que buscaba y ya? Por eso la detestaba...le daba demasiadas vueltas al asunto.
- ¿Qué dices?
- Con su gran idea de hacer un álbum le recordó a Naruto que pasó su niñez completamente solo.
- ¿Ése es todo el problema?-le preguntó con una sonrisa divertida, lo que exasperó a Sasuke.
- Es su problema.
- Bien...-Tsunade se recargó en su silla, sin dejar de sonreír-la verdad, no quería que se enterase de esto tan pronto, pero si dices que soy la culpable, tendré que remediarlo.
- ¿Y cómo?-la ligereza con la que la Hokage trataba el tema, estaba a punto de sacar de sus casillas al moreno.
- Ven, te enseñare uno de los más grandes tesoros de Konoha.
- ¿.....?
La Hokage guió a Sasuke a una de las habitaciones más recónditas de edificio. La mujer abrió la puerta con una llave un poco extraña que sacó de su bolsillo.
- Espero que no te robes nada, Uchiha-le advirtió antes de dejar a la vista lo que la habitación resguardaba.
- No soy tú-el moreno no entendía porque tanto drama, pero al encender la luz, comprendió un poco mejor el porque.
Era una habitación grande y en ella, había toda especie de juguetes y accesorios que pertenecieron a un bebé...
Tsunade suspiró, nostálgica. Recordó cuando se hizo del puesto a Hokage y vino para enterarse de lo que el Tercero había guardado de la niñez de Naruto. Estaba conmovida por el afecto que se percibía al entrar a ése lugar y más aún, por los bellos recuerdos que se preservaron del chico, que le hizo volver a vivir.
- El Tercero, preservó esto con sumo cuidado. Dejó en su testamento que se dieran a Naruto, pero quise tenerlo durante más tiempo-mencionó la mujer mientras sostenía entre sus manos una sonaja.
- No puede ser...-Sasuke no sabía a que lugar dirigir su vista. ¡Había tantos recuerdos de Naruto!
- Cuando Naruto era un bebé, el Tercero junto a su esposa, le cuidaron. Ella lamentablemente murió cuando tenia 4 años. Una vez que cumplió los 7 años, el Tercero le dejó en la casa que vive actualmente, pero nunca paró de cuidarle. Él le quería tanto cómo a su mismo nieto...
- Y, ¿él tomó estás fotos?-preguntó tratando de esconder su emoción al observar una imagen de Naruto siendo un bebé.
- Sí...-Tsunade sonrió tiernamente al contemplar la fotografía-también hay videos y algunas cosas que pertenecieron a él. Naruto tiene muchos recuerdos, ¿no lo crees?
- Se sentirá muy feliz de ver todo esto-dijo entusiasmado al tiempo que se acercaba a un baúl con algunos videos.
- Planeas sorprenderle, ¿no es así...?-le cuestionó la Hokage. Sasuke ni siquiera se atrevió a contestar, por temor a delatarse.
- Te gusta, ¿cierto?-esto le cayó cómo agua fría. No sólo Shikamaru se había dado cuenta, sino hasta la Hokage. ¡¿Qué todo mundo estaba enterado?!
- ¿Acaso soy tan obvio?-ahora él le preguntó, sin animarse a verle a la cara, pues estaba completamente avergonzado.
- Sólo para un ojo observador.
- Dirá, para quien se la pasa espiando a los demás-le respondió irritado.
- Se escucho más decente cómo lo dije yo.
Luego de tomar lo necesario para la exhibición y unos cuantos videos que usaría para sí mismo, Sasuke decidió que era momento de ir a casa, pues tenía mucho trabajo que hacer.
- ¿Seguro que podrás terminar la exhibición?-le preguntó Tsunade.
- Sí...-el moreno la miró fijamente-gracias.
La Hokage le sonrió, no sin antes mencionarle:
- Cuídale mucho, Sasuke...-por la mirada que le otorgo la mujer, Sasuke comprendió que no se refería a los recuerdos, sino a Naruto en sí.
La misma Tsunade le estaba deseando lo mejor a ambos, algo que en verdad apreciaba...