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INMORTALIZANDO NOSTALGIAS por YEYE_TTEBAYO

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Notas del capitulo:  

/////////////DISCLAIMER/////////////

 

¡¡¡QUE LA BUENA FORTUNA BENDIGA A KISHIMOTO-SENSEI (AUNQUE SEAMOS SINCERAS, NO LE HACE FALTA) POR ESTOS PERSONAJES QUE TANTO ADORO, EN ESPECIAL A NARU!!!

 

Tocó un par de veces a la puerta del departamento, pero nadie le atendía, así que decidió abrir la puerta y adentrarse. No paso mucho tiempo para que se encontrase con quien aparentemente, tenía mejores cosas que hacer, que atender a un invitado:

 

- ¿Naruto...?

 

- ¡Ahhhhhh, Sasuke!-sonrió al ver al rubio completamente desesperado y al parecer, también desvelado-¡Ayúdame, no termine mi exhibición dattebayo!

 

- Sabía que esto pasaría-la sonrisa de: "te lo dije" que apareció en el rostro del Uchiha, le colmó al pobre rubio, quien al borde del colapso, le señaló despectivamente:

 

- ¡Deja de burlarte y ayúdame, maldita sea dattebayo!

 

- Ve a bañarte y a vestirte, rápido.

 

- ¡¿Pero qué dices?!

 

- Tengo una sorpresa...-le respondió tímidamente.

 

- ¿Eh, una sorpresa...?

 

- Sí. Anda, date prisa-al ver que Naruto no parecía comprender lo que le decía, le empujó hasta el baño.

 

Afortunadamente, el rubio le hizo caso, pues en poco tiempo, ya se encontraban en dirección al salón donde estarían las exhibiciones de sus compañeros.

 

En el camino, la algarabía y sensación de festejo, era algo impresionante. Naruto no recordaba haber observado tal escenario en Konoha.

 

Era extraño que no se sintiera triste por no haber terminado su labor respecto a sus recuerdos. Supuso que sería mejor no presentar nada y que Tsunade le diese un sermón, a tener que contemplar cómo sus recuerdos eran ignorados por todos...

 

 

********************************

 

 

El lugar estaba repleto de personas, sobre todo, de niños, quienes mostraban una alegría inusitada. Y ello, le hizo pensar que quizás, Tsunade había tenido razón con eso de que a las próximas generaciones les ayudaría el saber que esforzándose, llegarían a ser tal cómo los Jounin que admiraban...

 

- ¡Ja, ja, ja, ja, ja!-una risa conocida le hizo concentrarse en un punto del salón y rectificar su pensamiento-¡Shikamaru, no sé que haría sin ti! ¡Ja, ja, ja, ja!

 

Al parecer, la mamá de Shikamaru cumplió con su cometido: hacer quedar en ridículo a su hijo. Porque si bien la carcajada de Tsunade era la que se escuchaba con más fuerza, todos los que estaban en ése lugar, también estaban riendo.

 

- ¿Y cual es la sorpresa, Sasuke...?-le preguntó. Al ver que no le respondía, se giró, pero se dio cuenta de que estaba solo-¿Sasuke...?

 

Inmediatamente la idea de que el teme le había jugado una broma bastante mala, le vino a la mente. Así que se resignó.

 

Tenia bastante tiempo para ir a ver las exhibiciones de sus amigos y burlarse, pues claramente ése fue el propósito de Tsunade. Luego, iría a comer y a dar la vuelta por los puestos que se habían colocado en las calles cercanas. Ése sin duda, era un buen día para tomar fotografías y no lo iba a desperdiciar.

 

De pronto, algo llamó su atención. Frente a sí, empezaron a reunirse personas, cómo si estuviesen observando algo en el muro, pero no recordaba que hubiese nada allí.

 

Pensado que estaba distraído, se acercó. En sólo unos segundos, se quedó completamente sin aliento...

 

- ¿Qué...es esto-ttebayo?

 

Era una exhibición, o mejor dicho, ¡su exhibición! Sin embargo, él no la había realizado y mucho más importante, él, ¡no recordaba que tuviese tales recuerdos!

 

 ¡Eran un montón de fotografías de cuando era pequeño! ¡¿Cómo era posible?!

 

- Tu exhibición-una pregunta que se había hecho a sí mismo, fue respondida por una figura que se colocó justo a su lado. Se trataba de Iruka, quien sonreía, al tiempo que no dejaba de prestar atención a las imágenes frente a sí.

 

- ¿Pero de donde salieron éstas fotografías-ttebayo?

 

- El tercero las guardo para ti. Suponía que sabrías apreciarles cuando tuvieras la edad precisa.

 

- Viejo...-murmuró melancólico.

 

- ¿Te gusta? Sasuke lo armó todo-otra persona se unió a Naruto.

 

- Tsunade obaa-chan...-Naruto se sonrojó al saber que ésta era la mencionada sorpresa de la que le habló su amigo. Y comprendió mejor, el porque escapó.

 

La Hokage se acercó al muro y señaló una fotografía en especial:

 

- En ésta foto, tenias un día de haber nacido...

 

Naruto clavó la vista en la imagen. Era algo extraño observarte a ti mismo y lo era aún más, cuando eras tan pequeño e indefenso, que necesitabas abrigarte en brazos ajenos. Ni siquiera creía que fuese él, pero las marcas en sus mejillas, le identificaban.

 

- Que pequeño era dattebayo...-dijo, aún un poco incrédulo.

 

- Lo sigues siendo-menciono Kiba, quien al parecer ya tenia tiempo parado a su lado.

 

- ¡Cállate tú!

 

- Ella es la esposa del Tercero-la Hokage parecía encantada con la exhibición y en mencionarle a Naruto de lo poco, que ella conocía sobre tales memorias- No creo que la recuerdes porque murió cuando tenias cuatro años.

 

¿Qué no la recordaba...?

 

No, Tsunade estaba muy equivocada. Él recordaba perfectamente a su abuela, a sus cuidados, a sus cariños, a sus frases llenas de amor y dedicación. Ella, quien padecía un dolor del que jamás debió adueñarse...

 

 

/////////////////FLASH BACK/////////////

 

 

- ¡Buaaaaa...!-el llanto de Naruto hizo que el corazón le diese un vuelco. Se giró, angustiada, para dirigirse lo más rápido al recibidor, en donde estaba el pequeño con una cortada en la mano.

 

- ¡Ah, Naru-chan! ¡Naru-chan, ¿qué te paso?!-le tomó cuidadosamente la mano, la cual sangraba profusamente. Buscó desesperada con que objeto se había cortado, más no encontró nada a su alrededor.

 

- ¡Me duele-ttebayo, me duele-ttebayo...!-los gimoteos del pequeño, le hicieron concentrarse en sanar la herida. Lentamente y usando su pañuelo, fue quitando la sangre.

 

- Calma, sólo es un pequeño corte...-trató de calmarle, pero la verdad era que la herida abarcaba completamente su pequeña palma de la mano.

 

- ¡Pero duele!

 

- Lo sé, pequeño-le tomó en brazos, para ir a sentarle sobre la mesa que tenia en el recibidor. Una vez allí, volvió a revisarle la herida, antes de ir por lo necesario para sanarle. Se extrañó al ver más pequeña la lesión de lo que le pareció al inicio.

 

Miró a Naruto, quien no paraba de sollozar:

 

- Snif...

 

Nuevamente, regresó su atención a la mano de su nieto. No era su imaginación, pues la herida se estaba haciendo cada vez más pequeña.

 

Lejos de sentirse aliviada, una amarga emoción se alojó en su pecho, por ser conciente de que tal situación, se debía al poder de Kyübi.

 

- Yo sé que te hará sentir mejor...-le dijo, con una sonrisa forzada.

 

- ¿?-Naruto le miró, sumamente confundido. Un gesto que cambió a uno de sorpresa, cuando su abuela le brindó un cálido beso en su mano lastimada.

 

Una vez que su extremidad estuvo libre, le observó. Ya no le dolía, pero lo más impresionante de todo, es que la cortada estaba sanando justo frente a sus ojos.

 

¡Era increíble lo que un beso podía hacer...!

 

- ¿Te sigue doliendo?

 

- ¡Nop!-le respondió con una sonrisa de agradecimiento-¡Sí que un beso es la mejor medicina, abuela!

 

- ............-ante la inocencia del pequeño, su abuela entristeció.

 

Tanto ella cómo su esposo, aún luchaban por que los demás vieran a Naruto cómo alguien más que el contenedor de Kyübi; que le reconocieran por quien era en realidad.

 

Más, era una batalla complicada. Sin embargo, lo que llegaba a molestarle en ocasiones, era que Naruto creciera con la sensación de ser diferente, sin saber exactamente la razón del porque le consideraban cómo tal.

 

Imaginaba que llegaría un momento en que no podría con las miradas frías para su persona y que crecería lleno de resentimiento y amargura. Aunque, tampoco veía el correcto que le dijeran la razón en sí, porque entonces, él  mismo llegaría a aislarse de los demás...

 

Lo viera por donde lo viera, ninguna de las opciones le agradaba...

 

De pronto, en una acción llena de cariño, el pequeño Naruto le brindó a su abuela un beso en la mejilla.

 

- Naru-chan...

 

- ¿Te dejo de doler, abuela?

 

La pregunta le extrañó a la anciana, quien se tocó la mejilla donde recibió el beso. La sintió algo húmeda y fue hasta entonces, que se dio cuenta de que había comenzado a llorar al tiempo que su mente se llenaba de cuestionamientos y que por ello, en un intento de hacerle sentir mejor, el pequeño kitsune, le brindo tal gesto.

 

- Oh, pequeño...

 

- ¿Porque no sirvió contigo-ttebayo?-le preguntó el rubio que contemplaba que su abuela, comenzaba a llorar con más tristeza.

 

- No es eso, Naru-chan.

 

- ¿Y porque sigues llorando si te di un beso-ttebayo?

 

- Ven aquí, mi niño...-un inmenso deseo de abrazarle nació en ella. Le abrigó, con desesperación, anhelando que ésa inocencia, no desapareciera jamás de él.

 

Mientras su abuela sollozaba, Naruto se aferraba a sus brazos, aún sin comprender porque estaba tan triste.

 

¿Habría sido su culpa...?

 

 

/////////////////FIN DEL FLASH BACK/////////////

 

 

No fue hasta años después, que encontró su respuesta. Y ésa, era sí...

 

Todas las ocasiones en que su abuela lloraba, eran por su culpa.

 

Cuando fue conocedor de que él era el contenedor de Kyübi, las actitudes de su abuela tuvieron mayor sentido. Se sintió muy mal por haberle causado tantas penas a alguien que le había cuidado y protegido sin otro interés más que su bienestar...

 

- Aquí fue cuando perdiste tu primer diente...-la voz de la Hokage, hizo que volviera a prestarle atención a las fotografías-aquí cuando aprendiste a ir al baño.

 

- ¿No pudieron haber evitado ésa foto-ttebayo?-dijo, sumamente avergonzado. ¡Ya se las pagaría el teme de Sasuke!

 

- Bienvenido al grupo del bochorno...-le dijo molesto, Shikamaru.

 

- Ésta es mi favorita...-comentó con una sonrisa Tsunade, haciendo que todos los presentes, centrasen su atención en una imagen en particular.

 

En ella, aparecía Naruto de algunos dos años, tratando de ponerse el distintivo sombrero de Hokage, mientras el Tercero, aparecía junto a él, contemplándole con una sonrisa divertida.

 

- Pareciera que desde el principio, deseabas ser Hokage-le expresó, al tiempo que le miraba fijamente.

 

Naruto se sintió cómo nunca antes al verse reflejado en la mirada ámbar de Tsunade, en donde se dibujaba la misma emoción que recordaba haber visto en el rostro de las mamás de sus amigos, al evocar un recuerdo...

 

- Estoy orgullosa de ver cuanto has crecido, Naruto.

 

- .............-percibió un nudo en la garganta, pero no fue por sentirse triste.

 

Ésa, era la emoción de saber que no le has fallado, a tu familia.

 

Estaba tan feliz de saber que había otras tantas personas que le veían de la misma forma en que alguna vez lo hicieron el Tercero y su abuela Kira.

 

¡Finalmente, le veían por quien era verdaderamente! ¡Finalmente, estaba viviendo en carne propia lo que alguna vez le dijo el viejo Hokage...!

 

"No será hasta que todos obtengan su libertad, cuando se darán cuenta de quien eres realmente..."

 

- Veo que tienes muchos recuerdos, Naruto-comentó Iruka sin dejar de sonreír-Te has convertido en una persona excepcional.

 

- ...........-allí estaba la persona a la que consideraba cómo su padre y el cual, parecía que con su sola sonrisa, le transmitía el orgullo que sentía por él.

 

Había algo en el ambiente que le hacia pensar que todo eso no era real y que no se trataba más que de un muy, muy, muy buen sueño...

 

- ¡Oh, miren eso!-de pronto, Jiraiya apareció-¡Parecías un renacuajo sin gracia!

 

- ¡¡Tú no opines, Ero-sennin!!

 

- ¡Sólo bromeaba, niño!!-le revolvió la cabellera, fastidiándole aún más. Pero de inmediato, Jiraiya le abrazó, para luego observar la imagen en donde está Naruto con algunas horas de haber nacido-La persona que te esta cargando en ésa foto, soy yo.

 

- ¡¿En serio-ttebayo?!-le cuestionó sumamente sorprendido. El viejo nunca le había comentado que le conocía de pequeño.

 

- Sí. Desde el primer momento fuiste demasiado escandaloso-le dijo en tono divertido.

 

- ¡Yo no soy escandaloso-ttebayo!

 

- Y también...-ignoró la queja del rubio y siguió-eres todo lo que tus padres deseaban, Naruto. Y el orgullo que siento al verte, es el mismo que ellos tendrían.

 

- Ero-senin...-sí, cada vez estaba más seguro de que era un sueño.

 

En un sólo instante, apareció su pasado, representado por la memoria del Tercero y su abuela; apareció su presente, que eran sus amigos, Iruka-sensei, Tsunade y Jiraiya; y apreció su futuro, el cual era, tener preservar en su memoria todos ésos bellos momentos que Sasuke se encargó de recolectar, sólo para él. Aunque aún, no le quedaba muy claro el porque se tomó la molestia de hacer todo eso.

 

"Habrá una persona para la que lo serás todo"

¿Podría ser que...?

- ¿Ya viste a tu madre?

- ¿Qué...?-Naruto no comprendió lo que le preguntó Jiraiya pues estaba algo distraído, sin embargo, la última palabra, hizo una especie de eco en su mente y la cual, no dudó en repetir-¿Mi mamá?

 

- Sí. Está allí-desesperado, el rubio fijo la vista a donde apuntaba su maestro. Se acercó a la imagen, nervioso; tanto, que podía sentir que sus piernas flaquearon y un sudor frío le recorrió la espalda.

 

Su mamá...

 

¡Su mamá! ¡Su mamá...!

 

¡La persona que tanta falta le hizo! ¡A quien llamaba entre amargos sollozos, cuando tenía miedo por culpa de los rayos durante las tormentas! ¡A quien siempre deseó obsequiarle una flor en su día! ¡De quien siempre ansió un beso en la frente antes de dormir! ¡De quien anheló le consolará, cómo lo hizo la mamá de Ino! ¡De quien necesitó le acariciara las cicatrices en sus mejillas, cómo lo hizo la mamá de Sasuke! ¡De quien anheló que le dijera que le quería tal como lo hizo Ayame, la hija del dueño del Ichiraku! ¡De quien estaba dispuesto a recibir regaños y consejos, tal cómo lo hacía la mamá de Shikamaru...!

 

¡Su mamá!

 

¡La persona que pudo haber sido la más importante de su vida...!

 

- Mamá-dijo, al tiempo que acariciaba la fotografía con dedicación-Mamá...

En la fotografía, aparecía una hermosa mujer de largo cabello rojizo, de expresivos ojos color verde, con una sonrisa tan encantadora cómo única y ataviada en un amplio vestido color negro, que enfatizaba el color de su cabello. Ella posaba de una forma que se observara lo feliz que estaba con su barriga, la cual, a pesar de lo ancho de su indumentaria, podía percibirse...

 

Ella, era su mamá y, parecía tan contenta, tan orgullosa de esa existencia dentro de si.

 

Una existencia, que alguna vez imaginó, nadie le había esperado con ansiedad.

¡Y todo éste tiempo, estuvo equivocado! ¡Ésa fotografía trasmitía la felicidad de su mamá, la ansiedad de la espera a su nacimiento, el anhelo de verle, de tocarle, de hablarle, de reconocerle...!

-  ¿Cómo se llamaba, Ero-senin?-le miró, sonriendo.

-  Kushina...-a Jiraiya le costó hablar, pues la mueca de NAruto le conmovió en extremo. Sonreía, más su mirada estaba llena de lágrimas, pero no eran amargas, era de felicidad. Felicidad en su más pura expresión-Uzumaki Kushina de la aldea del Remolino.

 

- Ja, ja, ja-rió, alegremente-Así que, ¿yo estoy allí-ttebayo?-dijo señalando la abultada barriga de su madre-Supongo que no fue agradable para ella sacarme, ¿verdad?

 

- Baka-le dijo Tsunade en broma-Da gracias que no lo sabrás jamás.

 

- Se ve un dedo en la fotografía-ttebayo. No sé porque presiento que es de mi papá-mencionó con una gota resbalando de su cabeza.

 

- ¡Sip, heredaste lo lerdo de tu padre!-comento Jiraiya, sonriendo.

 

- Me caes mal, Ero-senin-le lanzó una mirada resentida.

 

¡Nadie le decía lerdo! ¡Ni a él ni a su padre...! Aunque, no sabía bien que era precisamente ésa palabra, pero a juzgar por la risa burlona que apareció en los presentes, imaginó que era algo malo...

 

- Y, ¿no hay ninguna fotografía de él?-busco entre las imágenes, sin dejar su sonrisa.

 

- A tu padre, no le gustaba mucho que le fotografiaran-confiesa el ermitaño, mientras por su mente pasa lo difícil que fue el que Minato accediera a posar para hacer grabar su imagen, en la montaña de los Hokages.

 

- Ah...-Naruto parecía desilusionado y no era para menos.

 

- ¿Quieres saber quien era, Naruto?-Jiraiya se acerco a él para poder hablar en voz baja.

 

- ¿Por qué murmuras dattebayo?-el rubio no entendía porque actuaba de tal manera su mentor.

 

- ¿Te suena el nombre de, Namikaze Minato?

 

- ¿Minato...?-sí, el nombre le sonaba. ¿Dónde lo había escuchado...?

 

- Creo que...fue en la academia dattebayo...-aún hacía memoria y de pronto, cómo una gran idea, le llegó un recuerdo-¡Sí, fue en la academia donde lo...!

 

Dejó de hablar al recordar más detalles que aquel nombre trajo consigo e irremediablemente, la palabra "imposible" apareció en su mente...

 

- Je, je...estás bromeando, ¿verdad, Ero-senin?

 

- No se bromea con la memoria de un muerto, Naruto...

 

- ..............-Naruto solamente atinó a abrir la boca, incrédulo.

 

Ante tal descubrimiento, la idea de que estaba dentro de un sueño, ¡parecía lo mas acertado y sensato del día...!

 

 


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