Hay quienes no saben cumplir promesas…
-¡No me digas esas cosas! Sabes que yo no….- Intento decir el moreno, pero el otro completamente fuera de si le reclamo:
-¿Qué tu no QUÈ? Por dios te di todo de mii!!- discutían los dos chicos dentro del apartamento, el mas joven se cubrió el rostro; estaba triste, pero sentía mucha impotencia…
Impotencia de que siempre te den falsas esperanzas, ¿Cuántas veces le habían echo eso?, ¿porqué las desilusiones llegan cuando uno menos quiere? el nunca le había echo daño a nadie… ¿Qué acaso Dios lo quería ver sufrir?
-Lo sé Camus pero es que…. Tu sabes como soy yo-dijo sabiendo lo que había cometido con esas palabras; tomo al menor por los hombros y le levanto el rostro. Cuanta fue su impresión al ver que esos ojos azul profundo prácticamente lo querían hacer pedacitos
- Mira, no tengo a otro o a otra…Solo, dame un tiempo ¿si?.-El pelirrojo se soltó del moreno, molesto, aunque… todavía tenía la esperanza de volver con el, se tranquilizo un poco y se sentó en el sofá de la sala.
-De acuerdo, pero por favor vete.- Le pidió y el otro accedió, se suponía que el apartamento lo compartían , pero sabía que el error lo cometió el y que lo había lastimado…Después de todo esa noche no le costaría nada dormir en un hotel, podía pedirle un poco de dinero a su papá (N/A: si, Milo es un ricachon) o sacar de sus ahorros.
-Adiós Camus.
-Adiós Milo.- Se dijeron, parecía una despedida eterna…Incluso Camus se dio cuenta, se quedo largas horas en el sofá pensando en lo ocurrido ¿ahora que haría?.
Cuando se vino a dar cuenta ya la hora pasaba de la media noche y mañana comenzaba en su nueva universidad. Se paro y se fue a dormir a la cama, el aroma de Milo seguía ahí…Tendría que pasar años para que se eliminara ese aroma, o que otra persona llegara y lo reemplazara.
¿Otra persona?¡Ja!.
Ya se sentía lo bastante desilusionado como para aceptar a otra persona en su vida, no quiso llorar, no quería derramar mas lagrimas por nadie…
Su dolor sería solo de el y para el. Jamás volvería a amar, no mas dolor…no mas. Era un juramento no más amor; no mas promesas bonitas ni mucho menos ilusiones.
Un hueco se formaba en su corazón uno que probablemente no tendría cura, uno que solo un milagro podría curarlo. Pero ya estaba cansado de esperar milagros… Y así, pensando en todo esto se durmió pesadamente
La vida no siempre nos hace caso, y juega con nosotros.
Lunes,8:00AMUniversidad Central Ateneo
Estaba empezando a estudiar en una de las mejores universidades de Grecia, estudiaba de nuevo el primer semestre ya que se tubo que cambiar de universidad, al principio se sentía alegre, todo era bueno cuando recordó que todo eso sería mucho mejor con su Milo al lado… vaya que se sentía motivado.
Se dio cuenta de que iba tarde y llego casi a la hora límite. Se sentó en la primera fila junto con otros 3 compañeros- en una fila de 6- cosa que le pareció extraño pero al final no hizo caso. Cuando llego la profesora se dio cuenta , solo por su aspecto, que era muy estricta.
-Buenos días estudiantes, yo soy Helena McGonagall y seré su profesora de calculo...-Decía la señora mientras tomaba la lista de estudiantes aprendiéndose los nombres de cada uno y condiciones de cada uno en la universidad (N/A: Ya saben.. promedio bajo, beca deportiva…etc.), Camus no prestaba atención, por muy raro que fuera ya que era un estudiante muy atento…y aunque todos tenemos nuestros momentos el chico solo pensaba en el moreno, y en su vida…. Aunque mal momento para hacerlo; Unas risas lo despertaron de sus pensamientos profundos y al levantar la mirada la maestra lo miraba con una ceja muy arqueada.
-Muy bien ¿señorito…..?-preguntó con voz seria.El pelirrojo muy nervioso por lo que suponía que le esperaba
-eh…Camus Le Loir!.
-Hmmm, por lo visto Francés, muy bien.-Tomó una gran bocanada de aire y lo miro fijamente- le recuerdo que esta en Grecia, no esta en Francia para ser tan... creído, y creer que puede ignorar mi clase!.-Todo el salón se quedo mudo ante esto, obviamente estaba condenado.
-Disculpe señora pero creo que no puede juzgarme así; ni a mi ni a mi país- le respondió ofendido (N/A: Yo le hubiera volado la cara a la “señora” xD).
-Oh…bueno, sigamos, por favor saquen sus materiales y su libro de Calculo en la Pág.92 – Busco en su bolso, estaban los libros de las demás clases pero el de calculo no.-¡..Que no se de cuenta, que no se de cuenta…!.-Rogaba el pelirrojo pero… -hmm…¿Señor Le Loir me podría leer la página 92?.
-No lo…se me quedó el libro.- Prácticamente todo el salón miro a la profesora esperando a que se lo pasara.
-Me parece otra falta de respeto señor! No voy a permitir esto en mi clase, así que retírese. El ojiazul se retiro rápidamente del aula, ¡vaya día!. Se fue a sentar bajo la sombra de un árbol del campus.
-¡aah, esto no me puede pasar a mi!- se dijo en voz alta, tirando el bolso cerca de ahí. Tendría que esperar otra hora mas esperando como un tonto en ese lugar sin hacer nada- ufff, no es justo, se supone que es el primer día de clases no entiendo porque esa “bruja” tiene que tratar así a la gente. Esa tal “Mcgonagal” debería ser mas…
-¿Paciente?- escucho una voz masculina detrás del árbol, se paro rápidamente y se asomo para ver a aquel que intervino su monologo. Vio a un chico muy atractivo de unos 25 años; cabello largo de color azul y unos ojos esmeralda que resaltaban como una estrella en el cielo, cargaba un libro; Al parecer estaba estudiando. El chico mas grande noto que el otro se le había cercado y se paro para estar al mismo nivel.
-Mi nombre es Saga, un placer , ¿y tu nombre es..?-preguntó ofreciendo una estrechada de mano.
-El mío es Camus, también es un placer! oye disculpa si interrumpí tu estudio es que pensaba que no había nadie- estaba muy apenado, vaya día de hoy…
Bajo su mirada y se quedo un rato así. De repente el de ojos esmeralda soltó una gran carcajada haciendo que Camus levantase su mirada.
-Jajaja que cómico te veías así!..eres un poco tímido no?
-si…digamos que si.
-Jeje te pusiste rojo-el pelirrojo volteo la mirada, si no ya se iba a poner como tomate, el mayor suspiro y le sonrió al chico para decirle
- por cierto, para la próxima con Mcgonagall siéntate en las filas del medio o las ultimas, y has como si no existieras.
-Vaya, también escuchaste esa parte jeje…Entonces tu estudiaste con ella.
-en realidad no, es mi tía-A Camus le sorprendió esto pues el chico que veía no se parecía en nada a la “bruja” esa…Hablando de brujas ¿Saga no habrá escuchado esa parte de su monologo? Lo que le faltaba.
-Oye… no fue mi intención decirle bruja a tu tía, fue el momento tu sabes…- trato de explicar pero el mayor lo silencio.
-Jaja tranquilo, lamentablemente vivo con ella temporalmente… Y entiendo a todos los estudiantes que están con ella – los dos se rieron. El pelirrojo se sentía cómodo con ese chico, pero solo como amigo- o eso cree el- no quería nada con nadie, como ya sabemos.
-Entonces estás estudiando Ingeniería en telecomunicaciones. Ella me dijo que empezaba con ustedes hoy.
-si, ¿y tu que estudias?
-Quiero ser cardiólogo, me estoy esmerando para ser residente en el hospital Central.-A Camus le sorprendió esto, no por las metas del chico si no porque justamente ahí era donde su querido Milo quería trabajar ahí, cuando terminara su carrera. Estaba de más decir que se sintió sumamente triste y su mirada se puso sombría
- ¿dije algo malo?.
-No, nada…tranquilo- Obviamente le pasaba algo y Saga no era tonto.
- eso no se la cree nadie...- le dijo suavemente, ese chico era una dulzura. Hasta el punto donde lo había conocido le agradaba mucho. Hasta le dio miedo por esa sensación que sintió en alguna oportunidad pero no recordaba cual.
- Vamos dime, estás ocultando algo.
-Es que….mi, literalmente, ex novio me pidió tiempo y bueno… el quiere trabajar donde estas tu ahora. Entonces eso me…
-te lo recordé..- Camus afirmó, y el otro, sabiendo que el chico estaba triste lo abrazo con fuerza. Al ojiazul no le importo esto, más bien se le aguaron los ojos y antes de poder evitarlo ya estaba llorando con toda su alma; Como no lo había hecho el día anterior ¿Por qué se sentía así con ese chico? En el momento que el mayor lo abrazo, toda emoción salió de su escondite para salir a flor de piel.Por todos los dioses prácticamente era un desconocido y ¡¿ya se sentía así?!.
-“Cualquiera creerá que me estoy aprovechando…”-Pensó el peliazul aunque realidad no era así. Todas sus intenciones eran buenas aunque no creía que tuviera oportunidad, cuando un corazón sufre tanto es muy difícil que vuelva a amar…
¡Momento!.
¿Se había enamorado?, ¡Todavía no conocía del todo a ese chico!. A pesar de todos esos pensamientos lo siguió abrazando hasta que después de un rato el menor se separó del otro con los ojos un poco rojos.Habló primero Saga
-siéntate, necesitas relajarte ¿Por qué no me cuentas lo que pasó?.
-no se, no quisiera arruinar tu mañana yo…
-tranquilo, por alguna razón quiero estar contig…-Miro la cara del chico y esta era de sorpresa, y gracias a esto se dio cuenta de lo que iba a decir, así que sonrojado aclaró – Eh.. que bueno yo, tu me pareces mi hermano! Eso!.
-muchas gracias- le dijo, sintiendo un cariño amistoso hacia el amable chico.
-A la orden, oye ¿me podrías decir el nombre de ese chico?
-Hem..es Milo, Milo Atensy.-Le dijo y después dio un largo suspiro, miró la hora y todavía faltaba tiempo para la siguiente clase.
-¿Qué tal si vamos a la cafetería?
-Eh…si, pero ¿no tienes clases?-Le intrigó, pues los horarios de los semestres mas avanzados eran mas rígidos y mas en medicina.
-jaja no, por si no te has dado cuenta aquí no dan medicina yo hoy es mi día libre y vine aca a relajarme. Vamos tengo hambre-Saga lo tomó de la mano, tomó las cosas de Camus al otro lado del árbol y fueron a la cafetería. A esa hora había muy poca gente, así que se sentaron en una de las mesas más cómodas.
-hmm ¿quieres algo de comer?.- preguntó esto, estando cerca de la cara del francés
-Eee, no tranquilo! Yo no tengo hambre además yo…- en ese momento se pudo escuchar el sonido del estomago del chico, el greco amplio su sonrisa a lo que Camus refutó-…p-pero yo me puedo pagar mi comida.
-jaja tranquilo, será un honor invitarte a comer- dijo esto poniendo una mano en la cabeza del menor sacudiéndole los cabellos- así sea en este lugar jeje, ¿Qué quieres de comer?-y se levanto, listo para ir por el desayuno.
-hmm, pues no se, algo sano tu pide pero ya te dije que yo te lo…-Intentó pararse pero Saga lo detuvo.
-eh!-interrumpió-ya te dije que te quiero invitar… anda, concédeme un simple desayuno en un muy simple lugar…- obviamente todo era dicho irónicamente. El pelirrojo no dijo nada, ya se le estaban poniendo las mejillas color rosa por la pena-Saga lo vio y le dijo – eso es un si?...si? ok ya vengo!!- y se fue sin esperar respuesta, mientras el “chico tomate” trataba de controlarse… Sin querer sonrió para si mismo ¿hace cuanto que no se sentía así? Mucho…
Milo y el habían tenido muchas peleas esos últimos meses, tal vez tenía razón y eso se estaba convirtiendo en una relación…¿nociva para la salud? Se podría decir que si, pero el lo amaba... Sin embargo se olvido de eso, y recordó que estaba en una “cita”. Una no muy común pero al fin y al cabo una. Y con este último pensamiento rió ampliamente sin darse cuenta, de repente le ponen enfrente un jugoso emparedado, un jugo de cartón de manzana y una mermelada de la misma (N/A: Mermelada de manzana º0º).
-¿Te gusta?.
-si, se ve muy bien. Gracias.-Un placer… oye tienes bonita sonrisa- le dijo dando un mordisco a su desayuno- ¿a que hora sales de clase?
-hmm a las doce, esta semana salgo temprano, las de mas va a estar difícil .
Dejando el pan en la mesa- Oye, ¿y que edad tienes?
-veinte, pero me cambie de universidad y tuve que empezar desde cero…
-vaya, pero bueno… ya tienes mas experiencia y se te va a hacer todo mas fácil.
-si digamos que si jeje.
Se pusieron a charlar animadamente, los minutos pasaban rápido y Camus tenía que regresar pronto a clases aunque la verdad no quería ya que estaba disfrutando mucho la compañía del mayor.
Al final se despidieron rápido y el pelirrojo fue a sus clases, avanzaba el día y prácticamente no hicieron nada en clases por lo que, literalmente, no abrió su bolso. Hizo 3 amigos entre recesos uno se llamaba Dohko, un amigable chino muy inteligente y carismático, el otro se llamaba Aioria que era un poco perezoso pero a la vez divertido chico. Y el tercero era Afrodita un chico en realidad un poco extraño y muy alocado pero era ese tipo de persona con la que tenías que estar por su atrayente personalidad.
Apartamento de Camus
Llego a su casa cansado, Aioria lo había acompañado ya que vivía cerca de ahí- en un apartamento que mas bien parecía un estudio- para ver si se podía mudar al apartamento de su amigo. Ya que como gran parte del pago del apartamento lo había puesto Camus pusieron este a nombre del joven. (N/A: Camuchis saco lo del apartamento de sus ahorros de casi desde que era bebe y su papá le ayudo también)
-Es bonito el apartamento, mucho… ¿el cuarto es alquilado?- gritó desde la cocina, viendo el apartamento, el ojiazul se encontraba en su cuarto:
-si, son...cien el mes.- decía mientras sacaba las cosas de su bolso y las ponía encima de su cama.
-¿Por qué tanto? No es un apartamento de lujo…- decía el castaño reprochándole a su amigo
-está cerca de la universidad, tiene buena ubicación, muchos “recursos” cerca, tu cuarto es de madera de calidad y…- dejo de hablar al encontrar en su bolso nada mas ni nada menos que ¡el libro de Saga! Debió meterlo cuando estaban en la cafetería por error.
-¿y….? ¿te comió la lengua el gato?- le pregunto desde la puerta, como vio que no lo escuchaba y que estaba mas entretenido viendo un libro como si fuera algo del otro mundo. Moviéndose con rapidez le quito el libro.
-¡oye!¡Aioria devuélvemelo!- le exigió pero el moreno lo que hizo fue ignorarlo mientras lo leía
- Aioria…dámelo, no es mío!.
-Jajaj de eso me acabo de dar cuenta, a ver un tal Saga Mcgonagall, tiene 25 años y mira aquí esta el número de teléfono…- cerró el libro y miró con agudeza al pelirrojo que por un momento se intimidó.-¿ lo conociste hoy?.
-eh…si, cuando la profesora me sacó de clases.
-jeje bueno. El libro es de una biblioteca deberías devolvérselo rápido, la fecha límite es el… Miércoles.- le entregó el libro y se fue a buscar su bolso para marcharse.
- nos vemos luego, te llamaré si puedo con el alquiler…¡nos vemos tacaño!- y se fue dejando al francés en completo silencio. Ahora que lo pensaba no habían intercambiado direcciones… ¿sería el destino?
Sacudió su cabeza, no existía ningún destino. Uno solo forjaba su destino.
De todas maneras tenía que llamarlo, si no lo hacía Saga iba a tener problemas, suspiro y tomo el teléfono y marcó el número local.
-…Hola, buenas tardes ¿con quien hablo?-Preguntó una voz muy parecida a la de Saga solo que esta era un poco mas aguda.
-Eh..Habla Camus, ¿se encuentra Saga?- Le dio un poco de pena ya que se podía ver mal esa llamada, ¿pensaría que es un chico fácil? No tampoco era para tanto. Aparte ¿se estaba haciendo planes con el greco que se preocupaba por esas cosas?.
-Si un momento ya te lo paso…-Dijo el muchacho, se veía que era una familia decente, o eso pensaba hasta que se escucharon unos gritos-¡¡¡SAGAAA!!! BAJA DE TU CUARTO YA ,TE LLAMA UN TAL CAMUS!.- …Eso lo dejo sin comentarios, aunque le dio mucha risa y no se la pudo aguantar. De seguro era el hermano.
-Eh…¿alo? ¿Camus?
Aguantándose la risa-Si soy yo Saga…este…tu libro de medicina se quedo en mi bolso-le dijo a lo que se rió un poco sin ya poder aguantarse.
-¿escuchaste a mi hermano verdad?-La risa lo confirmaba todo-bueno jeje, muchas gracias precisamente lo estaba buscando lo necesito para un examen.
El francés se dejo de reír al escuchar esto y habló-¡vaya! ¡Si quieres te lo llevo a tu casa horita!
-No sé... me da pena contigo-le dijo y al fondo se escuchaba al mismo chico de hace rato gritar “Dile que siii!!” a lo que Saga suspiraba impaciente ¿Por qué tenían que existir los hermanos? –he..no mejor no, no con mi hermano aquí. Dame la dirección de tu apartamento y yo voy-Y de nuevo se escucharon los gritos “motivadores” (N/A: Sáquenlo por ahí jaja) de Kanon.
El menor; rojo de la pena le dio la dirección a Saga, el cual dijo que iba a ir en ese mismo instante. Unos diez minutos después de colgar el teléfono, sonó el timbre. El pelirrojo tomó el libro y abrió la puerta, cual fue su sorpresa al ver que era Milo.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto un poco confundido el ojiazul.
-Camus yo… vine a hablar contigo.- le dijo , su mirada se veía exhausta y su aliento era de alcohol- yo quiero volvger contiiigo!.
-Milo no estás en condiciones de hablar, vete- le dijo, iba a cerrar la puerta pero el moreno no se lo permitió.-Milo vete no es momento horita.- el ojiturquesa abrió la puerta sin mucho esfuerzo y abrazo a su chico.
-que bien hueles…como siempre- como quisiera que todo eso se lo dijera sobrio, que fuera verdad…El muy bien sabía que su novio era muy delicado con el alcohol, se ponía muy “activo” sexualmente.
Y eso lo comprobó cuando le empezó a besar el cuello sin sin quiera pedir permiso.
-Milo…no.. ¡no quiero!- Le gritaba, aunque es realidad si quería pero su orgullo y su mente decían lo contrario…Su corazón y su cuerpo lo querían sentir de nuevo.
Si se dejaba llevar iba a cometer un gran error.
-Vamos…lo vas a disfrutar..- Sujeto las manos del acuariano con fuerza, el chico quería hacer algo pero estaba paralizado por tantas emociones juntas…
¿Qué iría a suceder?