ONE SHOT
El cielo tan nublado ese 15 de Septiembre solo le invocaba una cosa: el cabello de Kakashi -sexy sensei. Que precisamente estaba de cumpleaños...y podía estar celebrándolo leyendo una de esas basuras que escribía Ero-sannin. Naruto negó con la cabeza. Su sexy sensei no podía estar pasándolo así...quizá se estaría dando un baño, lavando su rostro -¡que había decidido por fin dejar al descubierto!-limpiándose su fornida espalda, tallando sus fuertes brazos y lavándose las...
Un hilillo de baba se le escurrió al rubio.
¡Pero qué bueno se había puesto en esos dos años y medio! Estaba mejor que nunca. Los treinta si que le ayudaban.
-Ahhh...- suspiró el rubio, acomodando sus dos manos en su mentón y mirando por la ventana como las gotas de lluvia empezaban a caer. Se perdió en pensamientos pecaminosos que claro, tenían que ver con su sensei hasta que este apareció empapado tocando fuertemente el vidrio de la ventana.
Naruto no salió de su ensimismamiento hasta que el peligris partió el vidrio por los golpes tan insistentes.
-¡Kakashi sex...sensei...!- gritó Naruto abriendo de inmediato la ventana y dejando pasar en su habitación al peligris.- ¿por qué coño no vienes como las personas normales?- se quejó Naruto incorporándose nervioso por la visión que tenía de su sensei en ese momento: sus músculos se remarcaban debido a la ropa mojada y unos mechones de cabellos plateados le caían sobre la frente. Unas cuantas gotas de lluvia le recorrían el cuello y... ¡lo mejor era el paquete de su sensei tan marcado por haberse mojado! Que Dios bendijera al modisto de los ninjas por hacer los pantalones tan pegados.
-¿Y tú que coño pensabas que no abrías? Llevaba media hora allá fuera, pude haber muerto de pulmonía...- el peligris se cruzó de brazos.- Fui con Jiraiya-san y me dijo que tenías la primera impresión de la edición de lujo del Icha Icha paradise...- sus ojos brillaron por un momento.- Dámela.- ordenó con ojos de asesino en serie, literalmente.
Naruto alzó la ceja, extrañado. ¿Él tener una copia de esas basuras?
-Pero si yo no...- y lo comprendió. Si. Que Dios también bendijera a Jiraiya por su "ayuda".- Claaaro. Yo la tengo. Es la primera copia y ¿sabes qué Kakashi? - El mayor se sorprendió por la seguridad y la familiaridad con la que lo llamó por su nombre.- Es una edición especial...la edición yaoi titulada..."Mayor que yo" Pero...-
-¿PERO QUÉ?- exclamó Kakashi asustado, temiendo que el rubito no quisiera darle una de esas joyas de la literatura.- ¡Hago lo que quieras! Aunque sea mi cumpleaños y tendría que ser un regalo sin interés alguno, pero eso no importa...- pensó en voz alta Kakashi, rascándose el mentón.- ¿Y bien? ¿Pero...?-
-La verdad es que no quiero que hagas nada. Yo lo haré. Ese es el pero...-
El Hatake parecía no entender nada.- No entiendo.- teoría afirmada.- ¿a que te...? Hmp...- y antes de que pudiera continuar su frase, el rubio le había estampado un beso sobre sus labios y trataba de abrirse paso entre la boca del mayor, que poco a poco cedió al beso, de la manera casi desesperada con la que lo estaba besando su alumno, el rubio, el revoltoso, el que era menor por casi doce años y...
-¡No Naruto!- y lo apartó con suavidad de su lado.- ¿Qué hiciste?-
-¿Qué hiciste tú Kakashi-sensei? Tengo semanas sin dejar de pensar en ti dattebayo...-
Infló sus cachetes y por alguna razón-no sabemos cual- a Kakashi le pareció lo más tierno del mundo.
Suspiró hondamente. Por un lado, estaba esa edición de lujo -y yaoi- y por el otro, su alumno sonrojado pero valientemente enfrentándose a sus sentimientos. Naruto. La personita en la que no había dejado de pensar desde su ida. Ahora era su turno de armarse de valor.
Se acercó decidió al rubio, lo tomó con sus dos manos por el rostro y lo besó tiernamente. Luego se separó, lo observó anonadado y prosiguió a hacer lo mismo, solo que ahora introduciendo su cálida lengua en la boca del Uzumaki.
Naruto se sentía realizado aunque un vacío en su estómago se formó pensando que su sensei solo lo hacía por "el regalo". Cerró sus ojos, decidió dejar de pensar. Se entrego de lleno al fogoso beso que en ese momento se daban, pasó sus manos al cuello del mayor y a tropezones, lo arrastró hasta su cama.
Kakashi se separó de Naruto al necesitar ambos el oxígeno. Lo observó allí, debajo de él, sonrojado, deseando a por más...algo que no pensaba negarle.
El peligris formó una libidinosa sonrisa y pasó su mano por el bulto entre las piernas del rubio. Naruto soltó un gemido.
-Kakashi...-
-¿Sí?-
-Agárramelo bien, mierda.-
El jounin rió un poco. Si bien Naruto no lucía desesperado, si un poco decepcionado. Su risa cesó y juntó su frente con la del rubio.
-¿Qué pasa?- preguntó, besando castamente los labios de Naruto.
-¿Por qué lo haces si antes no querías?-
-Yo...- Kakashi iba a responder pero el rubio siguió hablando.
-Mejor que lo sepas Kakashi...no existe tal edición. El viejo te ha mentido para que vinieras a verme y...- desvió su mirada.- gomenasai...pero yo necesitaba ayuda, Kashi...- y lo abrazó con fuerza, parecía que de un momento a otro fuera llorar nada más de la pura vergüenza.
-No lo hacía por la edición que ni siquiera existe.- contestó el peligris, correspondiendo al abrazo. Lo hago por mí. Necesito un buen regalo de cumpleaños, que mejor que seas tú...-
El rubio abrió demasiado sus ojos, incrédulo. Comenzó a temblar de la alegría.
Y para impedir que Naruto saltara de la cama y diera botes de felicidad por toda la habitación, lo separó rápidamente de su lado, lo tomó de las muñecas y se posesionó de sus labios.
Consumaron una grandiosa noche de cumpleaños y pasión en la habitación del rubito. Mientras, en un árbol, Jiraiya tomaba notas de todo lo que veía y escuchaba.
Palabras...
-Kashi que me corro...-
Caricias...
-Sí, dale ahí...-
Flexibilidad.
-Ábreme más, Kakashi... ¡Ahhh...! Si...eso...-
Pero las ventanas comenzaron a empañarse.
-Mierda...lo bueno es que siempre existe el plan B.- y sonreía casi sádicamente mientras un pequeño sapo era aplastado por el movimiento tan brusco de la cama de Naruto.
FIN