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Amores de Barra por Danish

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Notas del capitulo:

Un capitulo largo ^^ (como les prometí) esta es la historia de Itachi y Haku espero que la disfruten ^^


Muchas gracias por el apoyo ^^  De verdad son lo máximo.


Ya saben.


-Bla, bla, bla -estos son pensamientos


Nos estamos leyendo en el próximo capitulo ^^ los quiero

Track 16 Itachi Uchiha y Haku Deidara

Tokio: 12 AÑOS ANTES.

-¡No quiero una maldita máquina de matar a mi lado!

 

Un niño de dieciséis años hablaba con su madre en su habitación. Los dos estaban sentados en su cama.

 

-Nene –Mikoto Uchiha abrazó a Itachi –es por tu...

-No digas eso ¿Y Sasuke?, ¿Qué harán con él? –el moreno se paró de la cama.

-Tu padre respetó nuestro deseo. Dejará a Sasuke en paz –Mikoto también se paró, tenía un hermoso kimono rojo con impresiones de pétalos de cerezo y su cabello negro y liso estaba suelto –pero tú tienes que ser el jefe cuando nosotros...

-No digas eso –Itachi formó unos puños –no quiero que...

-Es por eso que vendrá un guardaespaldas a cuidarte... ¿Por qué no lo aceptas?

-Ummm –Itachi le dio la espalda a su madre -¿Cuándo llegará?

-En menos de cinco minutos –Mikoto sonrió algo asustada, sabía que su hijo mayor estaba furioso.

-Está bien... iré a prepararme para ver a ese troglodita que me asignaran para que cuide mi trasero todos los días del año, las veinticuatro horas y ni siquiera me dejará salir en paz porque estará hasta en la noche con su ropa oscura, con sus lentes oscuros y con su cabeza rapada.

-Ya vamos a bajar nene.

 

 

-¡Qué bueno que nos hayan asignado juntos! –sólo tenía una bata blanca para taparla, sus muñecas estaban atadas a unos tubos que decoraban la parte trasera de la camioneta.

-Si Tenten –Lee tenía el cabello largo y algo descuidado, su ropa consistía en una camisa rota y un pantalón sucio y con gotas de sangre en él –pero nos llegó información de que Haku por ser el mejor cuidará al hijo mayor del yakuza.

 

-No tengo ánimos de cuidar a un niño mimado –el cabello rubio de Haku Deidara le llegaba a penas por los hombros aunque su corte (Hecho por la misma Konan) esa grafilado. Sus ropas estaban igual o peor que las de Lee y de sus otros compañeros –me gustaría quedarme con ustedes.

-¿Pero qué dices Haku-Chan? –Tenten parecía conmocionada por esa noticia –tendrás lo que mereces.

-Ese es el problema Tenten –Haku bajó la cabeza y sus ojos se entristecieron –no merezco nada de esto.

 

-Qué bueno que aceptaste hijo –Fukaku llegaba a su casa después de hacer unos negocios y abrazó a su hijo.

-Bienvenido a casa padre –susurró Itachi con el poco buen humor que le quedaba.

 

-Amor –susurró Mikoto y el hombre sonrió como un bobo y dejó a su hijo sólo para tener entre sus brazos lo que más amaba en ese mundo.

-Eso no lo puedo negar –Itachi miró a otra parte –él está increíblemente enamorado de mi madre.

 

Las puertas de esa mansión se abrían sólo para él. A sus otros compañeros habían mandado hacia la parte de atrás de la mansión. Ni él sabía cuánto le molestaba la situación. Odiaba servirle a ricos por el simple hecho que le recordaba lo banal que él había sido cuando tenía la misma posición social que ellos. Seguía a un mayordomo flaco y alto.

 

-Tenemos que prepararlo para su visita Deidara-San.

-Sólo... –Haku puso una mueca de incomodidad –sólo llámeme Haku.

-Está bien... Haku-¿San? –abrió las puertas y se encontró con tres morenos. Eran dos hombres y una hermosa mujer, él más viejo ya lo conocía, él era Fukaku Uchiha y el otro.

 

-¿Qué significa esto? –preguntó Itachi al ver a su “guarda espaldas”

-Sip –Haku trató de no suspirar, porque no sabía que impresión podía causar a la familia –ese es el estúpido niño mimado que tengo que cuidar.

 

-Itachi-San –dijo el mayordomo haciendo una reverencia –él es Haku Deidara –el aludido hizo una reverencia más por imitar al mayordomo por otra cosa y se quedó así, quizás hasta que alguno de esos cuatro se dignara a decirle “Levanta la cabeza” –él a dirigido varias operaciones contra la mafia china, ha matado y salvado vidas en varios países asiáticos, posee un amplio conocimiento de cinco idiomas. Es un estratega y su especialidad son las bombas.

-Esa niñita es un matón –se burló Itachi.

 

-Quizás cuando esté durmiendo... nadie lo notará, parecerá una intoxicación por algún alimento. Quizás me cuele en la cocina... ¿Qué podría echar para que no se note tanto en la comida?... o ¿Le doy LSD y lo hago pasar por drogadicto? –sí, ese era Haku planeando la mejor muerte para Itachi Uchiha.

-Esa niñita como le dices tú –le defendió Fukaku –tiene las manos manchadas de sangre y tiene tu misma edad, prueba irrefutable de que en realidad no sirves para nada.

 

-¡Fukaku!

 

Eso le había gustado mucho y por primera vez se sintió orgulloso de su trabajo.

 

-Con su permiso me retiro –dijo el mayordomo.

-Levanta la cabeza –le susurró la dulce voz de Mikoto Uchiha y él le hizo caso –los dejaremos solos –los dos mayores se fueron y el moreno le dijo.

 

-Sígueme –Haku obedeció y comenzó a caminar por esa mansión atrás de Itachi –a mi lado –volvió a obedecer –como verás, al igual que tu no me gusta el hecho de estar en tu presencia –el rubio lo miró –no quiero tener un tanque con patas y menos un tanque con patas tan...

 

Haku parecía no importarle nada de lo que dijera Itachi.

 

-¿Por qué escogiste esta vida?.

-Yo no escogí nada –salieron al jardín.

-Debes estar cansado –el moreno tragó duro.

-No me tiene que hablar si en realidad no lo desea amo.

-Lo deseo... –Itachi lo miró –pero hay algo que debo decirte –su expresión se volvió sombría –mi hermano menor no sabe nada de esto, está prohibido hablar sobre eso, él piensa que sólo tenemos una empresa de celulares. Así que ni se te ocurra decir algo referente a esta vida. Todavía no sé qué le diré sobre ti y...

-Puede decirle que soy un estudiante de intercambio –susurró Haku.

-¡Piensas! –otra vez se burlaba de él.

-Lo odio

 

3 MESES DESPUES.

-¡Haku-Chan, Haku-Chan! –el pequeño Sasuke corrían en donde se encontraba el rubio; su cabello estaba un poco más largo y arreglado, tenía puesto el uniforme de la secundaría que asistía junto a Itachi y hacía su tarea en el tatami de su nuevo cuarto -¡Necesito ayuda Haku-Chan!

-¿Qué pasa? –el rubio se levantó asustado.

-¡Es mi oni-san, Haku-Chan!, ¡Tiene fiebre y oto-san y oka-san no están! –cargó al niño y le preguntó.

-¿En dónde está?

-¡En el mueble de la sala!

-Agárrate fuerte –el rubio saltó la baranda del segundo piso y cayó al primero, comenzó a correr hacia el mueble y vio a Itachi reírse -¿Qué significa todo?... –dejó a Sasuke en el suelo y apretó sus manos formando puños, cerró los ojos, contó hasta diez y sólo hubo silencio. Cuando los abrió notó como un preocupado Itachi se sentaba en el mueble.

 

-Haku...

 

El rubio se dio media vuelta y subió las escaleras.

 

-Maldito –sus pisadas se escuchaban por toda la mansión -¿Qué se cree?... ¿Qué puede jugar con todo esto?... –abrió la puerta de su cuarto y se sentó en el tatami a mirar fijamente su tarea de física -¿Pero qué demonios le pasa a él, qué?... –escuchó cómo se abría el pomo de la puerta, pero ya sabía quién era.

-¿Haku? –Itachi entró.

-¿Esperabas a alguien más?

-Haku... yo lo siento... pensé que le dirías a las enfermeras, no pensé que... hicieras todo eso sólo para saber si estaba bi...

-Es mi trabajo –su respuesta había sido fría.

-¿Cómo?

-Es mi trabajo, me contrataron y me pagan por cuidarte como a un bebé... no puedo hacer nada al respecto –abrió los ojos asustado. Había hablado más de la cuenta.

-¿Odias este trabajo? –miró a su amo y su cara era de tristeza total.

-No –aseguró.

-¿Seguro?

-No lo odio... a mi trabajo –dijo para evitar equivocaciones.

-¿Y a mí?

 

En teoría no lo odiaba, sólo odiaba su forma prepotente de hablar, de ser, odiaba como se pavoneaba en la preparatoria con cualquier chica o chico y él detrás de él rechazando a todos, debió aprender muchas cosas y como nunca había estado en una preparatoria porque él estudiaba con profesores particulares se debía acostumbrar al trato y a los trabajos en equipo que mayormente los hacía con Itachi.

 

-No.

-Eres un mentiroso.

-No se puede odiar al amo –Itachi se sentó muy cerca de él y no pudo evitar sonrojarse.

-NO soy tu amo... quiero ser tu amigo –Haku alzó una ceja -¿Estoy muy lejos de lograrlo?

 

No respondió.

 

-¿Tus amigos son Tenten y Rock Lee?

-Si.

-¿Los extrañas?

-A veces me gustaría tenerlos cerca.

-Si me das un beso los tendrás cerca –Itachi se le acercó.

-¿Qué? –su sonrojo era mayor y se alejó un poco de Itachi.

-Sólo mentía –el moreno rió –gracias por ayudar a mi hermano –susurró –le diré a mi padre que tengamos a Tenten y a Lee cerca.

-Muchas gracias.

-Pero no desistiré en la idea de ser tu amigo.

 

Sonrió. Otro amigo a su lista no vendría mal.

 

Cuatro años pasaron y sus lazos de amistad se fortalecían más, al igual que los sentimientos de Haku hacia Itachi. No entendía muy bien por qué le gustaba el moreno. Bueno, era bien parecido, aquella prepotencia se le había esfumado con los años y compartían muchas cosas juntas. Los dos entraron a la escuela de economía de la universidad de Tokio como había querido Fukaku, aunque el rubio sabía que lo que quería ser Itachi era chef.

 

Los dos se esforzaron demasiado por entrar por sus propios méritos a la escuela de economía y lo lograron justo cuando salieron de la preparatoria. Ya iban a terminar la carrera y los dos estaban en la desolada biblioteca de la universidad, una de las más grandes de país. Si, muchos sabían lo bien que se la podían pasar entre esas estanterías llenas de libros.

 

-Necesito buscar unos libros –Itachi agarró sus cosas y se paró -¿Me acompañas?

 

Haku asintió e imitó al moreno, comenzaron a caminar entre los espacios de las estanterías e Itachi mientras consultaba unos libros preguntó.

 

-¿Qué te pasa?

-¿Eh? –Haku lo miró extrañado.

-Estás muy distraído últimamente... ¿Te incomoda algo?

-No –Haku no quería tocar ese tema.

-Mentiroso.

-¡Digo la verdad!

-El otro día en el dojo te golpeé la cara.

-¿y? –Haku subió y bajó los hombros –buena prueba de que progresas.

-¡No! –Itachi lo agarró por los hombros y Haku se sonrojó -¡Por algún motivo estas despistado!, eres Haku Deidara –se acercó aún más.

-Si... –el rubio ladeó su rostro a otra parte –sólo soy un hombre.

-Sólo eres un estúpido –le beso y Haku le correspondió como si de uno de sus sueños se tratara, le abrazó y lo pegó contra una de las estanterías de libros haciendo que varias cayeran -¿Acaso era eso? –le susurró cerca de sus labios y Haku seguía con los ojos cerrados -¿Acaso te gusto?

 

Sus ojos se abrieron asustados y se zafó del abrazo de Itachi, ¿Qué estaban haciendo?, ellos eran sólo “Protector” y “Protegido” no podían ser más nada que eso, se tropezó con uno de los libros que habían caído esparcidos en el suelo y se cayó. Cosa que (Obvio) Itachi aprovechó para posicionarse encima del rubio.

 

-¿Qué crees que haces? –preguntó asustado Haku –a cinco metros de mi, por favor.

-Vaya –Itachi se inclinó para besarlo una vez más –eso lo debo decir yo –le agarró la nuca y volvió a unir sus labios –si... –susurró después del beso –te gusto.

-Apártate de mi Itachi Uchiha –comenzaba a molestarse –deja de jugar así.

-Deja tu de hacerte el duro... sabes que te gusto de sobremanera –sus manos jugueteaban por debajo de su camisa.

-Basta –estaba completamente descolocado; cerraba los ojos porque le gustaba lo que sentía, pero su conciencia quería actuar en su contra –te lo suplico... para.

-Haku Deidara suplicando –Itachi le levantó la camisa y comenzó a morder esa nívea piel.

-Umm... –su ceño estaba fruncido y sus ojos cerrados cuando sintió la boca de Itachi sobre su cuerpo, apretó los labios, no debía gemir, no debía caer.

-No seamos mentirosos –Haku abrió los ojos ante esas palabras y vio la hermosa sonrisa de Itachi –yo te gusto demasiado –cazó sus labios y el rubio lo abrazó -¿Ves? –le quitó la camisa –y lo mejor de todo –comenzó a besar su cuello –no te imaginas las ganas que tengo de hacerte mío.

 

Haku comenzó a gemir ante las caricias del moreno lo más bajo que podía, le quitó la camisa al pelinegro cosa que lo dejó anonadado y solo rieron ante esa acción. Comenzaron a desvestirse entre gemidos, caricias y besos, hasta que ninguna prenda los separaba, friccionaban sus cuerpos y tenían que morderse el labio inferior o besarse para no gemir tan alto.

 

-Es más excitante así, ¿No lo crees? –Itachi se sentó al frente de él –ven aquí... hazme sexo oral –y como todo lo que le pedía su amo era santa orden para él, no escatimó en cumplirle ese deseo. Sintió como las uñas de Itachi se clavaban en su cuerpo y el pelinegro botaba pequeños gemidos –Ha... Haku... que esto dure por favor –casi le suplico y el rubio dejó de darle sexo oral –ahora estos tres –comenzó a lamer esos tres dedos que le había ofrecido Itachi y cuando este los retiró, lo besó con pasión.

-¡Argh! –el dolor era insoportable, se abrazó a su amo que estaba encima de él y comenzó a respirar agitado.

-¿Es?... –Itachi se alejó un poco de él -¿Es tu primera vez? –el rubio asintió como respuesta y otra vez Itachi sonrió –iré con más cuidado.

 

Aunque el dolor era horrible Haku lo soportaba, hasta que se fue apaciguando y el placer sustituyó a todo dolor cuando ya Itachi metía y sacaba con facilidad sus tres dedos.

 

-Muy bien –susurró y se introdujo lentamente –sólo dime si te duele.

 

Un golpe en seco detuvo a Itachi asustándolo, pero se dio cuenta que fue Haku quien golpeó el suelo.

 

-No hagas eso... nos pueden descubrir –Haku asintió y cazó los labios del moreno.

-Me duele un poco –susurró.

-Está bien –Itachi retrocedió y volvió a meterse un poco más –levanta esas piernas, ponlas en mi cadera –Haku obedeció y el miembro del moreno pudo entrar más fácil.

-Ummm... –arqueó un poco su espalda al sentir mariposas en su estómago –Itachi –susurró y acarició su rostro -¿Qué estamos haciendo?

 

El moreno solo sonrió y comenzó a penetrarlo tratando de controlarse para no darle como debía hacerlo, se afianzó agarrando la cadera de Haku y las penetraciones se volvieron más rápidas y profundas, haciendo que el rubio se tapara la boca con ambas manos y sus lágrimas cayeran. Conforme se iba a acostumbrando a aquella invasión Itachi lo penetraba más rápido haciéndolo también gemir a él.

 

-Demonios, eres demasiado rico –susurraba antes de cazar los labios del rubio.

-Ita... –Haku estaba a punto de llegar al climax.

-Sólo un poco... aguanta un poco más –seguía penetrándolo sin parar, se abrazaron y se besaban con cada vez más pasión, hasta que el rubio no aguantó más y llegó.

-Itachi –susurró y cerró los ojos para embriagarse por esa sensación increíble. Pero abrió los ojos cuando sintió como el pelinegro se salía sin mucho cuidado, se masturbó un poco y llegó encima de su abdomen.

-Lo siento... seguramente te rompí y... –apoyó sus manos en el suelo –si acababa adentro te iba a irritar y... –cerró los ojos y se dejó caer a un lado del rubio -¿Necesitas una toalla?

-No... yo... –Deidara se miró, su abdomen estaba hecho un revoltijo de semen –tengo servilletas –agarró su bolso y buscó las servilletas para limpiarse.

-¿Qué te pareció? –miró al pelinegro algo confundido –era tu primera vez ¿No?, ¿Hice un buen trabajo? –Haku se sonrojó un poco y terminó de limpiarse, colocó las servilletas sucias en una bolsa y se colocó su bóxer –eso me parece un sí.

-Itachi, deberías colocarte tu ropa.

-¡Nah!, nadie nos encontrará aquí –miró al rubio que se colocaba su ropa tranquilamente –entonces gané la apuesta –Haku se terminaba de colocar su suéter blanco cuando escuchó eso –no podía creer que te gustara tanto que me dejaras tomar tu virginidad –Haku estaba a punto de llorar.

-¿Qué? –le dio la espalda a su amo, agarró su bolso e Itachi comenzó a ponerse la ropa.

-Si... los chicos y yo hicimos una apuesta, ellos me dijeron “Oye hermano, a Haku le gustas”, yo no lo creía hasta hoy –comenzó a reír y se colocó sus zapatos –fue increíble cuando decidiste hacerlo conmigo... eso quiere decir que me deben más –un puñetazo lo hizo volver al suelo, se reincorporó rápido y vio como las lágrimas de Haku salían sin parar. Sintió un gran dolor en su pecho al ver al rubio así -¿Cómo te atrevis?...

-¿CÓMO TE ATREVISTE A HACERME ESO? –el rubio se dio media vuelta y comenzó a caminar.

-Oye, oye... espera Haku –le agarró el brazo al rubio, pero este sólo le volvió a dar otro golpe en la cara.

-Renuncio, no aguanto más tus humillaciones –siguió caminando como si nada, dejando a un Uchiha en shock.

-Haku –susurró desesperado –no... no te vayas de mi vida Ha... –lo vio cruzar la puerta de la biblioteca y decidió correr tras él, pero al salir no lo vio por ningún lado.

 

-¡Hey Bro!... –tres chicos se acercaban a Itachi, pero él no les prestó atención –vimos a un ángel con las alas rotas caminando hacia la salida de la universidad.

-¿Haku? –Itachi comenzó a caminar hacia la salida más cercana.

-¡Hey Bro! –le dijo el mismo chico; este era alto y de cabello castaño oscuro, sus ojos eran verdes y su piel era como la de un modelo -¿Qué ha pasado para que los ángeles lloren?

-Ummm –Itachi miró a los tres chicos –me deben plata... me deben mucha plata.

 

Los tres abrieron los ojos asombrados, ¿Entonces eran verdad sus conjeturas?

 

-¿Se te declaró? –preguntó el chico de cabellos castaños claros.

-¿Y tú qué hiciste? –preguntó un moreno.

 

-¿Lo despachaste? –preguntó un trigueño.

-Era virgen –respondió Itachi tranquilo. Ahora, necesito buscarlo.

 

-¿Le rompiste el corazón Bro?

-Algo así –bajó la cabeza.

 

-¿Te lo tiraste? –preguntó el trigueño.

-Para él no fue un simple polvo.

 

-Claro que no Bro... –el peli castaño le dio unas palmaditas en la espalda –era su primera vez. Y le gustas tanto que fue contigo.

 

Itachi bajó la cabeza triste, ¿Qué le iba a decir al rubio?

 

-Sólo dile que también te gusta –dijo el moreno e Itachi suspiró.

-No va a ser tan fácil.

 

 

Cinco meses habían pasado desde ese día y Haku ya no vivía más en la mansión, sus padres le había dado permiso para que él se fuese a vivir a otro lugar que por penitencia no le habían dicho al moreno. Era obvio que ellos no tenían la menor idea de lo que en realidad había pasado, Haku solamente les dijo que no soportaba más humillaciones de su hijo y le aprobaron el hecho de que por una temporada el rubio no estuviese más en la casa, por lo que sus momentos a solas quedaban reducidos a CERO. En la universidad simplemente Haku lo ignoraba y sólo se concentraba en dos cosas, protegerlo y pasar todas las materias.

 

-Maldición –susurró mientras se masajeaba sus sienes, lo vio salir de la clase, era la última de esa semana y decidió seguirlo a pie –por favor –susurró –que lo que me ha enseñado Haku me sea útil hoy.

 

Lo siguió sin que el rubio se diera cuenta a un hotel cinco estrellas muy cerca de la universidad y lo perdió en el loby con tanta gente.

 

-Disculpe –se acercó a una de las recepcionistas de guardia –¿La habitación de Haku Deidara en donde la puedo encontrar? –la chica le dio un vistazo a su lista.

-No disculpe... no hay nadie con ese...

-¿Y Minato Namilaze?

-¡Claro que sí! –la chica sonrió –el angelito –Itachi la fulminó con la mirada. ¿A quién más le gustaba Haku Deidara? –está en la suite catorce eme.

-Muchas gracias –le sonrió y la chica se sonrojo -¿Piso?

-Catorce –le dijo como que si en realidad fuese un pecado no saberlo.

-Gracias –esperó el ascensor y marcó el piso catorce, sus manos sudaban y su respiración era irregular. Cuando llegó al catorceavo piso se abrió paso entre la muchedumbre y comenzó a correr buscando la suite catorce eme. Al encontrarla se paró al frente de ella y respiró hondo -¿Ahora qué hago? –preguntó como si alguien le pudiese responder –bien –aclaró su garganta y toco –roon service –anunció y escuchó un “Pase. Está abierto”.

 

El moreno entró y encontró a Haku recién bañado, con una toalla solo tapándole de la cintura para abajo, con la tv encendida y sus cosas por aquella suite que parecía un hermoso apartamento.

 

-¿Qué haces aquí? –Haku estaba impresionado por la llegada del pelinegro.

-Necesito hablar contigo.

-Disculpe pero... –Itachi le pasó seguro a la puerta –yo sólo me limitaré al traba...

-¿Me odias?

-Sí.

 

Eso había caído como un balde de agua fría en pleno invierno. Se formó un silencio incómodo en el que Haku aprovechó para recoger sus cosas.

 

-¿Por qué sigues yendo a la universidad?

-Porque yo estudio allí y también porque ahí estudias tu... mi protegido.

-Ese día...

-¿Te pagaron? –el moreno se había quedado tieso -¿Te pagaron los chicos?

-Me comentaron que no les hablas.

-Muy poco me interesa –Haku se sentó en un sofá de cuero negro y comenzó a echarse crema en su cabello.

-No me pagaron –el rubio ahora lo miraba anonadado.

-¿Por qué rechazaste tal cantidad de dinero?

-Porque yo... –hizo una reverencia –perdóname, te suplico que me perdones... yo... también estoy enamorado de ti.

-¿También? –Haku se paró -¿También? –comenzó a reír –estas mal.

-¿Disculpa?

-Tú no estás enamorado de mí, lo que pasa es que tu conciencia no te deja ni dormir.

-¿Pero qué?...

-Así que me gustaría que nuestra relación se basara en protector y protegido... no necesi... –los labios del Uchiha lo callaron él lo intentó apartar, comenzó a caminar hacia atrás, pero sólo consiguió caer en el mueble para tres personas que tenía la suite.

-Yo no anhelo eso –Itachi se colocó encima de Haku –yo no quiero una simple relación de protector  a protegido... yo te amo.

 

Las palabras que Haku quería decir quedaron muertas en su boca, como si alguien las hubiese evaporado.

 

-Vuelve conmigo a casa, no quiero que suframos más por esto.

-¿Desde cuándo eres así?

-Desde que me di cuenta de lo que estaba perdiendo –Itachi le acarició el rostro –te amo.

-Ya basta –el rubio tenía las defensas abajo –no digas más eso.

-Es verdad.

-No te creo.

-¿Cómo esperas que te lo demuestre?

 

El rubio besó a su amo y este le respondió el beso de inmediato, lo abrazó y cuando terminó unas gotas cayeron en su cara.

 

-Vuelve –Itachi lloraba –por favor... vuelve.

 

Se había quedado petrificado, secó las lágrimas del moreno y se volvieron a besar.

 

-No lo haré –susurró.

-Te lo ordeno –Itachi no sabía que más hacer.

-No, tu padre...

-Te necesito –lo abrazó y escondió su rostro entre en hombro de Haku –como tú no te imaginas, no serenos protector y protegido. Seremos amantes, novios...

-No seremos nada.

-¡Maldita sea te lo suplico! –lo abrazó –te lo suplico.

-Yo te odio Itachi.

-Eres un mentiroso, tú me amas, me amas demasiado –lo besó cerca de los labio y los ojos del rubio se cerraron ante ese contacto –y yo también lo hago. Ven conmigo.

-Necesito pensarlo.

-Te daré todo el tiempo del mundo... pero te aseguro, que no encontraras una persona como yo en este mundo. Perderás una gran oportunidad y lamento decir que yo también lo perderé... pero yo la recuperaré sea como sea.

 

El rubio se quedó en blanco.

 

-Y dime... ¿En dónde está tu dichosa cama? –el rubio comenzó a reír ante lo último que había preguntado el moreno y lo besó.

-Tú sí que eres extraño.

 

Después de un fin de semana lleno de amor (Y sexo) en ese hotel Haku e Itachi regresaron a la mansión extrañamente muy unidos (O eso pensaba Tenten). El primero en recibirlos fue Sasuke que casi llora al volver a ver al rubio en su casa; llevaron sus cosas a su cuarto y de vez en cuando Itachi le robaba un beso furtivo dejándolo en shock y sonrojado.

 

Todo parecía realmente tranquilo, Fukaku se alegró por tenerlo otra vez en la mansión al igual que la hermosa Mikoto, cenaron tranquilamente y fueron al cuarto de Sasuke (por capricho del niño) para que jugaran con él en su consola de videojuegos y cuando este iba a prender el aparato escucharon una detonación muy grande.

 

-Quédense aquí –susurró Haku abrió la puerta.

-Ni loco –susurró Itachi –Sasuke, no salgas por nada del mundo  -le ordenó Itachi a su hermano menor y los dos salieron.

-¿Tienes una? –Haku sacó dos armas dentro de su ropa y las cargó. Se escuchaban las detonaciones de afuera de la casa.

-Sí.

 

Escucharon unos gritos y unos disparos muy cerca.

 

-Tenemos que llegar a mi cuarto –susurró Haku .

-Rápido, bajamos las escaleras, vamos a tu cuarto y luego matamos a toda esa gente.

 

Comenzaron a bajar y a cada hombre que estaba vestido de ninja le disparaban en la cabeza lo más rápido que podían; llegaron al segundo piso y una bala rozó el hombro de Haku.

 

-Maldición –le disparó a la persona que le había disparado y entraron al cuarto.

-¿Qué carajo está pasando? –Itachi abrió un baúl que tenía Haku y sacó una castigadora y tres granadas fragmentarias –esto parece la tienda de Kakuzu –miró hacia atrás y el rubio no se encontraba -¿Haku? –cargó el arma y abrió un poco la puerta –Ha... –vio a su novio acabar sin problema alguno con cuatro hombres con sus amados kunais y lo que quedaba de municiones en su pistola.

-¡Apúrate!, pasa más armas –Itachi le lanzó la castigadora que tenía y el rubio comenzó a disparar. Otra bala rozó su brazo e Itachi entró en acción disparando con una 9mm tan rápido como aquella arma se lo podía permitir.

-Busquemos a los demás –Itachi estaba realmente preocupado por sus padres y por Sasuke.

-Este pasillo está limpio. Bajemos y digámosle a Suingetsu y a Juugo que busquen a tu hermano y lo lleven a un lugar seguro –Haku saltó la baranda y el moreno suspiró, ¿Por qué él no podía usar las escaleras como alguien normal?

 

Comenzó a bajar y matar a todo el que intentara hacer lo mismo con él. Le dieron en el hombro.

 

-ARGH –arremetió contra ese ninja, llegó hasta el primer piso y se percató de que sus compañeros estaban también peleando y caían por los ninjas. Comenzó a cubrir a los demás y agarraba las armas que los muertos ya no sujetaban.

 

Lee parecía una fiera matando a todos sus adversarios al igual que Tenten. Divisó a Juugo y a Suingetsu, los llamó y les gritó.

 

-ESTÁ EN EL TERCER PISO, LLEVENLO A UN LUGAR SEGURO –los dos hombres le obedecieron y se hicieron paso matando a varios ninjas que no parecían acabarse –HAKU –gritó y escuchó dos disparos que hicieron que todos los ninjas cesaran su ataque. En el suelo yacía con sus sesos esparcidos entre la cara de Haku y varios muertos a su alrededor Hizashi Hyuga.

-Perdedor –susurró Haku, cargó sus dos armas y comenzó a matar a los ninjas, estos iban hacia el rubio, pero sus compañeros les bloqueaban el paso y los mataban. Itachi comenzó a disparar también y comenzó a buscar a sus padres, corrió hacia la cocina y allí se encontraban. Fukakau sangrando por una herida de bala en su pecho y Mikoto estaba inconsciente.

-Padre –susurró y se arrodilló para estar a la altura del herido.

 

-Itachi –el hombre comenzó a toser y le salió sangre, se notaba el gran esfuerzo que hacía para respirar –cuida a tu hermano.

-Lo sé, lo sé... sólo... tranquilízate –buscaba algo para poder atender a tu padre.

-Nos han declarado la guerra y... –tosió y otra vez botaba sangre por la boca –necesito que te pongas al frente... Itachi... tu madre es fuer... sálvala a ella.

-Oto... –Fukaku le colocó un dedo lleno de sangre entre sus labios.

-Cuida a Sasuke porque sé que Haku te cuidará a ti... ya tiene tiempo haci...

-Oto-san... Haku y yo...

-Sé lo que pasa entre ustedes dos –el hombre le restó importancia –acaba con todo esto... y no dejes que tu tía obtenga el puesto –Itachi sonrió de medio lado y sus lágrimas caían en las mejillas de Fukaku –ahora me puedo ir... sabiendo que mi hijo acabará con todo lo que comencé.

 

Los ojos del hombre se cerraron e Itachi comenzó a llorar; gritó de dolor y salió de la cocina dispuesto a matar a quien se metiera en su camino. El número de ninjas se iba reduciendo.

 

-HAKU –se percató de que el “Demonio silencioso” Neji Hyuga iba a arremeter contra Haku, pero le disparó en el estómago antes de que sacara su arma y la blandiera contra su novio. Haku volteó a mirar a Itachi anonadado y corrió y saltó entre los cadáveres que yacían esparcidos en el suelo.

-¿En dónde están tus padres? –preguntó al llegar hacía él.

 

-Mi padre está muerto.

-¿En dónde está tu madre?

-Inconsciente y a salvo en la cocina.

-Bien –Haku comenzó a disparar –tenemos que llevarlos al tercer piso –Itachi lo detalló; estaba lleno de sangre y de su mano izquierda goteaba sangre –que bueno que vine hoy –fueron a la cocina, mientras que los ninjas gritaban “Retirada” y se llevaban a Neji.

 

Tenten, Lee y sus demás compañeros respiraban agitados y todos tenían al menos una herida, muchos cargaban con camaradas muertos o muy malheridos y subían al tercer piso.

 

-¡Tenten, Lee! –llamó Haku y los chicos fueron hacia él –Fukaku-Sama está muerto –a los chicos les conmocionó la noticia –Mikoto-Sama está inconsciente, debemos llevarlos al tercer piso. Están en la cocina.

 

Los cuatro se fueron a la cocina y levantaron a los dos jefes del clan Uchiha, lo llevaron hacia el tercer piso y se encontraron en el proceso, tantos camaradas como enemigos muertos. Itachi trató de no verlos y Haku parecía tan acostumbrado a todo eso que le dio asco.

 

-Camina rápido –le dijo Haku –y no veas al suelo –pero Itachi miró hacia el suelo y quedó pasmado cuando se percató de que al frente de la habitación de Sasuke estaba Juugo muerto, se sintió jalado por Haku y caminó a su ritmo sin dejar de mirar hacia atrás –tenemos que estar pendiente, no sabemos si en realidad haya más. Mantuvo su vista fija hacia la puerta a la que se dirigían como si alguien lo obligara a ver más hallá, como si alguien lo obligara a mirar su futuro.

 

Se abrió la puerta y su ototo se montó en él gritando “Aniki” a todo pulmón y él parecía un maniquí. Cuando se percató de que su hermano podía ver a sus padre era muy tarde, Sasuke gritaba casi histérico. Trató de taparle los ojos, pero Sasuke se la quitaba  y siguió gritando hasta que tapó su boca y el niño lloró aún más. Se sentó en una silla con Sasuke aún llorando en sus brazos. Paneó la zona y había muchos heridos que los médicos atendían.

 

-Atiendan a mi madre... RÁPIDO –Haku colocó en una mesa a Mikoto y se fue hacia Itachi y Sasuke.
-Haku-Chan –susurró Sasuke y cerró los ojos –debo despertar.
-¿Despertar? –Itachi miró por un momento a Haku, ¿Qué era lo que pensaba Sasuke?
-Suingetsu me dijo que era un sueño... un sueño...

 

Haku miró a Itachi, lo abrazó y este abrazó a su hermano. Seguramente hubiese sido una imagen enternecedora si no estuviesen en una situación tan crítica como esa. Se entrelazaron sus manos, como si estuviesen dándose fuerzas y el rubio le besó la cabeza.

-Haku-Sama –el aludido rompió todo contacto que tenían rápidamente y salió. Sasuke trató de pararlo, no quería perderlo como perdió a muchos de sus amigos, pero Itachi lo agarró, más por querer aferrar a él para no seguir a su novio.
-No le pasará nada –susurró Sasuke e Itachi lo miró asombrado y este le sonrió –es Haku.

 

El pelinegro sonrió también y pensó en todas las familias que no tendrían hoy un padre, un hermano, alguien quién los acompañara al dormir o que no desayunaría con ellos. Odiaba ese mundo, y lo odiaba más porque siempre estaría preocupado por Haku.

UN AÑO DESPUES

-¿Lo mandarás a Konoha a estudiar en la escuela de artes? –Mikoto parecía abrumada por lo que le había dicho el moreno.

-Es mejor, es un tratado de paz... debemos seguir lo que acordamos con Hinata-Sama.

-¡Di algo Haku! –le suplicó Mikoto al chico vertido como cualquier economista y con su cabello recogido con una cola de caballo que se había hecho después de hacerle una al moreno. Tragó duro al escuchar las súplicas de Mikoto, luego miró a Itachi y este dijo.

-No metas a Haku en esto mamá.

-Él también es de la familia.

 

-Con todo respeto Mikoto-Sama –la mujer lo miró esperando que el chico se pusiera de su lado –comprendo lo que representa llevar a su hijo a una prefectura en donde está el clan yakusa con el que hace unos mese estábamos en guerra –la mujer al escuchar eso le sonrió a su hijo menor –pero... –la sonrisa de la mujer se desvaneció –por eso estará con un Sabaku...

-¿Irá también Gaara? –preguntó asombrada.

-Los dos son muy amigos desde pequeños y tienen una buena vista para el arte. Así que no le veo inconveniente para que puedan ir a Konoha. Es una buena jugada, pues no podrán herir a Sasuke sin herir a Gaara. También es por el tratado de paz... su hijo podrá venir en cualquier momento del año a su casa. Nadie lastimará a su hijo –hizo una reverencia –se lo juro –la miró sabiendo que la mujer no tenía con que más atacar.

 

Mikoto suspiró cansada de todo eso, accedió a que Sasuke fuese a la academia de artes de Konoha, comunicó que su hermana Kurenai había perdido a su esposo en un trágico accidente y se quedaba una temporada a vivir con ellos, cosa que no les importó en lo más mínimo a los dos hombres que salieron en total silencio de aquella habitación. Se miraron y sonrieron victoriosos, Itachi le dio un pequeño beso a su novio, le dio una pequeña palmada en el trasero y salió corriendo sabiendo que Haku lo perseguiría.

 

-¿Quién dijo que los economistas no corren como unos bebes? –preguntó Tenten mientras pasaban cerca de ella.

-¿Qué tal Tenten? –le saludó Haku cuando pasó como una bala a su lado y la chica rió un poco, era bueno que después de todo lo que había pasado Haku sonriera. Era lo único que le podía agradecer al moreno.

 

Los dos hombres entraron al cuarto de Itachi y entre besos comenzaron a quitarse la ropa con desesperación. Una buena sección de sexo para celebrar que Sasuke se iría a la escuela de artes de Konoha no era tan mala idea. Itachi cerró la puerta de su cuarto con seguro sin ni siquiera percatarse que Suingetsu los miraba con una cara desencajada del asombro y pegó a Haku a ella sacándole un gemido por lo efusivo que se podía poner cuando necesitaba ese cuerpo con ansias.

 

-Itachi...

 

Estaban sentados en una gran mesa en donde sólo los más allegados a la familia y la familia cenaban ahí.

 

-¿Um? –el moreno se servía un poco de estofado de carne en su plato.

-¿Por qué Suingetsu nos mira extraño?

 

Itachi reparó en la expresión incómoda y sonrojada del chico.

 

-No sé, ni me importa –se metió un poco de estofado a la boca y miró a otra parte quitándole importancia al tema.

-Itachi... de veras, ¿Crees que se ha dado cuenta de algo? –le susurró y el chico pareció pensárselo.

-¿Y si así fuese qué? –escuchó a su novio suspirar algo enfadado –apúrate con eso que nos iremos en unos minutos.

 

El aludido comió de mala gana y miraba a Suingetsu de soslayo y este sólo miraba a otra parte apenado.

 

-Mejor ni le doy importancia al asunto.

 

Despues de comer; cuando Haku estaba en su cuarto con la puerta abierta acomodándose sus armas para esconderlas bien entró Suingetsu.

 

-Oe... Haku-Chan.

-Sui-Chan –le saludó con una sonrisa -¿Qué te trae por aquí? –el chico se acercó a él.

-Sean más precavido.

-¿Eh? –lo miró extrañado.

-Hace dos horas pues... Mikoto me mandó a decirte algo y yo... pues... Itachi me cerró la puerta en mi cara mientras se besaban y luego escuché como te pegaba a ella y... ¡Después me fui te lo juro! –el chico reparó en la cara terriblemente sonrojada del rubio y parpadeó un par de veces ¿Ese era el gran Haku Deidara? –no era mi inten...

-No –le sonrió –disculpa nuestros actos –miró a otra parte incapaz de encararlo.

-Tranquilo –Suingetsu sonrió con tristeza –era la misma relación que tenía con Juugo –Haku tragó duro al recordar cuando lo vieron muerto y con un charco de sangre –pero que nadie se enteré... o si no, habrá problemas.

 

Haku asintió.

 

-Nos vemos luego –Suingetsu hizo una pequeña reverencia y salió lo más rápido que podía del cuarto.

 

CINCO AÑOS DESPUES

La muerte de Mikoto Uchiha había pegado en el clan Uchiha tanto o más que la muerte de Fukaku Uchiha; la mujer había muerto en un trágico accidente de tránsito y si Kurenai estaba “descompuesta” llorando como sólo una actriz de cine podría hacerlo Itachi estaba al lado de su hermano menor y de Gaara. Haku no se encontraba ahí pues estaba trabajando con todos los demás para averiguar la causa de aquel siniestro.

 

-Me iré contigo unos meses Sasuke. ¿Te gustaría? –su hermano menor asintió y se abrazó de él.

-Quédate conmigo –el moreno sonrió un poco y lo abrazó tan fuerte como pudo.

-Ven aquí Gaara –le susurró al pelirrojo y este también lo abrazó -¿Cómo se lo podré decir a Haku?... quizás él se pueda quedar al mando del clan por un tiempo... en realidad necesito un tiempo.

 

DOS AÑOS DESPUES

-TE FUISTE POR SEIS MESES CON SASUKE... YO ME QUEDÉ A CARGO EN ESE OMENTO PORQUE LLEGASTE A UN ACUERDO... PERO SI TE VAS...

-Sé que Kurenai se quedará a cargo –Itachi preparaba su maleta.

-Maldita sea Itachi –el rubio sólo tenía una camisa del moreno -¿Por qué me haces esto? –se sentó en la cama y escondió su rostro entre sus manos -¿Por qué esperaste después de hacerlo para decírmelo?

-Me ofrecieron un trabajo como juez y profesor en la academia de artes de Konoha.

-¡Wow, que honor! –el tono irónico de Haku lo irritaba –como ahora el niño lava el dinero en su restaurante nuevo porque desde que murió su padre ha hecho cursos de chef y ahora es uno de “los más importantes” de Japón –un golpe lo tiró al suelo y sintió como su sangre salía de su boca.

-Ha... –Itachi dio dos pasos hacia atrás –lo... sien...

 

El rubio se levantó y por primera vez Itachi sintió que corría un verdadero peligro al lado del rubio, pero este se limpió un poco su herida, se quitó la camisa que él le había dado se colocó su ropa tranquilamente.

 

-Ni siquiera me mandes un mensaje cuando llegues a Konoha –dejó caer su celular en la pecera que tenía el moreno en su cuarto –ya sabes que no te responderé.

-Es mi trabajo.

-Este también es tu trabajo.

-No quiero estar más aquí.

-YA... lo sé –tiró la puerta de su cuarto y el moreno suspiró, siguió haciendo su maleta y sus lágrimas cayeron y no las podía parar.

 

UNA SEMANA DESPUES

-Quiero muerto a Itachi Uchiha –esas palabras dichas por la nueva jefa del clan hirieron al rubio, pero este como siempre se mostraba tranquilo ante aquella nueva misión –y  quién mejor que tu para cumplirla, sé que eran muy unidos pe...

-Acepto la misión Kurenai-Sama, ese desertor tendrá lo que se merece –lo decía con tanto rencor que fue suficiente para la mujer.

-Tendrás que buscarlo por Konoha... pero... que no se entere Sasuke.

 

El rubio hizo una reverencia.

 

-Perfecto, ya puedes retirarse.

 

El rubio se fue lo más rápido que podía para su cuarto y comenzó a recoger todas sus armas, luego se ocuparía de su ropa y en ese momento entraron Tenten y Lee sumamente molestos.

 

-Lo escuchamos todo –susurró Tenten al cerrar la puerta del cuarto de Haku.

-Son buenos espías –susurró el rubio mientras seguía acomodando su equipaje.

 

-Sabes que ella quiere tu cabeza y la de Itachi –el rubio sonrió de medio lado ante la afirmación de Lee -¿Ya lo sabías?

-Claro que si –era lo más lógico del mundo.

 

-Y en tal caso ¿Qué es lo que planeas?

-Planeo matar a Itachi.

-¿Entonces hablabas en serio? –Hakua sintió –no lo puedo creer.

-Él es un desertor.

 

-Deja de decir esas estupideces.

-No lo son... –bajó su cabeza –les llamaré cuando haya acabado con él para que... –Tenten lo abrazó y sus lágrimas cayeron sin parar.

 

-Ya, ya... –lo consolaba su amiga –no es para tanto.

-Lo voy a matar... como se atreve a dejarme aquí... ese egoísta otra vez pensando por sí mismo y quizás yo no salga vivo de todo este embrollo.

 

-Sabes que estamos contigo en todo Haku –susurró Lee.

 

El rubio inspiró lo más que podía y se apartó de la chica.

 

-Tengo que cumplir mi misión –agarró su maleta y salió de su antiguo cuarto –nos vemos.

CONTINUA


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