Track 20
*F.B*
Estaba realmente asustado. Un chico de cabello de color naranja estaba amarrado al frente de él, estaba realmente lastimado por los golpes que anteriormente le habían propinado, escupía sangre por la boca y aún así le sonreía y le decía que todo iba a estar bien.
-Yahiko –susurraba el moreno a la vez que se acercaba al chico –Yahiko, te sacaré.
-No... –el chico lo miró con aquellos ojos negros afilados –puedes morir.
-¡Me importa un sobera!...
-Pronto llegará tu amo –Sai comenzó a acariciarle las mejillas y lo besó –vive por mí... se fuerte, no dejes que esto.
-Cállate –se volvieron a besar –lo mejor que me ha podido pasar es que Sasori me haya dejado entrar a esa universidad.
-¡No lo voy a matar yo, nunca estuve de acuerdo con eso! –los dos chicos miraron a la puerta al escuchar esos gritos -¡Si él quiere irse con ese tal Yahiko ni siquiera!
-TIENES QUE CUIDAR TU INTEGRIDAD COMO JEFE DEL CLAN.
-no... ¿Nos van a dejar tranquilos? –Sai miró al chico y este sólo sonrió de medio lado sin poder creerlo.
-No, no lo van hacer –susurró –es con un yakusa con quién nos hemos metido. Pero es bueno soñar un momento –admitió -¿Qué haríamos si nos dejan en paz?
-Iríamos a un médico, luego a tu casa, terminaríamos la tesis, nos graduaríamos, viviríamos juntos yo trabajaría en restauración de cuadros mientras que tu –rió un poco –serías un gran matemático.
-¡Ju! –miró a Sai –un matemático y un artista... suena bien –Sai lo volvió a besar.
-Te amo –le susurró y Yahiko desvió la mirada unos segundos hacia algún lado de la estancia, sonrió y gritó.
-sería un final...
La cabeza del chico explotó por una bala de escopeta, la sangre, materia gris y restos de cerebro quedaron esparcido en la cara de Sai.
-Yahi... –comenzó a caminar hacia atrás, miró hacia un lado y ahí estaba Yamato portando una escopeta –yahi... –cayó al suelo y comenzó a gritar espantado mientras veía el cuerpo inerte del otro hombre –YAHIKO, YAHIKO.
-Ya hice el trabajo Sasori-Sama
*E.F.B*
Miraba a la nada en la misma posición que se había quedado cuando Sasori le hizo esa pregunta. Este se había bañado y vestido, y ahora atendía o que al parecer erta una llamada sumamente importante.
-Claro... adiós –el pelirrojo colgó y miró a Sai por un momento, se le acercó y se sentó al frente de él –Sai...
-Te había escuchado –susurró el pelinegro –te había escuchado hablar con Yamato y...
-¿De qué hablas Sai?
-¿Por qué no nos dejaron tranquilos? –Sasori levantó una ceja ante esa pregunta –Yahiko me preguntó qué haríamos si nos dejaban en paz.
-¿Cuán?...
-EL DÍA QUE LE VOLARON LOS CESOS.
Sasori abrió los ojos impactado y luego bajó su cabeza como si le pidiese mentalmente disculpa al moreno que tenía al frente hecho un ovillo.
-Yo...
-¿Acaso fueron celos?
¿Celos?
-No fueron celos –Sasori se levantó del suelo.
-¿Entonces por qué no nos dejaron en paz?
Es imposible
-Lo siento –agarró el moreno por los brazos, lo levantó y lo acercó a él.
Yo te amo tanto que... te dejaría libre si es tu decisión.
-¡Sasori-Sama! –llamarón y tocaron la puerta -¡Sasori-Sama!, ya llegaron.
-¡Ya bajo! –miró a Sai y le levantó con delicadeza la quijada para que lo viera –tenemos una conversación pendiente.
-No... –Sai sonrió de medio lado –igual... ya tomé mi decisión.
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Tres semanas después
-Ya te tienes que ir.
Nunca se le había hecho difícil dejar todo atrás, más bien, lo consideraba una aventura. Pero ahora todo era distinto, dejaba lo que más amaba atrás y en los peores momentos. El rubio que estaba al frente de él le sonreía como si con eso le pudiese transmitir calma, y lo estaba logrando.
-No puedo –susurró agotado.
-Sasuke... –le reprendió el rubio –en una hora sale tu vuelo y tu ni siquiera has pasado por aduana.
-Si paso por aduana no te veo más –por reprimenda recibió un pequeño golpe en la cabeza -¡Oe!.
-Nos veremos en Milan, te lo aseguro. Pero ahora tienes que tomar un vuelo a Tokio y de ahí hacer un transbordo a... –un beso calló toda esa palabrería absurda que decía el rubio.
-Yo sé que debo hacer transbordo –le susurró cuando terminó el eso.
-¡Estás loco! –Naruto se tapó la boca sonrojado –estamos en un aeropuerto.
-Naruto, tengo un año viviendo contigo, dormimos en la misma cama, tenemos sexo y... ¿Me niegas besarte en el aeropuerto?
Otro beso comenzó y los dos se abrazaron con fuerza, era más que obvio que ninguno de los dos se quería separar, todo lo que habían pasado para estar juntos ahora era opacado por la incertidumbre de saber si en cuatro semanas estarían o no vivos.
-Todo va a estar bien –susurró el rubio –es increíble cuantas personas han reclutado. Aunque, al parecer mi primo no cree mucho en el chico... ¡En Suingetsu!
Sasuke tragó duro, no le gustaba acordarse de cómo Haku colocó un arma en la frente de Suingetsu y le ordenó que le jurara lealtad.
-Mejor que me vaya –Sasuke sonrió –Haku te espera en el auto.
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Haku Deidara estaba vestido como un conductor de una limosina esperando que su primo saliera del aeropuerto hasta que vio algo que lo hizo sonreír.
-Ya llegó –salió del auto y se acomodó su gorra, para que su cabello y sus ojos quedaran tapados, salió del auto y llamó al moreno que en esos momentos se trenzaba sus zapatos -¿Usted es Shisui Uchiha?
Shisui se levantó y vio a un extraño conductor de limosina.
-Neji Hyuga-Sama me ha pedido llevarlo a su hotel y disculparlo por no poder estar con usted hoy ya que está con su madre en la casa de Sabaku no Sasori.
-¿Cómo sabe usted todo eso?
-Soy el chofer de Neji-Sama.
-Agarra las maletas –le ordenó Shisui.
-Déjeme avisarle a Neji-Sama que usted está aquí.
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Itachi repasaba el plan junto a Tenten y a Lee, mientras que Suingetsu limpiaba su arma cuando recibió una llamada de Haku.
-¿Si? –contestó el Uchiha.
-“Neji-Sama, ya estoy con Shisui-Sama. En un momento iremos al hotel”
-Muy bien –el moreno sonrió, por fin tendría a ese payaso en sus manos. Colgó la llamada –Tenten –la chica al ser llamada lo miró -¿En cuánto tiempo podrías reunir a todos los chicos?
-En una semana, ¿Por?...
-Hoy tendremos en la casa a Shisui Uchiha.
-No pensé que llegara tan rápido.
-De verdad que... –Suingetsu dejó de limpiar su arma –Kurenai manda siempre al ratón a cazar al gato –comenzó a caminar hacia la mesa -¿Qué le cortamos primero para que hable?, ¿Las manos? –Itachi rió un poco.
-Le rompemos las piernas y que se vaya caminando hasta Tokio a avisarle a su madre –susurró Lee.
-Esa no está mal.
-No... Kurenai vendrá –dijo Itachi –le doy unas dos semanas a esa perra y ya la tendremos de cabeza en Konoha buscando a su bebé –todos comenzaron a reír e Itachi se paró –no debemos dejar a personas como él esperando que su suite esté lista, démosle una sorpresa.
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-¡Neji! –Sasori se sorprendió al ver al pelinegro al lado de Kurenai -¡Vaya sorpresa!, en realidad pensé que vería a Hinata hablando de cosméticos con está belleza de mujer –Kurenai y Neji sonrieron ante el comentario.
-Hinata tenía muchas cosas que hacer se excusó amablemente –y bueno... yo tuve que dejar mis deberes –en fin... ¿Para qué quería esta reunión?
-¿Para cuándo está listo el Ichiraku? –ante la pregunta Neji no hizo más que sonreír -¿Qué es tan gracioso?.
-El Ichiraku espera por ustedes.
-¡Qué bueno!, porque así podremos disfrazar nuestras verdaderas intenciones –dijo alegre Kurenai.
-Necesitamos gente en el Ichiraku, para que las personas comunes vayan, así que... por qué no llevan a sus subordinados.
-No sería mala idea –apuntó Sasori -¡Yamato! –la mano derecha de Sasori apareció –dile a los subordinados que en dos semanas nos vamos todos a Konoha a quedarnos en... –miró a Neji esperando una respuesta.
-En el hotel que ustedes elijan.
-En el eurobilding.
-Si señor –el hombre hizo una reverencia y se marcho –bueno, entrando a asuntos de más categoría –Itachi Uchiha.
-Parece que se lo tragó la tierra –aclaró Kurenai –Suingetsu se irá conmigo.
-Si, gracias por la ayuda Kurenai-Sama... –Neji miró de soslayo a la mujer –pero creo saber cuándo será su próximo ataque –los dos jefes de clanes lo miraron interesados –cuando abra el Ichiraku, él esperará que todos estemos reunidos para atacar. Y es ahí en donde lo emboscaremos.
-¿Qué tratas de decir? –preguntó extrañado Sasori
-Seamos sinceros –Neji sonrió, su plan estaba yendo por un buen camino –él es sólo un hombre desesperado que lo más probable es que quiera venganza por su camarada muerto y...
-Él creerá que nos tiene acorralado, y en realidad seremos nosotros –terminó Sasori.
-Exacto.
-¿Cuándo pasará eso?
-Usted dijo que irá en una semana al Ichiraku, cuando ese bastardo se entere que está abierto. Atacará.
-No tiene el apoyo de nadie –susurró Kurenai.
-Él está desesperado.
-No, usted no entiende Neji-San, él puede estar desesperado, pero es un hombre con perspicacia.
-Pero... ¿Qué hará sólo un hombre contra tres clanes unido? –era difícil convencer a Kurenai, pero lo lograría.
-Cierto –la mujer rió un poco –estoy algo paranoica.
-Tranquila Kurenai, usted se ganó ese puesto. Nadie se lo quitará.
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-¿Por qué ese estúpido me habrá dejado aquí? –Naruto parecía enojado, mientras caminaba por todo el estacionamiento del aeropuerto buscando el carro en donde lo había llevado su primo -¿Quizás encontró a alguien? –suspiró –¡Nah!, quizás me dejó para molestarme –sintió que su celular vibraba.
“No te acerques a la casa”
Era un mensaje de Itachi y suspiró. Al parecer, ya todo había comenzado.
-Qué bueno que te fuiste teme –susurró y pateó una lata –quién sabe lo que pueda pasar de ahora en adelante.
Miró el cielo y vio un avión despegar, sintió nostalgia y se rió un poco. Nunca había pensado que sentiría ese tipo de cosas por otra persona. Pensó que todos sus sentimientos se guardaron después de todo lo que le pasó con Kimimaro, pero ahora, era un desbordamiento constante de sentimiento, que a veces, hasta llegaba a molestarle.
“Quédate así... he encontrado tu aura interior”
Las primeras palabras que le había dicho el moreno en ese café venían a él. Pensó que era un loco que quería ligar con él. Pero se equivocó, lo que nunca hubiese pensado era que ese chico se convertiría en su razón de seguir adelante, en aquel hombre que le hizo vivir momentos extraordinarios y dos palabras salieron de su boca haciéndolo llorar.
-Te amo –se colocó una mano para tapar su rostro –te amo Sasuke Uchiha.
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Estaba amarrado a una silla. Un rubio le apuntaba en la frente y él estaba en shock por lo que acababa de ver.
-Ha... ku.
-¿Qué pasa Shisui-San? Parece que has visto un muerto –la única luz que iluminaba aquel cuarto le pegaba directamente a Shisui.
-¿Cómo puedes estar... vivo? –lo miraba anonadado –tus heridas.
-Si –Haku le enseñó las palmas de sus manos –mis heridas ¿Eh?
-¿En dónde estoy?
-¿Crees que mereces saber en dónde estás?
-¿Trabajas con Neji?
Haku se le acercó, se agachó y le sonrió como el desquiciado asesino que era, Shisui trató de echar hacia atrás la silla, pero Haku se lo impidió.
-¿Qué crees que haces Shisui-San? –Haku el revolvió el cabello –¿Eres incapaz de defederte?
-MALDITA SEA, ¿QUÉ ES LO QUE?...
-Te aconsejo que no le hables así Shisui –la expresión de Shisui mutó a una de miedo, al frente de él estaba la persona con quien menos se quería encontrar en el mundo. Estaba su primo, al que le había prometido cuidar del rubio.
-Itachi... Uchiha.
-Si, ¿Qué extraño, no? –Itachi pasó un brazo por la espalda de Haku –la persona que han buscado por mucho tiempo está al frente tuyo.
-¿Cómo demonios? –miró a la pareja y sus lágrimas comenzaron a salir –yo no quería.
-Sal Haku –le ordenó Itachi.
-No te dejaré sólo con...
-Por favor, sólo hazlo
Había momentos en el que Haku se debatía si debía o no responder afirmativamente a las órdenes de Itachi, pero, sabía que si en esos momentos lo hacía. Podía terminar perdiendo una gran fuente de información.
-Es nuestra fuente, si lo matas, te mataré yo a ti –los tres sabían que Haku si se proponía, lo podía hacer, así que Itachi sólo asintió –te doy media hora –salió muy intranquilo de la habitación.
-¿Aún me protege? –Shisui sonrió.
-Te protege porque eres una valiosa fuente de información –rectificó Itachi.
-Umm... claro.
-Responderás a mis preguntas.
-¿O si no qué? –Itachi sacó una tenaza y Shisui se tensó.
-Te sacaré todas las uñas.
CONTINUARÁ