Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amores de Barra por Danish

[Reviews - 224]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

El rubio abrió la puerta y al estar dentro de la habitación la cerró no entendiendo muy bien lo que ocurría, se percató de que sentada en un sillón de cuero blanco se encontraba una hermosa pelirroja que le sonreía entusiasmada de que él estuviese en la misma habitación que ella.

 

-Mi niño –se paró del asiento y alzó sus brazos –Naruto Uzumaki... ¡Qué bueno verte por aquí!

-Ku... ¿shina? –los ojos del rubio se aguaron y apretó sus manos formando puños con ellas -¿Cómo te atreves a presentarte en estos momentos?

-Esa no es la forma de hablarle a tu madre –le dijo con un tono comprensible.

-Mi madre murió cuando yo tenía catorce años. Tú no eres nadie.

 

Track 23

 

Un silencio incómodo para Kushina se formó en aquella habitación. Sabía que escaparse de aquella casa y darse por muerta no fue el mejor acto que pudo hacer como madre y como esposa, pero, era lo único que pudo hacer para proteger a su familia.

 

-Al parecer Deidara no te dijo nada –susurró con un dejo de tristeza.

-No le creería nada al hombre que mató a mis tíos.

-A tus... –Kushina comenzó a reírse.

-¿Acaso no me crees? –preguntó molesto Naruto –Haku no es un pan de dios ¿Sabes?

-¿Por qué lo llamas por su apellido? –a Naruto le descolocó esa pregunta –antes le decías Dei-Chan.

-¿Qué es lo que quieres? No le tendré ningún tipo de compasión a mi primo.

-Él me dijo que lo ayudaste mucho en su recuperación y está muy agradecido por eso.

-Sólo fue porque...

-Deidara no mató a sus tíos, él cubrió ese asesinato para que nadie me agarrara.

-¿Qué? –abrió un poco la boca ante aquella revelación –tu... ¿Los mataste?

-Si mi hermana hubiese asumido el cargo todos estaríamos muertos, sólo tuvo a Deidara por amarrar a ese hombre.

-Basta...

-Naruto, viviste en una casa llena de mentiras, hiciste bien en irte.

-No, mi padre murió buscándonos –se agarró sus cabellos shockeado.

-Error Naruto.

-¿Eh? –miró a su madre.

-Minato sabía que yo no estaba muerta y que era lo que estaba haciendo. Eras tú la única persona que le preocupaba –Kushina sonrió con tristeza –además, a mi esposo lo mataron.

-¿QUÉ?... ¿Quién fue?

-La misma mujer que ahora está muerta en un cubículo del baño de las damas.

-¿Quién?

-Kurenai Yui.

#¬#¬#¬#¬#¬

-Ya sabes cuales son las reglas.

 

Akasuna no Sasori estaba sentado en un gran mueble con sólo una botella de agua mineral en su mano y rodeado de todos sus guarda-espaldas y con un hermoso moreno con una máscara tapándole el rostro a su lado.

 

-Las sé, Sasori-Sama –el chico miraba a otro pelirrojo a través de su máscara, hasta que sintió una mano pasar por su pantalón de jean completamente pegado a su cuerpo.

-Pues deja de ver a mi ototo y dímelas –susurró algo molesto y todos sus guarda-espaldas se miraron asustados.

-No quitarme la máscara hasta que estemos en el carro, no decirle mi nombre, ni preguntarle el suyo, regresar después de una semana y –se sentó encima de Sasori con las rodillas apoyadas en los muebles y quedó cara a cara con él –darte un beso antes de revolcarme con tu ototo.

 

Comenzó un beso apasionado que a todos los guarda-espaldas les dejó anonadados. Sasori abrazó por la cadera a Sai y el pelinegro comenzó a tocar el pecho de aquel que tenía al frente. Y los dos se separaron con una gran confusión en su mente.

 

-Ahora lo sé –le susurró Sasori y acercó a su mascota para decirle un secreto –tu estuviste enamorado de mi hasta que llegó mi hermano, ni siquiera amabas a Yahiko –las lágrimas de Sai comenzaron a salir -¿Por qué fui tan desprevenido?, me acabo de dar cuenta cuando tú tienes una gran oportunidad al frente –se miraron -¿Quieres ir con él? –Sai asintió y Sasori volvió a acercarlo para decirle otro secreto –dile a mi hermano que te cuide.

-¿Qué?

-Él entenderá –y dicho esto Sai se paró del mueble y fue a la barra en donde estaba sentado aquel pelirrojo bebiendo algo que parecía fuerte, miró a Neji y este lo reconoció en seguida.

-No digas nada –Gaara volteó a donde estaba y lo miró anonadado –hola –le susurró.

 

-No... –el pelirrojo terminó su vaso –tú no puedes ser él.

-¿No puedo ser quién? –se acercó a Gaara y este lo miró extrañado.

-¿Has estudiado en la academia de artes de Konoha?

-Si –Sai sonrió, no entendía como aquel hombre lo había podido reconocer tan rápido.

-¿Yo fui tu tutor?

-Si –al escuchar esa respuesta miró a Neji, pero este estaba muy ocupado sirviendo a otros clientes.

-¿Cómo te dejaron?...

-Si nos vamos de aquí te lo podré decir –Gaara dejó unos billetes debajo de su vaso, se paró de aquella silla y jaló al moreno para salir por una puerta y adentrarse en el estacionamiento de aquel antro. Gaara desactivó la alarma de su audi negro y entraron (Sai de copiloto y Gaara de piloto), cerraron sus respectivas puertas y Gaara quedó mirando el volante mientras Sai lo miraba -¿No dirás nada?

-Quítate la máscara –hizo lo que le pidieron, pero el pelirrojo seguía sin mirarlo.

-¿Tienes miedo a que yo no sea ese a quién esperar?

-Sólo me interesa un solo hombre en todo este maldito mundo –Gaara aún no lo miraba –si no eres él. Te juro que te mato.

-Entonces voltea y compruébalo.

 

Gaara se volteó y unas lágrimas salieron.

 

-Sai...

-Hola Gaara –el pelirrojo lo abrazó y comenzó a llorar en su regazo –Gaa...

-Lo siento –susurraba entre sollozos –aquel día yo...

 

Sai arrugó el ceño, él iba a llegar a Gaara temiendo la posibilidad de que estuviera con alguna mujer y lo echara como alguna lata, en la basura.

 

-¿Sigues con ella? –le preguntó, temiendo por la respuesta.

-NO, NO... yo no sigo... ¡Ni siquiera empecé!

-¿Y por qué lo hiciste si estábamos juntos?

-Ella fue la que provoco este tatuaje –le mostró el Kanji que tenía tatuado –yo la encontré teniendo sexo en la biblioteca con otro hombre.

-Te entiendo Gaara –le sonrió –a mi me pasó lo mismo.

 

Gaara sintió como si una puñalada se adentrara en su corazón, volteó su mirada al volante y susurró.

 

-No tengo ninguna excusa... ¿Por qué estás aquí entonces?

-Porque estoy enamorado como un tonto de ti.

-Sai... te juro que...

-Sólo me quedaré una semana contigo.

-¿Qué? –el pelirrojo lo miró anonadado.

-Después tengo que ir a donde está el clan para que me maten.

-¿TE MATEN?, ¿UNA SEMANA CONMIGO?, ¿QUÉ ES TODO ESTO?

-Yo no debería dejar a mi amo. Pero él decidió dejarme ir contigo, con la condición de que tendría que regresar si...

-Te irás hoy conmigo.

-¿Qué? –Sai comenzó a reír –¿Estás loco?

-Si. Quítate la ropa –Sai lo miró extrañado –sólo quítatela –Sai obedeció y mientras se la quitaba sentía la mirada del pelirrojo sobre él. La colocaron en una bolsa y Gaara le pasó una gabardina y salió del carro para botar la bolsa en una basura –tantos años viviendo con un mafioso –prendió su carro –y no conoces sus mañas –salieron de aquel estacionamiento sin un aparente rumbo fijo.

#¬#¬#¬#¬#¬

Itachi veía como el hotel en donde se hospedaban los subordinados de los tres clanes más importantes del país se desplomaban con muchos de ellos adentro, tiró aquel detonador a la basura y le hizo señas a Lee para que le siguiera. Mataría a todo aquel que se encontrara vivo.

 

-“Itachi-San” –escuchó que le llamaban de su radio y la agarró.

-Dime Tenten-San.

-“Kurenai se fue de paseo junto a muchos de sus subordinados. He tratado de esconder a los intoxicados. Pero son muchos... alguien se dará cuenta.”

-Apílalos en bolsas, dile a Suingetsu que te ayude.

 

-“Odio hacer el trabajo sucio”

-Sólo sigue mis órdenes –se iba a acercar más, pero Lee lo detuvo.

-Haku-San colocó demasiadas bombas, eso está impenetrable.

 

Miró a su subordinado y asintió.

 

-Nos retiramos de la escena –anunció por la radio y la guardó –no falles Haku.

#¬#¬#¬#¬#¬

La adrenalina corría por sus venas. Tenía en un cuarto, a esa persona y la tenía realmente asustada.

 

-Deberías estar muerto –le decía Nagato y la mujer que estaba desnuda entre sus piernas iba a correr, pero el rubio le disparó en la cabeza y en el corazón -¡Ella no tenía nada que ver!

-Te has vuelto blando sensei –apuntó el arma a la cabeza de Nagato –me das asco.

-¿Por qué estás aquí?... está Neji Hyuga, Akasuna no Sasori y Kurenai Yui.

-A Kurenai la despaché en el baño de las mujeres. Me falta Sasori y Neji –sonrió –Neji es clase aparte.

-¿Qué?

-Hasta luego Nagato-Sensei –un disparo certero en la cabeza y otro en el corazón –y ni siquiera acabé con la trata de niños –se acercó al hombre muerto, se agachó para oler su sangre, lo arropó con una manta y salió de aquella habitación tranquilamente mientras guardaba su arma, fue a la barra y pidió un vaso con agua.

 

-¿Ya terminaste? –le preguntó Neji.

-Sabes que no –ambos miraron a Sasori.

-Hoy él está impenetrable.

-Quiero terminar con todo esto hoy.

-No puedes acabar con tres clanes.

-Ya explotó el hotel –el Hyuga sonrió de medio lado. Quizás había subestimado a los subordinados de Itachi.

#¬#¬#¬#¬#¬

-Kurenai... Yui –Naruto miraba extrañado a su madre -¿Y por qué Haku se convirtió en un mafioso?

-Era la única forma de protegerlo –Kushina se tomó un vaso con agua.

-¿Protegerlo? –el rubio comenzó a caminar por el cuarto.

-¿Qué pasa hijo?

-¡Que no! –trató de calmarse –te pido que por favor no me llames hijo –suspiró -¿Cómo pensabas protegerlo?, sabes muy bien que casi lo matan...

-Si –Kushina suspiró –a Dei-Chan casi lo matan. Pero eso fue por culpa de Itachi.

-Kushina-San –Naruto suspiró –necesito que me deje salir.

-Eso será imposible.

-¿Por qué?

-No querrás ver como se desata una guerra.

#¬#¬#¬#¬#¬

¿Cómo podían estar tan tranquilos mirándose mientras bebían un vino champanizado en un hotel casi a las afueras de la ciudad mientas en las calles se sentían un olor a guerra?.

 

-¿Cómo te ha ido a ti? –le preguntó por fin Sai.

-Me preocupas más tu –respondió Gaara -¿Qué te hicieron?

 

Sai sonrió de medio lado y tomó de su copa un sorbo largo.

 

-¿Sai? –apremió Gaara.

-Al principio me castigaron, no hablé por seis meses hasta que me prometieron sacarme de ahí y dejarme verte por una semana.

-¿Ahí?, ¿En dónde te tenían Sai? –Gaara dejó su copa de un lado y agarró por los hombros a Sai -¿En dónde te tenían?

-En un cuarto... –Sai se separó del pelirrojo –en donde lo único que me mantenía cuerdo eran mis recuerdos contigo.

 

Gaara comenzó a temblar y sus lágrimas salieron, volvió a abrazar al pelinegro y lo besó lentamente, se acostaron en la cama y el pelirrojo comenzó a llorar. ¿Por qué no había peleado aún más por Sai?

 

-Tranquilízate –le sugirió Sai –así no podemos llegar...

-¿Por qué eres la mascota de ese maldito?

-Mi madre me vendió –ante aquella confesión Gaara quedó en blanco –cuando yo sólo era un niño.

-Por...

-Falta de dinero.

 -¿Cómo pudo?

-No lo sé Gaara, tampoco me importa preguntarle. Ella está muerta para mí –Sai se sentó.

-Sai...

-No deseo tu compasión.

-Vámonos de Japón –el moreno lo miró por un instante asombrado –de esta noche mi hermano no pasará.

-¿Qué?

 

La respiración de Sai se hizo irregular, miraba a todos lados como buscando el porqué de todo ese asunto, miró a Gaara quien parecía no entender aquella reacción. Se estrujó su pecho como si la opresión tan grande que tenía en él se apaciguara y susurró.

 

-No...

-Sai, ¿Por qué defiendes a ese hombre que te hizo tanto daño?

-Porque en este tiempo él... –Sai bajó la mirada –él se ha convertido en mi amigo.

#¬#¬#¬#¬#¬

Un helicóptero aterrizaba en un edificio con helipuerto cercano al bar Ichiraku, dos hombres: Un albino y un trigueño manejaban aquel helicóptero con mucha cautela, no querían despertar sospechas en una noche como esa.

 

-No sé por qué hacemos esto –susurró el trigueño molesto después de aterrizar el helicóptero –podría estar tranquilo en la casa contando mi dinero y tu rezándole al dios extraño en el que crees.

-Kakuzu –le regañó el albino y comenzó a presionar algunos interruptores del helicóptero –se lo debes a Tenten y a Haku-Chibi.

-Tzk –Kakuzu se quitó los audífonos –si no trataras a Haku Deidara como un crío...

-¿Dijiste algo? –le preguntó el albino.

-¡Que no me gusta deberle nada a nadie! –mintió –ese maldito Haku Deidara, aunque... debo admitir que... Itachi-Sama tiene una hermosa y peligrosa joya en su poder.

 

*Fan Back*

En su tienda se presentaban muchas personas peligrosas, pero esos cuatros que se aparecían en esos momentos eran los más peligrosos que rondaban en ese momento por ahí. Uno, lo había creído muerto desde hace un año, por el otro pedían mucho dinero por su cabeza, y sus dos acompañantes eran unas sanguijuelas tan o más peligrosas que los dos antes mencionados.

 

Se acomodó en su escritorio y sonrió con cinismo, ¿Qué diría su novio al ver a Haku Deidara vivo?. De repente su sonrisa se borró y una de preocupación apareció. Haku Deidara parecía debilitado.

 

Todavía tenía una gran influencia su presencia en ese momento, y hasta se le erizaban los vellos de la nuca al saber que estaba en la misma habitación que el mejor asesino de todo Japón, pero aquel rubio parecía cansado, adolorido y aunque su orgullo hacía esconderlo, si se fijaba bien, podía descubrir las secuelas que quedaron en el cuerpo de aquel hombre después de la brutal tortura al que fue sometido por el clan Hyuga, el Sabaku y por el clan Uchiha.

 

Si, acordarse de aquel video que hizo publicar Akasuna no Sasori y ver al protagonista de todas esas torturas parado al frente de él, le llenaban de una inmensa satisfacción. Escuchó todo lo que Tenten le decía, pero su mirada estaba clavada en aquel rubio, hasta que soltó una clara pregunta.

 

-¿Cómo sobreviviste?

 

Haku arrugó el ceño y supo que no había sido la mejor idea que había tenido en su vida.

 

-Suerte –respondió con un tono neutral Haku.

-Si, en realidad pienso que es suerte el hecho de que ahora puedas caminar... pero no moverte a placer –un cañón de una pistola estuvo presionando su frente cuando terminó de hablar.

 

-¡Haku! –le grito Itachi –cálmate, lo necesitamos.

 

Estaba en lo cierto, Itachi Uchiha dominaba a una gran fiera.

 

-Tendré que hablar con Hidan, no sé si él esté interesado en sacarlos del país y borrar todo su historial de la Interpool. Además, él es el que sabe pilotear aviones y helicópteros –dijo cuando aquel cañón fue lentamente retirado de su frente.

-Si lo haré –Hidan apareció detrás de ellos dejándolos impactados –denme un mes.

 

-Hidan-Sama –Tenten, Lee y Haku hicieron una reverencia y el albino abrazó al rubio.

-Tanto tiempo Haku –Haku se sonrojó y miró a Itachi que suspiraba como si estuviese acostumbrado a esas reacciones.

 

-Hidan –le susurró Kakuzu.

-Si amor –odiaba que el albino lo tratara así al frente de otras personas, y más, al frente de esas personas –déjamelo a mí. Tu dales las armas, yo haré magia en la Interpool –miró a Haku y sonrió –es bueno tener a Haku-Nii-Chan entre los vivos.

 

-Gra... gracias –susurró el rubio.

-Todavía recuerdo el día que llegó a tu casa –le dijo a Itachi - No tengo ánimos de cuidar a un niño mimado –remedó y el rubio se volvió a sonrojar -¿Cuánto tiempo tienen juntos?

 

-Si quieren tomarse un té háganlo fuera de mi despacho –miró su laptop –tengo muchas cosas que hacer.

-Tranquilos –les sonrió –Kaku-Chan y yo les daremos todo su apoyo.

-De nuevo muchas gracias –el rubio sonrió.

 

-Este es el plan –Tenten le dio una hoja a Kakuzu y una a Hidan –si distribuyen algo de esto...

-Tenten-San –Hidan la miró algo molesto –no traiciono a amigos –escuchó un pequeño carraspeo y se percató que tenía entre sus brazos todavía  Haku y que Kakuzu e Itachi lo miraban algo mal, así que se separó del rubio y se rascó la nuca –bien –leyó el papel –ahí estaremos.

*End Fan Back*

 

-Te amo.

 

Kakuzu miró asombrado a su amante y este lo veía con una hermosa sonrisa en su rostro.

 

-Y sé que tu también... aunque nunca me lo hayas dicho –Kakuzu se bajó algo shockeado del helicóptero y se tocó su corazón.

-Ya basta –carraspeó un poco –estas en un trabajo.

#¬#¬#¬#¬#¬

-¿Quién demo?...

 

Una bala certera atravesó la frente de un yakuza. Haku después de matar a aquella victima abrió la puerta y se encontró con dos hombres haciéndolo.

 

-¿Quién es? –los dos hombres se taparon.

-¿Yakuzas? –preguntó Haku y lanzó el cadáver muy cerca de la cama.

-¿Qui?... ¿Quién eres? –preguntó uno.

-¿Yakuzas?

 

-Si –los dos sonrieron y dos balas se alojaron en su cerebro esparciendo sus cesos por toda la cama.

-Que mal –susurró Haku.

 

Salió de aquel cuarto y comenzó a sentirse mareado.

 

-Maldición –comenzó a vomitar y se asustó al ver lo que su cuerpo había desechado en el suelo –sangre –se tocó el labio inferior –argh –vomitó una vez más y un pelirrojo se le acercaba.

-¿Estás bien chico? –Haku volteó y abrió los ojos impresionado.

 

-¿Sasori-Sama? –Yamato se acercaba.

-No puedo dispararle mientras esté Yamato aquí. Él es más rápido que yo –pensaba Haku –si... si, estoy bien –le sonrió a Sasori –y me siento muy débil –miró a Yamato –creo que bebí mucho coctel de fresa.

 

-Si, si... Neji-San está preparando tragos muy fuertes.

-¿Neji-San? –fingió no conocer al nuevo dueño de aquel antro.

-Si... él dueño de esta posilga –Sasori se dio media vuelta –ve a casa muchacho, siento que hoy pasará algo malo.

-Mejor no preguntaré señor –dicho esto los dos yakuzas se retiraron dejando a Haku subido en una gran rabia –Lo tenía al frente –se tapó la boca –quería matarlo con todas mis ganas –apretó su arma –estoy cada vez debilitándome más...

#¬#¬#¬#¬#¬

Suigetsu apilaba a los muertos en bolsas negras y los colocaba en cajas que junto a Tenten llevaban a la cocina para luego botarlos en el cuarto de basura de aquel antro. Haku seguía matando personas y los escondía muy bien. Pero era obvio que nada nunca es perfecto.

 

Konan caminaba tranquilamente por un pasillo cuando Haku mataba a un hombre y lo pateaba cual lata hacia un cuarto.

 

-¿Qué haces? –le preguntó y Haku abrió los ojos impresionado, la persona que consideraba su madre le estaba apuntando -¿Quién eres y por qué matas a los subordinados del clan Hyuga?, ¿Acaso sabes en donde estas?

-Si... sé en donde estoy... Konan-Okasan.

 

La mujer cayó de rodillas impresionada, sus lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y soltó el arma.

 

-Ha... ¿Haku? –el hombre se quitó la peluca y la mujer sollozó aún más -¿Cómo estás?

-¿Eh? ¡Konan-Sama! –tres hombres iban a sacar sus armas para apuntar al rubio y este les disparó lo más rápido que podía.

 

La mujer gritó asustada al ver a los tres hombres caer, pero se quedó sin habla al sentir el cañón del arma caliente de “su hijo” tan cerca de ella.

 

-Ha...

-No te muevas si no quieres seguir el camino de tu querido Nagato –al escuchar eso la mujer bajó la cabeza derrotada, al ver aquel brillo asesino en los ojos de aquel muchacho se dio cuenta que aquel instinto que junto a Itachi había logrado reprimir hace tiempo volvía a florecer.

-¿Qué quieres que haga?

-Seré misericordiosos contigo –miró asustada al rubio –aunque no sé si dejarte salir o quitarte los sesos.

-Haku yo... –gimió del susto al ver como Haku cargaba su pistola.

-No digas nada Konan-Okasan... sabemos –sonrió –que tu no hiciste nada ese día.

-Esto es sólo venganza –comenzó a llorar –NO PODÍA HACER NADA –gritó histérica.

 

-¡Haku! –Tenten miró asombrada la escena –déjala ir.

-Dirá nuestro plan –se defendió el rubio sin quitar su mirada de la mujer.

-Déjala Haku, ella es la que menos te quiere hacer daño.

-Muy tarde –apuntó bien su arma a Konan y Tenten se acercó un poco más –no cometas un error, además. Te estás tardando.

 

El hombre pareció meditarlo y sonrió, apuntó su arma hacia Tenten y disparo.

#¬#¬#¬#¬#¬

Los hombres caían rápidamente ante el arma de Suigetsu. Lo habían descubierto y ahora todo el club estaba vuelto loco, la gente comenzada a vomitar hasta morir y ninguno de sus camaradas estaban con él.

 

De repente se encontró con Yamato y se había quedado sin balas.

 

-Maldición –ya estaba realmente cansado y al parecer aquel hombre haría todo lo posible para matarlo. Sintió una bala rozar su brazo e hizo que su arma cayera, recogió una en el suelo y le apuntó a Sasori que parecía como si nada tomando un delicioso Daikiri.

-¿Que dirá Kurenai Yui sobre esto? –le preguntó con burla Yamato.

-¿No se han dado cuenta de que ella no está aquí? –sabía que moriría ahí si no llegaba nadie.

-¿De qué hablas? –Yamato parecía desconcertado.

-Haku Deidara la mató –Sasori abrió los ojos asustado y miró a Suigetsu –él está aquí.

 

-Maten a ese gusano –ordenó y muchas balas impactaron en el cuerpo de aquel chico haciéndolo caer en un charco de sangre -¡Busquen a Haku Deidara!

 

Seguían descargando sus balas en el cuerpo de aquel muchacho y este ya no sentía nada.

 

-Ya sé, ya sé... me dejé morir... es que... vi la oportunidad y se me hizo muy tentador el estar junto a ti... Juugo.

 

Yamato miró al chico irreconocible por tantos agujeros en su cuerpo y miró a su amo por un momento, esa era la tercera vez que se paraba a pensar sobre cuán cruel puede ser su mundo y comenzó la búsqueda de aquel hombre que hace media hora creía totalmente muerto.

#¬#¬#¬#¬#¬

-“Suigetsu está muerto, me salí con Hinata del club” –Haku escuchaba lo que decía Neji a través de un radio mientras metía dos cadáveres en un closet–“se dieron cuenta de los muertos envenenados y saben que hay un complot” –te están buscando.

-Ya vamos saliendo. Cuando te diga presiona el control –miró a las dos mujeres que estaban paradas al frente de él y le sonrió a Tenten –no te mataría a ti nunca tontita.

 

-Gracias por salvarme –susurró Tenten y le agarró la mano a Konan –vámonos ya.

 

Comenzaron a correr por los pasillos hasta que Haku se metió en un cuarto en el que estaban discutiendo Naruto y su tía.

 

-Ya vamos –ordenó, pero al no escuchar respuesta miró a las dos personas -¿Qué?

-Tu nariz sangra –susurró Naruto.

-Maldición –Konan se le quedó mirando al rubio

 

-¿Ese es tu hermano? –miró a la pelirroja -¿Kushina-San? –hizo una reverencia sin salir de su asombro.

-Dije: Salgamos –Haku se limpió la nariz, pero esta seguía sangrando.

 

Los dos salieron de la habitación y llegaron a otra con un conducto de aire muy grande abierto.

 

-Arriba –les ordenó Haku y primero subió Tenten para ayudar a los demás, pero Haku comenzó a marearse y eso lo notó su primo.

 

-Haku –le susurró para que así nadie lo escuchara -¿Estás bien?

-Debemos salir rápido de aquí –fue lo único que dijo Haku y alzó a su primo para que Tenten lo ayudara a montarse y de un salto él también se agarró de las manos de Tenten y subió.

#¬#¬#¬#¬#¬

Neji y Hinata llegaron al helipuerto algo acalorados por todo lo que había pasado para llegar a ese punto, abrieron la puerta que separaba el helipuerto de aquel edificio y fueron recibidos por varias armas apuntándoles.

 

-Somos nosotros –gritó Neji y todos bajaron sus armas.

 

Itachi, Lee, Kakuzu y Hidan bajaron sus armas más tranquilos.

 

-Móntense en el helicóptero ya –le ordenó Kakuzu –los otros llegaran pronto –miró a Hinata -¿Todo bin Hinata-Sama?

-Si gracias. No haga ninguna pregunta indiscreta por favor –le pidió amablemente Hinata.

 

-¿Um? –Neji se colocó en su puerto y miró a su novia de soslayo -¿Qué pasa?

-¡Nada! –Hinata sonrió.

 

Un silencio incómodo se formó en el helipuerto, la frustración por no saber nada más que un “Suingetsu había muerto”, tenía un tic en la pierna y su corazón latía más aprisa de lo normal. Como si estuviese presagiando que algo malo pasaría.

 

-Maldita sea –rompió el silencio.

-Tranquilo Uchiha –susurró Hidan y miró su reloj –ya deben estar saliendo de aquel lugar.

#¬#¬#¬#¬#¬

-HAY ESTAN

-Ahora no.

 

Estaban a punto de salir de aquel antro sin ser vistos. Pero Haku no tenía su peluca y se había quitado sus lentillas porque le molestaban.

 

-¡Estúpido Haku! –le gritaba Tenten mientras comenzaba a corre –MIRA LO QUE HICISTE.

-ME MOLESTABAN LAS LENTILLAS –Haku se quejaba mientras corría.

 

-Por favor no piensen en eso –llegaron hasta un carro blindado –QUE NOS DISPARAN –gritaba histérico Naruto.

-PRESIONA YA EL BOTÓN HAKU –le ordenó Tenten al montarse en la camioneta.

 

-¿Qué botón? –preguntó Konan.

-¡Si! –y cual niño con juguete nuevo, de la cajuela del carro Haku Deidara sacó algo muy parecido a un PSP y gritó –EL ARTE ES UNA EXPLOSIÓN

 

Y ante la mirada anonadada de la mayoría de la mayoría de los otros pasajeros todo el Ichiraku explotó.

 

-Jejeje, nos acabamos de llevar unos cuantos maldi... –comenzaron a dispararle y Haku acérelo lo más rápido que pudo.

-ME VAS A MATAR HAKU –gritaba histérico Naruto.

-Qué más quisiera yo querido primo.

#¬#¬#¬#¬#¬

Itachi miraba el reloj mientras caminaba como un león desesperando a los demás.

 

-¡Ya! –lo paró Lee –deje de caminar así.

-No llega.

-Ya también estoy preocupado –le aclaró.

-Haku... –escuchó unos disparos y se asomó por la baranda -¡Haku!

 

Y en efecto, un carro negro llegaba a bajo del edificio, pero era seguido por otros dos carros negros más que disparaban a discreción.

 

-HIDAN, ENCIENDE EL HELICOPTERO –le ordenó Itachi y el albino corrió hacia “su bebé” como solía llamarlo.

-No me falles ahora chiquito –le susurró con mucha ternura mientras comenzaba a prenderlo y Kakuzu se le unió y se miraron.

 

-No hay tiempo que perder.

 

Itachi miró como cuatro personas salían de un carro y entraban a ese edificio y la puerta del helipuerto se abrió y todos apuntaron a esas dos personas.

 

-Tranquilos –Gaara alzaba las manos –sólo soy yo junto a Sai –bajaron sus armas y comenzaron a escuchar disparos -¿Qué está pasando?

-Los han descubierto.

#¬#¬#¬#¬#¬

Aunque la adrenalina hacía sonreír a Haku, no podía mitigar el dolor en su brazo por el roce de una bala. Gracias al cielo que esa torre tenía más de cincuenta pisos y habían agarrado el ascensor antes de que siguieran disparando, pero una bala le había dado en la pierna a Kushina.

 

-¿Estás bien tía? –Naruto miraba todo completamente asustado y Tenten le tocó el brazo.

-Todo va a estar bien –le susurró.

 

-No es el momento apropiado pero –las puertas del ascensor se abrieron y una bala impacto en la cabeza de Kushina Uzumaki y de Konan.

 

-MAMÁ –gritó el rubio. Tenten y Haku trataron de cubrir a Naruto disparando lo más rápido que podían a los veinte yakuzas.

 

Pero eran veinte yakuzas y sus balas también impactaban o rozaban los cuerpos de los chicos hasta que Tenten comenzó a sacar kunais y shirikens de los bolsillos del cansado rubio y sólo quedaron cinco que comenzaron a cargar sus pistolas, pero fueron abatidos por otras dos personas que abrieron la puerta hacia el helipuerto.

 

-Itachi –Haku se apretaba su estómago y sonrió.

 

El moreno no dijo nada, sólo cargó a Naruto que lloraba al frente del cuerpo inerte y lleno de sangre de aquella pelirroja.

 

¿Por qué aquel mundo era tan cruel?

 

Comenzaron a correr hacia el helicóptero prendido, primero subieron a Tenten que fue ayudada por Lee, luego a Naruto y al ver a Sai se quedó aún más impactado, pero no podía decir nada. Subió Itachi con la ayuda de Haku y el helicóptero comenzó a elevarse.

 

¿Acaso nadie sabe que todos somos lo mismo?

 

-HAKU

 

Cuatro disparos certeros se escucharon, dejando a todos sumidos en un shock momentáneo. Itachi miró a Yamato y a Akasuna no Sasori apuntando hacia Haku y el rubio resbalaba lentamente por el helicóptero. Naruto lo agarró por los brazos y Gaara les disparó a los dos en la cabeza y Sai se estrujó el corazón.

 

-Haku –Itachi le arrebató aquel rubio de los brazos de su primo-¡Haku!

 

Todos somos humanos

 

-Ita... –Haku tosió un poco de sangre –lo siento.

-No, no... –por primera vez muchos en ese helicóptero veían llorar al Uchiha –no digas eso, muy pronto Hidan nos llevará a Tokio y...

 

Haku miró a todas las personas que estaban ahí y su mirada se clavó en Naruto.

 

-Lo siento tanto –el rubio lloraba asustado, pero no quería acercarse porque el helicóptero estaba ya en movimiento en el aire.

-Haku –Itachi le agarró la mandíbula para que lo mirara sólo a él y con mucho esfuerzo el rubio alzó su mano para limpiar las lágrimas del pelinegro, pero sólo consiguió llenarlo más de sangre.

-Sigue tu vida Itachi. Déjame a mí en donde debo estar –tragó con mucha dificultad –a mi no me queda mucho.

-Basta –las lágrimas del moreno golpeaban la cara del rubio.

-Te amo.

 

Todos amamos

 

Los ojos del rubio se cerraron y Tenten comenzó a llorar, Lee la abrazó e Itachi comenzó a zarandear el cuerpo inerte de su amante.

 

-HAKU, HAKU, HAKU... AAAAAH, HAKUUUU...

 

¿Qué es peor que el grito lastimero de un amante?, ¿Qué es peor que ver a una persona que ama con locura aferrarse a la existencia de otra y luego verla morir en sus brazos?

 

Itachi Uchiha tuvo que pasar por todo eso. A Naruto lo esperaba Sasuke en Milan, Tenten estaba al lado de su mejor amigo, Kakuzu estaba piloteando el helicóptero con Hidan, Neji estaba al lado de Hinata y Gaara abrazaba a un shockeado Sai. Pero Itachi zarandeaba y gritaba histérico el nombre de su amante, mientras este no abría los ojos y cada vez se tornaba más frío.

 

El corazón de Haku Deidara había dejado de latir, pero con él se había llevado a miles de yakuzas que por venganza había matado. Ahora todo parecía realmente estúpido, podían haberse ido sin hacer ningún alboroto. Pero necesitaban esa sed de sangre, de venganza que les había llenado el corazón por años.

 

-HAKUUUUUUU –Itachi seguía llamando al rubio y lo besaba –HAKU DESPIERTA, MALDICIÓN HAKU, DESPIERTA.

 

Doce años después

 

Un Camaro negro se estacionaba en un parque muy conocido en Roma y un hermoso caballero pelinegro bajaba de él con un ramo de hierberas en las manos. Las mujeres lo veían, pues a pesar de que sólo traía una camisa blanca, un pantalón de chef negro y unos zapatos deportivos, su cuerpo esculpido cual David de Miguel Ángel imponía. Sus cabellos lisos negros eran amarrados por una fina cola y sus Ray-Ban le hacían imponer un estilo que dejaba a más de un derretido.

 

Se sentó en un Sauce Llorón y dejó las hierberas a su lado, se quitó los lentes, suspiró y comenzó a hablar.

 

-Ya han pasado doce años de tu muerte. El pequeño Haku está cada vez más activo y grande, está volviendo loca a Hinata y a Neji. A Tenten le va muy bien con el Dojo que abrió con Lee –rió un poco –creo que hoy Lee le pide matrimonio –susurró como si no quisiera que nadie escuchara eso.

 

Miró a un lado y volvió a suspirar.

 

-Los tres artistas de esta familia improvisada han triunfado y hoy llegaron de una importante gira.

#¬#¬#¬#¬#¬

Sai se estiraba mientras bajaba del avión. Doce horas de viaje le habían dejado completamente molido.

 

-Recuérdenme no volver a viajar con ustedes.

 

Sasuke y Gaara bajaban del avión riendo por el comentario del pelinegro y este hizo un pequeño puchero.

 

-Vamos amor –Gaara le agarró la mano haciéndolo sonrojar y ver asustado a todos lados –ya estamos en casa y Gabrielle nos espera.

 

Eso había alegrado un poco a Sai. Después de residenciarse en Milan y obtener la nacionalidad Italiana, Gaara le había propuesto adoptar a una niña y a sus dieciséis años, la chica estaba totalmente orgullosa de sus padres y era muy buena en sus estudios.

 

-Si –susurró y apuró el paso.

-¡Oigan! –Sasuke también apuró el paso -¡No me dejen atrás!

 

Al salir por la puerta número seis después de recoger sus maletas varios reporteros los abordaron y las cámaras comenzaron a disparar sus flashes cegándolos un poco.

 

Respondieron las tediosas preguntas que le formulaban los reporteros y cuando salieron una chica pelirroja se lanzó hacia Sai.

 

-¡Papi! –todos los periodistas enfocaron sus cámaras hacia la familia dejando así al moreno solo, cosa que aprovechó, pues arrastró sus dos pesadas maletas a un BMW plateado que a su novio tanto le gustaba y un rubio hermoso lo esperaba apoyado en la puerta del piloto que daba a la acera, con unos lentes negros y con su uniforme de cocina.

-No deberías estar vestido así –le sonrió al estar al frente de él.

 

-Gabrielle me buscó en el trabajo.

-Los chicos se quedarán sin chef.

-Ellos se saben defender bien –le sonrió -¿Me extrañaste?

-Ni un poco –mintió Sasuke.

-Que bueno –Naruto se quitó las gafas y unas pequeñas ojeras se asomaron en sus ojos –yo tampoco.

 

¿Cómo decirle a Sasuke que cada vez que se iba no podía dormir bien?, pues sin su calor y sin su aroma, la vida de el Chef Naruto Uzumaki, estaba incompleta.

 

Desde el día que lo vio en el café y Sasuke le hizo aquella extraña propuesta supo que entre ellos había nacido algo. Y aunque mucho lo ocultó, a fin de cuentas y con mucho esfuerzo lograron terminar juntos.

 

-Y yo que pensaba que sería como un cuento de hadas –le susurró y Sasuke sonrió de medio lado –pero gracias a él estoy ahora contigo.

-Ya se cumplieron doce años y todos los periódicos se encargan de decirlo –le enseñó la portada de un diario inglés.

-Hoy se cumplen doce años del genocidio yakuza en Japón. Tres clanes fueron brutalmente arrasados, la Interpool todavía investiga el caso. Pero Hidan, jefe de la Interpool de Japón no puede dar otro indicio más que el responsable de esa masacre fue Haku Deidara, un yakuza del clan Uchiha y uno de los más peligrosos de Japón...

#¬#¬#¬#¬#¬

-Muerto ese mismo día y cremado por sus amigos. Se investigaron a sus supuestos cómplices, pero se descartó el hecho de que supieran algo al respecto –terminó de leer Itachi –te dije que el mundo te recordaría –dobló el periódico por la mitad y una lágrima salió sin permiso de su ojo izquierdo –te quería decir algo que seguro no te gustará... se trata del pastelero que te había comentado el otro día –suspiró –cada vez me atrae más –acarició el pasto –quizás sea porque se parece a ti. Es como si fuese su hermano –miró al cielo –sé que me dijiste que siguiera mi vida... no te quise hacer caso por un tiempo, pero Naruto me obligó... a la final tu primo sirvió para algo –rió un poco y una brisa fresca acarició su cuerpo –te amo.

-¡CHEF! –miró con el ceño fruncido como un chico de unos veintiséis años corría hacia él, su cabello rubio y un poco corto hondeo ante aquella brisa y sus ojos verdes preocupados al parecer se fijaban en su aspecto –Chef –susurró cuando llegó al árbol en donde estaba él –no hay nadie en la cocina y...

-¿Cómo me encontraste aquí Paul? –preguntó tajante y el chico se sonrojó.

-Es que una vez estaba paseando en mi día libre y lo vi sentado en este árbol. A veces yo también me siento en él porque su sombra me parece reconfortadle –miró el árbol –pero es un árbol muy triste –ante esas palabras Itachi abrió los ojos y sus lágrimas comenzaron a salir -¿Chef? –se arrodilló ante el moreno y lo abrazó –todo pasará –le susurró –es tiempo de un nuevo mañana, de seguir la vida.

 

Aquel hombre que había hecho una coraza ahora lloraba y se aferraba a aquel rubio. Una brisa otoñal los volvió a apresar llenándolos de nuevas ideas, se separaron un poco y unieron sus labios.

 

-Creo que con él... será el único hombre con el que te seré infiel... es un buen hombre –pensaba Itachi mientras se separaba de los labios de Paul y volvía a arremeter contra ellos –ya te he hablado mucho de él... ¿Será que todo esto fue un plan tuyo?... igual, no amaré a otra persona.

 

*Fan Back*

-No amaré a otra persona –le susurró Itachi en la cama del hotel después de hacer el amor.

-Deja de decir estupideces –Haku se movió un poco y sintió como un líquido espeso salía de él.

-No es una estupidez –le besó el hombro –estos seis meses lejos de ti me lo han dejado en claro –le sonrió y Haku se sonrojó –te ves hermoso así.

-Te mataré cuando tenga oportunidad.

-No me importa –le besó en los labios –moriría por ti.

-Eso lo debería decir yo cursi de mier... –un beso en los labios acalló todas sus quejas.

-¿Decías algo?

-No –Haku parecía un tomate e Itachi lo abrazó.

-Regresarás conmigo a casa.

-Si Itachi.

-¿Y dormirás en mi cuarto?

-Tenemos cuartos separados por una puerta.

-Entonces –se coló entre sus piernas -¿Dormirás en mi cama?

 

Por qué lo tenía que esconder, era la verdad.

 

-Las veces que quieras.

-Quiero tener tu calor en mis brazos por mucho tiempo.

-Lo tendrás.

-Te amo.

*End Fan Back*

#¬#¬#¬#¬#¬

El rubio y el moreno entraron besándose a su apartamento. Dejaron las maletas y la ropa cerca de la puerta y se acostaron en un sofá cama cercano.

 

-Dime que me extrañaste –le susurró Sasuke al oído.

-Ummm... no lo hice nunca –por cada caricia del pelinegro el rubio se contorsionaba.

-Mentiroso –le lamió el cuello por lo que Naruto soltó un ronco gemido –sé que me extrañaste.

-Entonces... por qué...

-Adoro los cuentos de hadas.

 

Naruto y Sasuke se miraron fijamente por un buen tiempo, se besaron con aún más pasión que antes y comenzaron a acariciarse.

 

-Ah... te amo.

#¬#¬#¬#¬#¬

-Tenten...

 

Si...

 

Pedirle matrimonio a una ex yakusa era lo más arriesgado que había hecho Lee en toda su vida... pero el nunca tuvo miedo....

 

Bueno...

 

Nunca tuvo miedo...

 

Hasta este día.

 

Tenía la caja entre sus manos y temblaba cual gelatina, respiró profundo varias veces y miró a Tenten.

 

-¿Qué demonios te pasa Lee?

 

Después de que llegaron a Europa y se residenciaron, compraron un pequeño apartamento para vivir juntos. Al principio en cuartos separados, pero después de un par de copas en una velada se dijeron todo lo que sentían y desde cuando lo sentían, comenzaron a salir y después de diez años Lee sudaba como nunca.

 

-Pareciera que me pedirás matrimonio –la chica comenzó a reír, pero al ver la cara de su novio dejó de hacer -¿Qué?, ¿En serio?

-No es obligatorio...

-Yo... –los colores a Tente se le subieron al rostro y parpadeó un par de veces –yo...

 

Lee nunca la había visto tan vulnerable, tan hermosa como en ese momento. Parecía una pequeña flor que enseñaba por primera vez sus pétalos al astro rey.

 

-Si me estas jodiendo créeme que te mataré –ante aquella propuesta Lee rió.

-Nunca cambiarás –susurró y le sonrió –Tenten –le mostró el anillo –te quieres comprometer conmigo en matrimonio.

 

La chica asintió sonrojada y Lee saltó de la emoción. Se besaron y se abrazaron.

 

-Lee... –la chica miraba el anillo que estaba todavía en la caja –el anillo.

#¬#¬#¬#¬#¬

Las embestidas eran más fuertes y Naruto estaba completamente sonrojado. Las respiraciones y el calor que emanaban sus cuerpos era lo único que necesitaban para opacar el frío que hacía gracias a que no prendieron el calentador al llegar.

 

-Sasuke –susurraba el rubio -¡Ah!, ¡Más Sasuke!

 

Comenzaron a tocar la puerta una y otra vez, pero ninguno le prestaba la más mínima atención. Sasuke siguió penetrando al rubio como si su vida dependiera de ello y Naruto gritaba cada vez más alto de placer.

 

-Te amo –le susurró el moreno al rubio –Te amo mucho Naru...

-TÍOS, ¿TODO ESTÁ BIEN?, ESCUCHÉ GRITOS Y...

 

¿Qué podía ser peor que ser descubierto por tu sobrino?

 

¿Morir?

 

Ninguno de los dos lo creía.

 

Miraron estupefactos a su sobrino y este también los miraba como si no comprendiera muy bien lo que estaba pasando, hasta que pareció atar cabos y preguntó tranquilo.

 

-¿Así se hacen los bebes?

 

Los dos hombres se miraron y Naruto se colocó sus manos en la cara para que tapara su vergüenza.

 

-No Haku-Chan –Sasuke salió del rubio y este emitió un leve gemido, pero se tapó la boca aún más avergonzado –podrías salir un momento por favor.

 

El niño obedeció tranquilamente y el rubio comenzó a jalarse los cabellos histéricos.

 

-La suerte nos da el trasero una vez más corazón.

-Odio ese niño... LO ODIO MÁS QUE A MI PRIMO.

 

Sasuke comenzó a reír y abrazó a su pareja, su libido había bajado gracias a la “pequeña” intervención de su sobrino, pero no por eso se iba a dejar de besar y abrazar. Se habían extrañado mucho.

#¬#¬#¬#¬#¬

-Oto-San, oto-chan... este es mi novio.

 

La pequeña Gabrielle. Así le llamaba Sai, y al verla parada al frente de ellos con un chico muy guapo y de porte inglés los hacía atragantarse con su propia pasta.

 

-¿Qué? –preguntaron al unísono Sai y Gaara.

-Es mi novio... se llama Andrew.

 

-Un gusto conocerlos –saludó el chico completamente sonrojados.

-Tu –Gaara señaló al chico –eres novio de mi... ¿Niña?

 

-Pa... –Gabrielle parecía algo avergonzada.

-Si señor –el chico hiperventilaba. Era tan blanco y sus ojos eran del mismo color que Gaara, su cabello estaba enrulado y era de un castaño claro espectacular, era alto y de músculos marcados.

 

-Yo le doy un diez –apuntó Sai.

-¡Ni siquiera lo conoces! –le regañó Gaara.

-La pequeña Gabrielle está creciendo –aclaró el moreno y le sonrió al chico –mi nombre es Sai. ¿Podrías compartir con nosotros la mesa?

 

-S... ¡Si! –dijo el chico feliz.

#¬#¬#¬#¬#¬

Dos años después

 

Itachi miraba a Paul. Este estaba rendido a su lado, le acarició la cara y botó una lágrima, se sentó en la cama y no pudo contener más su llanto, había hecho todo lo posible por olvidarse de él, pero él era una parte de su vida que nunca querría olvidar. Sintió unos brazos acariciando su abdomen y uniéndose en un fuerte abrazo y volvió a su máscara.

 

-¿Quieres que me vaya? –Itachi miró al rubio asustado.

-¿Qué?

-Sé por quién lloras Itachi –el pelinegro volteó a ver a su amante y este se acomodó en la cama –sé que cuando lo haces conmigo piensas en él –Paul sonrió de medio lado y una lágrima salió de su ojos derecho –hasta dices su nombre.

-¿Ah? –Itachi miró como Paul se levantaba de su cama.

-Renuncio al restaurant.

 

Y no dijo ni hizo nada. Quedó en shock. Paul se bañó, se cambió al frente de él y al abrir la puerta dijo.

 

-Creo que te comencé a amar –miró como se marchaba y escondió su cara entre sus manos.

-¿Qué he hecho Haku?

 

Nunca podía parar de soñar con la vez que llegó a Europa. Nadie lo había podido separar del ataúd en donde se encontraba el cuerpo muerto de Haku Deidara. Le habñia pagado muy bien a un patólogo para que extrajera las balas del cuerpo del occiso y como Naruto y Sai, él no había hablado, ni siquiera al ver a su hermano.

 

“¿En dónde está Haku-Chan?” ante la pregunta de Sasuke, Naruto comenzó a llorar descontroladamente y él cerró los ojos y se dejó llevar por el cansancio.

 

No quería despertar más. Por primera vez entendía el comportamiento de Gaara cuando perdió a Karin. Cuando sabes que perdiste a alguien que amas con todas tus fuerzas, no quieres volver a avanzar, y más si esa persona a avanzado tanto contigo.

 

“¡Está despertando!” Odiaba ese aroma a hospital, olía a muerte... olía a lo que olí Haku al salir del patólogo.

 

Al despertar se sintió por un momento mareado, una bella enfermera le decía en Italiano que se calmara y que se sentara. Luego le preguntó si entendía su idioma y él sólo atinó a asentir.

 

Después de que el médico lo revisara autorizó la entrada de una persona y ese era su hermano.

 

“Por favor no me mires con esa cara”

“Lo siento... yo también estoy mal por lo que pasó con Haku” dijo con la cabeza gacha

“Lo odio” Esas palabras que salieron de sus labios eran mentiras “De verdad lo odio” Era como si tratara de hacérselo entender a su cerebro “Es un mentiroso” Sus lágrimas volvían a salir y un grito de dolor salió de sus labios “LO ODIO, LO ODIO”

 

¿Cómo permitió que su hermano menor lo viese en ese estado?, seguramente Haku nunca lo hubiese aceptado.

 

Haku...

 

Haku...

 

Le había roto el corazón a un excelente hombre por su amor por Haku Deidara.

 

-Haku –sus lágrimas comenzaron a salir -¡Maldición! –se paró de la cama y volcó su mesa de noche -¡No puedo seguir sin ti!

 

Miró su desorden y se arrodilló para ver un bolso negro que había terminado en el suelo junto a su mesa de noche.

 

-¿Esto no es de Paul? –lo abrió y se encontró con unas fotos de ellos y de “su familia”

 

En todas salía con una cara triste e insatisfecha, escuchó como se abría la puerta, pero no le prestó atención, siguió mirando las fotografías y se dio cuenta que había pasado de muchos momentos “felices” que vivió con ese chico.

 

-Sigue tu vida Itachi. Déjame a mí en donde debo estar -nunca se le iban a olvidar esas palabras –no puedo dejarte a un lado tonto –susurró –eres muy importante para mi... siempre estarás en mi corazón –suspiró –lo que sí puedo hacer es seguir mi vida con él –abrió los ojos asustado. Había dejado ir a Paul -¡Paul! –comenzó a vestirse y cuando volteó el rubio lo miraba desde la puerta de su cuarto.

-Ho... Hola –el rubio miró su bolso –¿Me lo podrías regresar?... por favor.

-Yo...

-No quiero saber nada de ti Itachi –aclaró.

-Yo sí... y no te he sido completamente sincero... pero es porque no quiero involucrar a nadie en eso.

 

Paul no dijo nada, sólo miró al moreno un momento y se acercó a agarrar el bolso, pero Itachi se lo impidió.

 

-Ita...

-Era yakuza –Paul abrió los ojos impresionado –pertenecía al clan Uchiha. Tenía dieciséis años cuando me asignaron un guarda espaldas. Su nombre era Haku Deidara, lo odiaba porque era un simple adolescente de contextura delicada... un objeto más de la trata infantil en China.

-¿Qué?

-Por favor no me interrumpas –estaba decidido a contarle todo a Paul –si te lo cuento es porque me importas.

-Está bien.

-Pasaron los años y nos hicimos amigos, entramos a la universidad y nuestros sentimientos se hacían más fuertes... nos hicimos pareja y después de eso... mataron a mi padre. Él fue mi apoyo... siempre lo ha sido. Me cuidó y yo lo cuidé a él. Luego yo cometí muchos errores que lo llevaron a la muerte y –bajó su cabeza –no me puedo perdonar eso

 

Un beso en la frente lo hizo mirar a un sonriente Paul.

 

-No te criticaré por eso... te... eres... –Paul suspiró –te amo por lo que eres... él no es parte de tu pasado, siempre estará aquí –le colocó la mano en su corazón –además, ya no lo odio tanto, pues cuidó de mi Itachi.

-¿Tu Ita?... –el moreno se sonrojó.

-Quizás el señor Haku me envió a ti porque sabe que yo te cuidaré –le sonrió.

-Lo siento tanto.

-Debiste decírmelo antes...

-No te he contado todo.

-Todo tu pasado será contado al debido tiempo –le dio un beso de mariposa –pero mi corazón está completamente destrozado.

-Lo siento tanto.

-¿Amigos? –le extendió la mano e Itachi le correspondió, sólo para jalarlo y besarlo.

-No... comencemos otra vez.

#¬#¬#¬#¬#¬

Sai estaba pegado contra la pared, Gaara lo acariciaba lascivamente y lo besaba de vez en cuando.

 

¿Cuán pervertido podía ser el pelirrojo?

 

Habían cerrado la puerta principal con llave, después de lo que le pasó a Naruto y a Sasuke dos años atrás con Haku-Chan comenzaron a tomar precauciones por si su Gabrielle se aparecía con Andrew por la casa.

 

-Espera Gaara –le susurraba Sai.

-¿Y por qué tengo que esperar? –preguntó con un puchero el pelirrojo.

-Te... tengo que decirte algo.

-Ummm... después...

-No... es... ¡Ah! Impor...

-Puede esperar –Gaara comenzó a recorrer el cuerpo de su amante con su boca.

-Gaara... –el pelirrojo lo miró –te amo.

-Y yo a ti –se volvieron a besar y el pelirrojo cargó a su pareja –estás más delgado.

-Y tu comienzas a tener canas –se acostaron en la cama riéndose y se miraron por un largo tiempo.

 

Todo se lo debían a una persona, por una persona estaban ahí y le debían mucho. Iban todos los años a colocar flores al árbol en donde fueron esparcidas sus cenizas a mostrarle su grato agradecimiento.

 

-Hoy nos toca ir –susurró Sai.

-Si –Gaara lo besó –pero primero te quiero hacer mío.

 

Y entre risas y caricias Gaara se adentró en el moreno lentamente.

 

-¡Ah! –Sai se agarró de los hombros del pelirrojo –Gaa...

-Todavía seguimos sintiendo lo mismo que en nuestra primera vez ¿Verdad?

 

Sai sonrió y movió sus caderas para que el pelirrojo comenzara con las embestidas.

 

-¡Ah!... ¡Ah!

 

Cada vez más profundas, más fuertes, una danza que los envolvía con más pasión cada vez que lo hacían, refregando su amor y el deseo que se tenían por tanto tiempo. Poco a poco limando asperezas, poco a poco queriéndose con locura.

 

Amándose.

 

-¡Gaara!

 

Sudados, acalorados a pesar de estar en invierno. Gimiendo del placer que les proporcionaba ser uno con el contrario.

 

-Sai... Sai... no aguanto...

 

Explotando de la emoción, de la felicidad. Explotando por todos esos sentimientos que tenían abarrotados en su corazón.

 

-¡Ah!, Te amo Sai.

 

Sus cabellos ahora largos pegados a sus frentes, sus ojeras por las noches de incansable trabajo, sus contadas canas... todo lo amaban del contrario y en ningún momento se dieron por vencidos. No fue fácil, pero tampoco dieron su brazo a torser.

 

-Hagámoslo juntos Gaa-Chan.

 

Y llegaron al éxtasis, bañando como siempre uno al otro de aquella sustancia viscosa con la cual Sai le gustaba jugar después de haber pasado el orgasmo.

 

-Basta –Gaara siempre quedaba con la cara del color de su cabello.

 

Eran uno para el otro. Nunca lo pusieron en duda.

 

-Eres lo que siempre me ha mantenido cuerdo.

 

Gaara sabía muy bien a lo que se refería Sai. Después de llegar a Europa, tuvieron que ir a un psicólogo porque Sai sufría de crisis por traumas emocionales y la psicólogo simplemente dijo “No lo dejes sólo”

 

Su niño había sufrido mucho y él quería borrar todo sufrimiento de su cabeza, aunque sabía que poco a poco lo lograría. Todo lo que había vivido no se borraría de su mente.

 

-Te amo –le susurró y salió de él.

-Yo también te amo.

-Feliz aniversario.

Ya no continuará más

Notas finales:

 

Buaaaah!!! Ya sé, ya sé... seguro me querrán matar. Pero es un día para comenzar un nuevo camino.

Muchas gracias por su apoyo incondicional. Por esperar con tanta paciencia las actualizaciones.

Gracias por seguirme estos 23 capítulos. Es el primer fic que termino.

Gracias por todo.

Se despide para actualizar rápidamente “¿Qué harías por un dulce?”

Danish


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).