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Sin olvido por zandaleesol

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Harry pasó aquellos últimos días de vacaciones yendo de un lado a otro, contrariamente a lo que había hecho a su llegada, había aceptado invitaciones de muchas personas, la mayoría no eran amigos  si no más bien conocidas, pero como necesitaba ocupar el tiempo en algo para no pensar en su último encuentro con Draco en aquella visita a Hogsmeade. Ron y Hermione no siempre podían acompañarle así es que en varias ocasiones se ofreció Neville y Harry lo agradecía enormemente, le horrorizaba la idea de ir solo a esos eventos.  

Sucedió que en varios de esos eventos se topó con los amigos de Draco, no sabía si casualmente pero Pansy y Blaise  insistían en buscarlo para hablarle, sobre todo Pansy, cada vez que lo divisaba lo saludaba y el hablaba como si fuesen amigos de toda la vida cuando lo cierto era que estando en la escuela apenas si cruzaban palabras y casi siempre sólo para decirse cosas desagradables, además de esto a Harry le incomodaba porque no podía olvidar que por causa de esa chica Draco lo había abandonado. A pesar de estar conciente de que ella no tenía culpa de eso, después de todo también había sido abandonada y el mismo día de su boda, pero quizá tuviera algo de responsabilidad por insistir en perseguir a Draco.  

Por su parte Neville acompañaba gustoso a Harry, había quedado muy intrigado desde aquel encuentro en Hogsmeade, aún no se animaba a preguntarle a Harry si era Draco Malfoy la persona que había amado, había intentado averiguar algo más con Ron y Hermione pero no había tenido éxito, cada vez que intentaba acercarse al tema sus amigos desviaban su atención hacia otro tema. No insistía puesto que no lo consideraba prudente después de todo él sólo era un amigo más, si alguna vez Harry confiaba en él y le contaba algo de ese misterioso amor del pasado estaría feliz de haberse ganado la confianza de su amigo hasta ese punto, aunque una extrañas sensación en su corazón le decía que tener la certeza de lo que por el momento sólo eran sospechas no le haría muy feliz. Luego de aquella visita a Hogsmeade Harry estuvo muy distraído, Ron y Hermione preguntaron si se habían encontrado con alguien en aquella visita al pueblo, Neville respondió que sólo con Snape y Draco Malfoy, la pareja intercambió una mirada que a Neville le pareció muy decidora sin embargo no había hecho comentario alguno.  

Finalmente llegó el 1 de septiembre, sin quererlo a Harry la fecha le resultaba emocionante, recordaba que en sus años como estudiante esperaba  aquel día con ansias, la escuela era su hogar, el motivo  que le permitía escapar de la casa de sus tíos. Por supuesto que a sus veinticinco años no necesitaba escapar de nadie, mucho menos de la casa y compañía de sus amigos,  nunca antes se sintió tan tranquilo y acogido como durante aquellos dos meses, sentía que la paz poco a poco regresaba a su alma. Su trabajo como profesor le alejaría de sus amigos otra vez pero el motivo era muy diferente a la separación anterior, además no estarían separados por medio mundo por lo que el contacto permanente no se perdería.   

El nerviosismo de Harry aquella mañana no pasó inadvertido para sus amigos, Hermione en una actitud muy similar que le recordaba muchísimo a la madre de Ron, lo atiborró con comida, el joven de ojos verdes no tuvo valor para rechazar la actitud gentil y preocupada de su amiga pero lo cierto era que su estómago no estaba como para recibir alimentos, la noche anterior el sueño le había huido y ahora experimentaba la desagradable sensación que deja en el cuerpo una noche insomnio. No comió demasiado sólo lo suficiente para no herir los sentimientos de Hermione, pero si aceptó de muy buena gana que la chica le prepara una merienda para el camino, todavía no tenía muy claro porque había decidido viajar en el expreso de Hogwarts junto con los alumnos cuando perfectamente podía llegar en un instante a la escuela utilizando la aparición, inclusive Ron le había sugerido que viajar en escoba ante las protestas airadas de Hermione que había considerado la idea demasiado loca y excéntrica.   

Fue muy extraño para Harry que sus amigos le acompañaran hasta el anden 9 ¾, y no subieran con él al tren, era una locura pero le parecía que el tiempo regresaba hacia atrás, cuando eran unos adolescentes que subían emocionados al expreso, soñando con lo que les depararía un nuevo año de escuela, y él mismo deseando encontrarse con un chico de ojos grises al que adoraba y que era el motivo principal que le hacía desear regresar. Tal vez ahora esa emoción extraña se debía al mismo motivo, en la escuela encontraría a Draco Malfoy, su antiguo amor, pero ya no eran unos adolescentes soñadores y felices, ahora él era un hombre solo que llevaba sobre sus hombros el peso de un dolor profundo que el paso de los años no habían conseguido aminorar.  

En la plataforma quedaron sus amigos, fue extraña la sensación para Harry  sentía que los abandonaba otra vez, quizá cometía el peor error de su vida al regresar a la escuela, pero ya se había embarcado en esa aventura que no sabía con certeza hacia donde lo llevaría, esperaba que a una solución definitiva de ese pasado que aún le causaba gran inquietud a su presente y hacía un poco impreciso el futuro. A pesar de tener la certeza de amar a Draco, sabía que no existía  voluntad para el perdón, su rencor era demasiado profundo, a pesar de ello confiaba en que pudieran llevar una buena relación de colegas, por lo menos mostrando respeto mutuo a cambio de la ausencia de todo lo demás, de todo lo que una vez los  había unido.  Confiaba en que no existirían contratiempos de ninguna clase, las dos únicas veces que se había encontrado con Draco, primero en el baile de despedida de Dumbledore y luego en aquel paseo a Hogsmeade se habían tratado  de forma bastante civilizada, aunque no estaba muy seguro de que  pudiera llamarse civilizado al hecho de apenas dirigirse una mínima mirada, Draco a parte de la primera vez que lo encontrara en el despacho del antiguo director que se había mostrado muy perturbado por su presencia,  la veces siguientes no se había mostrado muy conmovido  más bien lo había ignorado, sobre todo en Hogsmeade, eso era un indicio de que el paso del tiempo había dejado su inequívoco efecto.  

&&&&&  

Desde hacía años que no experimentaba una emoción parecida, era casi ridículo pero se volvía a sentir como el chico de diecisiete años que hacía mucho tiempo  había dejado atrás, estaba seguro que ni siquiera el curso anterior cuando había aceptado ser profesor de Defensa había estado tan nervioso, su seguridad y prestancia de Malfoy no le había abandonado nunca. Se dio una mirada en el espejo, se mentía a si mismo, claro que lo había abandonado una vez, cuando aquel chico de ojos esmeraldas le había rogado que no lo dejara, cuando le había suplicado que se quedara a su lado, sí, aquella vez había dudado, había estado a punto de oír los gritos de su corazón que le decían que se quedara, que era mejor vivir en la miseria teniendo el amor que vivir en la opulencia renunciando al único que podría hacerlo feliz  en  su vida. Cuanto había lamentado a través de esos cinco años haberse dejado seducir por sus vanos sueños de felicidad material. Pero ya era tarde, demasiado tarde inclusive para el arrepentimiento, él sabía cual era su vida y estaba seguro que la llegada de Harry no vendría a cambiarla puesto que la comunidad de espíritus, el amor que los había unido ya no existía.  

Los repentinos golpes en la puerta lo sacaron de aquellos pensamientos deprimentes que con demasiada frecuencia lo asaltaban, se terminó de abotonar la túnica que le había regalado Severus en su cumpleaños numero veinticinco y se dirigió hacia la puerta, ahí estaba el director.  

-          ¿Ya estás listo? –dijo Severus dándole una evaluadora mirada –parece que vuelves a ser el de antes… estás muy elegante esta noche. 

-          Lo creí apropiado… es el inicio de curso. 

-          ¿Será sólo por eso?... ¿Quizá  pretendes impresionar a Potter? 

-          No lo impresionaría ni aunque me paseara desnudo… eso te lo aseguro. 

-          Hmm… yo no descartaría la posibilidad… 

-          ¿Estás bromeando? 

-          Claro que bromeo… Potter me avisó que llegaría en el expreso. 

-          ¿Viajaría en el expreso? 

-          Sí… y la verdad no entiendo para qué… no sé si deseaba retrasar su arribo a la escuela o… quisiera recordar viejos tiempos… con Potter nunca se sabe. 

-          Lo más probable es que no deseara llegar antes… quizá para evitarme. 

-          Puede ser… aunque creo que si deseara evitarte no hubiese aceptado el puesto. 

-          Tienes razón no desea evitarme… sólo quiere demostrar que le soy totalmente indiferente… que estar cerca de mí no le afecta. 

-          En cuanto a que no le afecte yo no estaría tan seguro.  

-          No hagas eso. 

-          ¿Qué cosa? 

-          Hacer ese tipo de comentarios… no quiero hacerme falsas ilusiones… no quiero tener esperanzas.  

-          Yo no te dicho que las tengas.   

Draco guardó silencio, no quería seguir la conversación en ese terreno a veces Severus dejaba caer aquellos comentarios que le resultaban excesivamente dolorosos y al parecer no se daba cuenta de que lo lastimaba, él sabía cual era su lugar, en qué debía o no debía creer, hacía muchos años atrás Severus le había jurado que jamás volvería a intervenir en su vida, no volvería a darle consejos ni a decir que debía hacer, sin embargo sentía que no siempre cumplía con esa promesa, en cierta forma quizá más velada pero igual seguía interviniendo en su vida, sabía que no era por maldad, le deseaba lo mejor y él agradecía tener a alguien que aún se preocupara por lo que le sucedía.  

-          Severus… te lo repito… no te preocupes por la presencia de Harry… no será un problema para mí.  

Snape no respondió, estaba seguro que Potter  sí sería un problema en la vida de Draco, pero lo prefería así, deseaba que fuera de esa forma,  estaba cansado de ver en el chico rubio aquel mutismo, esa indiferencia y esa  desapasionada forma de ver la vida, vivir sin desear nada, sin esperar nada, no era la mejor manera de honrar la vida, no quería  ver a Draco convertido en una replica de sí mismo, aún estaba a tiempo de apartarlo de esa senda que lo llevaría a ser un ser solitario, triste y amargado, no era demasiado tarde y esperaba que Potter dejara su terquedad de una vez y aceptara  que amaba a Draco y que sólo por él había regresado.   

&&&&&  

El viaje había terminado los alumnos emocionados y bulliciosos habían abandonado el tren, pero aún un solitario pasajero permanecía sentado en el último vagón del expreso de Hogwarts, durante las largas horas del trayecto Harry sólo había podido recordar sus años de estudiante, sus viajes en el tren desde su primer curso todos habían  sido muy alegres exceptuando  su último año, la guerra ya había comenzado  y él más temeroso que cualquiera no dejaba de pensar en lo que debería enfrentar cuando Voldemort viniera directamente por él, como lo había hecho cuando sólo era un bebé, los conocimientos le habían preparado para ese momento, sin embargo, temía morir porque eso le obligaría a dejar lo que más amaba, a Draco Malfoy.   

FLASH BACK 

-          ¡Harry!... ¿no bajarás del tren con nosotros? –la voz de su amiga lo trajo de regreso al mundo  

-          Ah… sí Hermy… sólo dame un minuto… iré enseguida…  

La chica castaña lo miró algo triste, aunque Harry no dijera nada ella comprendía lo que pasaba por el corazón de su amigo, era lo mismo que sentían todos, nadie sabía si terminarían aquel último curso. Ya no había ruidos en el tren, sin embargo él aún permanecía sentado en el mismo lugar, sabía que llegaría tarde para alcanzar algún carruaje y no era prudente ir caminando hasta la escuela. Se levantó finalmente de su asiento para arrastrar su baúl hasta el pasillo, de pronto un ruido de pisadas que  pretendían ser sutiles alertaron sus sentidos, tragó saliva nervioso, definitivamente había sido un gran imprudencia quedarse solo en el tren, en que estaba pensando, cualquier Mortífago podía haber estado por ahí espiando la llegada del tren, sacó su varita dispuesto a lanzar la maldición Imperdonable si era preciso, pero de pronto una cabeza rubia se asomó con sigilo.  

-¡Demonios Draco!... ¿estás loco?... como se te ocurre hacer eso… ya estaba a punto de lanzarte una Imperdonable –dijo Harry recuperando el color que se había escapado de su rostro.  

- De verdad… creía que esa la reservabas sólo para Señor Tenebroso –dijo el chico rubio con un dejo de malicia en su voz  

- Cuando lo llamarás  Voldemort… no eres un Mortífago… no es necesario que lo llames de esa forma –dijo Harry guardando la varita en el bolsillo de su túnica 

- Lo siento Potter… no soy valiente como tú –dijo el rubio con desdén  

- ¿Y cuándo me llamarás por mi nombre? 

- Hmm… no lo sé… ¿Cuándo acabes con el Señor Tenebroso?  

Harry se regresó al asiento repentinamente desanimado.  

-          Nunca has pensado que quizá él acabe conmigo y jamás tengas la oportunidad –dijo Harry escondiendo la cabeza entre sus piernas.   

Este gesto derrotado puso en alerta al chico rubio, definitivamente Harry estaba deprimido, se apresuró a arrodillarse frente a él y le acarició el cabello revuelto con infinita ternura.   

-          Creo que esa es una excelente razón para que llegado el momento acabes con él… me tendrás el resto de tu vida llamándote… Harry… más aún… me tendrás a tus pies diciendo “Harry… te amo… y te amaré hasta el final de mis días”.  

Tras estas palabras el chico de ojos verdes dejó de esconder el rostro y miró al rubio sonriente.   

-          Quiero que lo digas ahora. 

-          Desde cuando me ordenas Potter… yo soy libre de decir lo que se me de la gana… y… te amo… y te amaré hasta el final de mis días… Harry…   

Esto bastó para que el chico de ojos verdes olvidara su tristeza, Draco no era muy asiduo a decir frases  como esas, le gustaba demasiado el sarcasmo, era demasiado controlado, pocas veces expresaba sentimientos con palabras como esas, por su forma de bajar la guardia podía comprender que el  rubio estaba preocupado por él. Cada parte de sí amaba con locura a ese chico, pretencioso, arrogante, pero que estando junto a él se transformaba, se convertía en el más tierno, junto a él Draco se permitía mostrar la parte dulce de su carácter aunque hiciera todo lo posible por ocultarlo dejando caer frases cáusticas cada dos por tres.  

-          Yo también te amo… y te amaré más allá de esta vida… 

-          No digas tonterías… vas a amarme en esta vida y punto… está es la única vida  que no conozco… no me interesa otra… te quiero aquí conmigo… así  que más te vale que llegado el momento acabes con él…  

-          Te juro que lo haré. 

-          Así está mejor… y ahora voy a darte algo que acabará por levantarte el ánimo –dijo el rubio besando su cuello mientras comenzaba a desabotonar la túnica de colores rojo y dorado.   

Harry no imaginó que Draco querría hacerle el amor ahí en el mismo expreso.   

-          Draco detente… esto es una imprudencia… llegaremos tarde a la cena… y además…  

-          Al demonio la cena… te deseo ahora y no pienso esperar… esta es nuestra última vez en el expreso Potter… quiero llevarme un buen recuerdo. 

 El rostro de Harry mostró una mueca de fastidio, otra vez era Potter, pero aquello duró sólo un segundo porque el rubio con sus hábiles manos ya le había despojado de la túnica y ahora se encargaba de bajar sus pantalones, ya no se permitió pensar en nada desde el mismo instante en que Draco con su boca experta se apoderó de su erección, definitivamente aquello era genial por lo visto el rubio estaba dispuesto a mimarlo de la forma que sabía más le gustaba para subirle el animo. Draco le hacía perder el control rápidamente, gimió con desesperación cuando la mano de su novio dejó de atender su erección.  

-          ¡Demonios!... por qué… ahhhh… tan rápido… ya quieres que me de la vuelta… tienes prisa por metérmela… dijiste que no te importaba la cena…  

-          No Potter… no me importa la cena y no tengo prisa… el que ya no aguanta eres tú… estás a punto de correrte… y quiero que lo hagas dentro de mí…  

Harry abrió los ojos de golpe, aquello sucedía con menos frecuencia de lo que el hubiese deseado, realmente Draco estaba decidido a subirle el animo como fuera, había usado un hechizo para quitarse la ropa mientras devoraba su erección y ahora se acomodaba en el asiento dejando su trasero a disposición de Harry,  éste por su parte no se hizo de rogar puesto que tiempo no le  quedaba y su parte lujuriosa tampoco podía negarse a semejante regalo. Luego de acariciar el respingado trasero del rubio se introdujo lentamente pero de una sola vez, la respuesta de Draco fue espontánea, así lo dejaron saber lo obscenos comentarios y gemidos que harían enrojecer hasta el menos inocente, pero afortunadamente estaban solos en el tren y nadie podía oír todas las cosas que Draco decía para alentar a su novio, que por cierto que Harry  no necesitaba motivaciones extras, el sólo estar dentro de Draco ya lo hacía perder los estribos. Tal como había previsto el rubio Harry no aguantó demasiado, llegó al orgasmo final antes que Draco, pero le sucedía en aquellas ocasiones no podía controlarse era demasiado el poder que ese rubio tenía sobre él, lo enloquecía totalmente y no podía evitarlo.   

 

FIN FLASH BACK

  Aún continuaba sentado en aquel vagón solitario, Draco no vendría a buscarlo a hurtadillas como aquella última vez, ya no era posible. Por lo visto llegaría tarde a esa cena de inicio de curso, tal cual en el pasado, pero ya no sería el responsable de eso Draco, el responsable sería él mismo, finalmente bajó del expreso la estación estaba solitaria desde  hacía mucho, tomó camino hacia la escuela, definitivamente llegaría muy retrasado a la cena. Finalmente luego de una caminata en la oscuridad traspuso las rejas de la escuela, cuando entró al vestíbulo recién se iniciaba la selección de los nuevos alumnos, arregló su túnica y con paso firme entró al Gran Comedor, los rostros de los alumnos se volvían hacia él con rostros sorprendidos a pesar de viajar en el expreso no se había dejado ver, pero ahora le sonreía a todos esos chicos que serían sus alumnos.  Cuando finalmente llegó a la mesa de profesores recibió el saludo amable de la jefa de la casa Gryffindor, Emmeline Vance, luego dirigió su vista hacia Snape que le miró seriamente y al parecer algo disgustado por su retraso.   

-          Buenas noches… director… me disculpo por el retraso –dijo Harry mirando fijamente a Snape 

-          Está disculpado… Profesor Potter… por favor tome asiento… no deseamos retrazar más la selección.  

Harry a modo de respuesta inclinó la cabeza, bordeó la mesa  y pasó junto a director  y el  profesor de Pociones, Draco Malfoy, que hacía grandes esfuerzos por no mirar a Harry, sin embargo el deseo era más fuerte y se imponía, lo arrastraba, lo enloquecía en una desesperante nostalgia de amor. El pasado lo perseguía contra su voluntad, ya no era libre, sino esclavo de una fuerza superior, jamás había podido apartarlo de su corazón, el fuego de su alma había sido atizado por la ausencia de Harry y ahora se volvía un deseo más vivo pero también más lacerante.


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