My self
Chapter I : el no me mira …
La emoción corría por sus venas alimentando cada vez mas su ancho ego, podía ver a las fans gritar eufóricas bajo sus pies, como se desmayaban con solo recibir una mirada o como, desesperadas, intentaban llamar su atención. Toshiya nuevamente era lo mas importante sobre el escenario de una presentación de Dir en grey, kyo solo cantaba tranquilamente, y cuando no se estaba flagelando, las miradas se volvían instantáneamente al cuerpo perfecto del bajista. Todas las personas dentro del recinto miraban a Hara Toshimasa, TODAS. Satisfecho, con sus ojos oscuros paso revisión, los técnicos, el manager, los del audio, los de maquillaje, los encargados de las luces, el publico, todos, incluso sus compañeros de banda … solo una persona parecía preocuparse por otra cosa … Kyo. No era la primera vez, era un suceso que cada vez molestaba mas el pelinegro, el quería captar todas la miradas pero parecía que el vocalista se resistía a prestarle la atención que merecía, nadie, excepto el, se perdía siquiera un movimiento de su cuerpo ¿Por qué el rubio si lo hacia? O mejor aún ¿Cómo lo hacia?.Bajaron triunfantes bañados con los gritos y alábos de la multitud, solo toshiya no parecía satisfecho con aquella presentación que había sido simplemente fantástica.
- toshiya ¿Qué pasa? – pregunto Die mirándolo
- nada – contesto irritado observando fijamente al rubio
- hoy día sonaste genial, no hay motivos para esa cara – dijo kaoru sentándose junto a el
- déjame en paz – gruño toshiya aun sin poder dejar de observar a kyo
- quien te entiende – susurro ofendido el líder mientras se paraba – hey kyo, tu también sonaste genial
- pudo ser mejor – respondió el vocalista pensativo
- kyo, eso es verdad tu voz sonó hermosa – sonrió de forma coqueta el pelinegro, por muy fuerte que alguien fuera, una sonrisa de esas era mas que difícil de dejar pasar
- no lo suficiente – susurro tomando su bolso y su chaqueta, para sin siquiera mirarlos, salir de la sala
- Yo también me voy – dijo el pelinegro rápidamente tomando sus cosas para ir tras el vocalista Lo encontró en la puerta prendiendo un cigarro, otra vez puso la más sensual de sus sonrisas y se acerco de forma coqueta al rubio
- por que te vas tan rápido? – pregunto con suavidad en su oído
- por que estoy cansado – respondió el mas bajo en tono cortante
- me puedes llevar a casa?
- Claro
- Muchas gracias – sonrió besándole la mejilla
El rubio ni siquiera se inmuto con aquel contacto que habría hecho enloquecer a cualquiera, se separo del pelinegro tomando las llaves del auto mientras el otro lo observaba con una ceja alzada. Ambos subieron al vehiculo y el vocalista partió de inmediato.
- vivo cuatro cuadras mas debajo de la tuya – indico mirando los labios del mas bajo
- tengo algo en la cara? – pregunto el rubio sin mirarlo
- no … n-nada – tartamudeo con vergüenza ¿Por qué tenia vergüenza si en realidad kyo era el que tenia que tenerla?
- Entonces deja de mirarme – ordeno niimura con tranquilidad
- Es que te ves muy atractivo – susurro hablando con coquetería
- Bien totchi, ya llegamos, bájate rápido que quiero estar temprano en casa
- ¿esperas a alguien? – inquirió con curiosidad mientras se bajaba
- A ti no te importa
Y sin mas se alejo conduciendo de forma acelerada, el pelinegro entro maldiciendo, pateando el bolso y todos los muebles a su camino ¿Por qué kyo se podía resistir a sus encantos y de una forma tan desagradable? De seguro solo lo hacia para irritarlo, pero ya estaba decidido a conseguir las miradas de kyo a como diera lugar.
Día 2 :
Entro triunfante a la sala de ensayos, las miradas de todos los presentes se dirigieron a el con asombro y quizás cuantos sentimientos mas camuflados, llevaba una falda corta, como las que usaban en la época de sus primeros conciertos, saludo con un movimiento de su mano derecha y se sentó tranquilamente en el sofá para ver la reacción de kyo, que era el único que aun no llegaba.
- buenos días – saludo el rubio con una reverencia mientras entraba
- siempre tan tarde kyo- kun – exclamo con desaprobación el bajista
El mas bajo lo miro detenidamente unos minutos, para luego girarse e ir a hablarle al líder. Con esa actitud lo único que lograba era molestar más al pelinegro
- kao, revise la letra una vez mas, aquí la traje para que veas si te gustan los cambios – habló pausado entregándole una hoja llena de borrones
- será difícil leer esto – río el mayor sentándose en una silla
- yo también quiero revisar esa letra… - susurro toshiya haciendo un puchero – si?
- Claro totchi! – se apresuro a decir kaoru, pero kyo lo detuvo - ¿Qué pasa?
- Contigo será suficiente, toshiya tiene que preocuparse solo de su parte con el bajo
- Eso es injusto, también soy parte de la banda y tengo derecho a supervisar el trabajo – se quejo acercándose al vocalista – no puedes ser así
- Yo soy como quiero – respondió el rubio sin mirarlo
- Kyo, por favor – rogó tomando su mano
- Has lo que quieras, a fin de cuentas, yo no soy el líder – contesto irritado sentándose en el sofá
- Pero kyo … - susurro mirándolo con dolor ¿acaso no le agradaba al rubio? Se sentó sobre sus piernas abrazándose a su cuello y recostando la cabeza en su hombro, no podía creer que kyo no reaccionara con sus palabras ni sus acto, ¿acaso su chispa estaba perdiendo fuerza?
- no te lo tomes a mal, el ultimo tiempo no e podido descansar correctamente – susurro el mas bajo acariciándole el cabello
- no me trates mal kyo, yo te quiero mucho – dijo cerrando los ojos
- nunca mas …
Los ojos del bajista se abrieron sorprendidos, las manos del rubio comenzaron a subir por su muslo, lo miro extrañado y este le tomo el mentón, besándole los labios de una forma escalofriantemente deliciosa, era algo extraño, pues jamás un beso le había sabido también.
- bastantes disculpas por hoy kyo – dijo el líder negando con la cabeza
- como tu lo digas – acepto el mas bajo levantándose del sillón – voy a fumar un poco
- y porqué afuera? – pregunto die extrañado
- por el – respondió el rubio apuntando a shinya y sin mas, salio de la sala
Todos se quedaron en silencio, especialmente toshiya, que aún no sabia como reaccionar. Aquella maniobra de desprecio luego de probar sus suculentos labios no podía ser otra cosa mas que el deseo de enseñarle que realmente sus besos no eran la gran cosa (o por lo menos así decidió interpretarlo el pelinegro), una vez más, kyo lograba molestarlo.