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Triángulo Rosa por Shirota_Soubi

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Tras la ola de revueltas y violencia que azotaba las calles del país, el gobierno de Paul von Hindenburg tuvo que llegar a un acuerdo con Hitler siendo nombrado Canciller el 30 de enero de 1933... Fue aquí donde la pesadilla de todos comenzó.

Luego de que llamara a elecciones, y una semana antes de esta, el parlamento fue incendiado. La noticia de que los comunistas la habían incinerado se promulgó en cada rincón, y así el Fuhrer consiguió la mayoría de los votos, el partido Nacionalsocialista había llegado al poder, y junto con ello una serie de medidas, entre las cuales se contaban la prohibición de la mujeres arias para trabajar para familias Judías, limitancia en la inscripción de hijos semitas en las escuelas, e incluso ataque a tiendas judías.

El terror se ejercía de forma directa, por medio de la censura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo.

Sin duda este pueblo fue el más perseguido, seguido por los Gitanos, todo esto para complacer un anhelo, de purificar y mejorar la Raza superior... La Aria, y recuperar el Espacio vital.

 

El campo de exterminio de Auschwitz, donde cientos de miles de judíos, gitanos, homosexuales y otros prisioneros de varias nacionalidades fueron asesinados, será el escenario de algo que la humanidad nunca se imaginó.

 

16 de Julio de 1933 el nuevo gobierno ha llamado a un censo para la población judía, los soldados han dispuesto un distintivo para cada una de las familias, y por ley les es obligatorio llevarlas.

Los triángulos dorados puestos en direcciones contrarias sobrepuestas uno sobre el otro asemeja la figura de la estrella de David.

Se ha contado a 505.00 judíos residentes en Alemania... La gente está tensa, la risa de los niños se ha acallado, muchos de los niños judíos han sido retirados de los colegios y han emigrado con sus familias, el repudio Semita está presente en todas partes... La cuenta regresiva ha comenzado.

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Corriendo por la brumosa mañana, un chico de ojos celestes y cabello castaño claro se dirigía presuroso a lo que en esos momentos era su único escondite.

Hace meses que las verdaderas intenciones del gobierno habían salido a la luz, y ahora que se había descubierto como un posible perseguido, era cuestión de días para que su nombre apareciera en aquella lista.

Con interminables lágrimas brotando de sus ojos se escondió justo a tiempo en un pequeño callejón, al tiempo que una patrulla nazi hacía su ronda nocturna, por nada del mundo debía dejarse ver en ese momento, ya que cualquiera que se encontrara merodeando las calles a esas horas era inmediatamente apresado o incluso asesinado.

Tratando de apaciguar su dolor siguió adelante, teniendo como único consuelo, que talvés ÉL se mantuviera en silencio.

 

 

El sonido del silbato le anunció a él como a tantos otros su llegada a su destino, hace unos meses que se había reclutado en la milicia, y ahora los llevaban al campo de Auschwitz, donde miles de semitas se encontraban allí.

Bajaron del tren siendo recibidos por la bruma matutina, el lugar totalmente silencioso no daba una sensación de tranquilidad precisamente sabiendo lo que allí ocurría, pero no era nada teniendo en cuenta que esas "personas" si se les podía llamar así, se lo merecían.

Los nuevos uniformados fueron llamados para darles las intrucciones necesarias de su labor allí y darles la ubicación de sus habitaciones. Una vez en ellas tenían libre hasta las 10: 00 am, hora en la que llegaba el nuevo tren con prisioneros.

El chico de ojos miel y pelo rubio, Adler Bentch hablaba animadamente con otro chico de ojos azul cielo y cabello castaño, Garin Ballack con quien había estado hablando durante el viaje en el tren, y afortunadamente ahora compartían habitación.

 

Mientras Garin le contaba cómo había hecho para escapar de un feroz castigo de su padre cuando quebró un cristal a los diez años, se dirigían a los comedores para el desayuno, el cual estaba lleno, era primera vez que veía a los prisioneros, no solo eran judíos, también habían prisioneros políticos identificados con el triángulo rojo, y apartados del resto un grupo de gitanos, del cual sobresalía notoriamente uno, con pañuelo rojo atado en la cabeza ocultando su nuevo y obligado corte, aunque eso no impedía ver el color azabache de su pelo, y sus ojos verdes, como ninguno que Adler hubiera visto nunca.

Una vez terminado el desayuno, los soldados se quedaron unos minutos hablando para entablar mejores relaciones y enterarse, por parte de los nuevos, de ciertos prisioneros.

"¿Ven a esos gitanos?... El de la pañoleta roja...Sí, ese... Les advierto que deben tener mucho cuidado con él, pareciera que no teme morir si con eso puede quedar libre, es como un potro indomable, es mejor que no lo provoquen, ya que una luz se ha posado sobre él y tenemos orden de no matarlo"

-¿Cuál es su nombre?- preguntó Adler al soldado

-Diandro... También se dice que si lo miras directamente a los ojos este te echará una maldición.

Una columna de humo se veía a lo lejos...el tren estaba ya por llegar.

 

Eran ya las 10:00 am, y unos ojos celestes se abrían perezosamente, le había costado quedarse dormido a causa del llanto, pero el cansancio producido por esto y la carrera que había hecho aquella noche no le dejaron otra alternativa.

Heller Andersen, era un chico de 19 años que hasta aquella noche disfrutaba de la vida, pero todo había cambiado... Si sólo se hubiera callado, si sólo se hubiera ido sin decir nada, aún estaría disfrutando la tranquilidad de su casa y su condición de hijo de uno de los más destacados empresarios Alemanes.

Aquel cuarto donde se encontraba acostado no era ni comparable al suyo, pero prefería estar ahí que en su casa, ya que seguramente Él les habría informado de todo a su familia.

Mientras pensaba en su dudoso destino, alguien toco la puerta sin que Heller lo escuchase. Y al no recibir respuesta se dispuso a entrar, encontrándose con este ya despierto.

     

-OH!... Ya estás despierto, buenos días Heller.

     

     

-Hola- respondió este al salir de su ensimismamiento.

     

     

-Te traje el desayuno

     

     

-No gracias, no tengo hambre.

     

     

-¡Vamos Hombre!... Tienes que comer, o ¿Desde cuando te declaraste en Huelga de Hambre?

     

 

Este comentario hizo que del chico acostado escapase una sonrisa, a lo que su acompañante respondió agradeciendo que por lo menos un segundo dejara de atormentarse.

 

     

-Bueno Heller, voy a salir a comprar unas cuantas cosas que hacen falta, y cuando vuelva quiero esta bandeja vacía ¿Entendiste?

     

     

-Claro que sí... Vete tranquilo Zelig.

     

 

Huevos fritos, como los odiaba, pero no podía, ni estaba en condición de remilgar, después de todo, Zelig había sido muy generoso en aceptarlo en su casa a esas horas de la madrugada, y por un plazo hasta ahora indefinido.

 

Veinte minutos después escuchó la puerta cerrarse abruptamente, e inmediatamente abrirse la suya, su amigo estaba con la cara pálida y muy agitado.

 

     

-Ya estás en la Lista Rosa de la plaza... Te están buscando.

     

 

Notas finales:

Los significados de los Nombres son:

Heller; El Sol

Adler: Águila

Garin: Guerrero

Zelig: Bendecido

La Lista Rosa es donde anotaban los nombres de los Homosexuales que debían presentase ante los militares para ser encerrados durante un periodo de tiempo.


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