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Aveces es demasiado tarde por caos_forgiveness

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Notas del fanfic:

Tragedia Advierto (XD)

 Diego- 17 años castaño de ojos cafes xD

Andreé- Rubio de ojos ultramar =P

 

eso es todo n_n

 

Notas del capitulo: Esto e stragedia y esta raro xD cof cof una vez más actualizo antes de entrar a la universidad, hoy tengo examenes T T bueno gracias a todos x leerme y ya actualkize posesioname y em Inu wan wan xD? jeje bueno eso es todo los amo
 

No supo ni como un cuando la amistad se volvió amor, un sentimiento de felicidad le invadía el corazón cada vez que escuchaba su voz o le veía llegar siempre con esa dulce sonrisa; Era como una dulce adicción, aquella necesidad de estar a su lado, de ver sus ojos, sentir sus manos, y sentía que a medida que pasaba el tiempo, mas necesitaba de su compañía.

Pero como buen amigo Andreé sabía que a Diego le asustaba la idea de la homosexualidad, debía admitir, que al principio a él también le repugnaba el hecho de ver a dos personas del mismo sexo besarse, pero ahora, después de tanto tiempo la idea empezaba a sonarle tentadora, aun así no se animaba a hablar con el mayor, por medio al rechazo y a que Diego se alejara de su lado.

Al verle su corazón empezaba a latir y la emoción era indescriptible, no podía descubrir todo el universo de emociones que experimentaba al tenerle cerca y a veces no le era posible disimular las miradas o algún otro comentario que escapaba traicioneramente de sus labios, a lo que seguía un silencio y un "Caíste" seguido por varias risas. Por más que había intentado pensar en otras cosas, salir con alguna que otra chica de su edad, no podía sacarse la idea de Diego. Cuan pesado y doloroso era, buscar la respuesta a su extraña obsesión y por más giros que le daba al hecho, siempre concluía en lo mismo "Diego me gusta" para después negar varias veces e intentar decirse a si mismo "No soy Gay... no". El miedo que sentía al llegar a esa respuesta, miedo al rechazo y a las burlas, en su familia no se permitían esas cosas, su padre rechazaba de forma rotunda cualquier clase de relación "Enfermiza", "Malditos jotos desviados, que vergüenza me daría saber que mis hijos están así de torcidos, por suerte tengo varoncitos hechos y derechos" Siempre decía eso cada vez que se tocaba el tema, su madre asentía con orgullo y sus hermanos comenzaban a contar chistes acerca de lesbianas o gays, él también llegó a hacerlo, no lo negaría, después de todo, siempre tuvo esa mentalidad, pero ahora, que empezaban a aumentar esos sentimientos de cariño hacia su mejor amigo, prefería omitir comentarios y guardar silencio.

Fue una noche después de una larga y tediosa meditación, cuando llegó a la conclusión de que quería a Diego más de la cuenta, no como amigo ni como hermano, si no como pareja, una vez más el escalofrío recorrió su cuerpo, seguido por una emoción repentina, estaba enamorado, ¡enamorado de verdad!, esto no era una obsesión o solamente las hormonas como en muchas relaciones anteriores, esto era amor un amor que deseaba liberarse de las ataduras de los prejuicios y ser gritado a los cuatro vientos;  Su mirada sombría y taciturna cambió, la sonrisa, de un niño pequeño que acaba de descubrir un gran tesoro, apareció en sus labios y hubo un destello en sus ojos ultramar casi negros. Por más que intentó dormir, no pudo, tantas ideas y posibilidades pasaban por su mente, desde como se le ‘declaraba', hasta que Diego le decía que también sentía lo mismo, o que ambos se escapaban de sus casas, dejando todo atrás. La noche fue corta y dulce, llena de varias posibilidades, pero había un punto en común entre todas sus fantasías "Hoy le diré lo que siento".

 

Se levantó animado sin necesidad del despertador, había estado despierto por la emoción, se colocó el uniforme, arreglándoselo lo más posible y peinó su casi siempre, alborotado cabello; Desayuno con aire alegre, dejando extrañados a sus hermanos, ya que esos días lo habían visto demasiado pensativo y finalmente se dirigió al colegio teniendo una sola idea en la mente -Encontrar a Diego-

 

No fue difícil, como siempre, estaba de pie en la puerta, esperando su llegada, ambos se saludaron en un estrechón de manos y empezaron a platicar.

-Diego- Interrumpió el rubio de ojos ultramar -¿Puedo hablar contigo?-

-Pero si ya estamos hablando- Respondió Diego con una sonrisa divertida.

-No enserio, quiero decirte algo muy importante ...-

-¡¿Enserio?! Que coincidencia yo también quiero decirte algo importante, y secreto-

Ambos amigos se alejaron caminando y se sentaron en el jardín, la primera hora de clases la tenían libre, se miraron unos segundos, sin saber que decir o qué, para los dos le era difícil empezar a hablar.

-Empieza tu- Dijo el castaño.

-No no ..tu -

-Mmm... bueno... hace tiempo... he notado algo... he estado sintiendo algo y finalmente ayer aclaré lo que sentía ...pero me cuesta trabajo  hablarlo, tengo miedo-

-No te preocupes, dilo, somos amigos ¿No?- El color había subido a sus mejillas, parecía que estuviesen conectados, tal vez sería más fácil de lo que creía -Confía en mi, no te diré nada y siempre te apoyaré- Le animó a continuar mientras le daba palmaditas en el hombro.

-Bueno... ¿Sabes'.. Me gusta una persona... que ha estado cerca de mi todo este tiempo, hasta hace poco no le había notado, pero lo que siento es cada vez más fuerte e intenso-

-También me sucede lo mismo-

-¿Enserio?-

-Si ... - El menor le tomó la mano y le miró a los ojos con aire alegre -¿Quién es esa persona?-

-....Daniela- Respondió Diego con una sonrisa de enamorado -Es Daniela, me gusta tanto, me emociono cuando me habla cuando me mira, ayer me enteré que ella sentía lo mismo hacia mi, no sabes que emoción me dio, solo que me da pena decirle lo que siento-

-......- Una punzada única, el dolor intenso y las ganas de llorar,  bajó la mirada unos segundos y cerró los ojos con fuerza antes de sonreír -Si te gusta dile lo que sientes no seas baboso o alguien te la gana- Dijo con una alegría, aun que por dentro deseaba morir.

-Si ..se lo diré... gracias Andreé no sabes cuanto te quiero.. ¿Y quién  te gusta a ti o que?-

-Me refería a ti-

-¡¡¡¿A MI?!!-

-Si... pero no mal pienses tonto, ¿Me vez cara de gay o qué?... Siento como si fueras mi hermano del alma de esos que te acompañan en las borracheras-  Contestó con una risita falsa pero bastante convincente.

-Yo también te quiero ¿Hoy vamos al bar de siempre?- Preguntó alegre el mayor mientras abrazaba fuerte a su amigo y confidente.

-No seas pendejo... mejor sal con Daniela, que sea tu primera cita- Unas lágrimas delatoras resbalaron por sus mejillas e intentó mantener la voz en un tono neutro.

-¿Andreé? ¿Estás bien?- Preguntó Diego con preocupación, eran amigos, y sabía cuando estaba triste o feliz, además podía sentir los suaves temblores en el cuerpo del menor.

-Si Diego estoy bien, estoy feliz... ¿Sabes? Reprobé matemáticas y estudie mucho.. papá me va a matar-

-Ya veo ya veo no te preocupes a todos les pasa- No sonó muy convencido, pero creía en Andreé y además no podía encontrar una explicación lógica a la tristeza de su amigo.

 

Aquella tarde, vio a la dulce pareja salir de la mano, ya lo sabía, ya lo suponía, aún así dolía, el rubio sonrió y se dirigió al bar a tomar algo y despejar la mente. Bebió como nunca y las lágrimas resbalaron, dejándole una sensación de vacío y tristeza, quemaban y ardían en sus sonrojadas mejillas, no fue capaz de notar al joven que se sentaba a su lado y le susurraba al lado indecente al oído, al diablo con los sentimientos, al diablo con las sensaciones, al diablo con todo, lo único que quería era sentir calor, no importaba si eran los brazos de Diego o los de alguien más, una diversión para pasar la noche.

-¿Qué sucede Diego?- Pregunto la pelinegra con ternura al tiempo que le seguía, era extraño, el chico había salido de la sala del cine a mitad de la función, diciendo que estaba preocupado por Andreé

-Andreé no estaba bien hoy... me preocupa, tal vez esté en el bar, solo hablo con él y seguimos con la cita ¿Vá?-

-Claro Diego-

Ambos entraron al bar, tranquilo como siempre, Diego buscaba desesperado al rubio, tenía miedo y no sabía porqué, preguntó a los presentes y le dijeron que un pelirrojo se lo había llevado a su casa, porque no era capaz de mantenerse en pie. "Tonto tonto" Pensó con preocupación pero lo más seguro es que bebiera con un amigo, el rubio no era tan imprudente como para emborracharse solo, ya el Lunes le regañaría.

Viernes, Sábado, Domingo y finalmente Lunes por la mañana, alguien tocó la puerta de su casa, abrió y se encontró con los ojos negros de Carmen, la madre de Andreé.

-Buenas tardes señora Puedo ayudarle en algo?-

-Diego.. ¿Andreé esta contigo?- Preguntó la señora con voz temblorosa.

-No... no lo veo desde el viernes...- No supo que decir, no supo que pasó, terror del más puro atacó su corazón, unas ideas llegaron de repente y volvió a escuchar las palabras de su amigo, no supo que decir ni que hacer, quería a Daniela, cierto, pero al escuchar que su amigo quería a alguien más prefirió tomar la opción B, ¿POR QUÉ DIABLOS NO LE DIJO?

Notas finales: XD no me odien xD

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