Mañana, otra vez
Por
Mihll y Pionguis
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Otro día mas en la escuela preparatoria de Ryonan, el timbre sonó anunciando el termino de las clases, un chico bajito de apariencia común se apresuró a guardar sus útiles y tomar su mochila, para salir corriendo al gimnasio, era el entrenamiento del equipo de básquetbol, y él estaría ahí.
Atravesó la imponente puerta de acceso y dirigió su mirada hacia el interior donde ya se hallaba el equipo completo. Sonrió, tímida y disimuladamente al ver al muchacho de la eterna sonrisa agachado, atándose las agujetas de su tenis. Observó su rostro de perfil, magnifico, digno de la mejor toma de su cámara en la que perpetuaría esa grandiosa imagen.
Akira volteó hacia él
Por tan solo un instante sintió el aire desaparecer de sus pulmones y que un color indeseado se apoderaba de su mejilla. Por supuesto no iba a permitir que le viera así no podía permitir que su objeto de deseo lo descubriera en una faceta de niño pervertido. Así que hizo lo único que podía hacer... ocultarse detrás de su cámara, fue a sentarse a las bancas, tomó la libreta que prácticamente se había convertido en una extensión de su cuerpo, el calentamiento comenzó y Hikoishi pudo deleitarse admirando a su amor platónico correr y estirar los músculos de su, a su parecer, precioso cuerpo, mientras escribía el nombre de Sendoh unido al suyo en un corazón
Iniciaron un partido de práctica y el tomaba nota de cada una de las jugadas, especialmente en donde Sendoh participaba claro esta, sacando fotos de vez en cuando, para disimular un poco también sacaba fotografías del resto del equipo y haciendo preguntas al director del equipo
Pero de pronto comprendió que todas aquellas consultas estaban dirigidas con respecto a Sendoh.
- no le des mas vueltas, en un hombre como tú...un imposible-se dijo aunque ciertamente sabía por sus contactos que el muchacho tenía también entre sus preferencias a los varones. Bellos jóvenes, de cuerpo bien definido y muy buena presencia y el tan solo, ante sus ojos parecía ser un simple niño inocente. Suspiró cansadamente, aquel pensamiento lo alejaba más de sus sueños.
Por supuesto Taoka oyó el sonido de aquella acción, lo miró y luego miró hacía el lugar donde este posaba su visión. Meneó la cabeza sin comprender, pero a la vez le producía algo de gracia.
Suspiró con algo de tristeza, aquel chico estaba totalmente fuera de su alcance, a lo único que podía aspirar era verlo de lejos y soñar con él por las noches, en alucinaciones eróticas impropias de su personalidad, pero tan ardientes y apasionadas como las de cualquier amante experto
No lo tendría más que en sus fantasías locas, encerrado a da y canto en el baño de su casa, mientras friccionaba con su imagen, la situación podía parecer extraña a cualquiera, pero era real, y era lo único que tenía
Hace dos años desde que lo conocía ¿o eran más?, no estaba seguro, solo tenia le seguridad que desde que le conoció que su piel ardiente y sudorosa le arrebataban sus mas bajos impulsos. Como le gustaría cada noche desgarrar aquella piel morena, dejar trozos bajos sus uñas y desprender con el una brutalidad que solo era de su pleno conocimiento, podía realizarlo, con él todo podía ser.
Otra vez suspiró, esta vez efectuando más garabatos en su libreta.
Cualquier plan de conquista que iniciara sería más que inútil, lo sabía desde hace mucho y desde el mismo tiempo había decidido que no daría marcha a nada de lo que pudiera en un futuro cercano dañarlo con un contundente rechazo.
El entrenamiento terminó y él se acercó a la cancha para poder hablar con los jugadores, ¡a quién quería engañar!, quería ver a Sendoh de cerca.
-¿Qué hay Hikoichi?-
-Estuvieron grandiosos chicos, los entrenamientos son magníficos, y... -
-Ya basta, siempre estas hablando, estamos cansados guarda silencio- Hikoishi calló inmediatamente, decepcionado y herido por el comportamiento del equipo, pero una voz salió en su defensa
-Ya dejen a Hikoishi en paz - Sendoh se acercó a él y puso su mano sobre su hombro - el trata de ser amable, no deben tratarlo así-
De nuevo la coraza protectora que siempre lo salvaba de la habladurías del resto, por eso lo idolatraba...por eso lo amaba...Este sencillo gesto hizo que su corazón latiera con más prisa.
-¡todos a la duchas!- se oyó la voz del entrenador Taoka y todos acudiendo a su orden dejaron a los dos en paz-
-nos vemos mañana Hikoishi- se despidió Akira
-por supuesto-Tan solo atinó a decir aun anonadado.
Mañana otro día en que se deleitaría con su presencia y él mismo se lo anunciaba. Ese pensamiento lo inundaba de felicidad. Hikoishi si que era un experto en evocar pensamientos y sensaciones que le producían satisfacción.
A medida que el jugador se perdía tras la puerta que daba a la regadera él se viró sonriente hacia la salida.
-Mañana te veré de nuevo Akira Sendoh- se dijo mientras caminaba guardando con añoro esa pequeña libreta en que en este día había escrito y dibujado sus mas ansiados deseos de amor....