Pero no fue así, nadá pasó, nada se fue, todo quedo encerrado en el pecho de Mello, aún a los 20 años, sobreviviendo a la muerte día a día, no podía soportar que Near siguiese vivito y coleando.
Pero todos esos años, Near lo buscó, tenía sus objetivos con él, tenían ambos una meta en común, pero dos puntos de vista diferentes y no se podían mezclar.
Los Ángeles. La lluvia cae sobre la ventana del departamente de Matt y Mello, haciendo una suave músic que el rubio se quedó escuchando, dormitando en el sillón.
Cuando por fin pudo entrar en estado de sueño, sonó su móvil. Era Near.
Near: Mello.
Mello: -apretando los dientes- Near.
Near: ¿Secuestrar a Yagami Sayu? Buena idea...
Mello: ¿Qué carajo quieres?
Near: Saber tu próxima jugada.
Mello: ¿No la puedes decifrar por tí mismo?
Near: Quiero saberla, no adivinarla, Mello.
Near no actuaba así, algo lo estaba irrumpiendo, tal vez decifrarlo sería una buena idea, y de paso ver si los ojos del albino habían cobrado vida en esos 5 años.
Mello: Dime que quieres hacer.
Near: Pasa por Hal mañana a las 8, en la esquina del hotel 'La Aduana'
Mello: ¿Luego?
Near: Te traerá hasta aquí.
Mello: Ir hasta ahí lo puedo hacer sin Hal... - Dijo con una ronrisa dibujándosele en la cara
Near: ¿Huh?
Mello: Puedo ir hasta tí cualquier día, en cualquier horario, pero ¿Puedes tú venir a mí?
Near: No es un reto, Mello.
Mello: Lo sé.
Near: ¿Sugieres que vaya a tu departamento?
Mello solamente colgó el teléfono y sió suavemente mirando el 'Llamada terminada' en su celular, nada había terminado en realidad.
Near, al ver que el rubio colgó la llamada pudo decifrar su mensaje.
Hal: ¿Qué dijo?
Near: Quiere que vaya dónde él y Matt.
Hal: No piensas hacerlo, ¿O sí?
Near: Quiero que tres de ustedes estén en la puerta del departamento y que tú entres conmigo, eres una de las pocas personas en las que Mello confía.
Hall: E-está bien.
Near tenía todo planeado, ir al otro día al peligroso departamento de Mello donde cualquier cosa podría aguardar, un disparo certero en su espalda, cualquier cosa... pero aceptó el reto, ahora tenía que jugar.
Al otro dí, se cumplió lo que dijeron. A las 8 el timbre estaba sonando en la desquebrajada puerta del departamento de los dos fujitivos. Abrió Matt, ya que Mello se lo había ordenado.
La figura blanca y pálidad traspasó el marco de la puerta junto a Hal caminando hasta el sillón, donde estaba sentado el rubio.
Ya ningún espacio real los separaba, estaban de nuevo frente a frente, escuchando la respiración del otro.
Mello les indicó a ambos que tomaran asiento, y le pidió a Hal que se retirara del sillón y que se quedara con Matt sobre el marco de la puerta y ésta asintió.
Quedaron solos en el sillón mirándose, inspeccionándose después de tanto tiempo.
Comenzaron a discutir puntos sobre el caso Kira, y no tardaron en llegar las opciones pedantes que lanzaba Near, desmenuzando cada idea que Mello lanzaba para convertirla en polvo. El rubio estaba resignado, pero cada vez que Near abría lo boca sentía más ganas de meterle cianuro dentro.
Cuando por fin terminaron de hablar, el rubio sostenía una mirada baja, conteniendo la ira que le había causado que el peliblanco fuese a su departamento a desmenuzar sus ideas como migajas de pan.
El albino, antes de irse, se acercó a Mello y le susurró al oído 'Aún no te odio, Mello'.
El rubio a ésta frase respondió con los ojos incrédulos, tratando de decirse a sí mismo que no lo recordaba y que nada de lo que decía era cierto. Le volvió a dar indicios para sentirse incompetente, una basura inútil, que nada podía venir de él, pero el peliblanco siempre pedante, imponentemente inocente hacia la mirada perpleja del mayor.
Esperó unos centímetros antes de que llegara al marco de la puerta, la cual daba a la escalera de incendios del edificio, y ellos estaban en el 8vo piso. Miró fijamente su cabello, recordó que olía a chocolate esa noche en la que no había podido quitarle un gramo de su orgullosa virginidad.
Dio unos pasos para adelante, y embistió con fuerza al pequeño albino, ya no tan pequeño, que cayó por el barandal de las escaleras, estrellándose con el suelo, comenzando a correar sangre inmóvil, muerto en el suelo.
Los tres guardias que vigilaban sus espaldas dispararon, hiriéndolo con 7 balas en todo su cuerpo. Pero ya nada importaba, Mello había muerto y Near se había ido con él, ¿Lo odiaba ahora?
FIN