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Miau por Natsumi Mizuki

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Notas del fanfic:

 

Hola a todos  ^^

Natsumi vuelve a las andanzas con un nuevo One-Shot, que espero y os guste.  Para quien no lo recuerde, "Miau" es la onomatopeya que caracteriza el ronroneo de un minino, por lo que en cierta forma, el título tiene sentido. Por cierto, el nombrecito me lo he sacado al estar leyendo, por parte del Colegio, el libro homónimo, de Benito Pérez Galdós. Os aviso que la trama no tiene nada que ver con esa maravillosa obra, ya lo sabeís. 

¡Gracias por leer! ^^

 

 

 

Notas del capitulo:

 

Como adelanto os comento que esta historia se situa antes de que Sasuke cometiera la irreverencia de marcharse con cierta serpiente ponzañosa, este hecho jamás será mencionado en la trama, por lo que ya se han de imaginar que los protagonistas recién cuentan con doce añitos. Ya estaís avisados, ¿A que así es más tierno? ^^

Dejo de quitaros el tiempo, ojalá que disfrutéis este pequeño pedazo de fic, que yo me divertí de lo lindo escribiendo cada línea. Nos leemos en las notas finales. 

 

Naruto no me pertenece. Es propiedad de M. Kishimoto-sensei.

 

 

 

 

 

Miau

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-  

 

 

7 p.m. 

 

Y ahí se encontraba, parado frente al gran portal del edificio donde vivía cierto rubio revolotoso. Aún no terminaba de entender como había llegado hasta ese lugar, pero debía decírcelo ya. Estaba harto de tener que disimularlo todo el tiempo, engañandose así mismo y escondiendo sus verdaderos sentimientos. Y el hecho de que fuera su mejor "amigo" no ayudaba mucho que digamos.  Aunque ese era precisamente el problema. Deseaba ser más que su amigo. 

 

¿Qué como se sentía en ese momento?

Era un verdadero manojo de nervios. Sus manos le temblaban, e incluso estaba sudando frío. No tenía sentido. Él no solía comportarse de esa manera.

 

Diantres. A pesar de recibir constantes cartas de amor y demás regalitos de su club de fans, no tenía idea de que hacer. Nunca antes lo había hecho. Jamás en sus maravillosas 12 primaveras se había declarado a alguién, y mucho menos a un chico. 

Pero era ahora o nunca. 

 

Se acercó decidido y llamó a la puerta un par de veces.

Tragó en seco. Pero que complicado era el amor. 

 

-Ya voy ´ttebayo.- Indicó alguién desde adentro de la casa. Nada más oir su voz y su conocido "ttebayo" supo que era Naruto.  Por primera vez, Uchiha Sasuke tenía miedo. 

 

Comenzó a mirar hacia todas direcciones, buscando una escapatoria. Pero su orgullo no se lo permitió. Un Uchiha nunca huía.

Se escucharon los pasos del rubio al otro lado, aproximándose lentamente. Entonces el pomo se giró, indicando que estaba abriendo la puerta. 

Sasuke no supo que hacer. Su cerebro no procesaba, pero su cuerpo se movía solo. Empezó a formar una serie de sellos con ambas manos, realizando una téctica que apenas les había enseñado Kakashi. Y lo consiguió justo a tiempo.

Una nube de humo apareció, invadiéndole el cuerpo entero. 

 

-¿Quién es? - Preguntó el ojicielo mirando fuera de su apartamento. Contempló confundido los resto de aquella neblina. Pero no había nadie. "Serán los vecinos" pensó. Estaba a punto de cerrar la puerta, pero entonces un pequeño ruido le llamó la atención.

-Meow. - Curioso bajó la vista al suelo, encontrándose con un pequeño minino de negro pelaje, que lo observaba con sus grandes orbes ébano. 

-"Un gatito" - Pensó mientras se inclinaba para acariciarlo.-

-"Mierda" - Se debatió el Uchiha.

Lo que le faltaba. Definitivamente, su intención no había sido convertirse en un pequeño gato negro.

El contacto con la tibia mano de Naruto le había estremecido. 

 

-¿Cómo te llamas? - Le interrogó el rubio al tiempo que le seguía acariciando cariñosamente. 

Por lo menos el ojicielo no se había dado cuenta del engaño. Ahora lo único que tenía que hacer era darse la vuelta y marcharse como cualquier gato orgulloso lo haría. Se olvidaría de ese pequeño incidente, y luego se las apañaría para poder declararse como Dios manda y... 

 

-¿Tienes frío ´ttebayo? - Sintió como Naruto lo tomaba en brazos. - Mira que estas realmente empapado -  

 

Era cierto. Estaba muy mojado. Y es que afuera estaba lloviendo a cántaros, pero aquellos nervios tan impropios en él le habían impedido darse cuenta de aquel pequeño e isignificante detalle. 

 

-Será mejor que te lleve adentro.- Concluyó el rubio mientras cerraba la puerta. Eso estaba muy mal.

 

Definitivamente tenía que hacer algo.

El neko intentó escapar,  soltándose y  dando un salto hasta el suelo. 

Naruto se inclinó, intentando volver a cogerlo. Pero Sasuke no se lo permitió. Suficiente tenía con haberse tranformado en un gato como para permitirse darse el lujo de meterse en más problemas.

 

Entonces se le ocurrió mostrarle desafiantemente sus afilados colmillos felinos, bramando y retrocediendo en el proceso.

Pero vale, lo aceptaba. Era todo un fiasco para imitar a una bola de pelos, como catalogaba despectivamente a los mininos. Pero de algo tenía que servir. Quizás asi Naruto optaba por dejarlo marchar de una vez o algo por el estilo, y problema resuelto.

Pero no sucedió eso. 

 

-Baaka, eso no me asusta.- Sonrió, acercándose más. - Por lo menos deja que te seque, como sigas así vas a pescar un resfriado ´ttebayo. -

 

Y entonces consiguió volver a cargarlo. 

En efecto, el rubio no se había dado cuenta de nada. 

El ahora Sasuke-neko se paralizó al sentir como Naruto le limpiaba con una toalla, intentando secarlo. 

 

-¿Sabes? - Dijo el niño cuando terminó. - Me recuerdas mucho a alguién... - Susurró con su mirada opacada. 

 

En ese mometo sintió el enorme impulso de estrecharlo en sus brazos, y decirle de una vez por todas lo que llevaba callando duranto tanto tiempo. Y al mismo tiempo, deseó con todo su ser el ser aquella persona a la que se refería. 

 

-Meow. - Ronroneó.

Lo mejor que podía hacer era restregar su pequeño cuerpo de minino contra la pierna del ojicielo, a modo de mimo, muy al estilo animal por cierto.

-¿Qué acaso quieres consolarme? - Cuestionó enternecido, agachandose hasta quedar en cuclillas.

 

Contempló al neko por un largo rato. Era pequeño, con sus rosadas orejas en punta y sus enormes orbes ébano. Volvió a acariciarle, notando lo suave que era su pelaje oscuro.

Aquello le recordaba a alguén. Aunque no estaba seguro de quíen podía ser. 

A Sasuke realmente le agradaba aquello. El hecho de que Naruto le acariciase tan cálidamente, le hacía sentir como su todos esos mimos estuvieran dedicados a él. Al verdadero Sasuke. 

 

-¿Te gusta esto, verdad? - Espetó con una gran sonrisa. A él también comenzaba a agradarle. Incluso sentía el cuerpo del minino erguirse, y escuchaba como soltaba pequeños ronroneos. 

Sin dejar de acariciarle y con mucho cuidado, volvió a tomar al neko en brazos, esta vez abrazándole contra su pecho. 

Sasuke estaba atónito. No se esperaba aquella acción. Pero aún así se dejó mimar, después se las arreglaría para salir de ese embrollo.

 

-¡Ya está! - Soltó de pronto el rubio - ¿No te gustaría que te adoptase ´ttebayo? - Preguntó emocionado, zarandeando un poco al gato del gusto. 

 

El Uchiha comenzaba a marearse. Y si Naruto hubiera podido ver el rostro de Sasuke en ese momento, seguramente hubiera notado su mueca entre confundida y aterrada. 

 

-Entonces ya está decidido. - Dictaminó sonriente, pegando la carita del minino contra la propia en señal de felicidad. 

 

Incluso en ese momento le cruzó la idea de soltarse y salir corriendo de ahí. Al diablo con que si era un Uchiha o no, la situación era demasiado "peligrosa".

Pero no pudo.

El estar tan cerca del ojicielo le gustaba, y no podía siquiera intentar escapar.  

 

-De hoy en adelante serás la flamante mascota del próximo Hokage de Konoha, así que deberías estar orgulloso - Exclamó con un lindo puchero - Pero es cierto - Reflexionó. - Debo buscarte un buen nombre .- Dijo depositando al neko en el piso. 

 

Entonces adoptó una pose pensativa, con una mano colocada en la barbilla y con cara de estar pensando en algo realmente importante. O por lo menos eso era lo que quería imaginar el pelinegro. 

 

-Mmm... ¿Qué tal Popy? ¿O quizá Puchi? ... No, esos son nombres de perro dattebayo. Si te quisiera llamar como uno entonces te pondría "Firulais" - Ironizó divertido - ¡Ya lo tengo! - Gritó triunfalmente - ¿Qué tal Potato? ¿O te gusta más Puchiko

 

Y dale con los nombres para perros.

Al neko le cayó una gotaza por la sien. Definitivamente, el escogerle un nombre a un gato no era el fuerte del rubio.

Es más, si le pudiera contestar, seguro y le diría algo así como "Eres un dobe. Si a esas vamos, entonces mejor llámame Hello Kitty o el gato cósmico, Doraemon" 

 

-¡Lo tengo! - Soltó emocionado - Michi. Te llamaré Michi - Anunció orgulloso.

Valla. Por lo menos ese nombre pintaba mejor. "Hello Michi, el gato cósmico".

 

Pero el verdadero problema no era el nombre, si no hasta cuando podría mantener la farsa. Tarde o temprano, Naruto lo descubriría. Además, no podía quedarse así para siempre. Iba completamente en contra de sus principios.

 

-¡Es cierto! ¿No has comido nada, verdad? -Le interrogó.

 

El Uchiha se preguntaba hasta cuando seguiría con esa manía de hablarle como si realmente le fuera a contestar. Era una maldita bola de pelos, por Dios. 

 

Entonces Naruto salió en dirección a la cocina. Cuando regresó le ofreció un pequeño tazón con  un poco de  leche tibia.   

 

-Bebe un poco.- Ofreció con una sonrisa. Sasuke lo dudó por algunos segundos. Pero vamos, culaquier gato en su sano juicio - si es que tenía, claro esta - lo haría sin dudar , así que sería por demás extraño si se negara.  

 

-Mientras voy a darme un baño - Anunció retirandose hacia el baño. 

 

El pelinegro casi se atraganta con el blanquecino líquido de tan solo imaginarse a Naruto en la ducha, con cristalinas gotas de agua recorriendole juguetonamente su delicado cuerpo. Joder. Que tarde se le había ocurrido transformado  en una diminuta y triste gota de agua. Se conformaba con solo eso.

 

Pero ahora que lo pensaba, podía sacarle provecho a la situación. No sólo podía espiar al rubio mientras se bañaba, sino también tenía la oportunidad de convivir con él de cerca, sin levantar sospechas, y apovechar para ingeniarselas y hacer la declaración de amor del siglo. Era la oportunidad de su vida. Que de algo le sirviera el tener que soportar ser una pequeña y molesta bola de pelos negra.

 

Un rato más tarde, Naruto salía de la ducha con tan solo una diminuta toalla anudada a su estrecha cintura. Sasuke casi se desangra de una hemorragia nasal al contemplar esa provocativa  escena.

Luego de eso el ojicielo se colocó el pijama, uno de esos que le ajustaban delineando su perfecta figura, y que además le hacía lucir realmente tierno.

Después, el rubio cenó un poco de Ramen, mientras le contaba a su nueva mascota los pormenores de la mitad de su interesante vida, y las peripecias por las que había tenido que pasar para poder conevertirse en el próximo Hokage de la aldea oculta de la Hoja.

El ojinegro lo escuchaba atentamente, dándose cuenta de todo lo que había sufrido su rubio hasta ahora. Y entonces se odió a sí mismo. Se odió por no ser capaz de hacer algo por la única persona que amaba. 

 

Pero lo que definitivamente le sacó de sus casillas, fue cuando el Uzumaki se soltó hablando de lo perfecta que era Sakura. Eso si que era una buena broma. Que si su cabello esto, que si sus ojos aquello, que si su sonrisa era la más hermosa de todas... ¡Basta! ¿Qué Naruto no se había dado cuenta de que su estropajoso cabello rosa no era más que una triste peluca teñida con el tinte más barato que se podía encontrar en toda la nación? ¿Y sus ojos? ¡Si nada más verla se notaba que eran lentes de contacto de color verde caqui! ¿Y ahora hablaba de su "bella" sonrisa? Claro, era lógico que nunca había visto que sus dientes estaban más amarillos que una piña. Y ni hablar del día en que como toda guarra creída, andaba feliz de la vida por toda la aldea con un pedazo de guisado atorado entre los dientes, porque eso verdaderamente fue... ah, cierto. Ya se había salido del tema. El punto era que eso le hacía sentir furioso. O tal vez, la palabra que buscaba era "Celoso". Si. Sentía celos, y muchos. Como si tan solo pensarlo le hacía hervir la sangre.

 

-Ah, pero si te contara de Sasuke-baaka ´ttebayo, seguro y comprendes porque pienso que es un pesado. - Continuó su relato, haciendo morritos. 

 

Eso captó al instante la atención del neko.

Nunca se había detenido a reflexionarlo.

¿Qué pensaba Naruto de él? 

 

-Siempre tan campante creyendo que el mundo entero esta a sus pies... - Hizo una pausa - Y lo peor es que sabe bien que es cierto. Todos lo están... incluso yo. 

 

En ese momento sintió que le iba a dar una taquicardia.

¿A que se refería con eso?

¿Acaso Naruto estaría...? 

 

-Pero no tiene caso recordarlo ´ttebayo. De todas formas él... - Susuraba observando las baldosas del techo como si fuera la mísmisima obra de arte de Picasso.

Mientras, Sasuke esperaba espectante la continuación.

-No es nada... como si tu me pudieras entender - Dijo mientras preparaba su cama para dormir. 

 

¿Qué no lo entendía? Oh, pero si lo entendía mejor de lo que pensaba. 

Genial. Estuvo tan cerca y al final se quedó peor que antes. Con la duda de no saber que creía de él.  

 

-Vamos a dormir, Michi. - Le dijo cargándolo, y depositandolo en la cama.

 

El pelinegro estaba atónito. ¿Iban a dormir juntos? Aunque después de todo, ahora era un "pequeño e indefenso gatito", así que no había nada que temer.

Naruto se recostó a su lado, arropando a ambos y apagando la mesita de noche.

 

-Buenas noches, Michi. - Le deseó en tono meloso. 

 

El neko lo contempló por un largo rato. Esa carita serena. que irradiaba ternura era solo propia del rubio.

Pero entonces vio una cristalina lagrima rodar por su mejilla. A pesar de estar iluminados tan solo por la tenue luz de la luna que se colaba por la ventana, y pese a que el niño tenía sus ojitos cerrados, pudo verla pefectamente. 

El minino se reincorporó un poco, y cuando notificó que el Uzumaki se encontraba perfectamente dormido, se bajo del mueble en un brinquito, y volvió a repetir aquellos sellos de antes, pero ahora, en vez de con las manos, con sus pequeñas patitas delanteras.

La nube de humo volvió a hacer acto de presencia, y cuando ésta desapareció, se pudo apreciar la perfecta figura origunal de Sasuke a los pies de la cama.Contempló por otro largo rato la expresión triste del rubio, sin atrverse a moverse.

Pero llegó un momento en que no lo pudo evitar. Sigilosamente comenzó a acercarse, y con cuidado se subió a la cama, quedando recostado justo a su lado.

Acarició sus dorados cabellos, y poco a poco fue acercándose más, hasta poder rodear el cuerpecito del niño en un cálido abrazo.

Muy al contrario de despertar al rubio, a éste más bien pareció gustarle el contacto. Cuando sintió que Sasuke le abrazaba protectoramente, instintivamente se acercó más a él, acurrucándose en su pecho.

El Uchiha se dedicó a aspirar su aroma, disfrutando de aquel roce. Y entonces el ojicielo se revolvió un poco, tomándole por sorpresa. 

-Sasuke... - Susurró entre sueños.

 

Por un momento creyó que se había despertado, pero no era así. A saber lo que estaría soñando, pero el hecho de que lo mencionara de esa forma le hizo sentir un calor abrazante en el pecho. 

 

-Naru-Baaka.- Pronunció en voz baja, con una pequeña sonrisa. Y luego se quedó dormido profundamente. 

 

 

La mañana había llegado más rápido de lo que hubiera deseado. Los rayos matutinos del Sol se coloban por la ventana, dandole de lleno en la cara, lo que le hizo despertar.Se dio cuenta de que seguían en la misma posición que la noche anterior, con Naruto acurrucado en sus brazos.

Y recordó lo que había estado pensando durante toda la noche. Debía decirle cuanto le quería. 

Con mucho cuidado se separó del rubio y se levantó. No queria hacerlo, pero era necesario.

Repitió la técnica anterior y tras la conocida neblina se bislumbró la forma del pequeño neko azabache. 

 

Naruto no tardó en despertar. Ese día tenía entrenamiento con el equipo 7 y debía llegar temprano. 

 

-¿Sabes Michi? - Dijo mientras se terminaba de colocar el chandal naranja. - Anoche soñé con él ´ttebayo. - Un visible sonrojo apareció en sus mejillas. - Soñé con Sasuke. 

 

Aquello dejó desconcertado al Uchiha. Si no fuera porque en ese escaso tiempo se había convertido en un orgulloso minino maraca Uchiha, seguro y se ponía a dar brinquitos de felicidad por toda la casa, o hasta se le lanzaba al ojizul encima.Ese día debía hacerlo.

Tenía que decírselo. 

 

Cuando terminó, El Uzumaki recojió sus cosas y se despidió del neko, dirijiéndose al puente donde solía encontrarse con sus compañeros. 

 

Sasuke permaneció otro largo rato con una expresión embobada duranta quien sabe cuanto tiempo, justo donde lo había dejado el rubio.

Y tarde se dio cuenta de que si no se daba prisa llegaría tarde. Después de todo, el también tenía entrenamiento.

Salió disparado por la ventana más cercana, y cuando se aseguró de que nadie lo veía, regresó a su forma original.

 

Cuando llegó al puento, se percató de que Sakura y Naruto se encontraban charlando amenamente, y claro, que su sensei-tardón aún no llegaba.

A paso lento se acercó a ellos, y en cuanto lo vio, la pelorosa corrió a abrazarlo, mientras el ojicielo desviaba la mirada con una expresión de trsiteza.

 

Eso le partió el alma. 

 

Minutos después, logró convencer a Sakura de que se fuera a dar una vuelta por ahí, hasta que Kakashi se dignara a llegar, quedando solo con el rubio.

Naruto nisiquiera volteó a mirarlo, estaba demasiado ocupado contando cuantas hormigas podían caber en un hormiguero de  tamaño promedio.

Sin que el otro se diera cuenta, se acercó a él, hasta quedar parado frente suyo.

Cuando el ojiazul levantó la vista, pudo ver como Sasuke lo obserbava fijamente, sin decrile nada.

Y cuando se dio cuenta, el pelinegro ya se encontraba a escasos centímetros de su cara.

No tuvo tiempo de reaccionar. En un pestañeo, el pelinegro ya lo estaba besando.Lentamente se fue abriendo paso en su boca, acariciando con dulzura los labios del rubito. Le besó con una ternura impresionante, al grado de parecer que tenía miedo de lastimarlo. 

Naruto estaba muy sorprendido. No terminaba de asimilar lo que pasaba, pero aquel tierno contacto realmente le gustaba. Poco a poco fue correspondiendo tímidamente.Nunca antes había besado a alguién, salvo en aquel incidente que aconteció en la academia apenas unos meses atrás. Y recordó que a partir de ese momento, se había enamorado de Sasuke.

Pese a todo, aquella máscara de querer siempre superarlo, solo la utiliaba por el anhelo de hacerce notar. El deseo de que el Uchiha le reconociera. Y ahora ahí estaba.

Lo que había soñado durante tantas noches se había hecho realidad. 

 

El pelinegro profundizó el beso, rodeándole por la cintura y atrayéndole hacia sí.

Con timidez sus manos subieron poco a poco, hasta envolver el cuello del ojinegro con sus brazos.

Mientras, los dedos del Uchiha delineaban el cuerpo del rubio por encima de la tela, sintiendo como  un remolino de emociones le recorrían el cuerpo entero. 

 

Había encontrado la forma perfecta de decirle al ojicielo lo que sentía, todo sin necesidad de palabra alguna, tan solo a traves de un tierno beso. Y al parecer Naruto había comprendido perfectamente sus sentimientos.

Era como si una burbuja detuviera al tiempo y al mundo entero, donde sólo existían ellos dos.

 Pero cuando el contacto se rompió, ninguno supo que decir.

 

 -Sasuke, yo...

-Shh..- El aludido colocó su dedo índice sobre los rosados labios del rubio- Lo sé. - Le contempló un rato. Sus mejillas sonrosadas, su respiración entrecortada y su boquita entreabierta le daban un toque entre enternecedor y sensual.

En ese momento lo supo. Se dio cuenta de que no eran necesarias las palabras. Descubrió que cualquier cosa era posible de decirce con un beso, con una mirada o con una caricia. 

Sasuke posó su mano sobre su mejilla, delienando sus bigotitos. Tomó aire, y por fin lo dijo. Lo que había estado ensayando durante tanto tiempo se resumían en tan solo tres palabras. 

 

-Te quiero, Naruto. 

 

El aludido parpadeó un par de veces. Se lo había dicho con tanta seguridad que le sorprendió.

Y entonces sonrió. Le mostró una sonrisa que sólo le dedicaba a él. A Sasuke. 

 

-Lo sé ´ttebayo.- Dijo posando su mano sobre la del pelinegro. - Yo también te quiero, Sasuke-baaka. 

 

El Uchiha le devolvió el gesto. Y sonrió como nunca antes nadie le había visto. Una sonrisa solamente dedicada a él. A su Naruto. 

 

El rubio se paró de puntitas, pues el ojinegro le sacaba por lo menos media cabeza de estatura. Lo siguiente que hizo fue rodear su cuello con sus brazos, para después susurrarle al oido. 

 

-Lo sé. Un pequeño gatito negro me lo dijo ttebayo. 

 

Sasuke lo miró sorprendido. Pero luego sonrió de medio lado.No supo en que momento Naruto se dio cuenta de aquel inocente engaño, tan sólo sabía que en ese instante algo había comenzado. Y era algo que nunca antes había sentido por nadie. 

 

-Dobe. - Rodeó el cuerpecito del rubio con sus brazos y lo atrajo hacia sí. 

 

Ya lo había decidido.

A partir de ese día, de dedicaría a cuidar de su niño, y se encargaría de que aquel pedacito de felicidad nunca desapareciera, dejando de lado todas la dudas que algún día llegío a tener.

Porque era lo más preciado que tenía.

A Naruto. Su Naruto.  

 

 

Owari.

 

 

Notas finales:

*El Diario de Natsumi*

¿Qué os pareció?

Como dato curioso os comento que ese gatito, llamado Michi, realmente existe. No es mío, esa es otra historia que contar, pero de ahí me enfoqué para realizar esta historia ^^

Disculpad mi terrible humor negro. De verdad lo siento.

Como bonus sólo diré que después de su laaargo paseo, Sakura terminó perdiéndose en el trayecto. Y cuando muuucho tiempo después, pudo volver, casi muere de un paro cardiaco al encontrarse a Sasuke y a Naruto felices de la vida, melosos y hablando de los preparativos para su boda, que se efectuaría algunos años más tarde. Pero claro, a nadie le importó que la pelirosa casi muriera de una taquicardia y colorín colorado, todos - menos la Haruno - vivieron felices y enamorados. Fin. Lo siento, aunque trato de disimularlo, aún no termino de superar mi odio hacia la pelirosa. Aunque mi psicóloga dice que estoy progresando, habrá que ver.

Un gran beso a lo valientes que leyeron hasta aquí, muchas gracias ^^

¿Reviews?

Atte: Natsu-chan. 

 


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