Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un tropezón lo tiene cualquiera por Paz

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Un fic cortito para dejar vacía la carpeta de mis fics del año que hemos dejado atras.

  Un tropezón lo tiene cualquiera

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo Único

 

Sakuragi y Rukawa son amantes en los momentos que pueden verse entre estudios, trabajo y deporte, normalmente es en el piso del pelirrojo.

Aquella tarde habían coincidido en el campus de la universidad y se detuvieron un rato preguntándole acerca de unos libros que habían sacado de la biblioteca.

-Vienes esta noche... -acabo pidiéndole cuando ya no quedaba nadie lo suficientemente cerca para escucharles.

-No puedo... -dijo Rukawa.

-Por qué no? -inquirió sorprendido.

-Ya te lo dije... -bufó con exasperación.

Hanamichi se quedo pensativo unos instantes tratando de recordar que pudo haberle contado, su memoria no había retenido nada que pareciera interesante. Cuando iba a responderle escuchó su pregunta.

-¿Por qué estas conmigo?

-Un tropezón lo tiene cualquiera -expuso con total tranquilidad lo primero que se le ocurrió.

-Pues has tropezado muchas veces -intentaba hacerle reconocer que sentía algo más que atracción por su cuerpo.

-Bueno, ya sabes lo que se dice, el hombre tropieza dos veces con la misma piedra.

-Pues esta piedra -señaló a si mismo- te ha hecho tropezar muchas... muchas veces y no te oído protestar.

-Me acostumbre a ella.

-¡¡Aaaahhh...!! -estaba visto que no iba a conseguir una confesión de amor- Entonces, será mejor que me aparte de ti. No deseo que por mi culpa sigas tropezando, no quisiera que salieras lastimado -expresó con sincero sentimiento.

Estaban en mitad del campus, frente a frente, cualquiera que les viera podía pensar que estaban llevando una conversación típica de estudiantes.

Sakuragi iba a responder con alguna de sus típicas gracias, cuando se dio cuenta que Rukawa hablaba seriamente al verle que le daba la espalda alejándose de su lado sin volver la vista atrás.

Su primera reacción fue llamarle, abrió la boca para hacerlo, más al instante la cerró. Pensó que no era la primera vez que actuaba así, siempre volvía. Por ello se encogió de hombros pensando que era una de las típicas rabietas que Rukawa montaba de vez en cuando y le dejo marchar.

Al principio, cuando transcurrieron dos días y Rukawa siguió sin aparecer por su piso, pensó que nunca antes había estado tanto tiempo sin verle, le extrañaba más no era para tanto se justificó a si mismo, podía pasar sin él. Una semana después ya comenzaba a preocuparse, intentó hacerse el encontradizo en la universidad donde cursaban sus estudios superiores. Conocía sus horarios y le buscó en sus distintas clases, más su búsqueda fue infructuosa. Nadie sabía nada de él, era como si la tierra se le hubiera tragado.

Tal vez estaba hospitalizado, ese pensamiento le galvanizo, podía estar necesitándole y no tenía a nadie a su lado. Tenía que encontrarle, solo entonces se dio cuenta que nunca había ido a su piso, ni siquiera se molestó en preguntarle donde vivía. Asustado llamó a todos los hospitales por si hubiera tenido un accidente cuando se separaron en el campus, había sabido por sus compañeros que ese tarde no hizo acto de presencia en las últimas clases. La idea de que pudiera estar herido le sobresaltó.

Se sentía desesperado porque ya no sabía que más hacer, nadie sabía darle razón de Kaede, ni ex compañeros, tampoco podía recurrir a sus nuevos amigos porque nunca se había interesado por conocer sus nombres, creía recordar que Kaede los mencionó alguna vez, ahora lamentaba su falta de atención. 

Se mesaba los cabellos, preguntándose que más podía hacer, ¿dónde buscarle? ¿Dónde podía estar? ¿Acaso se había marchado por su propia voluntad? Esa era la posibilidad que más le asustaba. Si así era fue después de aquella conversación en el parque, cuando dijo que no deseaba lastimarlo más y que se marchaba. ¿Cómo pude ser tan idiota? Ahora sabía que se había negado a si mismo a reconocer que Kaede era muy importante para él. ¡Cómo pudo ser tan tonto! Se repitió a si mismo una y otra vez.

Miraba el libro abierto sobre su regazo sin ver las letras, sabiendo que era incapaz de concentrarse, esa noche no era capaz de estudiar, lo cerró dejándolo a un lado. Se levanto frustrado, enojado consigo mismo, consciente que con su actitud petulante había alejado a Kaede de su lado. Toda su seguridad se derrumbó. Comp0rendía demasiado tarde que no era nadie sin Kaede. Que él era el faro que iluminaba su vida.

Escuchó exasperado la continua llamada al timbre del piso. No deseaba ver a nadie, pero ante la insistencia fue a abrir dispuesto a romperle la cara a cualquiera que allí estuviera.

Toda su furia se evaporó al verle. Se quedo estático como si estuviera viendo un fantasma, al segundo se abrazó a él llorando con desconsuelo, también había  alegría en su llanto.

-Qué ocurre? -preguntó atónito Rukawa ante esa inesperada recepción.

-Nunca, nunca más te dejaré marchar sin decírtelo. -dijo sin apartar su rostro lloroso de su hombro, mientras sus brazos le rodeaban en cuello negándose a apartarse de él, sintiéndose feliz porque estaba a su lado.

-Sin decirme que? -preguntó llevándole hacia el interior del piso para no seguir dando un espectáculo a los vecinos.

-Te amo, he sido un tonto, debí decírtelo desde el primer día... fui un idiota al no darme cuenta de lo mucho que te quiero.

Apartó su rostro lloroso que se negaba a apartarse de él, secó sus lágrimas con ternura, le miró con esa sonrisa que solo tenía para él.

-Creí que esta vez te habías ido definitivamente... -susurró con un suspiro.

-¿Cuánto tiempo me duran mis enojos? -preguntó estrechándole contra su pecho para reconfortarle, recordando la ultima conversación que mantuvo con él.

-Poco...

-Y aún así fuiste capaz de creer que podía alejarme de tu lado sin decírtelo.

-Lo... lo hiciste... te busque en la universidad... llame a los hospitales y nadie me daba razón de ti.

-Hubiera sido mejor que escucharas los mensajes que te dejo en el contestador, porque nunca te encontraba en tu piso.

-Mensajes? -abrió mucho los ojos. Se había olvidado por completo de hacerlo.

-Aha...

-Y qué me decías? -preguntó alzando su rostro.

-Que me marchaba a Osaka por unos días, mi madre se cayó en el trabajo y se rompió la cadera derecha...

-Lo lamento.

-Después te llame desde el hospital para decirte que iba a quedarme más días, hasta que le dieran el alta y pudiera dejarla cómodamente instalada en su casa,  volví a llamarte cuando dejo el hospital y tampoco estabas en casa, te deje el recado que posiblemente en cuarenta y ocho horas estaba de vuelta. Encontrar una persona que la atendiera no fue fácil, y por eso me demoré más. Pero ya estoy aquí.

-¿Puedo pedirte dos cosas? -preguntó como si temiera recibir una negativa por su falta de atención.

-Lo que quieras.

-Dame tu teléfono y también tu dirección. A partir de hoy quiero saberlo todo de ti, te prometo prestarte más atención, recordaré los nombres de tus amigos, y te preguntaré siempre por tu familia.  

Kaede rió al escucharle.

-Eres un despistado, amor. Ya los tienes.

-Ah si? -abrió los ojos desconcertado.

-Aha... -tomó el libro que sostenía en sus manos Hanamichi minutos antes, abrió la primera página en blanco donde había escrito los datos que su pelirrojo le pedía- Debías estudiar más. -le reprochó con una sonrisa alzando el libro a la altura de sus ojos para que leyera lo que allí había escrito.

-¡¡¡Opss!! -fue lo único que pudo decir.

-Deje esos datos en todos tus libros. Me estas demostrando que no abres ninguno, amor, ¿Cómo quieres aprobar así?

-No necesito dedicarle mucho tiempo. Me basta con unas cuantas lecturas.

-Ah.... -una sonrisa traviesa asomó en su rostro- Ahora se que si alguna vez tengo que hacerte entrar en razón solo tengo que irme por unos cuantos días.

-¡Tonto! -dijo Hanamichi mirándole con infinito amor- Nunca más te dejaré marchar solo. Me tendrás siempre pegado a ti -susurró abrazándole con fuerza.

-¿Es una promesa? -preguntó serio.

-Si..., te amo Kaede.

-Te amo, Hanamichi.

Sus labios se unieron ratificando esa promesa.

Fin

5 de enero de 2006

Paz

Notas finales:  

Una pequeña aclaración respecto a mis fics, se que tengo unos cuantos pendientes y por supuesto no doy abasto para escribir en todos ellos, a veces por falta de tiempo, otras porque me falta la información necesaria para poder continuarlos y tengo que dedicarme a investigar, otras por motivos personales, en fin, que pido disculpas a todas porque seguís esperando mis actualizaciones y solo me dedicó a subir oneshots que suelo tener a medias y los terminó sin excesivo trabajo.

 

Veréis la razón de esta nota es preguntaros si no gusta Un amor no basta, he visto que apenas si tiene lecturas y estaba pensando en retirarlo de la página, así al menos será uno menos de los que estaremos todas pendientes, yo para escribirlo y vosotras para leerlo, porque comprendo lo frustrante que resulta quedarse esperando una continuación que no llega. Gracias a todas y perdonar por este "testamento".


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).