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Dos malintencionados y un inocente pelirrojo tras la caza de un pobre zorrito por mihll

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Notas del fanfic:

 

Los personajes de este fic no me pertenecen y solo los utilizo a modo de diversión

Notas del capitulo:

Hola

Este fic va dedicado a Obane-san.

Gracias Matt por la ayuda que me brindaste con este fic.

 

Dos malintencionados y un inocente pelirrojo tras la caza  de un pobre zorrito

 

Por

 

Mihll

 

 

 

Gotas de sudor resbalaban por su bronceada piel, fastidiado por tener que hacer una vez más el aseo del gimnasio en solitario mientras que ese par de bastardos de Mitsui y Ryota había huido de sus deberes seguramente para ir a refrescarse en otro sitio.

 

-Gori nos castigó a los tres...ahhh!! malditos canallas dejan a este tensai hacer el trabajo sucio- regañó fastidiado mientras sentado en la banca se quitaba un tenis  y lo arrojaba a un lado, en el piso- siempre se desquitan conmigo, ¡par de comadrejas ya verán cuando se aparezcan por aquí!... ¡¿Qué harás Hanamichi?! ...nada... hace demasiado calor para hacer algo...-

 

Exactamente esa tarde de verano la sensación térmica era alta, aún en la sombra, aquello lo irritaba sobremanera, un genio algo enrabiado se metió bajo el chorro de agua fría, disfrutando cada gota helada que resbalaba sobre su piel refrescándole y relajándole a la vez, por largos minutos hasta que sus deseos de venganza contra ese par especial se desvanecieron de su mente.

 

Sin duda esa ducha cambio su mal genio y se encaminó hacia su casillero sin nada en la mente, pero allí se le atravesaba su perdición diaria, el casillero del número once que siempre atraía la atención de sus ojos.

 

-¡Rukawa!-exclamó no con rabia como lo hacia en público cada vez que pronunciaba ese nombre sino con un dejo de tristeza. En la soledad de un vestidor vacío ese apellido tomaba otro sentido, uno oculto por su persona, un sentimiento escondido en lo profundo de su alma y que se negaba a revelar por temor al rechazo.

 

Temía de su amor, un imposible considerando quien era Rukawa  y otra cosa, ambos eran hombres, eso lo angustiaba, eso hacia que en su rostro se marcara una huella de desesperanza cada vez que veía su vestidor.

 

- Eres un sueño para mi...un imposible - se dijo en voz baja, prefería decirlo en su mente, pero claro este día de forma inconsciente sus pensamientos se traducían en palabras - Eres más bello de lo que imaginé, ahora entiendo por que Haruko y las otras locas te siguen babosas, es que eres irresistible... pero frío, muy frío y siendo realista jamás llegarás a ver más allá del torpe que siempre vez en mi...mientras que yo...yo...me muero de amor por ti...-

 

Aún no terminaba de hablar cuando tras sus espaldas se oyó unos aplausos y unas risas burlescas.

 

- Vaya Hanamichi eso fue la declaración más hermosa jamás escuchada - le dijo Mitsui entre risas.

 

Ryota caminó hacia él y le dio unas palmadas en las espaldas, su cuerpo simplemente estaba paralizado - Después de cincuenta y un rechazo era lógico que cambiaras de bando, felicidades el amor te ha golpeado una vez más - le dijo el guardia central.

 

- Chicos no...este...ustedes oyeron mal, yo no dije que estaba enamorado de Rukawa - intentó explicar nerviosamente.

 

Mitsui y Ryota se miraron y luego rieron de buenas ganas, en su afán por explicar Hanamichi cayó en una contradicción y eso les causaba mucha gracia.

 

- Estás enamorado de Ru-ka-wa - se oyó de la voz burlesca del tirador de tres puntos.

 

- Lo oímos todo Hanamichi, cada palabra, tú estabas tan concentrado hablándole a su casillero que ni cuenta te diste que estábamos parados tras de ti - le aclaró Ryota.

 

- No, oyeron mal -

 

- Sip - le contradijo - Lo oímos todo, Hanamichi y ya no puedes negarlo...-

 

- No, no y no - trató de defenderse el pelirrojo,  fue a su casillero, con prisa cogió la ropa limpia y se dispuso a vestirse.

 

- Rukawa - llamó Mitsui dirigiendo su mirada a la puerta como si tras ella de encontrara el ojiazul - Ven a oír lo que Hanamichi tiene que decirte -

 

Hanamichi quedó estático una vez más deteniendo su acción de colocarse la polera.

 

- ¿Él está aquí aún?...no  te atrevas a decirle - amenazó nervioso casi con un hilo de voz.

 

- Quizás te oyó también, vi que venía tras nosotros - le dijo Ryota.

 

¿Por qué esta vez tuvo que abrir la boca? ¿Por qué se sintió confiadamente solo en ese lugar? ¡Que error! Tensai había caído en un gran error que lo ponía en las manos de ese par de demonios que se burlaban de él ¿y si de verdad Rukawa lo oyó? Eso sería su ruina, lo mínimo que ese chico haría seria masacrarlo.

 

A Ryota se le cruzaba esa misma idea maliciosa, su mente trabajaba tiempo extra imaginando el resultado de enfrentar nuevamente a esos dos, eso si que seria realmente gracioso.

 

Sin que el pelirrojo viera su sonrisa macabra le dio una mirada cómplice a Mitsui quien atendió a su gesto, sabía que algo estaba planeando en su mente.

 

- ...Pero si te oyó no creo que vayas a tener problemas Hanamichi, después de todo... -  se detuvo mirando a ver si Mitsui le seguía la corriente - Como tú ya sabes, Rukawa nunca se ha interesado en una chica, eso quiere decir que tiene otro tipo de gustos... -

- Piensa Hanamichi, si no le gustan las chicas, entonces... - dijo Mitsui.

 

- ¿...Le gustan los chicos?-

 

- Exacto amigo - confirmó el guardia central - A Rukawa le gustan los chicos así que creemos que tienes mucha esperanza con él, además de que sabemos que esta solo en este momento, solo tiene el basketball que es su amante cada noche... pero tu puedes lograr cambiar esa situación y tomar el lugar del balón  y el juego nocturno-

 

- ¿Qué estas queriendo decirme? - consultó el pelirrojo intrigado.

 

- Ay Hanamichi, eres algo lento - Mitsui se acercó a él y lo atrajo hacia la banca. Luego se sentó a su lado y Ryota al otro - Mira, lo que te quiero decir - prosiguió consiguiendo su atención - Lo que Ryota quiere decirte es que Rukawa viene cada noche  a entrenar hasta muy tarde, entonces allí entras tú, tal vez hoy mismo podrías quedarte y esperar a que llegue...lo tendrás a solas, la oportunidad perfecta para hablar con el y decirle lo que sientes...-

 

- No, no - le interrumpió Ryota - Creo que unas simples palabras no causaran efecto en él, tiene que ser algo más fuerte - miró a Hanamichi de frente - Amigo, demuéstrale con hechos cuanto le amas - le dijo en forma seria.

 

- ¡¿Estás loco Rioccin?! - dejó escapar el pelirrojo.

 

- No Hanamichi, si lo quieres vas a tener que jugártela  y creo que esta es la única manera-

 

- Decídete Hanamichi, Ryota tiene razón - Mitsui apoyó a su socio.

 

- Pero me matará si hago eso-

 

- No Hanamichi - aseguró el moreno -¿Acaso nunca te has dado cuenta de la extraña atracción de Rukawa por ti? -

 

- ¿Qué? - preguntó sin entender.

 

- Rukawa no le dirige la palabra a nadie a menos que sea necesario pero contigo es distinto... me refiero que con los insultos que te da intenta llamar tu atención y eso para mi es como decirte "pelirrojo mírame, estoy aquí"...esa interacción solo lo logra contigo y con nadie más que yo conozca-

 

-  Toda la razón Mitsui - apoyó Ryota, Hanamichi solo viraba sus ojos mirando a uno y otro escuchando los detalles.

 

- ... Entonces, él solo necesita que tú hagas algo, demuéstrale lo que puedes hacer, haz realidad tus fantasías mojadas con él, esta misma noche -

 

- Pero yo no tengo fantasía mojadas - se defendió aunque con sus mejillas sonrosadas por la vergüenza de la verdad, lo delataban por completo.

 

- No mientas, todos las tenemos, yo las tengo y Ryota también -

 

- Así es y algún día yo también pienso llevarlas a cabo con Ayako, claro -

 

- Pero...-

 

- Nada de pero Hanamichi, no desperdicies esta oportunidad - Mitsui sonó exigente -  Vamos, dinos que lo harás -

 

- Lo haría...-dijo rendido-... Pero no sé como...-

 

- Pues para qué están los amigos - dijo enérgico el más pequeño al darse cuenta que con muy poco estaban logrando sus objetivos.

 

- Yo tengo experiencia y voy a decirte lo que tienes que hacer-

 

Por largo rato Mitsui explicó a Hanamichi algunos detalles importantes en el sexo con un hombre, el pobre muchacho daba crédito a cada palabra que ese mal nacido le decía, claro estaba que el tirador de tres puntos en su vida había estado con alguien de su mismo sexo y toda idea iba surgiendo de su mente perversa.

 

Finalmente y tras una hora de insanos consejos Hanamichi salió del gimnasio convencido, en dirección a una farmacia a obtener todo lo necesario.

 

Esta noche Kaede Rukawa sería suyo, ese pensamiento surcaba su mente sin imaginar siquiera que en los vestidores, su par de compañeros se revolcaban de risa en el piso, tan solo imaginando la paliza que el ojiazul le daría a ese tonto pelirrojo.

 

%%%

 

Era de noche y Hanamichi se encontraba agazapado entre los arbustos, frente al gimnasio, llevaba cerca de media hora en ese lugar, Kaede ya había llegado como hace 10 minutos, pero el de pelo rojo decidió esperar un tiempo antes de poner su plan en acción, así Kaede estaría  concentrado en su juego y bajaría la guardia, en ese momento comenzaría.

 

¿Nervioso?, le preguntaba su voz interna, claro que estaba algo nervioso pero las palabras de Ryota y Mitsui le alentaban a seguir adelante, debía estar convencido al 100% de llevar a cabo las instrucciones dadas por sus compañeros. Si, iba a hacerlo, demostraría que no solo era un tensai en la duela, lo seria también el la conquista del zorrito de ojos azules que esperaba por él.

 

Fue así como tras echar fuera un largo suspiro se dirigió al empalme de electricidad, minutos más tarde con tan solo un esfuerzo de su mano el gimnasio quedo a oscuras, luego...

 

Corrió a la entrada, tenía que llegar antes de que Kaede saliera ver que pasaba con la electricidad o decidiera irse, por suerte llegó a tiempo, Kaede se había quedado parado en medio de la duela, acostumbrándose a la repentina oscuridad, él no tuvo problemas sus ojos ya estaban acostumbrados, y luego de limpiar y entrenar tantas veces en el gimnasio, lo conocía tan bien que si incluso tuviera los ojos vendados, sabría a donde dirigirse.

 

Y tal como lo esperaba, quieto y sin saber que pasaba, dándole la espalda. Dio un par de pasos pero al instante sus pies se detuvieron, su imaginación voló antes, adelantándose a su acto.

 

Fue como un sueño de lo que debería hacer, caminando con sigilo hacia su presa, sorprendiéndolo por la espalda. Rodeándole la cintura con sus fuertes brazos y aprisionando bajo ellos los del ojiazul. Posteriormente le diría de manera sensual a su oído cuanto le amaba y deseaba dejando caer su aliento sobre su blanquecino cuello cubierto de un sudor apetecible que le gustaría degustar.

 

Si, eso haría tal como lo hubo pensado durante todo el tiempo que se mantuvo oculto en espera de su llegada, solo que no contaba con que en un pestañear la tenue imagen del zorrito desapareciera del lugar donde estaba.

 

Abrió su ojos lo más que pudo y con como un felino en la oscuridad busco al zorrito escurridizo.

 

¡Diablos!, su plan fallaba, se había descuidado por detenerse a imaginar y quien sabe donde podría estar ahora ese muchacho, quizás en los vestidores, si era así, debía apresurarse antes de que cogiera su bolso y se largara definitivamente del lugar.

 

El plan sorpresivo de los chicos era perfecto y él lo echaba todo a perder, se maldijo avanzando lo más rápido que pudo y en silencio hacia los vestidores, la puerta estaba abierta e ingreso unos pasos hacia el interior, allí la luz de la iluminación exterior ingresaba por las pequeñas ventanas, podía observar sin problemas cada rincón del lugar pero en ninguno estaba Kaede.

 

- ¡Rayos! El zorrito ya se marchó - murmuró enojado consigo mismo, apretando su puños con furia.

 

- Do´aho - se oyó de pronto a sus espaldas, claro no se le había ocurrido buscar detrás de él a un lado de la puerta, sitio desde provenía la voz.

 

Su cuerpo fue atravesado como por un rayo al verse sorprendido, quedo estático, seguro que ahora el malhumorado zorrito fastidiado por la interrupción de su entrenamiento rendiría cuantas con él. No quiso voltear a verle y se asusto cuando el otro dejó caer de forma seca su bolso en el piso.

 

- Do´aho ¿Por qué me espías? - le preguntó con voz fría.

 

- Y-yo no te espió... - pronunció dominando por el nerviosismo.

 

- ¿Ah no?, provocaste un apagón y luego me espiaste desde la puerta en la oscuridad -

 

- ¿Cómo sabes que hice todo eso? -

 

- Sólo un do´aho lo haría, y sólo un do´aho usaría un perfume tan particular con el que sólo tu usas y que se puede identificar claramente desde lejos... supe que estabas tras de mi por que olí tu perfume -

 

¿Qué responder ante eso?, volvía a sorprenderlo, y le llamaba tonto por darse a descubrir por un cierto detalle antes de darle la sorpresa, ¿pero como iba a saber que el zorrito podía reconocer de forma fácil su perfume?

 

De forma instintiva  tomó su polera con la mano y la acerco a su nariz - Pero si apenas siento el olor - se dijo bajito.

 

- ¿Por qué me espías? - repitió la misma pregunta.

 

No respondió no iba  relatarle su plan de declaración, era una sorpresa, claro que era un sorpresa pero en este minuto fallida.

 

- Responde - exigió el ojiazul.

 

- No creas que vine a espiar tus talentos, vine por otra razón - le dijo decidido al hablar, si bien el factor sorpresa falló, de una vez y por todas debía arriesgarse a revelar sus sentimientos por él.

 

Hanamichi dio un profundo y largo suspiro decidido a voltear y enfrentarle, sólo que en ese momento sintió el cuerpo del otro apegarse a su espalda y a ello le siguió el acto de sus brazos que le rodeador como el había imaginado.

 

- ¿Qué haces? - consultó algo confundido por la repentina acción.

 

- Sólo hago... solo hago lo que un do aho dudoso debió hacer conmigo cuando estaba desprevenido... -

 

- No sabes... - quiso hablar pero de su boca se escapo un gemido cuando Kaede mordió el lóbulo de su oreja y le dio un pequeño tirón - ...Si yo vine a... lo mismo... -

 

- Ahora lo sé-

 

- No lo sabes - apenas puedo decir el acto anterior le había quitado la respiración.

 

- Tu reacción me dice que si... aunque sinceramente no me lo esperaba y por un momento pensé que querías acabar conmigo... pero me equivoque-

 

 

- No zorro, yo...yo...- no puedo hablar puesto que ahora una mano traviesa había descendido y se había colado por sus pantalones, acariciándole el miembro casi completamente erguido por sobre los boxers.

 

- Dilo - exigió Kaede sin dejar de hacer aquello pero de la boca del chico solo escapaban gemidos - Dilo - volvió a pedir.

 

- Viene...a...demostrar...te...cuanto te quiero - expresó casi al borde del colapso por las sensaciones.

 

Kaede se detuvo al instante y se alejó de Hanamichi que no entendía que sucedía.

 

El zorrito recogió su bolso decidido a marcharse pero antes de hacerlo se detuvo en la puerta y le preguntó - ¿Sólo me quieres?-

 

- ¿Eh?-

 

- ¿Sólo me quieres? - volvió a preguntar con voz fría.

 

- No - dijo volviéndose hacia él, tenía que decírselo aunque con la reacción mostrada por el moreno pensó que sería una perdida de palabras, pero de todas formas lo dijo - Te amo zorro-

 

Luego tragó saliva con dificultad, pensó que Kaede se iría y burlándose de sus sentimientos pero extrañamente este le volvió a hablar.

 

- Me alegra saberlo... pero ven conmigo, no te quedes allí-

 

- ¿Adonde vamos? - preguntó curioso.

 

- A mi casa, ¿o creías que vamos ha hacerlo en público? -

 

- ¿Qué? - preguntó esta vez confundido.

 

- No solo tú espías esta noche... hay un par de idiotas escondidos en las graderías -

 

- Mitsui y Ryota - pensó ¿pero como se atrevían a espiarlo?, se suponían que no estarían allí.

 

- Vamos do aho-

 

Hanamichi asintió y decidió seguirlo. Caminaron uno al lado del otro y tras las indicaciones del ojiazul observó hacia el lugar donde estaban escondidos los dos muchachos.

 

- Rukawa no lo ha masacrado aún - dijo Mitsui.

 

- Y se van juntos - acotó Ryota.

 

Ambos estaban confundidos y sin saber realmente que había pasado en esos vestidores, se quedarían con la duda o tal vez al día siguiente la resolverían, pero su broma había fallado de manera radical.

 

Alejándose del gimnasio, Kaede de manera inesperada tomo la mano de Hanamichi.

 

- Te amo Hanamichi, desde hace mucho tiempo pero nunca imagine que llegara el día en que me dijeras lo mismo - lo dijo en una voz tan suave y calida muy distinta a esa fría y seca que siempre utilizaba, para el pelirrojo esto resultaba toda una revelación.

 

- Si no fuera por Ryota y Michi, no me hubiera atrevido a decírtelo -

 

- Seguro se querían aprovechar de tu inocencia -

 

 - ¿Qué estas diciendo zorrito?, ¿Qué soy un tonto? - preguntó algo irritado deteniendo la caminata.

 

- No, mi do´aho, solo eres inocente pero así te amo -

 

Hanamichi se tranquilizó con aquellas palabras, distrayéndose con la calidez con las que la pronunció

 

Y su primer beso llegó en ese momento gracias al atrevimiento de Kaede quien ya no resistía la tentación de probar esos labios que por tanto tiempo había anhelado. Fue tierno, corto y delicioso para sus sentidos, luego se separaron.

 

- Vamos pronto a mi casa...esta noche quiero tenerte entre mis brazos - susurró el ojiazul.

 

Ryota y Mitsui no creían lo que vieron tras salir del gimnasio siguiendo a los chicos problemáticos.  Ellos besándose bajo la luz  artificial exterior.

 

Se miraron sin entender  y se rascaron las cabezas viéndoles como retomaban sus caminos tomados de mano.

 

- Mira el lado bueno - dijo finalmente Mitsui - Al menos ya no habrá más pleitos en los entrenamientos.

 

- Pero ¿Cuánto van a durar esos dos? - preguntó Ryota desconfiado.

 

- Quien sabe amigo, quien sabe....-

 

Luego de pronunciar sus últimas palabras siguieron los pasos de Hana y Kaede, pero separándose al llegar a la calle y dirigiéndose hacías sus respectivos hogares a diferencia de los dos primeros que gozarían de su primera noche disfrutando su reciente amor declarado.

FIN

Notas finales: ¿les gustó?

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