- 19..hoy cumplo 19 años…parece ser que ya nada será igual q hace 5 años…, 5, ya pasaron 5 largos años…no lo había notado, el tiempo pasa muy rápido. Ese maldito parque, ya no me he vuelto a acercar ahí…me da miedo…¿Regalos?...no, no he recibido ninguno…quizá solo la vida. Por que finalmente un regalo termina siendo una conveniencia de la persona q te lo da…
Pensaba un chico d cabello negro; sus ojos negros no parecían ver un punto específico del hermoso jardín que se encontraba en el patio que daba a la calle. Había flores hermosas y una pequeña mesa redonda. Ese chico se veía triste y desanimado, ya hacía tiempo que no salía de su casa.
No sabía lo que sucedía afuera de su casa, no iba a ningún lado ni siquiera al colegio. Se recargó en el sillón y se dispuso a dormir, pero no lo logro. Sus manos, sus piernas…todo su cuerpo se estremeció al oír como abrían y cerraban la puerta principal. Se levantó del sillón para recibir a la persona que acababa de entrar. Frente a el apareció una silueta, era d un hombre alto, de cabello negro y sus ojos lo veían fríamente, no parecía alegrarse de ver al chico….
- bienvenido pa…-. El chico no continuó por que el hombre de cabello negro y un poco alborotado lo callo con una bofetada
- si oyes que tocan la puerta abres, estoy esperando a alguien de nombre Uzumaki ¿entendido?
- si-. Contestó con dificultad
- para otra cosa no quiero que me molestes, lo llevas a mi estudio-. El hombre se encerró en un cuarto dejando al chico solo en la sala, lentamente comenzaron a brotar las lágrimas.
Sasuke, era el nombre del chico pelinegro, volvió a sentarse en el sillón, parecía que ese mueble estaba hecho para el, estaba amoldado a su figura débil. Pensando en lo que ocurrió hace 5 años se quedo profundamente dormido.
Pasadas 2 horas tocaban la puerta, el pelinegro se despertó y se dirigió a la puerta, agarró la perilla pero no abría, si era ese Uzumaki, q le diría? Aún no lo conocía y ya sentía q lo odiaba, no quería conocerlo, no quería oír su voz…
- quien es?-. pregunto aún sin abrir
- Uzumaki, Uzumaki Naruto-ttebayo-. Grito. Sasuke le abrió, el chico se le quedo viendo, en su vida había conocido a alguien tan guapo como el que tenía enfrente-. Mu…mucho gusto…soy…
- no me importa…sígueme-. Sasuke comenzó a caminar
- como te llamas-ttebayo?-. sin embargo el pelinegro no volteo-. Eres tímido ¿eh?-. El chico se detuvo y toco
- va a entrar Uzumaki
- si, no hay problema-. Contestó
- puedes pasar-. abrió- vives aquí-tebayo?-. pregunto antes d cerrar la puerta
- eso te interesa mucho?...no te conozco, no te veo…y déjame en paz-. Sasuke siguió su camino dejando al rubio confundido.
Pasaron algunos minutos antes que Naruto saliera del estudio con una gran maleta, subía poco a poco las escaleras. Al llegar al final vio a Sasuke, intentó no hacer ruido para que el chico no supiera de el pero no lo logró…
- a donde crees que vas?
- a…a mi cuarto …es que desde hoy viviré aquí, espero que nos llevemos bien…me puedes decir Naruto, tengo 18 años-tebayo, mi sangre es tipo B-tebayo, mido
- calla!!! Deja d hablar!! Ese maldito tebayo me pone d nervios!!!...no me sigas…déjame, y no se te vaya a ocurrir acercarte a mi cuarto!!
- yo…lo siento, no era mi intensión molestarte-teba…perdón-. Naruto vio como el chico entraba a su cuarto y el ojiazul hizo lo mismo.
El rubio se acostó en su nueva cama, hace 2 semanas que sus padres había decidido que se iría a vivir con Madara Uchiha, el dueño de esa casa, era un gran amigo de ellos y de gran confianza.
Ahora podría ir a la preparatoria que quería y estudiar lo que siempre había deseado. Madara era director de esa preparatoria, como también era tío de Sasuke. El le había dicho que Sasuke era ciego, no le dijo la causa pero eso no le importaba, poco a poco ese frío chico le abriría el corazón.
Madara también le había mencionado que hoy era el cumpleaños del chico, es por eso que estaba mas huraño que de costumbre. No podía dejarlo así, quería regalarle algo pero no sabía nada de el, no conocía sus gustos…aún así iría a comprarle algo, no quería ser grosero con el, después de todo iban a vivir juntos a partir de ese día.
El rubio se levanto y salió de la casa. Sasuke escuchó la puerta, supuso que la persona que había salido de la casa había sido Madara. Para el ahora, Madara, era su padre, su único sustento en ese mundo, lejos de su familia, lejos de cualquier cosa amable, lejos de todos sus amigos.
Hace años que no sale, ¿para que salir? Ya no había nadie que lo esperara afuera, ya no había nada a que salir, ya no le quedaba nada. Aunque en esa gran casa ya vivía una persona mas se sentía tan solo como siempre. ¿Podría superar lo ocurrido hace 5 años? ¿Podría suprimir la culpa que llevaba en sus hombros?
Aún no se sentía con ganas de vivir, pero tampoco tenía el valor para matarse, alguien así ¿merecía vivir? Ya no tenía sentido seguir de pie, ya no podía disfrutar un amanecer, ni aunque pudiese verlo. Solo le quedaba estar de amargado en su casa, encerrado todo el día, no haciendo nada.
La familia lo odiaba, ni siquiera su hermano mayor lo iba a visitar, cuando llegaba a ir no iba a verlo, no preguntaba por el. Y si se lograban topar, este, simplemente lo ignoraba.
- Todo es mi culpa, si no…si no fuese tan débil yo…yo habría podido ayudar pero ahora no…no es momento de arrepentirse, simplemente paso y…ya no puedo hacer algo para remediarlo-. Sasuke empezó a llorar, se agarro la cabeza y se acostó, quería perderse en sus sueños, quería recordar lo que sucedió ese día quería siempre tenerlo muy presente en su mente.
Ya era noche cuando Sasuke escuchó que tocaban la puerta, pregunto de mala gana quien era, aunque ya suponía la respuesta. Madara nunca le iba a ver, si necesitaba algo le gritaba desde la planta baja, el que tocaba debía ser el recién llegado.
El de cabello negro se levantó y se acercó a la puerta, suspiró y abrió, al no sentir la presencia de chico susurró un “Maldición” y dio media vuelta, pero la voz del chico le detuvo.
- ¡Sasuke!-. grito desde su habitación Naruto
- ¿Por qué me llamas Sasuke? No te he dado permiso-. No giro a donde oñia la voz del chico
- es que…frente a ti…hay…hay una caja
- ¿y que quieres que haga?
- pues…si…si quisieras tomarla
- rayos…-. Murmuraba el chico-. Por que tengo que hacer esto…¿Quién diablos se cree? Además por que lo estoy haciendo, bien podría negarme-. Pensaba el chico mientras buscaba la caja. Al encontrarla la agarró y se levanto-.¿estas feliz ahora?-. se encerró en su habitación
- creo…creo que de ahora en adelante todo será divertido Sasuke-kun-. Con una sonrisa entró a su habitación.
Sasuke colocó la caja en una mesa, se sentó en la cama y se limitó a pensar. ¿Qué quería ese tipo? ¿Por qué le dejo eso? Naruto definitivamente era raro, así que intentaría mantener mas su distancia con el, para que quería a un tipo así de raro junto a el. No, eso no estaba bien.
- aún así…¿Qué es? ¿Qué tendrá?-. Sasuke recorría con sus dedos la caja, se detuvo al sentir un listón-. Pero que demonios…esto es…¿es un regalo?-. lentamente empezó a abrirlo-. ¿Qué son?-. empezó a sacar el contenido y lo recorrió lentamente-. No me digas…ra…ramen!!, pero a quien se le ocurre regalar ramen? Este tipo si que es raro-. Buscó los palillos y empezó a comer-. Pues ya que, la comida no se puede desperdiciar…y ahora que lo pienso no he comido.
Sasuke empezó a comer, parecía que le estaba gustando, parecía como si nunca hubiese comido ramen ¿eso podía pasar? Se lo terminó en cuestión de segundos, se limpio la boca y se quedo pensando unos momentos.
Salió de su habitación y se dirigió a la del rubio, finalmente conocía cada parte de su casa. Tocó la puerta pero no contestó nadie, dio por hecho que el chico estaría dormido. Entró y al no oír la voz del rubio supuso que en verdad estaba dormido. Se acercó a la cama del chico y buscó su cabeza, al encontrarla simplemente puso su mano en ella y río un poco.
- parece…parece que después de todo serás un poco interesante, Uzumaki-san