MAESTRO
[César x Ángel]
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PR”LOGO.-
Sueños é Ilusiones, ilusiones de una vida distinta, sueños que no se hacen realidad. Ilusiones perdidas en las páginas de un libro.
El pequeño Lápiz, recorría con agilidad aquella hoja blanca. Cortos trazos quedaban en el. Suspiró, ya era tarde.
-“¡Ángel. Baja, el desayuno esta listo!”.- La voz dulce de su Madre, lo sacó de sus pensamientos.
-“Voy”.-
Se concentró de nuevo en el dibujo, unas cuantas sombras y se vería realista. Su mirada chocolate, se vio envuelta en los dulces sobre la mesa. Con su mano, tomó uno de ellos y se lo comió. Saboreando aquel dulce sabor a menta.
Guardó el dibujo en una carpeta, sabiendo que no podría terminarlo. Bajó las escaleras en dirección a la cocina, confirmando que su Hermana ya estaba ahí.
-“¿Qué te ha pasado?, has tardado más de lo normal”.- interrogó, mientras llevaba un pedazo de pan a su boca.
-“Estaba dibujado. Cinthia.”- Respondió, sin indicios de comenzar alguna conversación.
-“Hoy no estaré, saldré con Carlos todo el día”.-
Ángel solo asintió, terminando su comida en silencio. Se despidió de Cinthia con un beso en la mejilla y salió de la casa.
Caminó por las frías calles de Londres, la fría brisa congeló sus sentidos por unos instantes, lamentó en ese instante el no haber traído un abrigo consigo.
-“¡Ángel. Espera!”.-
Podía escuchar una voz femenina al otro lado de la calle, y en efecto. Una joven de 17 años venia directo hacia él, con una sonrisa adornado sus labios.
-“Me ha costado seguirte, caminas muy rápido”.- Dijo, una vez a su lado. Sus mejillas estaban sonrosadas por el frío de la mañana.
-“Vamos, Maria”.-
Siguió caminado, consiente; de que la muchacha lo seguía. Aún podía sentir la fría brisa recorrer su cuerpo. Estaban a principios de Enero, era normal que las temperaturas estuvieran bajas. Inconscientemente deseaba que fuese verano.
-“¿Qué tal has pasado las vacaciones?”- Preguntó Maria, sus ojos verdes destellaban de curiosidad.
-“Dibujar”.- No tenía ganas de hacer plática, una mirada bastó para que Maria dejara de hablar, entendiendo que quería que guardara silencio. Una amistad de tantos años tiene que ayudar de alguna manera.
Llegaron a la Preparatoria, “Paris School”. Se adentraron en las instalaciones, recorriendo con la mirada cada lugar, como si temiesen que alguno hubiese desaparecido.
-“Me han contado, que un nuevo Maestro a ingresado”.- Comentó su acompañante, la miró con curiosidad. Ella se enteraba de todo.
-“No lo sabia, ¿Qué Materia Dará?”- Preguntó Ángel, deteniéndose en su salón correspondiente.
-“Según me dijeron, su especialidad es Dibujar, por consecuente creo que su materia será Dibujo Técnico”.-
Se acercó para darle un beso en la mejilla, y después caminó en a su Aula, que estaba al fondo del pasillo, algo lejos de su Salón.
Entró al Salón, al parecer el Maestro no había llegado. La silla detrás del escritorio estaba vacía. Pasó de ella, dirigiéndose a la esquina del Aula, donde un muchacho de cabello rubio y ojos verdes estaba sentado.
Mario, como se llamaba. Se paró del asiento para que Ángel pudiera pasar y colocarse cerca de la ventana, éste agradeció con una ligera sonrisa y sentó mirando la ventana.
¿Por qué no haces más amigos?, deberías dejarte conocer, no todas las personas hacen daño, deberías olvidar el pasado…deberías confiar en más en las personas.
-“¡Ey!, Ángel”.- Mario lo llamaba en susurros, dejó de apreciar el jardín de la escuela y centró su atención en él.
-“Qué”.-
-“Ya ha entrado el Maestro”.- Dijo mirando al frente.
Sus ojos chocolate siguieron la mirada esmeralda, encontrándose con una dorada, un escalofrió recorrió su espalda, sobresaltándolo.
-“Soy César Zari, este curso impartiré la materia de Dibujo Técnico y por mi corta edad, solo le daré a este salón”- Su voz era profunda, elegante…perfecta
Una de sus compañeras levantó la mano, algunas la picoteaba por detrás. La chica estaba sonrojada y con los ojos cristalizados por el miedo.
-“Disculpe…. ¿Cu...Cuántos años tiene?”.- Preguntó, y como recompensa dejaron de lastimarla.
-“Actualmente tengo 24 años, el 14 de Febrero cumplo 25”.- Dijo acercándose hasta estar frente a ella, y acrisiandole la cabeza. Un gesto maternal cabe decir.
-“Bien, pasaré lista. Al escuchar sus normes, por favor párense en su lugar”.-
Observó cada una de las facciones del Profesor, sus ojos dorados veían con infinita seriedad la lista, sus labios se movían en un vaivén deslizante. El cabello rubio, despeinado juvenilmente, haciéndolo parecer un modelo de revista.
-“Ángel Real, ¡Ángel Real!”.- Repitió César sin obtener respuesta alguna.
Un ligero golpe en el estomago, hizo que se alejara de sus observaciones. Por alguna extraña razón, no podía dejar de observar aquellos ojos dorados, que en esos instantes se posaron en los suyos.
-“Presente”.- Dijo sin levantarse. Aquello no le pareció al Profesor, pues en sus ojos se pudo notar un destello de furia.
-“Deberías Pararte”.- Susurro a su lado Mario.
Se puso de pie, y dijo contestó de nuevo. El maestro asintió. Dándole a entender que podría sentarse.
-“Deberías dejar de Soñar Ángel”.- Dijo el de mirada esmeralda, observando a Diana Tano, quien se paraba a responder.
-“No soñaba”.- Aquella respuesta desconcertó un poco a su compañero, pero no insistió más. Cosa que Ángel agradeció internamente.
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La clase había continuado sin interrupciones. César les había dejado un como tarea, el que hicieran un dibujo donde expresasen algún sentimiento.
Ángel caminó por el pasillo acompañado de Mario, ambos en busca de Maria, su amiga de la infancia.
-“Hola chicos”.- Saludó una vez junto a ellos.-“Será mejor ir a la cafetería”.-
Asintieron, caminando en dirección a la cafetería. En el camino a esta, muchos de los alumnos saludaron a Ángel, y algunas alumnas lo saludaban desde lejos, como si temieran que si lo tocaban desaparecería.
Una vez en la cafetería, pudieron apreciar con pesadez, la gran fila de alumnos frente a ellos.
-“Jamás saldremos de aquí”.- Se quejó Mario.
-“Tendremos que hacer fila”.- Aportó algo asustada Maria.
-“Y si no nos apuramos nunca saldremos de aquí”.- Dijo Ángel, un poco lejos de sus amigos.
-“Por cierto. ¿Qué tal el Profesor Nuevo?. Me dijeron que era muy Joven”.- Preguntó Maria, mientras sus ojos se iluminaban.
-“Es serio, de buen ver. Con dinero y de gran inteligencia”.- Fue lo que dijo Mario, avanzando mas en la fila.
Aquella descripción, le pareció muy poca a Ángel. Su Maestro era más que eso.
-“Nunca pensé, que un Alumno pensara así de mi.”.- La voz seca, hizo que los tres se giraran.
César, estaba delante de Ángel en la fila, y al parecer había escuchado toda la conversación. Al estar tan cerca, Ángel inhaló la colonia del Profesor, embragándose con la fresca fragancia. A pesar de ello, no dejó de observar aquellos ojos ámbar, que lo miraban con curiosidad.
-“Lo siento Profesor”.- Se disculpó Mario bajando la mirada.
-“Descuida”.-Dijo, le guiñó un ojo a Maria, haciéndola sonrojar y se giró para seguir avanzando.
-“¡Hmp!”- Bufó Ángel.- “Te faltó decir que era un Seductor de lo peor”.- Escupió con frialdad, asustando incluso a sus amigos.
Sin embargo, César no se giró. Pidió su orden, y se fue, despidiéndose de ellos con la mirada, y sonriendo arrogante a Ángel.
No te descuides mucho, recuerda que el amor puede llegar de diversas maneras. Y a veces puede llegar a ser diferente a lo normal. Haciéndote pensar, que no siempre es bueno amar.
Recordando aquellas palabras, Ángel vio como César se sentaba en una mesa alejada de los demás, y lo mirada de forma profunda, con una sonrisa seductora adornando sus labios, haciendo qué; Ángel deseara no estar ahí.
FIN DEL PR”LOGO.
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