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Happy Birthday Matt por Sunao Yoshida

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Notas del fanfic:

Nao: Igual y está medio raro. Ojalá les guste. Cooperación de Kun-kun puesto que está fascinado con éste personaje (hasta pienso que quiere algo de yaoi con él ¬.¬UU)

Kun-kun: ¡eso no es cierto! >//.//<

Nao: ¿y ese sonrojo se debe a…?

Kun-kun: o//.//o

Nao: Lo sabía. Pero si sigues con eso, cierto rubio te va a matar, y yo no me quiero quedar sin botarga.

Kun-kun: weeeno. Pero yo no quiero yaoi con él. Quiero ver yaoi de él XD.

Ojalá les guste n.n

Notas del capitulo:

Sólo esperamos que les guste. Es únicamente un capítulo. n_n   y… ojalá les guste el lemon… es el primero que hago… >////< y casi me muero desangrada escribiéndolo…

 

Era una cálida mañana. La brisa del mar llegaba hasta el pueblo. El sol estaba muy brillante ese día, y el viento soplaba suavemente. Un joven apuesto veía su sueño interrumpido por unos pequeños rayos del sol que se asomaban traviesamente por la ventana.

El joven se talló los ojos y una vez que se hubo despertado por completo se levantó de la cama y se dirigió al baño. Pero antes de llegar se detuvo en seco.

Se dirigió rápidamente a un calendario que yacía sobre lo que parecía un escritorio, y cambió la hoja del día anterior. Ahora estaba actualizado.

-Sugoi.

Una enorme sonrisa apareció en sus labios y se metió rápido al baño. Se desnudó lo más pronto posible y entró apresuradamente en la regadera. Las gotas de agua caían por su cuerpo. Parecía muy contento.

Salió de la ducha, tomó un cepillo y se peinó. Luego los dientes y salió del baño en toalla.

Fue directo a su clóset y sacó una playera manga corta a rayas negras con rojas, un pantalón caqui y unos bóxers negros. Todo lo aventó a su cama, se quitó la toalla y se cambió. Luego se colocó los calcetines, sus botas, sus guantes, y tomó unos googles del escritorio para bajar rápidamente a la sala.

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En la sala, la madre de Matt estaba esperando a que su hijo bajara a desayunar. El calendario marcaba 1º de Febrero, el día en que Matt cumplía 17 años. Un pastel no muy grande, estaba colocado dulcemente sobre la mesa. Tenía exactamente 17 velitas encendidas.

La señora Jeevas sabía lo importante que era para Matt celebrar su cumpleaños. Definitivamente se pondría muy triste si alguien lo olvidase, y, aunque no le había comprado nada especial, le había preparado un delicioso pastel para poder celebrar junto a su amado hijo.

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Matt llegó a la mesa y vió el pastel sobre ella. Tenía 17 velitas encendidas, y su madre lo miraba dulcemente.

-Feliz cumpleaños Matt

-Arigatou, oka-chan

-Espero te guste, pero antes, tienes que soplar las velitas.

-Y ahora me vas a venir con que tengo que pedir un deseo ¿no?

-Si, pero pídelo con todo tu corazón, y no me lo vayas a decir, o si no, no se cumplirá.

-Jejejeje, está bien. Aunque me gustaría que alguno de mis compañeros me regalara el nuevo Wii.

-Bueno, hijo, pide tu deseo, pero recuerda no decirlo en voz alta

-Etto… ¡ya sé! “Desearía encontrarme hoy con la persona que me hará feliz por siempre, aunque sólo logre verla hoy…”

Matt se acercó al pastel, tomó aire y sopló con fuerza. Su deseo era algo extraño, pero por más que había andado con muchas chicas, ninguna lo hacía sentir bien. Eran más bien, como un entretenimiento. Nadie lo había hecho sentir a gusto. Y ese era su deseo. Encontrar a su persona ideal.

-Ya me voy a la escuela oka-chan.

-Cuídate

-Itekimasu!

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Ryuuzaki y Light se encontraban platicando muy amenamente en la entrada de la escuela, cuando de repente un chico entró tímidamente. Ambos se sorprendieron, ya que el chico no era de un aspecto muy “normal” que digamos. Llevaba un pantalón negro así como una camiseta negra muy pegados que no dejaban nada a la imaginación respecto a su cuerpo. Su cabello rubio le llegaba hasta los hombros y una enorme cicatriz en la cara lo hacía ver algo extraño, pero lindo.

Light lo siguió por unos momentos con la mirada, pero en un momento ya había sentido un coscorrón por parte de su pareja (o sea Ryuuzaki).

El joven rubio desapareció al girar hacia la izquierda al final del pasillo. Por la dirección que había tomado, era seguro que iba a solicitar su horario. Digno de un chico de nuevo ingreso.

 

Minutos después, apareció Matt en la entrada jugando con su PSP totalmente perdido en su juego. Al llegar frente a Light y Ryuuzaki, se detuvo.

-Buenos días par de idiotas cursis

-Mira mocoso estúpido- habló Light- el que tú no tengas ni perro que te ladre, no significa que nosotros no disfrutemos nuestro amor ¿entendido?

-Ajá. Ya me voy. Voy a llegar tarde a clase.

 

Matt se alejó sin apartar la vista de su PSP y al final del pasillo giró a la izquierda. Light y Ryuuzaki se quedaron extrañados, ya que su salón estaba a la derecha, pero igual y de nuevo se había confundido por ir jugando con la maquinita esa.

 

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El chico rubio se encontraba en la dirección. Tal y como lo habían deducido, estaba ahí para pedir su horario. Era un chico nuevo, se acababa de mudar y no tenía ningún amigo. Por eso había sido tímido al entrar, aunque también por otra razón.

-Entonces, su clase será la 306

-Si. Compermiso, me voy a clases.

-Y, Mihael-kun, se cuidadoso. No queremos que te metas en problemas.

-No se preocupe. Me retiro.

El rubio salió de la dirección justo cuando Matt pasó por ahí, pero como el pelirrojo iba tan entretenido con su juego, no se dió cuenta cuando la puerta se abrió hasta que ya era demasiado tarde.

El pelirrojo quedó estampado en la puerta y un rubio lo miraba por demás divertido. Mihael cerró la puerta con un chibi Matt estampado en ella.

 

-Itai- exclamó Matt, a la vez que se sobaba la cara- cuando vea al idiota que me hizo esto…

-¿Qué me vas a hacer?

-¿Nani?

Matt levantó la vista para ver quién le había estrellado la puerta en su rostro (N: muy lindo por cierto  K: seee *¬*) cuando vió al rubio parado frente a él. Nunca lo había visto. Era muy lindo, con un aire maduro en el rostro y vestía muy sexy, con esa ropa ceñida que definitivamente le remarcaba el contorno del cuerpo. Matt se quedó babeando por el chico, hasta que la voz del rubio lo hizo salir de su sueño.

 

-Pareces un cachorro esperando la comida por parte de su amo.

-¿Nani?

-Oye, cachorro, dime dónde está la clase 306

-¿Nani?

-¿Acaso eres sordo estúpido? Te estoy preguntando dónde está la clase 306

-Yo… estoy en esa clase, si quieres nos vamos juntos.

-Ajá. Por mi no hay problema… cachorro- dijo esto último en un tono un tanto insinuante y sensual.

El pobre cachorro… etto, Matt, se quedó boquiabierto cuando vió la parte trasera del rubio. Hasta había dejado su juego a un lado para poder apreciar mejor al chico.

Lo iba observando de pies a cabeza y no dejaba de imaginarse muchas cosas con ese rubio. ¿Qué era esa opresión en el estómago? El rubio lo volteó a ver para preguntarle por dónde, y al ver la penetrante mirada del rubio, su corazón se aceleró.

 

Una vez llegaron al salón, Matt tomó su asiento y el rubio se sentó a su lado. La opresión en el estómago se volvía a hacer presente y su corazón latía cada vez con más fuerza. El profesor llegó y presentó al rubio.

 

-Hola, mi nombre es Mihael Keehl, pero me gusta que me llamen Mello. Si alguien me dice Mihael, le voy a romper la cara. Eso es todo.

 

Mello tomó su lugar y todos se quedaron con los ojos en forma de puntos y con una enorme gota cayéndoles por las sienes. Ese chico era muy raro, pero aún así las clases continuaron tranquilas.

 

 

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Matt había subido a la azotea a comer. Todo el tiempo comía allí porque nadie subía para nada. Así tenía tiempo de jugar sin interrupciones. Pero ese día, al momento en que llegó, se encontró con Mello. Estaba recargado en la tela de alambre que rodeaba la azotea mirando hacia abajo con un aire un tanto melancólico.

-Mello-senpai ¿que hace aquí?

-Hey cachorro, sólo llámame Mello.

-Pero… tú eres un senpai para mí.

-Vamos cachorro, no seas tan educado. Aunque, debe ser porque eres un cachorro entrenado. Si, eso debe ser.

-Yo no soy un cachorro, Senpai-baka!!

-¿Nani?

-Mi nombre es Matt Jeevas, no soy ningún cachorro.

-Me dijiste baka… perro sarnoso. Te voy a enseñar a respetarme.

 

Mello se lanzó al rostro de Matt con el puño cerrado. Matt estaba en posición de defensa, pero cuando vió que Mello iba con una expresión algo sádica se asustó. Se veía un tanto raro y eso había asustado a Matt.

 

Mello estaba a escasos centímetros del rostro de Matt cuando se paró en seco. Matt apretaba fuertemente sus ojos y tenía un fuerte rubor en las mejillas, además, estaba temblando completamente. Mello se había detenido totalmente y ahora su expresión era echa un mar de confusión, y un tenue rubor se asomaba en su rostro.

Matt había tomado impulso y antes de que Mello llegara hasta él, lo había abrazado por la cintura, puesto que era un poco más bajo que Mello.

 

-Suki daio

 

Mello tragó saliva al oír la confesión de su compañero, mientras Matt seguía aferrado al cuerpo del rubiales. Mello estaba confundido, pero de pronto, tomó a Matt por el brazo y se lo quitó de encima.

 

-Me das asco cachorro. No te me vuelvas a acercar.- dijo mientras le daba la espalda y se dirigía a las escaleras.

 

Matt se quedó con los ojos opacos observando como Mello desaparecía bajando las escaleras. Una vez hubo desaparecido, se desplomó en el suelo llorando.

-Soy un estúpido…

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La clase había acabado. Mello iba saliendo del salón, cuando Light lo detuvo. Estaba preguntándoles a todos si habían visto a Matt, ya que se había saltado todas las clases después del receso.

-No lo he visto.

-Arigatou. Si lo ves, le dices que lo estoy buscando, onegai.

-¿Para qué lo buscas?

-Le quiero entregar su regalo

-¿Regalo?

-Si, es que hoy cumple años, y no se lo quisimos entregar hasta la salida, puesto que sabíamos que si se lo dábamos antes, no iba a poner atención en clase- decía Light mientras mostraba unos discos de juegos.

-¿Cuántos años cumple?

-17, ¿por qué?

-Por nada. Me tengo que ir.

-Si lo ves le avisas, por favor

-Ajá.

 

Mello siguió caminando. Llegó al portón de la escuela y desapareció entre los alumnos que salían animosamente rumbo a sus casas.

Light y Ryuuzaki buscaron un rato más, hasta que se cansaron y se fueron. La escuela se encontraba vacía, o al menos eso parecía, ya que Matt seguía en la azotea, observando las nubes con los ojos rojos de tanto llorar.

 

-Es un baka- se decía a sí mismo- y yo también por llorar por ese baka.

-¿A quién le dices baka, cachorro?

 

Matt abrió los ojos sorprendido. Allí estaba Mello, parado imponentemente y observándolo con esa mirada penetrante.

-¿Pero que…?

-Estaba esperándote, pero no te dignaste en bajar, cachorro desobediente.

-¿Esperándome?

-No repitas lo que digo cachorro, que pareces perico y no el cachorro desobediente que eres

-Ya te dije que no soy un…

 

Matt fue callado por un beso de parte del rubiales. Era un beso demandante y lleno de deseo. Matt sólo cerró los ojos y se dejó llevar por el exquisito sabor del rubio… sabía como a… chocolate.

Mello tomaba fuertemente a Matt por la barbilla con una mano, mientras con la otra sujetaba su cintura. Matt sólo se colgaba del cuello de Mello con ambas manos.

El rubio comenzó a descender con el pelirrojo debajo de sí, sin dejar de saborear sus labios. Una vez que tendió a Matt en el suelo, con una mano comenzó a subir la playera del pelirrojo y tocar su abdomen.

Matt sintió las cálidas manos del rubio y se alarmó, concluyendo el beso, en el que se habían dado cortos momentos para respirar, pero Mello lo volvió a besar salvajemente y más demandante que antes. Matt sólo atinó a dar un pequeño gemido, para perderse inmediatamente en los dulces labios de Mello.

El rubio bajó por el cuello de Matt dejando unas marcas bastante notorias, para que todos se dieran cuenta de que ese cachorro ya tenía un amo.

Con una mano levantaba la playera de Matt para poder quitársela, mientras con la otra apretaba los pezones del chico, haciendo que comenzara a gemir un poco bajito. Una vez le sacó la playera, le abrió las piernas para poder meterse en ese espacio y hacer mejor su trabajo. Comenzó a succionar con deleite los pequeños botones rosas del chico debajo de él que comenzaba a gemir más alto ya que no podía contenerse.

Mello se sacó la camiseta negra y comenzó a bajar el cierre del pantalón de Matt. Pero los guantes y las botas de Matt lo estaban comenzando a molestar, así que le ordenó quitárselas, haciéndolo rápidamente. Mello coló una mano debajo del pantalón de Matt, haciendo que éste se estremeciera.

Comenzó a masajearlo despacio, torturando al chico que le ordenaba no ir tan lento.

Mello sonreía de medio lado y dejó tranquilos los pezones de Matt. Le sacó totalmente el pantalón y se sacó el suyo rápidamente, así como sus boxers quedando desnudos. Tomó las piernas del pelirrojo y las subió en sus hombros. Entonces se incorporó y comenzó a succionar el miembro de Matt que se notaba necesitaba de una gran atención.

Matt cerró los ojos en cuanto sintió que Mello comenzaba a succionar su miembro. Primero comenzó despacio, lamiendo primero la punta.

-¡Hazlo de una maldita vez Mello! ¡Ya no lo soporto!

-Aquí, yo soy el amo y hago lo que quiero con mi cachorro.

Pero Mello se dio cuenta de que empezaba a moverse sensualmente, que hizo que se calentara y decidió tragarlo de una buena vez, introduciendo el miembro de Matt por completo en la boca, haciendo que Matt se viniera en su boca, mientras gemía fuertemente y con un placer absoluto.

Pero no había acabado del todo, entonces le dio un par de dedos, los cuáles Matt lamía como si fuera a írsele la vida si no lo hacía.

Mello introdujo el primer dedo.

-Itai…

El segundo.

-¡ITAI!

Definitivamente le estaba doliendo, pero mientras Mello movía ambos dedos en su interior, la sensación de dolor estaba siendo sustituida por una de placer.

En cuanto Mello vió que Matt comenzaba a moverse pidiendo más, sacó los dedos con una recriminación por parte del pelirrojo.

-Te conviene que los saque- le dijo con voz ronca de la excitación- ahora, levanta un poco las piernas.

Matt obedeció, mientras Mello se acomodaba entre las piernas de Matt y se introdujo lentamente.

-¡Itaaaaaai Mello-samaaaaa!!!!!

-Quédate quieto.

Matt se aferró a la espalda de Mello dejando unas marcas en él. Se quedó quieto hasta que Matt se acostumbró a la intromisión. Entonces era el pelirrojo que movía las caderas para recibir algo de atención.

Mello comenzó el vaivén y comenzó a hacer unas penetraciones algo lentas, mientras que con una mano masturbaba al chico.

-Más… rápido- decía Matt con la respiración entrecortada.

-Está bien… pero luego… no te quejes…

 

Mello comenzó a embestir salvajemente a Matt, masturbándolo al mismo ritmo de las embestidas haciendo que éste comenzara a gritar el nombre de Mello.

-Motto… motto…

-ca…chorro… estás… ah!... estrecho…

Levantó la espalda de Matt atrayéndolo hacia él quedando como sentados, Matt sobre Mello, pero sin perder el ritmo de las embestidas. En una última, ambos se vinieron, Mello dentro de Matt y Matt en la mano del rubio, arqueando la espalda, cayendo al piso y Mello sobre él.

Descansaron unos minutos, luego se levantaron, se vistieron y salieron del instituto.

Llegaron a la entrada de la casa de Matt.

Se despidieron con un beso y cuando Matt estaba por entrar a su casa, Mello lo dejó algo desconcertado.

-Feliz cumpleaños. Espero que el deseo que pediste hoy te haya complacido.

-¿A qué te refieres?

-Gracias por soplar las velas de tu pastel ésta mañana.

-Mello…

-Hasta mañana cachorro.

+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+ 2 de Febrero

 

Matt se levantó de su cama. Se metió a bañar y bajó corriendo a la cocina para despedirse de su madre.

-Itekimasu!

-Matt! ¡Come algo!

-¡No tengo hambre oka-chan! ¡Comeré en la escuela!

-¡Que te vaya bien!

 

Corrió rápidamente para llegar temprano a la escuela y poder ver a Mello antes de clase. Su deseo de cumpleaños se había cumplido y el día de su cumpleaños había tenido su primera vez… pero al llegar a la escuela, no lo vió por ningún lado.

A lo lejos, vió a Light y a Ryuuzaki platicando. Corrió hacia ellos y les preguntó por Mello.

-¿Mello? Etto… no sé de qué hablas. Ayer no llegó ningún chavo nuevo. Sólo te vimos en las 3 primeras clases y las demás te las pasaste quién sabe dónde. Ya ni siquiera te felicitamos por tu cumpleaños.

-Y no pudimos darte tu regalo- concluyó Ryuuzaki extendiendo un paquete con el Wii y unos discos para su PSP.

Matt quedó pálido. Salió corriendo rumbo a la dirección y le dijeron lo mismo. Entonces subió a la azotea, allí donde había hecho el amor con ese chico rubio…

Pero no lo encontró. Entonces se desplomó en el piso llorando amargamente gritando el nombre de su amante.

Entre las lágrimas vió un ave blanca que se dirigía hacia él, pero al secarse las lágrimas se dio cuenta que era una hoja de papel doblada que era arrastrada por el viento.

La tomó en el aire y la abrió. En la hoja había una frase conocida:

 

Desearía encontrarme hoy con la persona que me hará feliz por siempre, aunque sólo logre verla hoy…”

 

Entonces lo entendió.

Su deseo había sido cumplido. Pero sólo lo había visto un día porque ese había sido su deseo. Era un tonto. Lo hubiera pedido por siempre.

-El próximo año… mi deseo será volver a verte… pero ésta vez quiero que te quedes conmigo para siempre…

 

:::::::::++Owari da++::::::::::

Notas finales:

Weeno. Se acabó. Mándenme un pequeño review plis (si creen que lo merezco). Es lo que más espero al subir algo a ésta página, ya que sus comentarios me hacen seguir en este mundo de fan fics.

Les agradecería que me dijeran que tal estuvo mi patético intento de lemon. Si no les gustó, trataré de echarle más ganas… si no, de plano tendré que dejar de escribirlos…

Arigatou! Nos vemos el 28 de Febrero… un especial de Light por su cumple y el mío…

(Por qué habré nacido el mismo día que Kira-sama…  ú.ùUU)

Pues eso es todo amigos y nos vemos en Gamerz Heaven y Ai Maiban… pronto actualizaré… ¡¡¡de veras!!!

Por cierto… es el capitulo más largo que he hecho… espero que no se hayan aburrido, me costó trabajito hacerlo así…

¡¡¡¡¡Sayounara!!!!


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